🏵Capítulo 13.🏵

Adam se dedica a ignorarme durante los siguientes días, ni siquiera me dirige la palabra cuando coincidimos en el desayuno, los mellizos si que me hablan, aún así parecen un poco molestos también.

No sé qué demonios ocurre o si Adam tiene algún problema con aquel chico llamado Cole, lo único que sé es que más de una vez sus ojos se posan en mí de manera muy extraña, como si algo le preocupara de sobremanera. He intentado preguntarle, pero ni siquiera me da una respuesta.

Llega el viernes y yo estoy mas que decidida a ir, no porque él me hubiese dicho que no fuera, la verdad es que sentía que llevaba demasiado tiempo en esa casa sin hacer nada interesante, aparte de guerras de espaguetis o baños de potingues extraños.

Aunque admito que el fondo también quiero dejar claro que Adam no puede decidir dónde voy, no soy uno de los niños a los que cuida, por dios tenemos casi la misma edad para que me esté diciendo que es lo que tengo que hacer.

Son las ocho cuando me despido de los mellizos, que me miran como si les acabara de traicionar de la peor manera posible. No veo a Adam, aunque no le doy importancia. Antes de salir me doy un último vistazo en el espejo viendo que mi sencillo vestido azul de tirantes no tenga ninguna mancha y que mi pelo el cual he dejado suelto esté intacto. Me he maquillado, hacía siglos que no lo hacía, así que el reflejo de mi rostro con los labios rojos y los ojos sombreados hace que una pequeña sonrisa aparezca en mi boca.

Me dirijo decidida hacia la calle donde Lucia me esta esperando en su coche, un viejo mustang rojo de su padre. En cuanto entro me echa una mirada algo escéptica.

- ¿Qué te has puesto?

Mis ojos corren hacia abajo, hacia mi sencillo vestido azul sin entender a que se refiere. Segundos después mi mirada se posa en ella y la observo sin disimulo, su vestido rojo se ciñe completamente a su cuerpo mientras el color resalta su piel morena y su pelo se encuentra suelto, dejando que los rizos caigan por su rostro.

- No me he traído demasiada ropa.

Lucia parece querer decir algo más, pero simplemente se calla y niega con la cabeza. Tardamos un poco en llegar, pues la casa se encuentra a las afueras del pueblo. En cuanto conseguimos aparcar y nos bajamos vemos que el lugar ya se encuentra lleno de gente. Caminamos por el camino de piedra del patio delantero uniéndonos al mar de adolescentes y elevo mi vista observando la casa, es bastante antigua, aunque enorme. Tiene ese estilo de hogar viejo de los cuarenta o cincuenta, aunque con algo más de estilo.

Intento controlar los pequeños nervios que empiezan a brotar dentro de mi. Estoy contenta por haber salido, pero a la vez siento una inexplicable corazonada de que no debería estar ahí. Quiero echarle las culpas a lo que me dijo Adam, pero no estoy del todo segura de que verdaderamente las ganas repentinas de salir corriendo de allí sean de él.

Cuando entramos por fin a la casa una música electrónica inunda nuestros oídos. Hay bastante gente por lo que puedo ver, la mayoría ya tienen vasos de bebida entre las manos mientras otros se dedican a charlar y a bailar en cualquier esquina libre. Después de unos minutos y unos cuantos empujones por el camino, conseguimos llegar a una especie de salón principal. Es enorme, casi podría decir que abarcaba casi la planta baja de la casa de Tania. Las paredes forradas con papel verde y líneas doradas están llenas de cuadros y fotografías. Me acerco con curiosidad, pero antes de que pueda ver con detalle Lucia me coge del brazo y me lleva hasta un grupo variopinto de gente.

Me los presenta, sin embargo, cuando ha terminado ya he olvidado sus nombres y entre mis manos ha aparecido un vaso rojo con bebida, el cual ni siquiera se como o en qué momento exacto ha acabado ahí. Me encojo de hombros y lo alzo bebiendo un gran trago.

.

.

La fiesta es alucinante; la música, la gente, todo creaba un ambiente excepcional en el que cualquiera podía perderse. Yo hubiese podido, de verdad que lo que más me apetecía en aquel momento era beberme un gran vaso de aquella bebida morada que sabía tan bien y ponerme a bailar en medio de aquel salón atestado de gente.

Si no fuera porque en estos momentos me encontraba dando vueltas por las habitaciones buscando a Lucia. No sé cómo demonios ha pasado, pero había acabado separándome de ella y su grupo. Solo los perdí de vista durante unos segundos y después me encontraba sola entre un mar de desconocidos, los cuales cada vez se notaban más perjudicados debido a la bebida.

Suspiro cuando salgo de otra habitación en la que no había ni rastro de ellos. Miro el reloj, viendo que son más de las diez. Llevo una hora en ese lugar y ya estoy deseando irme.

- Maldición.

Salgo al patio, uno de los pocos sitios que me queda por mirar rogando porque encuentre a alguno de ellos allí. Ni siquiera es medianoche aún y la gente parece haberse vuelto loca. En mi búsqueda he visto como algunos se estaban dedicando a romper mobiliario, en una de las habitaciones había gente más desnuda que vestida y en otra la gente parecía... bueno, mas que perjudicada. Necesitaba encontrar a Lucia y convencerla de que era hora de marcharnos.

- Tú debes de ser la nueva.

Me detengo ante la repentina voz procedente de detrás. Un inusual temblor recorre mi espalda al mismo tiempo que un sentimiento de alerta me inunda, aunque realmente no estoy segura del todo porque. Dejo el aire entrar por mi nariz inundando mis pulmones mientras me giro despacio haciendo que mis ojos topen con un chico a unos cuantos pasos de mí. Al contrario que la mayoría él parece completamente sobrio, lo cual hace que me obligue a tranquilizarme en parte. Su mirada me recorre y repentinamente una sonrisa aparece en sus finos labios consiguiendo que otro escalofrío me recorra la piel y mis piernas demanden enseguida irse de allí, sin embargo, al contrario de lo que realmente me gustaría no me muevo ni un centímetro.

Lo observo intentando averiguar si es simplemente un chico normal o si puede ser alguna especie de psicópata encubierto. Su pelo castaño está teñido de verde en las puntas, varios piercings adornan una de sus orejas y sus ojos negros me miran de una forma completamente extraña.

- Tu eres...

- Soy Cole.

Abro los ojos, pues no me esperaba conocer al anfitrión tan casualmente. Aunque lo que más me asombra es la aparente tranquilidad que muestra mientras la fiesta en su propia casa se está saliendo por completo de control.

- Encantada - . respondo casi automáticamente por educación.

Él vuelve a sonreír consiguiendo que tiemble una vez más. Hay algo, algo en ese chico que me asusta de sobremanera; no estoy segura si es por aquella sonrisa fría en sus labios o aquella especie de oscuridad que adorna sus ojos al mirarme, lo único que sé es que tengo que irme enseguida de allí.

Mis ojos se desvían hacia el patio y doy un paso hacia atrás - me quedaría a charlar pero estoy buscando a mis amigos así que...

- ¿Eres amiga de Adam, no?

No es la pregunta lo que hace que me detenga y vuelva a fijar mi vista en él, más bien, es su tono de voz. Noto la burla al pronunciar aquel nombre, pero también una especie de rabia contenida; aún así su sonrisa sigue intacta lo que hace que me pregunte si realmente me lo he imaginado.

- Lo conozco - . me limito a decir. En otras circunstancias me quedaría a bombardearlo con preguntas sobre Adam, pero desde luego aquel no era el momento y definitivamente no era la persona con la que quería pasar demasiado tiempo - Debería irme...

Da un paso poniéndose delante de mi e impidiendo al mismo tiempo que me vaya. Lo miro sorprendida sin evitar enojarme. Sus ojos se mueven sobre mi rostro mientras aquella sensación de pánico en mi interior sigue creciendo a pasos agigantados.

- ¿Se puede saber que haces?

Algo en sus ojos cambia, no se muy bien qué, pero aquellos ojos oscuros se han clavado en mí de manera violenta y espeluznante.

- Adam... es un chico algo extraño, ¿verdad?

Frunzo el ceño sin entender qué es lo que pretende. Doy un paso hacia un lado decidida a irme, pero él vuelve a moverse colocándose delante de mi e impidiendo que me vaya. En esos instantes mi miedo se comienza a mezclar con la ira.

- ¡¿Cual es tu problema?! - grito perdiendo por completo la paciencia.

Él sonríe y antes de darme cuenta se ha acercado por completo a mi y su rostro está prácticamente encima del mío. Quiero retroceder, sin embargo, mis piernas se han quedado congeladas en su sitio. Sus ojos han conectado con los míos y es como si de repente hubiese perdido cualquier rastro de cordura, como si mi cuerpo ya no fuese mío y no respondiese a mis demandas. Abro la boca dejando que el aire escape de mis pulmones sin que ningún sonido salga de ellos.

Y en ese instante es cuando lo noto.

Echo un vistazo por encima de sus hombros y mis ojos lo ven, aunque no se exactamente qué. Una oscuridad que se forma detrás de él, como si su propia sombra hubiese cobrado vida y también me estuviese mirando. Esta vez consigo retroceder sin poder quitar la vista de encima de aquella cosa. Realmente no se si está ahí, o simplemente es un juego de mi mente.

¿Cuánto he bebido?

Solo había bebido un vaso, me encuentro bien, vamos lo bastante bien para saber que no podía tener alucinaciones al menos.

Al retroceder otro paso aquella sombra crece súbitamente y pasa a Cole yendo hacia a mí. No se que demonios ocurre, pero no me muevo, el terror se adueña de mi mientras mis ojos no pueden apartarse de esa cosa. Está a punto de llegar cuando Cole da un paso con fuerza, el sonido de su pie contra el suelo suena como una sonora campanada y la sombra se detiene justo a unos pasos. Mi pecho sube y baja con rapidez, mientras mi mente intenta comprender la escena que se desarrolla delante de mí; después de unos segundos acabo despegando mi vista de aquella cosa y posandola sobre Cole. La sonrisa maliciosa estampada en su rostro me deja aborrecida.

- ¿Asustada?

Respiro con fuerza notando el miedo recorrer cada esquina de mi cuerpo, pues aunque parezca una completa locura aquella voz ni siquiera parece humana en estos momentos. Si no fuese algo impensable habría hasta creído que había salido de aquella cosa en vez de Cole.

Vete que de aquí.

Por fin mis piernas parecen responder y corro lejos de allí, por suerte Cole no me sigue. Aunque ni siquiera me atrevo a echar la vista atrás para comprobarlo.

.

Otro susurro se escuchará.

🏵🏵🏵🏵🏵🏵🏵



Hi aliens!❤❤

¿Cómo lleváis la semana? ¡Espero que os haya gustado este capítulo! Nuevo personaje eh, creo que los misterios van a empezar a incrementar aun mas, como si Mel no tuviera suficiente. Parece que Adam y Cole si que tienen algo, pero tendréis que seguir leyendo para descubrir más.

¡Espero que de verdad os esté gustando la historia! La verdad es que no está siendo tan leída como mi otra novela DT, pero igualmente espero que poco a poco vaya enganchando más.

Ya sabéis que me encanta escuchar vuestras opiniones!

Nos leemos en el próximo capítulo! Y recordad #noseasfantasmita

#yatenemosmuchosmisterios

#melnoquieremasmiesterios

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top