Tzuyu estaba impaciente, estaba sentada afuera del consultorio, tenía miedo de lo que podría pasar.

Sana había entrado en labor de parto, su fuente de había roto y sus contracciones cada vez eran más fuertes y básicamente la Alfa estalló en nerviosismo.

Cómo pudo, tomó a su Omega en brazos y la subió al auto, condujo como loca por toda la ciudad buscando un hospital mientras Sana solo jadeaba o gritaba por los dolores del parto.

Al llegar al primer hospital que encontró, de inmediato varias enfermeras y médicos se acercaron a la pareja y se llevaron a Sana en una camilla.

Dejaron que Tzuyu tomara un poco de agua para calmarse y la hicieron sentarse en una de las bancas de afuera del consultorio.

La Alfa solo quería entrar y mimar a su Omega, escuchaba sus gritos desgarradores por todo el pasillo. Estaba más asustada de lo que podían creer.

Varios miedos se apoderaron de la Alfa de cabello rosa, ¿Y si sus cachorras no sobrevivían?, ¿Y si Sana no sobrevivía?, ¿Y si ninguna sobrevivía y él ella quedaba sola?

Literalmente los ojos de Chou fueron adornados por lágrimas, quería a su Omega y a sus cachorras junto a ella, quería a su familia viva y sana.

──Cachorra, cálmate, todo va a salir bien.──Dijo Jeongyeon acariciando el hombro de su hija.

──Mamá... Y-yo quiero que t-todo salga b-ien.──Tzuyu había comenzado a hipar.

Jeongyeon había llegado primero, Tzuyu había avisado a sus madres y a las madres de Sana que el Omega había iniciado labor de parto.

Le había pedido a la madre Omega de Sana que trajera ropa para Sana y para las cachorras, no le había dado tiempo para traer cosas, prefirió sacar a su Omega que a empacar la pañalera y ropa extra para Sana.

──Cachorra, todo va a salir bien, sabes que el presentimiento maternal es el mejor de todos. Y te lo aseguro yo.──Jeongyeon abrazó a su hija.

Tzuyu solo dejó que su madre utilizara sus feromonas para calmarla, estaba demasiado angustiada.

──Tranquila hija, todo va a salir de maravilla, Sana y las pequeñas son muy fuerte.──Dijo Jeongyeon acostando a la Alfa en su regazo y acariciando su cabello.

Tzuyu no dijo nada y solo dejó que su madre la relajara, Jeongyeon siempre fue tan especial con su hija mayor, tal vez sea porque a la pequeña Yiren aún le falta crecer para entender todos esos sentimientos que su hermana mayor estaba teniendo. Tzuyu fue el mejor regalo que Jihyo pudo darle a ella.

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Tzuyu se había quedado dormida en el regazo de su madre, lloró otro poco y después simplemente se rindió y cayó dormida.

No fueron sueños lindos los que tuvo, tuvo pesadillas con todos los peores escenarios que su mente podría darle.

Tuvo horribles pesadillas con funerales, uno era de su Omega, otro era de sus cachorras, y el peor según Tzuyu, era el funeral de sus hijas y su Omega, quienes no habían sobrevivido al parto.

En todas esas pesadillas, la Alfa terminaba devastada, sentía que lo había perdido todo.

Incluso tuvo continuación cada pesadilla, en la muerte de los cachorras, Sana se divorciaba de Tzuyu y se iba lejos de ésta.

En la muerte de Sana, sus cachorras la odiaban por no haber salvado a su madre, y no querían estar cerca de su madre Alfa pues la consideraban cobarde.

Y en la última siempre fue la peor, después del funeral de las cachorras y de Sana, Tzuyu simplemente no soportó el hecho de que su familia haya muerto. Así que en esa pesadilla, si no pudieron estar juntas en tierra, lo harían en muerte. La Alfa se había suicidado en esa horrible pesadilla para no aguantar más su dolor.

Incluso despertó de golpe y con lágrimas en los ojos, vio a sus suegras y a sus madres sentados en las sillas, Jeongyeon aún la tenía recostada en sus muslos y a pesar de haberse levantado de golpe, aún seguía acariciando su cabellera rosa.

──¿Tuviste pesadillas, hija?──Dijo Jeongyeon viendo a su hija respirar con dificultad.

──S-sí mamá.──Tzuyu trataba de recuperar lentamente su respiración.

──Bien, cachorra ya es hora de la gran noticia.──Su madre Omega parecía muy contenta.

──¿Noticia?──Tzuyu miró confundida a su madre Omega.

──Cachorra, felicidades, ya no eres tan cachorra después de todo. Tus pequeñas ya nacieron.──Dijo Jihyo uniéndose a la conversación y tocando uno de los hombros de su hija.

La Alfa abrió sus ojos, ¿Sus cachorras ya habían nacido?, ¿Cómo estarán ellas y Sana?

Sus nervios fueron creciendo más y más, tanto la pareja Chou y la pareja Minatozaki alentaron a la Alfa a entrar a la habitación. Hace veinte minutos habían nacido las cachorras de Sana y Tzuyu.

Ninguna se animó a despertar a Tzuyu, querían que se calmara un poco, y ahora que la veían, por fin estaba un poco calmada.

Tzuyu se acercó a paso lento hasta la puerta del consultorio, una sala de partos para ser exactos.

Asomó su cabeza y vió lo más hermoso que la vida le había dado. Sus pesadillas no habían sido para nada reales.

Sana estaba con una sonrisa en su rostro, viendo tan enamorada a las tres pequeñas en su pecho.

Dos cachorras estaban peleando por amamantar uno de los pechos de Sana, mientras la otra bebía pacíficamente del pecho libre de Sana.

Y Tzuyu estalló nuevamente en lágrimas, está vez eran lágrimas de felicidad.

Todo había salido de maravilla, ni Sana ni las cachorras habían sufrido ningún daño o peor, habían muerto.

Su mamá Omega tenía razón, todo iba a salir bien y de hecho, todo salió bien.

Luego Sana se fijó que la Alfa estaba viéndolo, la invito a pasar y Tzuyu rápidamente se acercó a su familia.

La hermosa familia Chou.