† Creampie †
*Creampie: término ingles usado en pornografía para describir una práctica sexual consistente en la eyaculación en el interior de la vagina o el ano para luego retirar el pene y observar cómo el semen es expulsado*
~Narrador omnisciente~
Sus ojos permanecían anclados al umbral de la puerta mientras su corazón latía con fuerza, cuando su querido esposo hizo acto de presencia vistiendo aquella lencería negra, sintió que su rostro se quemaba.
Se sostuvieron la mirada durante un par de largos segundos, tratando de evitar lo inevitable; Jimin fue el primero en deslizar sus ojos por el cuerpo de su pareja, impresionado porque aún después de tantos años, Jungkook seguía conservándose bien. No pudo evitar preguntarse si aquellos definidos pectorales eran tan suaves como lucian serlo.
Sin otro remedio, Jk analiza de arriba a abajo la vestimenta de Jimin, aún sintiendo su rostro rojo y su corazón apaleando constantemente su pecho. Nunca le había visto con algo parecido y tampoco se lo habría imaginado haciéndolo, pues Jimin le parecía un ser tan puro y hermoso que le era imposible tan solo imaginarse corrompiendolo.
Algo en él se apoderó al momento de posar sus ojos sobre la piel de aquel que consideraba casto, pues apreciaba cada centímetro de piel expuesta, adornada con lazos negros, con una dedicación casi religiosa; sobretodo aquel listón que parecía al borde de partirse en dos tratando de abrazar por completo la cintura de Jimin, realzando así la prominente curva entre su cintura y su cadera. Su esposo había subido de peso hace casi dos años, ya no era la figura esbelta que solía ser... Y mierda, le sentaba muy bien.
Bajo la atenta mirada de su esposo, Jimin experimenta por primera vez como es que se siente que Jeon Jungkook le mire con lujuria, tratando de comérselo con la mirada. Eso solo provoca una vergonzosa reacción en su ropa interior, cosa que Jungkook inmediatamente nota.
Avergonzado, corre hacia la cama para intentar ocultar su situación entre las sábanas. Estaba a punto de sucumbir al bochorno y pedir que se detuvieran, pero Jungkook toma delicadamente las muñecas de su pareja, evitando que siguiera cubriéndose. Jimin lo mira, preguntándose que cruza por la mente de Jungkook.
Sin decir ni una palabra, Jungkook tira de los brazos de Jimin para acercarlo a si mismo, provocando que este termine a horcajadas de él.
Jimin se muestra sumamente nervioso por el movimiento tan descarado de su esposo, y empeora cuando esté le suelta de las muñecas y, en su lugar coloca sus manos sobre sus muslos, apretando y pellizcando mientras mantiene el contacto visual.
- No me veo como decía en la foto, ¿Verd~? - pregunta Jimin antes de que sus labios sean secuestrados por los de Jungkook en un lento y apasionado beso.
Ese lento baile de labios no perduró mucho, pues Jungkook no tardó en acelerar el ritmo, añadiendo unos toques de agresividad al baile. Todo mientras sus manos seguían jugando con las suaves carnes de sus piernas, provocando escalofríos en su pareja.
El beso se extendió hasta que Jimin comenzó a igualar el ritmo desesperado del pelinegro, envolviéndose el uno con el otro.
Pero el jugueteo en las piernas de su pareja quizás fué demasiado, pues sus muslos eran tan apretables y cálidos que su mente comenzó a cuestionarse si su culo le igualaría.
Pero no necesita seguir preguntándoselo, pues sus dedos se deslizan debajo de la ropa interior y prensan el culo de Jimin antes de que pueda pensarlo. Se sorprende de si mismo, pero se deja guiar por su instinto, dejando que sus manos presionen he incluso rasguñen la delicada piel del más pequeño.
El manoseo provoca una subida de calor por todo el cuerpo de Jimin, y sumado al delicioso beso que hasta este punto ya incluye lengua, se embriaga rápidamente del pecado de la lujuria.
Una desesperación por sentirlo dentro lo hace romper el beso para correr en busca del lubricante que Taehyung le insistió en comprar con un tono pícaro en su voz "lo vas a necesitar".
Ser apartado de esa manera deja a Jungkook bañado en confusión y jadeos, pero su marido vuelve pronto con una botellita de color rosa.
De pronto, en un arranque de valentía y la sensación de seguridad que le provocó sentirse deseado por Jungkook, Jimin se sube a la cama, gatea hasta darle la espalda y recuesta su pecho sobre una almohada, poniéndose en cuatro frente al menor.
Atrapado por la sorpresa, Jungkook no mueve un solo músculo, tan solo sus ojos observan impotentes como su esposo abre el lubricante y derrama el liquido sobre su culo, manchando su calzón, salvo el agujero en forma de corazón que dejaba libre su aguero. Jimin usa sus dedos para esparcir el lubricante, metiendo anular y medio en un vaivén hipnotizante.
Jadeos, quejidos y gemidos pequeños salen de los labios de Jimin, aunque frustrado, pues nunca antes habia probado algo tan obsceno como meterse algo por ahí. Los sonidos son debido al placer que le produce saber que su esposo lo mira hacerlo, y que tan pronto como termine el show, Jungkook lo recompensará con su pene.
Además del contexto, no existe nada placentero en el acto de Jimin para si mismo, pues no sabe cómo hacerlo correctamente. Solo puede concentrarse en lo bien que se sentirá el de Jungkook, el tamaño que sabe que tiene, su considerable grosor y la diminuta pero satisfactoria curva hacia abajo lo están volviendo loco, tan malditamente loco que pronuncia sin querer...
— Jungkook-ah~ — jadea cansado, tan preso del placer que ni siquiera se muestra avergonzado como normalmente lo haría.
El llamado de su chico finalmente rompe una fibra en Jungkook, este es el momento exacto en el que la escencia inocente y puritana de Jeon Jungkook es completamente desechada y reemplazada por una nueva personalidad que ni siquiera él mismo sabía que tenía, una sumamente ardiente y desvergonzada.
Abre el zipper de su abultado pantalón, baja su trusa y saca su endurecida verga para castigarla con unos agresivos y desesperados jalones, sobre todo frotando la palma de su mano sobre el frenillo cada que sube a la punta. Pronto, Jimin no es el único que gime en esa habitación.
Marido y esposo se encontraban en diferentes extremos de la cama matrimonial, dándose placer a si mismos con la candente vista que el otro le daba. Hasta que fué suficiente para Jungkook, quien se aproxima a espaldas de Jimin, saludandolo con un duro golpe a mano abierta directo a su culo.
— ¡Ay! — respinga Jimin, pues no esperaba eso. — Jeon Jungkook...
El menor toma la mano de Jimin y le saca sus dedos de dentro, provocando que se estremezca. El pelinegro no pierde el tiempo, mete su latente verga dentro, rellenando cada rincón de su pequeño maridito.
— ¡A~ahh! — se queja Jimin, por lo general, Jungkook siempre avisaba antes de meterlo y lo hacía lento para que se acostumbrase.
Su esposo lo toma del culo con ambas manos y se aferra a este, usándolo de palanca para darle rienda suelta a su cadera, estrellando esta sobre la fina lencería que compró el otro.
El golpeteo provoca que todo el cuerpo del mayor tiemble, en parte porque su culo está siendo estrellado contra una fuerza inamovible, pero también por el placer que le desencadena la enorme verga de su amante, golpeando sus paredes y ahondando tan profundo en él como nunca antes lo había hecho.
— ¡M~más! ¡Más, por favor, amor! — ruega Jimin, derritiéndose sublimemente sobre las sábanas.
El rubio busca la mirada de su amante, recostando su mejilla sobre la almohada para mirarlo de reojo. Pero Jungkook lo mira de todos lados menos a los ojos, tan solo apreciando la pequeña cintura en comparación con los enormes y redondos cachetes que reciben gustosos su gruesa verga.
Ver a Park Jimin reducido de esta forma, sumiso al placer de él y disfrutando de ello, da como resultado la necesidad de tomarlo de sus dulces cabellos dorados y tirar de ellos. Cosa que hace sin razonarlo mucho, está tan inmerso en la húmeda, cálida y chapoteante cavidad de su esposo que le importa poco provocarle un poco de dolor con el jalón de cabellos.
Pero Jimin está extasiado, recibiendo por completo el duro miembro de Jungkook, el cual golpea y roza su próstata sin falta alguna, sintiendo intensas oleadas de placer cada que lo hace, que incluso el hecho de que lo tome del cabello como a un animal lo pone al borde del placer.
Gimotea de cierta forma que se asemeja a un lloriqueo, dándole rienda suelta a los obscenos sonidos que salen de su pecho. Jungkook nunca antes lo había escuchado gritar de esa forma, cosa que lo alienta a seguir.
Se emociona tanto que ahora no solo el cuerpo de su pareja temblaba debido a los fuertes golpes que le daba su cadera, sino que también lo hacía la cama entera. La cabecera se mecía de tal manera que comenzaba a golpear la hueca pared, alertando a todos los vecinos del edificio de lo que sucedía en el departamento.
Las piernas de ambos temblaban con cada vez más frecuencia, estaban al borde. Desesperado por llegar, Jungkook tira con más fuerza del cabello de Jimin.
— Manchalo todo, baby. — exige Jk con una voz ronca y entrecortada, reconociendo las señales que el cuerpo de su pareja le da al alcanzar el climax.
Las palabras de Jungkook no hacen más que desatar una cascada de líquido del pene de Jimin, disparando una cantidad exorbitante de semen. Y tal como lo había pedido, derramó sobre la almohada y sábanas en gran cantidad.
Jungkook no se quedó atrás, pues el estrechamiento de las paredes del rubio al haberse venido lo llevaron a rellenarlo cuál pavo en navidad, mientras todo su cuerpo ardía en calor.
Cansado pero lleno de vida, Jungkook sale de su esposo para tomar asiento y recostarse en la cabecera, tratando de retomar el aliento.
Jimin no tenía fuerza ni siquiera para acostarse y descansar, necesitaba quedarse unos momentos en esa posición para procesar todo lo que había sucedido.
La espera fue tal que el semen en su interior comenzó a salir por dónde había entrado, derramándose por sus bolas, deslizando por su pene hasta llegar a la punta, dónde se mezcla y gotea junto con los restos de su propio semen. Todo bajo la atenta mirada de Jungkook.
Una escena tan erótica siendo protagonizada por la persona que amó durante toda su vida... Simplemente un recuerdo que guardaría por siempre.
Al ver que Jimin no planeaba moverse, Jungkook se levanta para hacerle compañía. Se acuesta a su lado, rodea su cintura con ambos brazos y lo carga para acostarlo sobre su pecho, Jimin no opone resistencia.
— Feliz aniversario~ — susurra el rubio con apenas un hilo de voz.
— Feliz aniversario, amor~ — Jungkook deposita un casto beso en los labios de su esposo.
Ambos guardan silencio por unos momentos, Jungkook solo se dedica a acariciar al mayor, hasta que decide que es momento de hablar sobre lo que sucedió.
— Eso fue...
— Salvaje. — define Jimin, a lo que su marido se ríe.
— Si, fue salvaje... — dice Jungkook, observando de casualidad el reloj de la mesita de noche, sorprendido por la hora. — Ya son las tres de la mañana.
— En cuatro horas tengo que volver al trabajo. — suspira el rubio.
El trabajo. De una u otra manera, la mención de este hace que ambos caigan en la cuenta de que, fuera de esta cama, nada a cambiado y lo que hicieron hoy permanecería como un recuerdo.
Volverían a la rutina, volverían a caer en el mismo agujero...
— ... El señor Wang. — susurra Jimin, inmerso en sus pensamientos.
— ¿Ha? — pregunta completamente descolocado el pelinegro.
En un arranque de felicidad, Jimin se levanta de la cama de un salto.
— ¡El programa del señor Wang! ¡Jungkook, vámonos de corea! — emocionado, Jimin toma de ambas manos a su esposo y lo saca de la cama.
— N~no entiendo a qué te refieres... ¿Que es el programa del señor Wang?
— Es una oportunidad que les ofrece el jefe de relaciones internacionales a los de recursos humanos. Viajan gratis al extranjero para conseguir proveedores para la compañera... ¡Si me inscribo, tu y yo podremos salir del país, no tendría que estar fuera de casa todo el día y tendremos mucho tiempo para nosotros! ¿Que dices? — sacude las manos de Jungkook felizmente.
— ¿Y que hay de la comida y el hotel?
— Necesito cierto número de proveedores a la semana para que eso sea gratis. ¡Pero no importa, ya que con el sueldo de ese programa podría pagar todos esos gastos sin problema!
El brillo de ilusión en los ojos de Jimin convencieron al corazón de Jungkook, quien de inmediato apuesta a todo a ese nuevo estilo de vida que propone.
— Hagámoslo.
— ¡Si!
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La solicitud de cambio del departamento de RR.HH al programa del señor Wang fue entregada en el escritorio del CEO esa misma mañana, he inmediatamente fue aprobada por falta de empleados. Ahora solo faltaba seguir trabajando en el mismo puesto durante una semana para que el proceso pueda darlo de alta.
Una semana, Jimin y Jungkook solo tenían que aguantar por una semana.
Pero volver a la rutina de siempre no significa volver a la misma situación de siempre, está vez no planeaban volver a arruinarlo todo.
Y tenían la fórmula secreta para evitarlo. La innovación en el sexo.
Llegaron a un acuerdo. Cada dos días ambos harían espacio en sus agendas para compartir un momento juntos, investigarán cosas nuevas siempre que puedan y cada uno tendrá la oportunidad de ponerlo en práctica por turnos.
Cómo esa noche hicieron lo que Jimin quería con la lencería que compró, en los próximos dos días, Jungkook tendría la tarea de buscar cualquier otra cosa obscena que pudieran hacer la próxima.
El contrario puede negarse a la petición si lo concidera fuera de sus límites...
Pero, ¿A caso hay límites para una pareja en busca de nuevas experiencias?
Averígualo en el próximo cap, mi querido y pervertido lector.
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