Confesión 04
Para mi yo del pasado:
¿Que tal te ha ido? ¿Has cumplido lo que te pedí? Seguramente si, ya que se, que no podríamos abandonar a alguno de nuestros amigos.
A partir de ahora ya deberías haberte hecho amigo de Naruse Miaka. Mia-chan es una mujer muy fuerte, la abuela de Kakeru me dijo que ella era increíblemente alegre cuando era niña.
¿Es cierto? Si es así, me hubiera gustado verla sonreír, te hablo sinceramente desde el fondo de mi corazón. Ya que por desgracia en mi tiempo, Mia-chan no puede sonreír más. Cuando conocí por primera vez a Mia-chan, no sonrió ni una sola vez. Aparentaba ser una mujer apagada, pero en realidad no era seriedad, si no soledad y tristeza.
Tiempo después, intentando entablar una conversación reciproca con ella, pude hacer que sincerará conmigo. Le pregunte la razón por la cual no mostraba ni una sola pizca de alegría en su rostro, ella simplemente me contesto diciendo;
'' Es un autocastigo, ya que soy tan cobarde como para morir por mi misma. Necesito pensar que recibo lo que me merezco por no haber salvado a Kakeru.''
Cuando ella me confesó sus más oscuros sentimientos. Pude notar una inmensa tristeza en sus palabras. Se sentía tan culpable, que pensaba que debía recibir el daño que recibió su hermano el día de su muerte y a lo largo de su vida.
¿Es horrible verdad?
—Lo es.— dije observando con tristeza las palabras que había escrito mi futuro yo, continué leyendo, mientras posaba mi cabeza en mi mano derecha.
Me he arrepentido de muchísimas cosas, y muchas de ellas fueron en tu tiempo. Por ello siempre, por desgracia, estarás cumpliendo mis peticiones. Siento no haber sido más sincero o más valiente, ya que realmente te estoy dando un trabajo inmenso, se que en realidad nunca cambiará mis recuerdos y acciones pasadas, pero todo lo que te diga y cumplas, mejorará tu futuro. Se que te pedí que vigilaras a Kakeru pero
¿Podrías hacer algo más?
→ Haz sonreír a Miaka.
Me sorprendí por ese repentino deseo de mi otro yo.
Esa será tu primera tarea, puede que te parezca extraño, pero...
Yo nunca la ví sonreír.
Por alguna razón la frase siguiente se encontraba tachada. ¿Que querría decirme después de esa frase?
—Hacer sonreír a Miaka, eh...— me incliné en la silla de escritorio, la cual giraba debido a que yo creaba esa acción. Después me detuve.— No creo que sea muy difícil, parece que al venir aquí, cambiando el futuro ha hecho que ella sonría de nuevo. Recuerdo que Kakeru había mencionado que en el momento que descubrieron que sus padres se iban a divorciar y que su madre era maltratada, ella dejo de sonreír como usualmente lo hacia...
Me detuve y observe el reloj que se encontraba en mi escritorio color caoba, en el marcaban las 17:00. ¡¡Legaba tarde!!
Baje las escaleras rápidamente y me calcé y junto con mis llaves y móvil, salí de lo que yo llamaba hogar. Había quedado a esta hora en la cafetería que normalmente recentábamos mis amigos y yo. Azusa, nos llamó a todos sugiriendo que diéramos un empujón a Mia con el tema de Kakeru, ya que a pesar de que estaba muy feliz de tenerla en su casa, y junto a ella sus padre, no podía seguir sintiendo esa impotencia, pensado que nuestra nueva amiga nunca daría el primer paso.
Minutos más tarde abriendo la puerta del local, entré con mis respiración entrecortada encontrándome con las miradas de Hagita, Azusa y Takako, los cuales me observaban enfadados, sobre todo Takako, ya que odiaba a la gente impuntual. Un consejo, nunca lleguéis tarde a una cita con Takako. ¡Os podría quitar un ojo o dos piernas! O algo así.
Me acerqué y con una mano en mi nunca, la cual rasqué nervioso, dí una disculpa por mi impuntualidad. Azusa comenzó a gritarme, cosas como '' idiota, esto es importante'' o ''es increíble que alguien como tu este en nuestro grupo'' seguido de los amorosos cumplidos de Takako los cuales consistían en llamarme '' estúpido'' o '' ¿Te haces llamar hombre?''. Sin duda ambas sabían como hacerte sentir mal, y eso solo por llegar diez minutos tardes. A su vez Hagita me daba una mirada de cansancio, en cambio, Naho, era como siempre amable. No pude evitar sonreír, y pensar lo adorable que es.
Después de pedir mi café, Azusa comenzó a explicarnos el comportamiento de Mia.
—¡¡Ella es demasiado organizada, educada y amable!!
—¿Acaso eso no es bueno?— preguntó Hagita obvio, a lo que Azu le observó enfadada.
—¡Claro que lo es! Pero... Ella no puede seguir así.
Todos nos mantuvimos en silencio, hasta que yo hable recordando la petición de mi otro yo.
''Haz sonreír a Miaka.''
—Entonces solo debemos crear una situación en la cual hagamos que ella y Kakeru se encuentren.— todos me observaron y con una mirada cómplice por parte de cada uno me dieron una respuesta.
Sería nuestro plan, el cual Azusa nombró como ''El recuentro de los hermanos''.
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