Busted and Blue
Abrió los ojos.
¿Cómo es que ha llegado hasta ahí?
Está muy húmedo, y vacío. El olor a cañería es insoportable. Debe ser un garage, ¡eso es! ¡Un garage! Pero, ¿dónde?
Intentó desatarse las manos, pero no lo logró. Lo han atado muy bien a la silla.
Una puerta se abre, y logra reconocerlo a pesar de la falta de luz.
—No sé cómo le has hecho, pero eres un estorbo —dijo con una sonrisa maliciosa—. Al menos déjame encargarme de esto, y pueda limpiar mi nombre después de lo que hiciste.
Bueno mapaches, antes de llegar a ese punto, déjenme explicarles lo que sucedió primero:
Abro hilo!!!! : como dicen en twitter xD
El despertador suena. Pero para esto, Katsuki ya estaba despierto otra vez, pero seguía mirándose las manos.
Bien, no hay sangre. Están limpias.
Izuku no pasó la noche ahí. Mientras tanto, sintió que debería levantarse de una vez. Miró el calendario. A esas horas, el detective Tsukauchi debe de estar cateando las casa de Toketsu Asayama. Se vistió, fue al comedor para comer el desayuno, y al final salió a la calle.
La vez pasada iba caminando por una calle y de reojo vio un pequeño cartelito en donde decía que buscaban un empleado de medio tiempo. Genial, rea una oportunidad para obtener dinero y pagarle lo que le debía al detective Tsukauchi.
Entró a la tienda sin más. Por suerte, el dueño de la tienda lo conocía muy bien desde pequeño, como no, si cuando Izuku estaba vivo, ellos iban de vez en cuando a comprar dulces a escondidas, y después de la muerte de éste, Katsuki no había vuelto a poner un pie... hasta ese día.
—Buenos días, señor Miyamoto.
—Buenos días, joven Bakugo, ¿qué se te ofrece?
—El letrero de afuera... ¿sigue en pie lo del empleo de medio tiempo?
—¡Oh! ¡Vienes por eso! Claro, claro. La verdad necesito ayuda, y ahora me caes como anillo al dedo —dijo el señor Miyamoto—. Ya han venido varios preguntando por el puesto, pero como yo te conozco desde que eras un chico, me sentiré con más confianza.
—Gracias... ¿y cuando comienzo?
—¿Te parece mañana por la tarde?
—¿Y si mejor empiezo desde hoy? —preguntó Katsuki.
—Por supuesto —contesto confundido—. Vaya, los jóvenes de hoy en día son más responsables...
Más tarde, cuando Katsuki salió de su primer día de trabajo, recibió una llamada del detective Tsukauchi.
—Hola...
—¡Hola! ¡Qué pasó! ¿Encontraron algo?
—¡Ah, cálmate! Estamos en eso. Asayama está con uno de mis colegas en la delegación, está siendo interrogado, mientras que yo estoy en su casa revisando las pruebas. Pero tenemos un pequeño problemita...
—¿Cuál?
—¿Te acuerdas que aquella vez me diste a la mano un pétalo púrpura? Llamé a un amigo que es botánico para que pudiera examinar la planta y resultó ser aconitina.
—¿Aconitina?
—Más conocida como "tónico matalobos" o "el veneno de la madrastra", lo ocupaban anteriormente las madrastras como veneno para deshacerse de los primogénitos de sus maridos para que sus hijos pudiesen subir al trono, causándoles problemas musculares, ceguera paulatina y a veces infartos cardiorrespiratorios, es muy difícil de detectar, a no ser que se encuentre un agente revelador, en este caso el pétalo serviría de mucho. Sólo que ahora el problema es que, porque te alteraste en la fiesta de celebración, le has dado a Asayama tiempo de eliminar todas las evidencias.
—¿¡Todas!? —gritó en plena calle.
—Sí, Asayama fue precavido. Tal vez si no hubieras hecho ese pequeño tropiezo, las pruebas seguirían en la casa. Pero bueno, eso ya está hecho, ahora veré que más puedo rescatar de aquí.
—¿Han revisado el armario como les dije?
—Todo a su tiempo, joven Bakugo —el detective Tsukauchi estaba supervisando al equipo en la sala—. Nos demoraremos el tiempo que sea necesario, de todas formas tenemos todavía los videos como pruebas de acoso a tu ex profesora.
—Sí... —Katsuki volvió a mirarse las manos para ver que no tuvieran sangre.
—Por ahora, cuídate. Te llamaré al final del día para decirte lo que hayamos.
Colgó...
...y entonces sintió que lo sujetaron por detrás cuando iba pasando cerca de un callejón, y le pusieron una mano en su nariz para obligarlo a respirar cloroformo.
—¡NOO! ¡Kacchan! —gritó Izuku detrás de él.
Entre dos sujetos se lo llevaron en una camioneta blanca y polarizada, e Izuku para no dejarlo escapar, se trepó junto a él. Trató de despertarlo, lo sacudió y hasta lo golpeó con sus delicadas manos, pero Katsuki seguía inconsciente en la parte trasera.
—¡Kacchan, despierta! ¡Despierta! ¡Ay no! ¿Ahora qué hago?
Asomó su cabeza para ver a dónde iban, estaban saliendo de la ciudad. Izuku seguía en la ventana para asegurarse de que no irían demasiado lejos, lo mínimo para pedir ayuda, ¿pero ayuda de quién? ¿Kirishima?
¡Sí! ¡Kirishima podría ayudarlo! ¿Pero cómo?
Bueno, eso no tenía problema, podría enviarle una señal. Tal vez jalarle las patas sería una brillante idea, o romper algo de vidrio. Llegaron a un depósito abandonado, anteriormente era un hospital, pero se fue a la quiebra. No dejaría a su amigo roto y triste en un sitio lúgubre y solitario como ese. Apenas se llevaron a Katsuki, Izuku bajó de la camioneta para saber a qué parte de ese lugar de lo estaban llevando. Olía mal, y estaba comenzando a oscurecer.
—Kacchan, no sé si puedas escucharme, pero buscaré ayuda —le dijo antes de irse.
«No quiero dejarte solito, Kacchan. Pero si no busco ayuda, probablemente mueras», Izuku estaba desesperado.
Los de la camioneta se fueron, dejando a Katsuki atado a una silla. Izuku no perdió el tiempo y volvió a subir a la camioneta, ya que, por las películas que veía, sabía que regresarían a la ciudad. Los dos tipos iban en la parte de adelante, y nuestro pequeño brócoli miraba para todas partes, esperando poder reconocer el camino a casa. Al pasar por una autopista conocida, Izuku recordó que ese lugar llevaba de nuevo a la escuela.
Bien, ese trayecto sí se lo sabía de memoria. Fue a casa, donde la señora Mitsuki estaba preparando la cena, y Masaru continuaba en el trabajo.
—¡Señora Mitsuki! ¡Kacchan está en problemas! ¿¡Me escucha!? ¡Señora! ¡Señora!
Intentó de mil maneras atraer su atención, pero no pudo.
—¿Y ahora qué? —se lamentó.
No sabía dónde más pedir ayuda. Conocía a Kirishima, pero no dónde él vivía, tal vez si vagaba en las calles pudiese encontrarlo. Salió de la casa y se fue al parque.
Al llegar ahí, rodeado de árboles y césped recién podado, Izuku se dejó caer al suelo de bruces para descansar un rato de tan fatigosa carrera. Ni siquiera sabía que los fantasmas podían cansarse, suena ilógico, ¿no? Miró a todos lados, pero no vio a Kirishima cerca.
Una chica de cabello rosado y cuernitos amarillos pasó cerca de ahí, llevando una bolsa de mandado en la mano y con la otra sostenía su celular atendiendo una llamada. Izuku la reconoció.
—¡Esa es la chica de la otra vez! —corrió hacia ella—. ¡Mina! ¡Hey! ¡Mina! ¡Kacchan está en problemas!
Pero Mina se fue de largo mientras hablaba:
—Ya voy para allá, ¿ya están afuera? ¡Pues entonces esperen! ¡No voy a tardar! —colgó—. Agh, ¿para qué llegan temprano si les dije que sería dentro de media hora?
Mina e Izuku llegaron a la casa de ésta. Sero y Kaminari estaban afuera esperándola con algunas bolsas de hamburguesas a la mano, dando la impresión de que iban a tener una pequeña fiesta adentro. Sero llevaba en su hombro a su mascota perico.
—¡Les dije que dentro de media hora! ¡Bola de tarados!
—Sí, pero el ave se me iba a escapar y no me van a comprar otro.
El perico aleteó un poco.
—Ya, ¿y dónde están Kirishima y Bakugo?
—Fue a traerlo, no debe de tardar.
Al menos Kirishima notaría la ausencia de Katsuki, culo si no.
Kirishima llegó solito y preocupado.
—¿Y ahora qué? ¿Dijo que no? —preguntó Kaminari.
Mina abrió la puerta con sus llaves y entraron para sentarse en los sofás de la sala para ver una película.
—No lo encontré en su casa, su mamá dijo que salió en la mañana para buscar un trabajo de medio tiempo.
—¿Y no pudiste marcarle?
—Es que no me contesta, a lo mejor sigue trabajando. Pero me preocupa, él no acostumbra apagar su celular.
—¡Kacchan está en problemas! ¡Kirishima! ¡Hazme caso, idiota! —gritó Izuku mientras intentaba sacudir su hombro por la fuerza. Lo único que logró fue hacer que Kirishima comiera una papita mientras veían la película—. ¡Mierda! ¡KIRISHIMA! ¡KACCHAN ESTÁ EN PROBLEMAS! ¡ESCUCHAME!
—¡KACCHAN ESTÁ EN PROBLEMAS! —gritó el perico de repente.
—KYAAAAAAAAA.
Todos abrieron los ojos y tuvieron que pausar la película para poder asimilar lo que acabaron de oír. ¿El perico habló? A Izuku se le prendió el foco: podía ocupar al ave como traductor.
Se paró enfrente del animalito y empezó a hablar:
—Chicos, necesito su ayuda.
—Chicos, necesito su ayuda —repitió el perico.
—Kacchan está en problemas
—Kacchan está en problemas.
—¿Kacchan en problemas? —dijo Kirishima.
—¡Sí! ¡Hombres malos se lo llevaron!
—¿Se lo llevaron? —Mina apagó la televisión—. ¿A dónde?
—¡Afuera! ¡Afuera de la ciudad!
—¡Oye Sero! ¡espero que esto no sea una broma de tu perico!
—¿Y por qué sería una broma, Kaminari?
—¡No es una broma! ¡Soy yo! ¡Soy Izuku! —gritó el ave nuevamente.
—Santa cachucha, ya me dio miedo. Tu perico ha sido poseído por el diablo.
—¡Aléjate, espíritu chocarrero!
—¡Cerrad el pico! Bien, si eres Izuku, ¿puedes guiarnos con él? —dijo Kirishima.
—¿¡Pero por qué!?
—¡Cállense! ¡Katsuki me había dicho que el fantasma de Izuku seguía entre nosotros!
—¿¡Ah!?
—¡Olvídenlo! ¡Katsuki nos necesita y estamos perdiendo el tiempo aquí!
Izuku dio un brinco de felicidad. Era invisible para ellos, pero al menos tomó un método para comunicarse y buscar ayuda. Kacchan estaría a salvo.
—Kirishima tiene razón, ¡vamos a buscarlo! —Mina se levantó de su lugar y comenzaron a salir de la casa.
—¡Hey, pero no me olviden! —gritó el perico.
—Cierto —Sero regresó por él.
Hola holaaaaaaaa mapaches lindos y requete bonitos :3
Vengo a decirles que faltan dos capitulos más para que la historia termine xD
y los invito a leer mis otras obras o zy o zy. jajajajaja
Hasta la próximaaaaaa!
bye bye!
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