🏵 Capítulo 14. 🏵
Entro a la casa casi llevándome a la gente por delante, consiguiendo más de una mala mirada y algún que otro insulto. Las lágrimas están a punto de escapar de mis ojos, pero las mantengo a raya sabiendo que ese no era el momento ni el lugar para desmoronarme. Salgo por fin por la puerta principal y saco enseguida el móvil del bolso viendo que tengo varias llamadas y mensajes de Lucia. Le devuelvo la llamada rogando que responda, sin embargo, no lo hace.
Me dejo caer en las escaleras del porche de la entrada mientras permito el aire salir y entrar de forma forzosa de mis pulmones; consigo tranquilizarme después de un largo rato en el que no me he movido del sitio, mientras que una apacible briza juega con la piel de mis brazos y mi pelo suelto, el cual estoy segura que se encuentra hecho un total desastre en este momento, ni siquiera me hace falta un espejo para saberlo.
Cuento hasta cinco antes de levantarme y sacar el móvil de nuevo solo para ver la pantalla con total frustración, pues Lucia sigue sin responderme. Estoy decidida a volver a entrar a la casa y buscarla cuando un sonido repentino y sonoro se escucha a unos cuantos pasos. Alzo la cabeza viendo un coche que acaba de aparcar con brusquedad, no soy la única que se sorprende, varias personas han girados sus cabezas en la misma dirección.
Me fijo en el vehículo, un curioso jeep de color negro que me comienza a resultar familiar. Camino con pasos decididos hasta el coche comenzando a notar un extraño sentimiento de alivio que se va mezclando poco a poco con ira. La gente ya no mira al coche, ha vuelto a sus asuntos, pero yo soy incapaz de apartar la vista hasta que llego a el. En cuanto detengo mis pies justo a la orilla de la cera la ventanilla del copiloto baja. Mis ojos se encuentran enseguida con el gesto furioso de Adam junto con su mirada llena de ira clavada en mí. Me cruzo de brazos mientras distintos sentimientos empiezan a brotar en mí, los cuales van desde el alivio hasta la molestia.
- ¿Qué haces aquí? - pregunto sin evitar que mi voz suene completamente cortante.
No es que no me alegre de verle; después de aquel extraño encuentro con Cole lo que mas quiero es irme a casa, pero una pequeña parte de mi, la más orgullosa, no puede evitar enfadarse ante su aparición. Por no hablar de su forma de mirarme, como su hubiese pillado a una niña de seis años robando en una tienda.
- Sube al coche, Mel - . ordena tajante sin quitarme los ojos de encima mientras su voz me produce un temblor repentino por la piel de mis brazos - Antes de que baje yo para sacarte a rastras de aquí y le pegue un puñetazo al imbécil que te trajo a esta maldita fiesta.
Tomo aire tratando de mantenerme calmada. Jamás he visto a Adam así, ni siquiera cuando se enfadó por lo de los mellizos. Era como si estuviera fuera de sí, a punto de cometer una locura y aunque intenta mantener la calma puedo ver en el gesto de su rostro y en el brillo oscuro de sus ojos que realmente está alterado, sus manos agarran el volante con tal fuerza que casi estoy segura de que podría partirlo.
- No puedes hacer esto, Adam -. reclamo manteniéndome firme todo lo que puedo y no dejándome intimidar por la intensidad con la que me mira en estos momentos - Ya te lo dije, si vengo a la fiesta o no, no es asunto tuyo.
- Mel...
Su tono deja claro que está a punto de perder el control, pero aquello no me detiene.
- ¡No puedes ignorarme durante días y luego venir a decirme donde puedo ir!
Me doy la vuelta enfadada y camino decidida de vuelta a la casa para buscar a Lucia y marcharnos, si hacía falta la buscaría hasta debajo de las alfombras. Solo he dado dos pasos cuando un peculiar sentimiento se adueña de mi haciendo que me detenga.
Fue más bien un presentimiento, como si mi mente ya supiera que está ahí justo antes de verlo. Mis ojos se elevan encontrándolo a medio camino de mi y de la casa, ni siquiera se mueve, la oscuridad se queda allí como una especie de adorno. Algo me sacude por dentro y por fuera, ecos de pequeños temblores se adueñan de todo mi cuerpo mientras miro aquella cosa como si todo lo demás hubiese desaparecido.
No es real, eso es lo que me repito una y otra vez a mi misma, pero aunque mi cabeza diga aquello millones de veces, no consigo que mi cuerpo parezca entenderlo. El sudor frío se extiende como lluvia por mi cuello mientras mi ojos no pueden mirar mas allá de aquella sombra tan extraña y al mismo tiempo misteriosa.
¿De verdad... me estoy volviendo loca?
Noto un tirón en el brazo en ese instante obligándome a que me de la vuelta y aparte la mirada por fin. Mi cara topa con la de Adam a apenas unos centímetros, quiero volver a girarme, a cerciorarme de que aquella cosa sigue ahí, sin embargo, sus manos me cogen por ambos lados del rostro forzándome a fijar mi vista en él.
- Está ahí, esa cosa... - . comienzo a decir sin entender bien lo que sale de mi boca.
Mis ojos no se despegan de los suyos, al no poder explicárselo con palabras espero que de alguna manera lo entienda con mi mirada, que entienda el terror que se ha adueñado de mi desde hace unos momentos y de que era real, completamente y escalofriantemente real.
- Mel, solo mírame a mí, ¿de acuerdo?
El miedo me recorre por completo mientras me percato en ese instante de como Adam mira por encima de mi hombro, más allá, como si estuviera viendo aquella sombra también. Aunque solo dura un segundo pues su mirada vuelve a mí enseguida.
- Estoy aquí de acuerdo, solo yo. Entra al coche y nos iremos enseguida.
Asiento sin poder discutir, olvidándome por completo de mi estúpido orgullo y deseando de salir de ahí. Coge mi muñeca para tirar de mí en dirección al vehículo sin decir nada, no miro atrás pues la absurda y al mismo tiempo terrible idea de que esa cosa se percate de mi mirada y empiece a seguirme se adueña de mi. Así que en vez de eso mis ojos se quedan fijos en la mano de Adam sujetando con firmeza la mía.
Mis dedos se aferran a él como si fuera lo único en el mundo en este momento.
.
.
No decimos nada en todo el camino de regreso. Yo simplemente me dedico a mirar por la ventanilla, viendo las luces de la carretera pasar una a una mientras mi mente intenta por todos los medios no pensar en lo que acaba de ocurrir, no ahora, pues estaba segura que de un momento a otro podría derrumbarme por completo si pensaba en aquello.
Llegamos con rapidez, antes de darme cuenta ya estaba fuera del coche siguiendo a Adam hasta el patio delantero de la casa de Tania. Veo su espalda, como sus pies caminan decididos a la casa y también veo la tensión que se adueña por completo de él. No se bien si eso es lo que hace que me detenga repentinamente y lo llame. Él se gira con el gesto ceñudo y las manos dentro de su chaqueta oscura.
- Lo viste -. suelto con voz ahogada sin pensar apenas segura de las palabras que salen por mi boca en estos instantes.
Me mira tan intensamente que estoy segura que podría desvanecerme en ese preciso momento. Doy un paso con firmeza sin quitarle los ojos de encima, los paseo por su rostro intentando por todos los medios encontrar un signo que me diga que él lo vió, que si sabe a lo que me estoy refiriendo
- Noté como ponías tus ojos sobre esa cosa - . continúo diciendo sin poder detenerme - Tú también lo viste, detrás de mí.
- No sé de qué hablas, Mel -. responde con la voz tan tensa como el resto de su cuerpo.
- ¡Si lo sabes!
No sé porque grito, quizás es por el miedo que azota cada partícula de mi cuerpo en ese momento o quizás es por el terror de entender que me estoy volviendo loca de verdad, que he empezado a ver cosas que no existen. Sea cual sea el motivo, solo puedo respirar con rapidez mientras doy otro paso hacia Adam.
- ¿Cuánto bebiste? - cuestiona sin moverse.
- ¡No bebí!
Es verdad, al menos en parte, solo había llegado a tomar una copa y enseguida se me pasó el efecto o al menos eso creía.
- Vete a dormir -. suspira cerrando los ojos momentáneamente - estás cansada y tu mente te juega malas pasadas.
- No me mientas.
Las lágrimas se acumulan en mis ojos a punto de salir sin control mientras mi interior en un completo caos de sentimientos cruzados, miedo por lo que vi, rabia contra Adam por negar que aquello era real y terror al pensar que de verdad me estaba volviendo loca.
- ¡No sé de qué estás hablando, Mel! - explota perdiendo el control y elevando las manos.
Su grito hace que de un paso atrás y que una furia crezca en mí sin motivo específico.
- ¡De acuerdo! - . llevo mi brazo al rostro limpiándome las lágrimas que han escapado de mis ojos enfadada conmigo misma por llorar - ¡Ni siquiera se porque viniste! La próxima no pienso dejar que vuelvas a...
Me callo pues Adam se acerca tan rápidamente a mi que casi tropiezo hacia atrás de la sorpresa, no lo hago más que nada porque en ese momento me coge del brazo y su rostro se acerca al mío peligrosamente al mismo tiempo que nuestras miradas se quedan fijas una en la otra. Casi puedo ver con totalidad la oscuridad que empaña la suya junto con ese gesto de estar perdiendo por completo el control. Durante unos segundos se queda en silencio hasta que noto como aprieta con fuerza mi brazo acercándome más a él y rompiendo casi toda la distancia posible.
- La próxima vez no irás a ninguna parte -. anuncia con voz cargada - Como si te tengo que atar a una silla para evitar que hagas más gilipolleces.
Aprieto los labios con fuerza.
- No es de tu incumbencia las gilipolleces que haga o deje de hacer.
Noto su respiración chocar contra la mía justo antes de que vuelva a hablar.
- Lo son desde que necesitas mi ayuda para salir de ellas - susurra con intensidad.
- La única y última vez - mascullo como respuesta.
Nuestras respiraciones se mezclan mientras nuestras miradas chocan salvajemente. No cedemos en esta especie de batalla en la que ninguno de los dos quiere perder. De repente noto como algo en sus ojos cambia, la oscuridad se vuelve más profunda y toma aire con fuerza consiguiendo que yo haga lo mismo, repentinamente consciente de lo cerca que está su rostro del mío y el calor de su mano contra la piel desnuda de mi brazo.
Un sentimiento sofocante se abre paso en mi pecho y dejo el aire escapar de mi boca lentamente tratando de controlar aquellos extrañas sensaciones que comienzan a abordarme sin control. Entonces Adam aprieta la mandíbula con tensión y sus ojos se apartan de los míos descendiendo hasta mis labios. Mis piernas flaquean en ese preciso momento.
- Adam...
Susurro su nombre sin saber muy bien porqué y su mirada vuelve a conectar con la mía enseguida. Sus ojos hace mucho que no tienen ese brillo alegre que tanto los caracteriza, en vez de eso han sido sustituidos por una sombra que me hace temblar de pies a cabeza.
Inspiro con fuerza al percatarme de cómo su rostro desciende aún más y nuestras narices chocan.
Respira.
Lo intento, pero apenas lo consigo pues los labios de Adam se encuentran casi rozando los míos.
Otro susurro se escuchará.
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Holi aliens!
Espero que os haya encantado este capítulo! La tensión entre Mel y Adam esta subiendo como la espuma, a ver como acaba esto, ¿qué pensáis? Ya seguramente os preguntais porque demonios corto el capítulo en la mejor parte, bueno, cosas de vuestra querida autora 😊
Espero que de verdad os haya gustado, no olvideis votad y comentad, demostrad que os gusta una obra siempre anima a los autores a seguir escribiendo y de paso le alegrais el día!
Asi que no te olvides
#noseasfantasmita
#Adamodialosfantasmitas
#NadiequierenogustarleaAdam
#recemosporqueMelnoacabematandoanadie
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