† Detras de la puerta †

~Voyerismo: consiste en obtener excitación sexual mientras se observa a alguien desprevenido que se está desvistiendo, que está desnudo o en plena actividad sexual. Este comportamiento es ilegal e inmoral y no debería ser replicado en la vida real~

~Narra Guk~

— "¡Y con eso concluye el partido! ¡Brasil gana con un marcador de 4 a 1, Brasil se va a los cuartos de final! ¡Que emocionante resultado y que digna pelea dio corea! ¿Que piensas tu, Somyung? ¿Como sentiste el partido?"

El locutor coreano trata de mostrarse positivo mientras su compañero está tan disgustado por el resultado que casi se le salta una vena.

— "¡Indignante, inaceptable! ¿¡Es que el var es ciego!? ¡Ese gol era válido! ¡¡Y aquel empujón qué recibió Hong Chul fue claramente una falta!!"

La transmisión en vivo se corta y no me queda más que largar un suspiro de frustración antes de darle el último trago a mi cerveza, pues me he quedado sin una distracción demasiado pronto. Ni siquiera me interesa el fútbol, solo quería ocupar mi mente por un par de horas.

Me levanto del sofá y de repente soy consciente de la escena tan mediocre que monté en la sala, esparciendo latas vacías de diferentes alcoholes, bolsas de papitas y una caja de pizza qué ni siquiera terminé; me apresuro a limpiar y guardar en toppers las rebanadas qué quedan para recibir con ellas a mi marido, que en este momento está trabajando.

Escucho como aparece otro programa en la televisión desde la cocina, y apenas termino de lavar el unico plato que usé me apresuro a sacara mi celular del bolsillo y verificar por vigésima vez si Jimin me a enviado un mensaje desde la última vez, como un puto desquiciado.

El resultado es el mismo. No sé porque pensé que está vez sería diferente... Es obvio, está ocupado. Se tomó un minuto de su apretada agenda para avisarme que no podría llegar a casa tan temprano como lo había previsto y yo solo estoy esperando que tenga tiempo de escribirme... Es ridículo.

Pero no puedo evitar sentirme ansioso. Jimin nunca había estado tan ocupado los últimos tres días que nos hemos quedado aquí y habíamos estado teniendo sexo diario. Me acostumbré demasía rápido a esa rutina...

Salgo de nuestra conversación en KakaoTalk y me quedo observando la pantalla principal, especialmente el buscador.

Hago un puchero pensativo, realmente nunca me sentí atraído por el porno, pero quizás...

— Mhm... ¿Debería preguntarle a Jimin qué piensa sobre que yo vea eso o...? — balbuceo en la soledad del departamento, entrando de nuevo a nuestra conversación, a punto de escribirle. — Mhm, no. Tal vez sea un poco raro...

La gente realmente ve estas cosas como algo habitual, ¿no es así? Es algo que todo el mundo hace. No sería raro si lo hago yo.

Dudoso y cauteloso preparo la habitación, robo el papel del baño, pido prestado un lubricante de nuestra colección y me desvisto por completo frente a la pantalla de mi celular. Entro a la página y me ataca la primera pregunta.

¿Que debería buscar? Nunca me detuve a pensar que tipo de contenido me llamaría la atención.

Definitivamente nada que involucre a una chica. Absolutamente no.

— Mhm... "Chicos... Gran trasero" — escribo cualquier cosa y mis ojos se saltan con los primeros recomendados.

Me desliso cuidadosamente, pero nada parece llamarme la atención. No puedo evitar pensar en que el culo de mi esposo es mucho más esponjoso y hermoso. Y de repente caigo en la cuenta de que estuve buscando equivocadamente.

¿Por que buscar videos de extraños cuando mi propio marido envía fotos por y para mí disfrute? Salgo de esa página y corro hacia mi galería, donde estuve guardando las fotos en una carpeta privada como un secreto de estado.

Mi esposito es sumamente creativo, ni una sola foto se repite en ángulo o concepto. Un vistazo a las primeras tres fotos me basta para acelerar mi corazón y ponerme duro.

Carajo, soy tan afortunado.

~Narra Mimi~

Apenas soy capaz de colocar la llave en la ranura de la puerta, estoy sumamente ebrio y mi visión se triplica cuando lo estoy. Maldita sea, esos engreídos Ceos no pararon de hacerme beber durante toda la reunión...

Pero valió la pena, logré que firmaran un convenio con nuestra empresa.

Ni siquiera me molesto en avisar que llegué a casa, pues me llena de vergüenza que Jungkook me vea entrar así, simplemente me deslizo por el departamento con sigilo.

No hay indicios de vida por ningún lado, así que supongo que salió por su cuenta a comprar algunos víveres o turistear los alrededores.

Camino hacia la habitación para buscar algo de ropa para darme una ducha, pero me detengo en seco al escuchar gemidos provenientes de dentro. Distingo la voz de mi novio, así que me doy la libertad de asomarme por la pequeña abertura de la puerta.

Me congelo y de inmediato cubro mi boca para detener la expresión de sorpresa que saldría de ella.

Su ceño fruncido, el sudor de su frente, los atractivos gemidos que salen de su boca hacen que mi cuerpo reaccione. Me debato entre salir de mi escondite y arruinar su momento o salir de él y unirme a la diversión... Pero hacer eso sería descortés, ¿no? Al menos debería dejarlo terminar.

Pero tampoco es una opción apartar mi mirada he irme. Si el universo me concedió este espectáculo, yo debería aprovecharlo, ¿no es así?

Mi marido tiembla con cada caricia hacia su glande, cosa que me indica que está sumamente sensible... Eso me produce un escalofrío y no dudo en bajar el cierre de mi pantalón.

Tomo mi pene y comienzo a acariciarme sin perder de vista cada movimiento suyo, sus gemidos son cada vez más fuertes y tengo el impulso de gemir con él. Pero eso arruinaría la diversión, así que tomó el cuello de mi camisa con los dientes para suprimir mi voz.

— Ah... Jimin... — mi marido tira de su cabeza hacia atrás.

Mi cuerpo salta, cierro los ojos como reflejo para concentrarme en el enorme placer que me disparó su llamado. Pero inmediatamente los abro, solo para ver como su mano aumenta la velocidad con la que se manosea, inconscientemente hago lo mismo.

— A~amor... — tartamudea mi chico.

Mi pene se endurece de una forma que nunca antes había experimentado. La adrenalina que estoy sintiendo ahora mismo es adictiva y peligrosa...

— Jimin... Ven aqui~ — sus ojos dejan de ver el celular para clavarse en los míos, cosa que me sorprende al instante. — ¿Te gusta la vista, amor?~

Abro la puerta lentamente y con vergüenza entro en la habitación.

— ¿Desde cuando...?

No me responde, en cambio, sonríe y hace con sus dedos una señal para que me acerque. Mientras camino hacia la cama, él se da la libertad de seguir manoseandose.

— Detente ahí. — ordena.

Me quedo parado justo frente a la cama, de frente a él. Se lame los labios y, sin romper el contacto visual, sigue tocandose.

— Conque te gusta mirar, he~

— No fue mi... — intento explicarle, pero me interrumpe.

— ¿Por que te detienes? Creí que estabas en medio de algo... — pregunta mientras baja su vista y mira con lujuria mi miembro erecto.

Una ola de vergüenza me ahoga, tocarme frente a sus ojos es un poco...

— ¿No? De acuerdo. — lee mi lenguaje corporal.  — No me muestres el frente... Muéstrame la parte de atrás.

Mi rostro se enrojece, pero decido acatar su pedido. Me doy la vuelta y bajo el pantalón lo suficiente para que vea mi culo. Rápidamente escucho como el movimiento de su mano se acelera.

Aparecen sus enloquecidos gemidos, pero no puedo verlo como disfruta, cosa que es incluso molesto.

— Vi algunos videos en pornhub. — me confiesa y de alguna manera eso me hace hervir la sangre. — Pero no removieron una célula en mi... Tu culo es mucho más rico que todos esos videos juntos~

Su comentario me enamora más de lo que ya me encontraba, un puchero de ternura aparece en mis labios. Decido recompensarlo abriendo mi culo con mis manos y mostrarle el interior.

— ¡Mierda!~ — se queja en forma de gemido.

Una sonrisa satisfecha se muestra en mi rostro. Esto se a vuelto interesante.

Motivdo, me doy la libertad de darme la vuelta y darle un espectáculo. Me desabotono la camisa lentamente, en cuanto me la quito, le doy vueltas en el aire, para finalmente lanzarla hacia él. 

— Mierda, baby~... — sus ojos están borroso, está extasiado. Agarra mi camisa y la huele sin vergüenza alguna.

Vuelvo a darle la espalda y me quito el pantalón y los boxers lentamente, inclinando mi torso hacia delante para que vea todo mi culo. Al quedarme completamente desnudo, se me ocurre una idea.

Es muy pronto para terminar el show. Así que me acerco a nuestro cajón especial y de él saco un dildo y un lubricante. Los ojos de mi marido se abren con sorpresa.

Coloco el dildo a orilas de la cama y lo baño en lubricante, le doy una pequeña sacudida con mi mano para esparcir el lub y finalmente le doy la espalda a mi lujurioso novio para montar al rosadito.

— Ahg~ — me quejo, pues no me preparé adecuadamente antes de introducirlo.

Comienzo a saltar ni bien me siento, y aunque con incomodidad, los gemidos desenfrenados de él me motivan a seguir.

La cama rechina sin parar, producto de mis salvajes sentones. Lo miro de reojo mientras monto esa verga y me muerdo el labio al verlo tocarse con ambas manos como un lunático.

Sus ojos me devoran, no pierde de vista como mi gordo culo rebota sin parar.

Continuo saltando y cierro mis ojos para disfrutar de ello, hasta que siento una fuente de calor arremetiendo contra mi. Jungkook a dejado el otro lado de la cama para posicionar el dildo en medio de sus piernas, a la par de su verga.

— ¿Que estas...?

Se ayuda con la mano para posicionar su punta sobre mi entrada, la cual ya se encuentra rellena con el juguete. Inmediatamente me doy cuenta de que pretende.

— Siéntate. — susurra con su voz ronca y lujuriosa, para después besar hambrientamente mi cuello.

Sus manos rodean mi cintura, acariciando mi piel con las yemas de sus dedos de forma tierna.

Trago grueso, pues el dildo ya tiene un tamaño considerable... Dudo un poco y él lo nota.

— No tienes que hacerlo si no quieres~ — se apresura a notificarme.

De forma aparatosa me las arreglo para darme la vuelta aun con el juguete dentro, quedo frente a él, sentado en sus piernas. Abrazo su cuello y estampo mis labios contra los suyos.

Me besa de la forma más dulcemente salvaje posible mientras manosea mi culo.

Y sin romper el beso, me siento, metiendo tan solo su punta. Ambos nos estremecemos.

— Carajo... — maldigo adolorido mientras sigo sentándome.

Toca mi mentón con sus manos para decirme que lo vea a los ojos. Y así lo hago. Mientras lleno mi culo con dos penes enormes, nuestros ojos no se pierden el uno al otro.

De mi boca no paran de salir quejidos y maldiciones, sonidos que Jungkook silencia con besos cortos y lindos.

— Jungkook~ — le llamo. — Te amo~

Sonríe enormemente.

— Yo también te amo~ — abraza mi cintura con fuerza y, de la nada, hace que me siente por completo sobre sus piernas.

– ¡AAHHHNN! — el dolor es tan repentino que mis uñas se clavan en su espalda. — Hijo de...

— Pon todo ese culo a brincar~ — gruñe divertido.

Lo beso con fuerza y, como venganza, muerdo su labio inferior y tiro de él,  cosa que sé que no suele agradarle. Él acompaña mis saltos tomándome del culo con fuerza y guiando el movimiento.

La cama vuelve a rechinar como loca, y a ese estruendo le acompañan nuestros gemidos, que se vuelven más inestables y poco entendibles conforme sigo saltando.

— Ahhh~ ¡Ah! ¡Mi amor! — rasguño su espalda, mi cuerpo está tan sudado que en varias ocasiones estuve a punto de resbalarme.

Él azota mi culo con demasiada fuerza.

— Lo haces como todo un profesional~ — besa mi pecho.

Su halago me hace enrojecer, y por algún motivo me siento lo suficientemente cómodo como para abrir mi boca y sacar mi lengua para que él la chupe. Me besa y al final del gesto succiona mi lengua, cosa que dispara cosquillas en mi espalda baja.

Salto como un loco sobre esas dos vergas, escuchandose aplausos en el momento en que mis muslos golpean los suyos.

Mi Jungkook se muerde el labio y tira de su cabeza hacia atrás, cosa que solo me indica una cosa.

Salto más rápido y él entra en pánico.

— E~espera... yo... — pide por piedad, aferrándose a mi cintura para tratar de ralentizar mi movimiento, pero es inútil.

Sus manos tiemblan y carece de fuerza, dándome la ventaja.

— Por~por favor, amor... Ahhh... ¡AHHG! — mi maridito se encoje sobre si mismo mientras se vine dentro, llenándome con su cálido semen.

Gimo de placer, su venida siempre me enloquece. Pero esta vez, soy yo quien necesita un par de minutos más.

Me mira a los ojos y de inmediato sabe lo que se avecina.

— J~jim... — intenta rogar, pero vuelvo a tomar el control de la situación antes de que pueda siquiera hablar.

Su semen me llena por completo y actúa como lubricante, cosa que no podía ser más conveniente.

En algún punto, sus ojos se pierden, ya ni siquiera me miran a mi, tan solo se dedican a perderse en la simpleza del techo mientras su boca babea.

Por mi parte, todo en mí tiembla. Estoy tan cansado que incluso recargo mi frente sobre la suya para tratar de mantener el ritmo, su respiración entrecortada se choca con la mía.

— Jung~kook...

Él nota que mi ritmo disminuye, y aun en ese estado zombie, se apresura a tomarme las caderas y hacerme saltar con el ritmo de antes.

Ambos penes me atraviesan el alma, y de esa forma rápida en la que mi esposo me hace saltar me lleva al mismísimo cielo con cada estocada.

— ¡Ahh! ¡AHHHH! — finalmente y al ritmo de mis caderas logro manchar el abdomen de Jungkook con mi semen, decorando sus abdominales con mi liquido.

Mi cuerpo cede y me recargo cansado sobre mi pareja, quien me abraza y de inmediato se tira sobre la cama para que yo pueda acostarme sobre él.

Me saca ambos con cuidado y una vez que confirma que me encuentro bien, comienza a besar todo mi rostro mientras acaricia mi espalda.

— Para la próxima, usemos uno más pequeño~ — le pido, haciéndo círculos torpes en su pecho con mi dedo.

— Pero tu lo escogiste... — señala.

Ambos nos reímos divertidos, pues no supe que contestar a eso.

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