† Venganza †
~Control de orgasmo: la pareja dominante restringe a la pareja sumisa y la estimula hasta el borde del orgasmo, y solo le permite llegar al orgasmo cuando y solo si la pareja dominante quiere.~
~Narra JJK~
Después de casi una semana de sexo diario creo que he comenzado a acostumbrarme al ritmo, perdí la sensación de agotamiento y los dolores musculares han desaparecido por completo, incluso me encuentro con más energía por las mañanas, y prueba de ello es despertar inusualmente... Contento.
Me giro en la cama para abrazar a mi pequeño amorcito y despertarlo con una ráfaga de besitos y apapachos, gestos que no logra corresponder en su estado somnoliento.
— Buenos días, Jiminshi~ — le saludo, frotando mi rostro en su nuca mientras dejo besitos cortos.
Bosteza y perezosamente estira su brazo para acariciar mi cabeza.
— Buenos días, amor... — arrastra las palabras progresivamente antes de quedar en completo silencio para volver a dormir.
— Amor~ — hago un puchero, rodeando su cintura para abrazarlo por completo y pegar su cuerpo al mío. — Amor, ¿Vas a dormir otro poco?
— El vuelo despega a las 10... — su voz es apenas audible con su voz ronca y bajita. — ¿Que horas son?
— Son las siete. — anuncio, y su respuesta automática es asentir suavemente y tomar posición para volver a dormir. — Cariño~
— ¿Quee? — se queja somnoliento.
No le respondo, prefiero simplemente pegar mis boxers a su culo para que sienta él mismo lo felíz que estoy.
Una pequeña risilla sale de sus labios.
— Amor... — protesta juguetonamente.
— Un rapidín~ — le pido besando efusivamente su cuello para convencerlo.
— Estuve haciendo horas extras para tener todo listo antes de mudarnos, estoy cansado... — me recuerda.
Su negativa me entristece, pero prefiero no insistir más. Me quedo abrazándolo en silencio, sin saber si debo levantarme de inmediato para preparar el desayuno mientras él duerme o quedarme junto a él en la cama, ya que despertar juntos es un evento uno en un millón.
— ... Puedes bajartela en el baño y enviarme video de como te fué. — sugiere.
— Jiji, eso haré~ — me levanto entusiasmado hacia el baño.
~°~ Ɑ͞ ̶͞ ̶͞ ̶͞ لں͞ ~°~
Después de descargarme me siento listo para empezar el día, así que en lugar de volver a la cama decido entrar a la cocina y preparar el desayuno de mi amorcito.
Hoy es un día sumamente especial. Hoy nos despedimos de nuestro departamento y comenzamos una vida de viajes gracias al trabajo de Jimin, eso cambiará nuestras vidas por completo, asi que esto amerita un desayuno igual de especial. Y tengo claro lo que tiene que ser.
Me anticipé a esto y dejé descongelando el pollo una noche antes para tenerlo listo hoy, así la preparación sería rápida.
Mientras dejo las piernas marinandose en agua con sal, ajo y un poco de azúcar, preparo la mezcla de harinas y especias en las que las voy a empanizar. Un poco de música en mis airpods para ambientar y en un abrir y cerrar de ojos ya tengo listas las piezas.
— KFC puede besarme los~
— Uf, ¿Ese aroma es lo que creo que es? — mi marido de asoma a la cocina con entusiasmo y apenas ve las piezas de pollo en la bandeja, se abalanza para abrazarme. — ¡Eres el mejor! ¡Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo!
— De alguna manera teníamos que celebrar tu ascenso~ — correspondo a su abrazo y beso su frente. — Y yo también te amo~
— Te ayudo a preparar la mesa~ — se apresura a tomar la vajilla y colocarlas en la mesa.
Mientras mi niño prepara la mesa, yo me dedico a terminar los dips y servir las bebidas. Cuando termino de dar los últimos detalles y me dirijo al comedor para servir la comida, no puedo evitar sonreír al verlo sentado, esperando pacientemente.
Deja su celular completamente de lado cuando me ve entrar, sus ojos fijos en los platos rebosantes de pollo frito.
— Bon appetit~ — le deseo, y antes de que pueda sentarme para acompañarlo en la mesa, mi esposo agarra una pieza para meterle la primera mordida. — Jejeje~ Come despacio, querido~
— ¡Dios! ¡Es tan bueno! — finge llorar mientras habla con la boca llena. — ¡Juro que tus manos son mágicas!
— Bueno, de eso puedes estar seguro~ — uso un tono picarón mientras lo digo antes de llevarme una pieza a la boca y cerrar los ojos de gusto al probar tal manjar.
Mi esposo se ríe ante mi comentario, pero a partir de allí solamente nos dedicamos a comer y hablar sobre lo emocionados y nerviosos que estábamos por la mudanza.
Aún así, mi subconsciente siempre me insistía en volver a sugerir el rapidín durante nuestra charla, cosa que me abstuve de hacer porque me parecía inapropiado.
Ciertamente... Bajarme la erección yo mismo no es lo mismo que disfrutar del cuerpo de mi marido. Pero él quiso dormir y no había nada que yo pudiera hacer al respecto.
Aunque tampoco es el fin del mundo, tal vez en otro momento del día se pueda...
*-* ूाीू *-*
Me equivoqué. Pienso gruñonamente mientras miro con el ceño fruncido como mi marido recibe las nueces que le ofrece la azafata.
— Que rico~ — celebra Jimin su aperitivo. — ¿Quieres, guapo?
— No tengo hambre, bebé. Gracias. — niego con la mano tratando de disimular mi molestia, pero él se da cuenta de inmediato.
— ¿Te sucede algo?
— No, he... Tal vez estoy un poco cansado. — miento.
— Ho, ¿Quieres que le pida a la azafata una almohada cervical, un antifaz y auriculares con cancelación de ruido? — pregunta, pero su dedo ya está listo para presionar el botón de asistencia.
Diablos, es tan lindo. Pienso, lamentandome por haberle mentido en primer lugar.
Aunque pensándolo bien, tal vez el mal humor se esfume con una siesta, así que acepto la sugerencia. Sorpresivamente, ni siquiera me doy cuenta cuándo es que caí dormido.
Cuando vuelvo a abrir los ojos es gracias a Jimin, que tira de mi camiseta después de no sé cuantas horas.
— ¿Que pasó? — me encuentro desubicado al quitarme el antifaz y notar por la ventana del avión que ya oscureció.
— Amor~ Jijiji~ — se carcajea como un niño pequeño haciendo una travesura, cosa que me da indicios de que no se trae nada bueno. — Amor, creo que no hay nadie en la zona VIP del avión~
— ¿Y que con eso? — pregunto confundido, estoy tan dormido que no puedo unir las piezas de lo que me intenta decir.
— ¿Y... Que tal si nos colamos?~
— ¿Estás loco? ¿Y si nos atrapan?
— Ay, vamos~ Tal vez esta sea la única oportunidad que tenemos de estar en una zona VIP~ — susurra emocionado.
Intento resistirme, pero sus ojos logran capturar mi corazón y obligarlo a seguirlo. Suspiro derrotado.
— Me voy a arrepentir de esto. — susurro mientras me levanto del asiento.
— Yupi~ — celebra victorioso mientras me guía sigilosamente por el pasillo en cuanto la última azafata entra al área de personal.
Cruzamos la cortina y de inmediato mis ojos se abren por completo. Este lugar grita lujos y comodidad, completamente diferente a lo que está del otro lado.
Mi marido salta de alegría mientras se adentra en el lugar, yo en cambio me quedo perplejo, tan solo observando con disgusto como un par de millones te hace “merecedor” de cómodos sillones de terciopelo rojo en lugar de asientos y champagne de cortesía.
Jimin se tumba sobre uno de los sillones del medio del pasillo, aquel que es doble y tiene una ventana enorme con preciosas vistas a la ciudad.
— Ven, Kookie~ — me llama, extendiendo sus brazos y piernas al aire para que me acueste con él.
Ya estoy aquí, no puedo negarme ahora. Así que solo camino hacia donde está y me tumbo sobre su pequeño cuerpo, cosa de la que de inmediato se queja con diversión.
— Ay~ Estas muy pesado~ — intenta empujarme, pero no lo logra.
En su intento por apartarme de encima suyo, solo logra que nuestros miembros se froten el uno contra el otro. Se detiene en seco de sus jugueteos, y yo veo la oportunidad de mi vida.
Agarro sus mejillas y le estampo mis labios contra los suyos para besarlo con pasión y picardía. Él de inmediato se da cuenta de mi intención y aparta su cara.
— ¿Y~y si nos atrapan? — sus mejillas rojas.
— Piénsalo así. — me subo por completo al sillón, sentandome en sus piernas y sosteniendo sus muñecas con ambas manos por encima de su cabeza. — Tal vez esta sea la única oportunidad que tenemos de estar en una zona VIP~
No objeta nada, se limita a aceptar su destino y dejarse besar el cuello por mí. Prolongo las lamidas porque sé que le encienden mucho, y apenas percibo su ritmo cardíaco acelerado, me tomo la libertad de bajar mis besos a su pecho, no sin antes desabotonar su camiseta.
— Jungkook~ — jadea excitado mientras se estremece.
Beso su pezón de la forma más hambrienta y salvaje posible, acción a la que responde con un respingo.
— N~nos podemos met~er en problema s~si nos v~VEN~ — hace su último intento, a lo que sonrío.
— Adoro como intentas hacer parecer que tú eres el inocente... — deslizo mi mano por su pecho hasta tomar por completo su intimidad a través del pantalón, sintiendo de inmediato el grosor de su pene y la humedad en su ropa. — Cuando estás tan mojado aquí abajo~
— Nhg~ — responde a mi tacto, por lo que empiezo a frota mi mano sobre su erección, provocando que sus pequeños gemidos aparezcan uno tras otro.— Ah~ ¡M~mhm!
Desde mi posición puedo ver sus pequeños pezones erectos, tan solitarios... Así que decido derramar sobre uno de ellos una gran cantidad de saliva. En cuanto el líquido toca su piel, su espalda se arquea.
— ¡Ah!~ — grita de la sorpresa y mi primera reacción es cubrirle la boca con fuerza.
— Shhh~ — susurro. — Tienes que guardar silencio o nos describirán, y tú no quieres que te vean comportandote como una zorrita pervertida en un lugar público, ¿Verdad?~
Titubeó al responder, cosa que hace volar mi cabeza, pero finalmente responde que no.
— Entonces bebé necesita guardar silencio, ¿No es así?~ — pregunto, pero mi mano no a parado de estimular su pene por sobre su pantalón. Asiente mientras llena mi mano de jadeos y gemidos ahogados. — Buen chico~ Ahora ponte en cuatro y muéstrame el culo.
Habilidosamente se sale de entre mis piernas sentadas en las suyas, mostrándome que pudo haber escapado de mí todo este tiempo. Se desviste para mí y en cuanto se despoja de su pantalón y ropa interior, vuelve a subirse al sillón poniendose automáticamente en cuatro.
Abro su enorme culo con mis pulgares para dejar al descubierto su agujero, solo para escupir sobre él y disfrutar de su saltito.
Me inclino para quedar a su altura y sosteniendo con fuerza sus dos nalgas, le doy un largo lengüetazo a su entrada que de inmediato siento como su cuerpo entero se tensa.
— ¡Mhhmmm!~ — rasguña el terciopelo para suprimir su grito.
Después de la lamida, me dedico a besar sus estrechos labios como si estuviera besando los de arriba, con lujuria y de la forma más húmeda posible, disfrutando del temblor de mi marido.
— ¡Mhm! ¡Uhm! — esconde su rostro entre sus brazos para intentar gemir de la forma más silenciosa posible, pero el temblor de sus piernas lo están volviendo loco.
Una vez que su culo se dilata, me enderezo sin soltar ambas nalgas y, aprovechando la reciente costumbre de su cuerpo a recibirme de manera salvaje debido a los últimos días, se la clavo hasa el fondo.
— ¡Ahm! — él mismo logra cubrirse la boca ante de gritar.
Apenas llego al tope siento como sus paredes se cierran a mi alrededor, casi como si me estuvieran dando la bienvenida sin oportunidad de irme. Un cosquilleo recorre mi espalda baja.
— Pequeña puta, estabas deseando mi verga, ¿No es así?~ — le doy palmaditas en el culo.
— Mi culito extrañaba mucho tu verga, daddy~ — acepta, remeneando sus caderas con desesperación para sentirlo completo. — Por favor no me la saques nunca~
— Te voy a coger tan duro que la vas a sentir dentro durante tres dias~ — le prometo mientras me preparo para romper a mi querido esposo, sosteniendo su pequeña cintura con fuerza.
— Rompeme el culo, daddy~ — pide casi babeando.
Su lenguaje sumiso finalmente hace efecto en mi, estoy tan excitado que olvido por completo que estamos en un avión público y las primeras cuatro estocadas son tan toscas que se escuchan los aplausos
— ¡Ah! ¡A~ahh! — muerde su propio brazo para contenerse
Cuando recupero la conciencia de mí mismo comienzo a penetrarlo más suave, lo que no quiere decir que dejo de darle duro, sino que no llego a meterla toda para evitar los aplausos.
Jadea como un loco mientras le abro el culo, sin poder gemir tan alto, rasguñando el sillón con frustración.
Su culo se cierra tan bien alrededor de mi pene cada que toco su próstata que casi hace que grite un par de veces, atrapado por el placer. Por el reflejo de la ventana veo como sonríe, burlándose de eso.
Enojado, le doy tal estocada que lo empujo contra la ventana, estrellando su pecho contra la fría superficie. Arremeto contra él, presionando su mejilla y tetas contra esta.
— ¡J~jungkook!~ — súplica, hasta que su petición se convierte en el gemido más dulce y caliente que le he oído, mientras recarga su frente sobre la ventana, empañandola. — AaaAHhhhhMMMM~
Abrazo su cintura nuevamente y comienzo a penetrarlo con todo el peso de mi cuerpo, estrellando su pecho cada que lo empujo contra la ventana. Gime y jadea tan rápidamente que le falta poco para cubrirla de la humedad de su aliento, volviendola una de esas semitransparentes.
— D~daddy~~ — se derrite de placer, secuestrando mi verga apretándola con su culo. — D~d~diooosss...
A llegado al punto en el que comienza a lloriquear, pero solo puedo sentir el disparo de placer que me recorre desde la pelvis a la punta de los pies cada que se la clavo dentro, así que ni bien se la saco un centímetro, ya voy por la siguiente estocada.
— M~me voy a~ — anuncia, totalmente ajeno a lo que tenía planeado desde un principio.
Apenas escuchar esas palabras, mi mano se apresura a tomar su verga y apretar su punta.
— Ay~ — respinga sorprendido, y en cuanto nota que apretarlo le retrasó la venida, se congela. — Jungkook, ¿Que hac~?
— No tienes permitido venirte hasta que yo lo hago, ¿Entiendes, zorrita? — susurro a su oído.
— P~pero yo~
— Pregunté que si lo entendiste, zorrita. — marco con un tono enojado, apretando un poco más su miembro. — Consideralo una venganza, cariñito~
— Eres tan infantil~ — se ríe un poco.
Con la misma fuerza de sujeción le doy tan solo tres jalones a su verga, cosa que lo hace encogerse entre quejidos placenteros.
— Lo he ent~entendido, papi~ — tartamudea, preso del placer.
Asiento. Regreso lentamente al ritmo de antes, está vez sin soltarlo del pene para evitar su desobediencia, cosa que no termina de gustarle, pero irónicamente no deja de temblar como un loco.
— Ahhh... ¡Ohm! — sus manos las cierra en un puño mientras se sostiene a la ventana, el ceño fruncido en su frente lo hace ver más caliente aún.
El movimiento de nuestros cuerpo hace que inevitablemente mi mano comience a jalarle del miembro, pero a pesar de su evidente debilidad de todo su cuerpo al estar al borde del climax, hace todo lo que está en él para no venirse primero.
— Pa~papi, por favor~ — pide entre lágrimas.
— Aún no. — le niego mientras disfruto de la forma en la que su cuerpo tiembla debajo de mí.
— Ahg... Por~por~por favor, papiii...
Muerdo su hombro para callarlo, él chilla pero funciona. A partir de allí no para de llorar y gimotear como un bebé, casi puedo entender como me insulta con cada gemido.
Estoy disfrutando demasiado de como su culo me abraza con fuerza aún cuando el resto de su cuerpo ya no tiene ni una pizca de tensión. Está literalmente hecho una gelatina que chilla.
Especialmente cuando meto la punta en la zona de su próstata, me abraza tan rico que siento que toco el cielo. Preso del placer, deja de importarme una mierda quien nos escuche y se la clavo toda con cada estocada, repartiendo chapoteos y aplausos por toda la cabina.
— Nhgggggggg... B~bastaa... — lloriquea mi hermoso novio. — ¡Ahhh!
— ¡AHHH! — un disparo de semen sale de mí y se clava en mi esposo, derramando el líquido entre nuestros cuerpos unidos. — Mhggf...
Ni siquiera espera a mi orden, mi chico se viene a chorros sobre el cristal entre temblores y jadeos llorosos.
Sonrío, pues está vez se la voy a dejar pasar.
— Es~... Esto no~ se va a~a quedar as~... Así, Jeon J~jungkook~ — me amenaza, a lo que río.
Fue un milagro que no nos atraparan, aunque en el aeropuerto en USA los empleados nos veían de forma inusual... En fin, todo salió bien.
Llegamos a nuestro hogar temporal pero estábamos tan cansados que ni siquiera desempacamos o recorrimos el departamento, buscamos la cama y ahí nos quedamos toda la tarde y parte del día.
Jimin estuvo tan molesto conmigo por ese castigo que no lo olvidó en un mes.
• • • εつ • • •
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