Versión 1.0
La chica de ojos azules soltaba alaridos de dolor escondida en la protección de los brazos de su novia, no podía creer lo que había pasado, no quería creerlo, quería esconderse, quería olvidar, quería morirse.
Harriet estaba tensa, furiosa y a la vez, triste. Quería matar al que le había hecho daño a su bebé, que la había forzado, tocado y finalmente, violado. Quería encontrar una forma de consolar y reparar a su pequeña y frágil Louise, que no había parado de llorar con moretones en sus muñecas, cuerpo y mente.
- Cariño. - Lou sollozó sin lágrimas al no tener más que derramar. - Pequeña, ¿qué quieres hacer ahora?
- Q-quiero m-morirme, Hattie. ¡Quiero morirme! ¡Hattie! ¡Hattie! ¡Hattie! ¡Quiero morirme! ¡Quítamelo de la mente, quítamelo del cuerpo! ¡Quítamelo! - desgarró su delicada voz, traspasando su límite de dolor, rompiéndola a más no poder.
La ojiverde soltó lágrimas de tristeza y frustración. De todo lo que había estado guardando desde que el bastardo había salido impune del juzgado, por el simple hecho de alegar al homofóbico juez que: "Quería reparar su abominación" Cuando él había sido lo horrendo, abominable y asqueroso, no ella. Acarició la espalda de Louise tratando de que se mantuviera en sí, pero esta había empezado a desmoronarse, a dejar de ser ella y convertirse en un ser de ojos vacíos que chillaba, pataleaba, rompía y trataba de hacer lo que sea para poder salir por la ventana. Harriet tampoco aguantaba, sentía su deseo de morir, ella también lo sentía, eran una sola persona ahora.
Levantándose con su novia en brazos, se guió a sí misma a la azotea del alto edificio en el que se encontraban, recibió miradas extrañas, pero no le podía importar menos, sabía lo que tenía que hacer. Llegó y observó fascinada el paisaje. El día y la noche parecieron fundirse, el Sol aparecía manchando el cielo con tonos verdes pero la Luna seguía ahí, luchando para mantener su color azul en el cielo, a todo esto, estrellas unían ambos colores.
Antes de bajar a su novia, le dijo:
- Mi pequeña golondrina, ¿recuerdas lo que me dijiste? - la sintió asentir. - Lo vamos a cumplir, juntas. Así que no alces tus alas sin plumas aún, espera. - la bajó, colocándola del lado verde, ella quedándose en el azul, tomaron sus manos, uniendo ambos colores. - Estarás siempre en mi corazón, Louise Tomlinson. Te amo. - exclamó.
- Te amo, Harriet Styles. Soy tuya s-sinceramente, ahora y siempre.
Se besaron, sintiendo la calidez de la otra, una calidez que ya no existiría.
Y saltaron, con los labios aún juntos, y en vez de tener las manos juntas se abrazaron, extendiendo los brazos a sus costados, de manera de simularan alas, y por un momento, volaron.
Un helicóptero rondaba alrededor de ellas, pero no parecieron notarlo, arriba de este un camarógrafo tomó una fotografía en el momento antes de que saltaran, con los labios juntos y de fondo un cielo de dos colores y estrellas titilantes, teniendo una foto que perduraría por siempre.
Pero las alas rotas no pueden volar.
Y cayeron, siguiendo juntas y con los brazos extendidos.
Se convirtieron en hermosas golondrinas, que perdurarían juntas por siempre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top