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Dos meses habían pasado desde que la Alfa y el Omega se entregaron a la otra, Tzuyu dos veces hizo su nudo dentro de la Omega, y Sana dos veces fue feliz tomando la esencia de la Alfa.

Ahora, ambas se encontraban estaban realmente felices, iban a tener a su primer cachorro.

Sana efectivamente había quedado embarazada de su pareja, esto puso contentas a ambas. Incluso lloraron de la felicidad.

Sus familiares y amigos también se alegraron por ambas, a pesar de ya ser felices las dos solas, ya era hora de tener otra pequeña felicidad en aquella familia.

La Alfa había dejado su empresa a cargo de Youngjae, su mano derecha por así decirlo, y de reemplazo de Sana llamaron a Chungha, una muy buena bailarina.

Ambas se habían tomado un descanso para poder cuidar y recibir bien a su futuro cachorro. Chou no dejaba a Minatozaki hacer muchas cosas por su cuenta.

Para ser sinceros, no quería que su Omega y su cachorro creciente en el vientre de Sana les pasará algo malo. Cómo caerse o golpearse por accidente.

Realmente estaba nerviosa por eso, incluso no dejaba levantar a Sana de la cama salvó para ir al baño.

Tzuyu es una Alfa muy protectora con su Omega y su pequeño cachorro aún no naciente.

Aunque había algo raro, el vientre de Sana estaba más hinchadito de lo normal, incluso solo para ser un cachorro de dos meses.

Sana y Tzuyu creían que era un cachorro grande como su madre Alfa y un poco gordito. La realidad era otra.

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Tzuyu daba pequeños y tiernos besos en el vientre hinchado de Sana.

──Cariño, creo que nuestro cachorro va a ser muy mimado si sigues dándole cariño sin que aún haya nacido.──Dijo la Omega haciendo un puchero.

──Eso voy a hacer, voy a ser una Alfa que mime a su hermoso cachorro y a su Omega.──La Alfa vió enamorada el vientre de la Omega.

Sana solo soltó una risita tierna y Tzuyu volvió a besar su vientre hinchadito, ambas estaban ansiosas por la llegada de su niño.

La Alfa estaba cada vez más apegada a Sana, la razón era muy lógica, su aroma estaba cambiando a uno más maternal.

Si de por sí, Tzuyu amaba el aroma a fresas con chocolate de Sana, ahora le encantaba más.

Era el mejor aroma que podía oler en todo el mundo, leche de banana y fresa, aroma que la Omega ha estado adquiriendo durante el embarazo.

Tzuyu estaba totalmente enamorada de su esposa y amaba a ese pequeño cachorro creciente dentro de la Omega. Lo amaba sin poder verlo aún.

Sana acariciaba la cabellera rosada de la Alfa, si, rosada. No hace mucho la Alfa decidió pintarse también su cabellera de rosa pastel como su Omega.

Tzuyu dejaba que su Omega la acariciara mientras aún seguía repartiendo mimos en el vientre de la Omega.

Ambas eran la mejor pareja de todas, tanto la Alfa como la Omega recibían amor de la otra y entre ambas había respeto y más valores que hacían que su relación floreciera más y más en amor.

Ella era lejana a ser una Alfa normal, ella era especial, así como decía Sana, su Alfa de rosa.

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Durante todo el día, Chou estuvo mimando a la Omega, todo lo que quería, lo conseguía. Incluso si solo era un beso o un masaje en los pies.

Tzuyu también ha estado aprendiendo muchas cosas por su cuenta, a cocinar era una de ellas, cocinar para su Omega y su cachorro la hacía demasiado feliz. No es que no supiera, solo sabía hacer cosas básicas, pero ahora quería hacer mucho más por su familia.

Pero ya era hora de una larga siesta, Sana a pesar de no hacer mucho en el día estaba agotada, sentir la pequeña vida creciendo dentro de ella la ponía un tanto cansada y agotada.

Y Tzuyu, pues... Se la pasó casi todo el día de un lado a otro, cocinando y corriendo de esquina a esquina, de tienda en tienda.

Ambas estaban cansadas y se merecían esa siesta, así que a pesar de ser las tan cortas ocho de la noche, ambas ya estaban acostadas en su cama matrimonial.

Una cama muy amplia incluso para solamente ellas dos, pero la razón de por qué la habían comprado así era porque querían que un futuro, sus hijos cuando sintieran miedo por alguna pesadilla, durmieran junto a ellas sin estar tan incómodos.

La espalda de Sana estaba chocando con el pecho de Tzuyu, mientras ésta rodeaba con sus brazos el cuerpo de la Omega.

Tzuyu subió la camisa de Sana, dejando expuesto su vientre de piel lechosa, no dudo en acariciar con sus grandes manos aquella pequeña casita donde estaban creciendo su cachorro.

──Tzu, durmamos, también tienes que dejar al cachorro descansar.──Dijo Sana sintiéndose cómoda por las caricias de la Alfa.

──No, yo sé que mi bebé está acá adentro y necesita de los mimos de su mami.──Dijo Tzuyu con los ojos cerrados acariciando el vientre de la Omega.

Sana solo suspiró y se acomodó más entre los brazos de su esposa, mientras ésta ya no solamente acariciaba el vientre de la Omega. Ahora repartía besos en su cabellera.

Una hermosa pareja disfrutando del embarazo de la Omega.

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