† Maratón †

~Narrador omnisciente~

Aquel exótico tatuaje que exhibe las fases de la luna estalla con furor contra la delgada pared de madera; Jimin es sometido entre los brazos de su amante apenas el matrimonio llega a la puerta del departamento.

Se besan de una forma tan intesa que sus narices se frotan una con la otra de una manera un tanto incomoda. La humedad de sus agitadas respiraciones se chocan y funcionan, creando una atmósfera que grita la necesidad que se tienen.

Entre hambrientos besos y gemidos ahogados, Jungkook se inclina por completo sobre el pequeño cuerpo de su amado, presionando su pene duro y abultado contra la erección del mayor, quien rompe el beso tan solo para permitirse gemir.

— Mhggg... — Park Jimin se muerde el labio, su pecho sube y baja como loco mientras sus ojos le miran como a un dulce caramelo, babeando y deseandolo con la mirada.

Jungkook se lanza a su cuello para besarlo, deslizar su lengua formando patrones sin sentido, decorando su piel con la marca de sus dientes y succionando, dejando moretones rojizos. El mayor cierra los ojos y tiembla como un cachorro asustado con cada roce, abraza su cuello y acaricia los cabellos qué cuelgan de su nuca.

— Ahh... — jadea el rubio, su pene siendo estimulado por las caderas de Jungkook, frotando su verga en un vaivén desesperado. — Quiero sentirte dentro...

Sin necesitar decir más, su esposo se aferra a las piernas de Jimin y lo empuja hacia arriba como si no pesara nada, la espalda del rubio se desliza por la pared con facilidad y este termina varios centímetros por encima de la cabeza de su amado y con las piernas totalmente abiertas para él.

Jungkook entierra su rostro en el culo de su novio, frotando su nariz sobre la dilatada entrada de Jimin por encima de los reveladores y cortos shorts. Jimin coloca sus manos sobre la cabeza del pelinegro para sostenerse en el aire, confía en la fuerza de Jungkook, pero no hará daño seguridad extra...

La escurridiza lengua del menor se pasea por su culo aun por encima de la ropa, hasta que la saliva es tan excesiva que moja la ropa y lubrica su entrada.

— Papi~ — se estremece Jimin, enredando sus dedos en su cabello y tirando de sus pelos.

Desesperado por su tacto y de deshacerse de la separación de la ropa, Jimin logra quitarse el short de la forma más aparatosa posible. Incluso no se lo quita por completo, ya que la prenda queda colgando de su tobillo derecho. Vuelve a tomar la cabeza de Jungkook y la empuja para que vuelva a su antigua posición.

Jungkook le saluda con un lengüetazo directo a sus labios externos.

— ¡Ahhhhhh! — gime el mayor, enloqueciendo en cuanto Jungkook la mete y penetra con ella. — ¡Ahh!... ¡Anh!~~

Después del lengüetazo, comienza a comérselo de forma desesperada. Mete y saca su lengua rápidamente, escupe dentro del agujero, besa sus labios como si se tratarán de los superiores y succiona como si quisiera chuparle el alma.

— Nhgg... ¡AhhHH! ¡Jungkook! — Jimin tirita, su pene está tan duro y dilatado que de su punta se derrama presemen en un fino hilo incoloro.

De repente algo sucede, Jungkook lo suelta de sus piernas y Jimin cae en picada al suelo. Su corazón se detiene por varios segundos, su adrenalina se dispara y estira sus brazos en el aire para sostenerse de algo, hasta que sus piernas son nuevamente tomadas por los brazos de Jungkook, quedando cara a cara nuevamente.

— Tranquilo, te tengo. — sonríe Jungkook, divertido. Aquel movimiento fue completamente a propósito, y Jimin frunce el ceño.

— E~eso no fue gracioso... Realmente creí que me caería... — el rubio hace un puchero molesto, molestia que Jungkook cesa con un casto beso.

— Jamás te dejaría caer. — promete en medio del beso.

Jimin sonríe con sus mejillas encendidas, vuelve a rodear su cuello y corresponde el beso, añadiendo lengua como su toque personal. 

Y en medio del gesto, Jungkook aprovecha la lubricación de su saliva para meter su verga de una sola estocada.

— ¡Ahhnn! — chilla Jimin, una pequeña y solitaria lagrima de dolor recorre su mejilla.

Jungkook vuelve a prenzarse de los labios del rubio, comiéndole la boca con pasión y deseo mientras sus caderas golpean el gordo culo de su esposo, el cual rebota sin parar al ser castigado por sus embestidas.

— Mhm... ¡¡Mhm, mhmmmmm!! — gimotea Jimin mientras de su verga se desborda el presemen sin parar.

— Ahhh... Ah~ — jadea el pelinegro contra la oreja del más pequeño. — Hoy estoy tan ¡APRETADO!~

Jimin está tan excitado que sus músculos rectales se contraen con fuerza con cada estocada, envolviendo el pene de Jungkook como una vivora engulle a su presa.

— Mhm~... Más... Más duro, por favor... — suplica el mayor con su voz entrecortada.

Jungkook obedece. Usa todo el peso de su cuerpo para moverse de atrás hacia adelante sin detenerse, importandole en lo absoluto si el movimiento provoca que la espalda baja de su novio se estrelle y rebote sin parar contra la pared. Tan solo le importa como su pequeño se traga toda su verga con su caliente y apretado culo.

Sus piernas tiemblan, el sudor corre a chorros por la frente de Jungkook y con cada embestida cree estar a punto de estallar dentro de su niño. Jadea brusco y entrecortado, su respiración se estrella contra el rostro de Jimin.

— ¡Jungkook! — Jimin finalmente llega al clímax, el semen sale a chorros mientras él se aferra y rasguña la ardiente y musculosa espalda de su novio.

Pero nuestro Top no planea detenerse, sigue moviéndose dentro, taladrando con fuerza para provocar chapoteos obscenos. Jimin está sumamente sensible, cada golpe en su profunda próstata lo hace perder la cabeza, se le nubla la vista, el rostro de su esposo se muestra borroso, ahora solo puede ver luces estrellandose unas a otras, formando patrones brillantes que lo hacen perderse en sí mismo.

El pelinegro nota como el cuerpo de su esposo se convierte en una gelatina ruidosa, sonríe enternecido y se detiene solo para cargarlo hasta el sofá, donde lo recuesta dulcemente. Besa su sudorosa frente y se separa en busca de un vaso con agua y una toalla, pero rápidamente es detenido por Jimin.

— ¿A donde... — jadea. — Vas...? T~tu no has terminado...

Jungkook le mira y observa sus piernas temblar, su cuello visiblemente mordido y su nariz todavía respirando con dificultad.

— Hemos terminado. — sentencia, renunciando a su propio placer para preservar la vitalidad de su esposo. — Voy a buscarte algo de agua ahora...

De un paso, pero es incapaz de dar otro pues Jimin se aferra a su muñeca.

— ¿Que estas planeado...? — pregunta confundido, hasta que con las fuerzas que le quedan, el rubio se arrodilla en el sofá, toma las caderas de su esposo y comienza a chuparle el miembro. — Jim~Jimin, no... No hace falta... Puedo...

El mayor se saca la punta de la boca, alza la vista para verlo a los ojos mientras abre la boca y saca la lengua, frotando su glande sobre toda la extensión de su lengua. Jungkook se encoje debido al estremecimiento y los ojos de Jimin brillan con orgullo.

El menor extiende su brazo y acaricia su mejilla con sus dedos llenos de tatuajes.

— ¿Estas seguro que todavía puedes?

En respuesta el rubio sonríe, vuelve a engullir su miembro y mueve su cabeza de atrás hacia adelante rápidamente,  frotando su lengua múltiples veces contra su frenillo.

— Mhgn... Ah~ — Jk cierra los ojos para disfrutar del placer que le entrega su hermoso esposo.

En este momento, Jeon conoce su lugar,  Jimin tiene el control y no le permitirá dirigir el ritmo. Jimin se aprovecha de eso y, mientras le come la verga, juega y acaricia sus bolas de forma circundante.

— A~ah... — un golpe de placer sube por la espina dorsal de Jungkook tan rápido que lo hace creer que va a perder el equilibrio, y su primera reacción es sostenerse de los hombros del rubio. — Ay, carajo, mi amor...

Motivado por el placer que expresa su pelinegro, Jimin comienza a meter más y más centímetros de los que su garganta le permite. De sus comisuras desborda saliva, empapando el pene de su novio accidentalmente, liquido que comienza a gotear hacia el piso con cada segundo que pasa.

— ¡Ahm! ¡Ah!~ — gimotea Jungkook,  ahogado en el placer que le ofrece la mojada y húmeda garganta.

Finalmente el rubio logra meterla toda, sus lágrimas ruedan por sus ojos y siente que se ahoga, pero está dispuesto a mantenerlo dentro por más tiempo solo para ser recompensado por la temblorina de las piernas de su amante.

Y cuando no lo soporta más, se la saca entera, tomando una gran bocanada de aire inmediatamente después. Pero no piensa detenerse ahí, usa su flexible lengua para frotarla contra su frenillo en diferentes direcciones, cosa que provoca espasmos intensos en todo el cuerpo de Jungkook.

— ¡Cariño! ¡Ahhh... Ahg! — suplica por un poco de piedad, aferrándose a los cabellos dorados del habilidoso chico.

Jimin besa su punta tan apasionadamente como lo haría con sus labios, succiona el glande sin miedo y escupe repetidamente en él. Lo complace con la lengua mientras el resto de su verga la sacude bestialmente con la mano.

— ¡¡Ji~Jimin!! Cariño~ Por favor, más...

Su cabeza ya estaba dando vueltas, su pecho sube y baja descontrolado, y todo empeora cuando la mano libre de Jimin presiona suavemente sus bolas, actuando como un botón qué provoca su estallido.

— Ahh... ¡AHHG! — el menor llega al extasis, se viene a chorros sobre el rostro angelical de su novio, quien recibe la lluvia gustoso.

— Buen chico. — bromea el mayor, besando la punta de forma casi paternal.

Jungkook se carcajea un poco y se lanza hacia su marido, fundiendose ambos en un abrazo y ataques de besos en el sofá de la sala.

— Fue el mejor oral que me has dado~ — lo felicita el pelinegro, sonriente.

Jimin lo toma del rostro y le estampa un beso cursi y romántico. Para después apuñalar el romanticismo con un lengüetazo directo a los labios de Jungkook, quien sonríe, atrapado en los brazos de su amor.

Todo era risas hasta que, con Jungkook encima de su pecho, Jimin percibe un objeto sumamente duro presionando su muslo. El pelinegro se sonroja, avergonzado por aquella reacción tan exagerada a la lengua de su niño sobre sus labios.

Jimin está a punto de burlarse, pero siente como su propio miembro comienza a palpitar excitado, y al ponerse duro se encaja en la costilla de su amante. Entonces ahí, Jungkook no es el único avergonzado.

Ambos se sumen en un silencio incómodo, sin saber que decir. Pero no necesitan decir nada, simplemente hacen lo que deberían hacer y ambos se funden en un beso hambriento, lleno de saliva y deseo.

Esta vez Jungkook no se toma la molestia de preparar a su chico, simplemente cuela sus caderas entre las piernas del rubio y mete sin esfuerzo alguno su miembro necesitado en el agujero igualmente necesitado de Jimin, quien responde con un gemido ahogado en medio del beso.

— Ahhhh... Ah~ Jungkook~... — Jimin prensa el cuello de su amante con fuerza, recibiendo con placer el enorme miembro del menor.

— Jimin... Mi hombre... — jadea Jk, presionando su boca abierta contra la de Jimin mientras se coje su culo con rapidez.

Sus bolas se estrellan sin parar contra el trasero del rubio, llenando el departamento con el chapoteo y aplausos intensos. Jimin abraza la habilidosa cadera, hipnotizado por el ritmo incesante y caliente.

— ¡Jungkook! ¡J~Jeon Jungkook! — jadea Jimin, entrecerrando un ojo debido a la pequeña incomodidad que le provoca ese ritmo tan brutal.

El rechinido de los resortes del sofá eran diabólicos, al igual que los gritos de Park Jimin que a este punto ya reconocen los vecinos al pie de la letra, y para mala suerte de ellos, cada vez se hacían más y más ruidosos.

Los quejidos y lloriqueos de un extasiado Jimin no eran más que música para los oídos de Jungkook, y en busca de más de esos, por más cansado y débil que estuviera, no baja el ritmo. Taladra a su pequeño griton como si su vida dependiera de ello.

Los cuerpos de ambos ya habían experimentado el pico de placer que le entregó el otro, por lo que se encontraban demasiado sensitivos; cada movimiento dentro, sonido minimamente estimulante, la combinación del placer y la saciedad anterior era tortuosamente deliciosa he insoportable.

— ¡Ah! ¡Ahhhh! ¡AHHHHH! — vestigios de lágrimas parecen en los lagrimales de Jimin. — Jungkook... No lo soporto...

— E~espera un poco más... Ya casi... — pide el pelinegro, besando justo debajo de la oreja de su pareja para tranquilizarlo.

El traqueteo tan solo se extiende por un minuto más, pasado ese tiempo, ambos ceden al placer, entregándose aquel líquido espeso que tanto les gusta. Se besan y Jungkook baja al cuello, pechos y abdomen de su pareja para limpiar el semen qué había derramado sobre si.

Cansado, Jungkook decide descansar su cabeza sobre el estómago de su cariñoso esposo, quien le acaricia los cabellos débilmente.

Los pechos de ambos no han parado de sacudirse, y la fuerza con la que sus corazones bombean sangre no se han detenido. Están exhaustos y débiles, tan solo disfrutando del abrazo.

— Amor... — susurra Jimin en medio del silencio.

— ¿Mhm?~ — pregunta el contrario, tan cómodo sobre el abdomen de su novio que está a un paso de ronronear.

— ¿Podemos... Hacerlo otra vez? — musita avergonzado por su pedido.

Su pareja alza la vista con la mandíbula por el piso, cosa que no hace más que provocar bochorno en el mayor.

— ... ¿Por favor?~ — insiste.

El pelinegro sonríe, pero finalmente se levanta, arrodillandose frente al rubio y estirando sus brazos.

— Bien... Creo que ya descansé bastante. — se truena el cuello. — Ahora... Ponte en cuatro.

Jimin está tan emocionado por esa respuesta que por un segundo en sus ojos se reflejan corazones. No pierde tiempo y se coloca para su hombre, quien le recibe con una fuerte nalgada qué lo hace temblar.

— Eres un pequeño necesitado de verga, nunca es suficiente, ¿verdad? — pregunta Jungkook, frotando sus dedos índice y anular llenos de tatuajes en la chorreante entrada de Jimin.

— L~lo quiero sentir completo... — menea las caderas y frota su palpitante entrada en los dedos de su pareja.

Jungkook escupe una gran cantidad de saliva en su abierto culo, haciendo temblar al mayor, jadeando entre el encierro de sus propios brazos alrededor de su cabeza.

Una pequeña sacudida picarona a su miembro con esa estimulante vista y en segundos se encuentra listo para otra ronda. Ni siquiera le da tiempo a su pene para procesar lo que sucede, simplemente empala a su chico con la mitad sin resistencia alguna.

— Ahhhhhhhhhh... — lo recibe el rubio, sus paredes están tan dilatadas que solo la mitad ya lo hace lloriquear. — Dios...

Jungkook vuelve a azotar el cachete derecho.

— ¡Ay! Ah... Ah... — jadea.

A Jungkook le fascina inmediato esa reacción, así que no se detiene ahí. Azote tras azote, el menor convierte ese espacio en una sesión de nalgadas cada vez más firmes y pesadas, provocando en Jimin una especie estímulo parecido a una cogida bien servida.

— ¡Amor! ¡Ay!~ M~mhmmmnnn... — lloriquea, pero a pesar del dolor, mueve sus caderas, dispuesto, pidiendo más azotes.

— Ha... Pequeña puta traviesa... — sonríe satisfecho, aumentando la velocidad de las nalgadas. — Te encantaría tener la verga de papi dentro, ¿no es así?...

– Si... Si, la necesito, papi... — el rubio se reclina hacia atrás, metiéndose más que solo la mitad. — Mhg~

Las mejillas de Jungkook se encienden en candela mientras sonríe, completamente endulzado por el comportamiento de su esposo.

En un firme movimiento de cadera, Jk estrella su pelvis en los glúteos del rubio, haciendo rebotar sus carnes.

— ¡MhgAAAAH! Hi~hip... — un pequeño ataque de hipo se escapa de los labios de Jm.

El menor rodea la pequeña cintura de su esposo, lo somete contra el sofá y comienza a abrirle el culo con menos rapidez qué la última vez, pero conservando la profundidad.

— ¡Ah! ¡Hip! Mhmmg... — gime mientras de su pene gotea presemen, manchando el cuero del sofá.

Jungkook rápidamente le acompaña en el cántico erotico, la caliente vista de la espalda tatuada de su pequeño novio es más que suficiente para devolverle las fuerzas que había perdido. Gracias a eso retoma el ritmo, comienza a taladrarlo con la fuerza de un toro.

— ¡A~ah! Hip... Hip... ¡Gahhh! ¡Ayay! — lloriquea sin parar, pues sus bolas estaban siendo golpeadas por las de su novio sin piedad alguna.

La cogida estaba siendo tan dura que el semen qué Jungkook le había entregado antes comenzaba a salir por su agujero, esparciendose por sus piernas y dejando hilos pegajosos entre sus bolas y las de su novio.

— Mi niño... — jadea Jungkook, completamente bañado en sudor. — Me encantas~

Pero Jimin no le responde, está tan inmerso en su propio placer que no puede oír más que los gemidos provenientes de su boca.

Los golpes que le ensartan la verga estaban siendo tan intensos que todo su cuerpo rebota en consecuencia, su mejilla se frota contra el cuero, dejando la zona rojiza.

Pero hay solo una cosa que no termina de gustale a Jungkook, y es que ya no aprieta su miembro con fuerza... Entiende que está cansado, pero extraña ese gesto.

— Aprieta para mi, lindo~ — pide Jungkook, titubeante.

El rubio finalmente le escucha, lo intenta, y aunque al principio no sabe como hacerlo de manera consiente, rápidamente encuentra la forma de tomar control de aquellos músculos. Apenas lo hace, nota que a su esposo le gusta tanto que incluso aumenta la rapidez de sus embestidas.

— Ah... ¡Hip! ¡Ahhhhhhh! ¡Papito!... ¡Papi!...

El chapoteo pegajoso de la piel bañada en semen acompaña sus gemidos, sonido que incluso predomina mucho más que estos últimos.

Continua el ritmo incesante hasta que ambos sienten que pierden la noción del tiempo, las cosquillas en la pelvis han comenzado a subir hasta los hombros, atacandolos con el tan esperado clímax.

Se vienen juntos; Jimin sobre el mueble y Jungkook lo rellena cual pavo, colando su semen por cada rincón de su culo.

Cansado, el pelinegro se la saca, dejando que todo el semen atrapado escape por el agujero de Jimin cual cascada. Jk se inclina, abraza la cintura de su amado y con cariño besa la nuca y hombros del agitado Jimin.

— Estuviste increíble, amor~ — le da un último beso en la espalda alta antes de erguirse y mirar hacia la cocina. — ¿Quieres un poco de agua, bebé?

No obtiene respuesta, así que se gira hacia Jimin, lo sacude un poco el cuerpo de este cae rendido en el inmueble. Adormilado estira sus brazos, atrapa un cojín y lo abraza fuertemente, es entonces que Jungkook escucha el pequeño ronquido que sale de su novio.

Sonríe. Besa su frente y se dispone a prepararse el baño.

A la mañana siguiente, Jimin despierta en su cama, cubierto con mullidas sábanas, con el cuerpo limpio y ropa calentita. Jimin no podía haber pedido un mejor esposo.

♡ ♡ ♡ (‿ˠ‿) Ɑ͞ ̶͞ ̶͞ ̶͞ لں͞ ♡ ♡ ♡

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