🏵 Capítulo 12. 🏵
Adam no vuelve a decir ni una palabra mientras lo sigo hasta la casa. En cualquier otra circunstancia le bombardearía con mil preguntas, pero solo me hace falta un solo y rápido vistazo a su rostro para saber que es mejor mantener mi querida boca cerrada; aunque por dentro esté muriéndome por la curiosidad de saberlo todo.
Eh, hay instintos que no se pueden controlar, y uno de ellos está mi absoluta necesidad de saber que demonios pasaba a mi alrededor.
Cuando entramos al salón me percato como los ojos Tania se encuentran con los de Adam por unos instantes y un extraño gesto cruza su rostro, uno que no llego a entender. Unos segundos después, simplemente recoge el paquete que no habíamos llegado a enviar y nos dice que subamos arriba con un gesto de su cabeza. Adam tarda menos de dos segundos en darse la vuelta para subir las escaleras, e instantes después consigo captar el sonido de su puerta cerrándose con fuerza. Cruzo una mirada con Tania, ella simplemente suspira con ese extraño gesto aún en su cara y se va directa a la cocina.
Yo me quedo durante un buen rato en el mismo lugar sin moverme del todo, mientras las dudas invaden sin control mi mente.
¿Que demonios pasa en esta casa?
Apenas veo a Adam durante los siguiente días, una gran parte de mi está segura que me evita, pues cada vez que entro al salón o a cualquier lugar de la casa él desaparece. También noto algo extraño en Tania, incluso en los mellizos. Conmigo se comportan de la misma manera, sin embargo, de vez en cuando llego a percibir ese extraño gesto en sus rostros, el mismo que el de su madre, un misterio oculto entre medias sonrisas y miradas extrañas. Es como estar delante de algo, un secreto que atisbo cada día, dejándome confundida y con ganas de saber que ocurre con exactitud.
Aunque si soy sincera lo que más me frustra estos últimos días es la repentina actitud esquiva de Adam. Quiero decir, después de todo había llegado a pensar que por fin nos llevábamos bien. ¿Por qué diablos me ha empezado a evitar a estas alturas? ¿Tanto le molesta que hubiese presenciado aquel estúpido encuentro con aquel cretino? No puedo creerlo del todo, una pequeña voz en mi interior me dice que hay algo mas, algo mas profundo de lo que se ve a simple vista, el mismo secreto que cruza por la mente de Tania cuando su rostro aparece aquel indescriptible gesto.
Tampoco puedo quitarme de la cabeza la escapada de Adam de aquella noche, o el juego de sombras que presencié. Me empieza a afectar tanto que cada noche me quedo un rato en la ventana observando la calle de atrás antes de acostarme, por si veo a Adam volver a aparecer, o quizás, aquella extraña sombra, por la que tengo que seguir recordando a mi misma, que fue un simple juego de mi propia mente.
.
Pasa casi una semana, y una mañana estoy tan frustrada que salgo al patio, no se muy bien a qué, quizás a pegarle a uno de los árboles imaginando la cara de Adam en el. No entiendo su actitud, aunque en realidad lo que entiendo aún menos es porque me molesta tanto. De todas maneras cuando me mudé allí y lo conocí había decidido enseguida evitar cualquier contacto con él, era un simple idiota. ¿Por qué ahora me afecta tanto su comportamiento conmigo?
Suspiro mientras una ligera brisa veraniega acaricia mis brazos desnudos y me subo el tirante de mi vestido naranja que ha bajado por mi brazo mientras un leve suspiro escapa de mis labios. En el fondo lo sé, aunque al principio llegué a odiarlo, ya no lo hacía. Tampoco a los mellizos, incluso le había cogido cariño al bebé. ¿Significa que me estaba volviendo una de ellos? O ya lo era. Al menos eso pensaba, hasta la repentina actitud extraña de Adam.
Entonces aquel sentimiento vuelve a surgir sin aviso. Me doy la vuelta observando la casa, casi pudiendo apreciar una especie de aura misteriosa que la envuelve. ¿Me estoy volviendo loca en el fondo? Puede ser, no puedo descartarlo. Dejo salir el aire de mis pulmones después de haberlo retenido un buen rato y me cruzo de brazos dejando mis ojos vagar por la fachada. En ese momento vuelve a interrumpir aquel extraño sentimiento al que me he acostumbrado, la misma sensación de siempre, como si hubiese algo en mi cabeza queriendo salir, como si tuviera delante de mis narices un puzzle que soy incapaz de resolver.
Odio los puzzles.
- ¡Hey!
Aquella repentina voz hace que me de la vuelta enseguida cortando el remolino de pensamientos que se han canalizado en mi cabeza. Mis ojos se topan con una muchacha joven al otro lado apoyada en la verja del jardín, sus ojos oscuros llenos de curiosidad me observan, como si fuera un nuevo espécimen de un zoológico. Doy unos pasos acercándome a ella y veo como en ese momento un mechón rizado y oscuro cae sobre su rostro haciendo que se lo aparte enseguida de la cara.
- No se porque intento hacerme un moño, con este pelo tan rizado es imposible - . suspira como si aquella frase se la hubiese repetido más de una vez, entonces sonríe con calidez - ¿Eres nueva por aquí? En realidad se que si, nunca te había visto.
- He venido a pasar el verano aquí -. respondo llegando hasta la valla.
- ¿En qué cabeza cabe que alguien venga a pasar sus vacaciones en los mismo metros cuadrados que los mellizos Relish?
Me encojo de hombros sin saber muy bien qué responder. Entiendo completamente porque lo dice, desde el principio la sola idea de pasar unos minutos con ellos hacía que temblara de pies a cabeza. Aunque tengo que admitir que ahora lo llevo mucho mejor; supongo que después de una guerra de pistolas de agua y extraño líquido rosa se puede llegar a una tregua.
- Tienen su secreto - . respondo con una pequeña sonrisa en los labios.
- ¿Secreto? - suelta una carcajada sonora. - No se si debería preguntar por eso... De todas maneras, mi nombre es Lucia, vivo al otro lado de la calle.
- Yo soy Mel. - en sus ojos brilla momentáneamente la confusión. - De Melissa, pero prefiero que me llames Mel.
Su sonrisa se ensancha haciendo que la mía también lo haga inexplicablemente.
- Encantada, Mel.
Lucía acaba siendo alguien bastante particular, aunque realmente divertida. Tiene dos años más que yo, lleva toda su vida viviendo en aquel pueblo y su mejor amigo es su mascota Jess, un pequeño gato negro al que al parecer lo único que le interesa es comer y tomar el sol. "De mayor quiero ser como él." dice cuando termina de hablar de él.
Después de una hora conversando y haberme preguntado mucho acerca de como era vivir con los mellizos, al final nos intercambiamos los números para mantenernos en contacto.
- Te llamaré, sé lo que es estar sola en un pueblo como este muriéndose de aburrimiento -. sonríe una vez más contagiándome de nuevo. - Además vivir con dos niños y un bebé debe ser agotador.
- A veces... - . me llevo las manos a la espalda sin dejar de sonreír. - Aunque tengo que admitir que con Adam es algo más divertido.
- ¿Adam?
Su voz suena totalmente confusa lo que hace que mis ojos se claven en su rostro. No parece saber de que estoy hablando.
- Adam... el chico que vive aquí también - . digo señalando hacia la dirección de la casa. Lucia ladea la cabeza sin saber a que me refiero aún. - Ya sabes, el chico de pelo oscuro que cuida de los gemelos y el bebe cuando Tania no está...
- Ah, ese chico... - un extraña mueca surca por su rostro, pero es tan efímera que apenas consigo verla bien.
- ¿Lo conoces? - niego con la cabeza. - Cuida de los niños a veces y...
- Sí, sé quien es -. suelta rápidamente cruzándose de brazos. - Lo he visto un par de veces, aunque realmente...
- ¿Qué?
Ahí está, de nuevo aquella sensación de que algo ocurre y no me entero de nada. Ella se queda callada dejando su vista vagar por encima de mis hombros.
- No es nada -. acaba diciendo cuando vuelve a posar su vista en mí.
Quiero preguntarle, pero entonces sonríe y se despide, diciendo que tiene que hacer unos mandados y me llamará.
Al entrar de nuevo en casa un frustración muy familiar late en mí. ¿Qué es lo que se ha callado exactamente? Dice haber visto a Adam un par de veces, pero realmente... ¿Qué era lo que no había dicho?
Entro al salón con la cabeza dando vueltas cuando mi móvil suena. Es un mensaje de Lucía, al parecer se ha olvidado de decirme que va a haber una fiesta en casa de un amigo suyo este fin de semana. Me muerdo el labio; confieso que me encantan las fiestas, pero realmente siempre había ido a las mismas, con la misma gente. ¿Cómo iba a ir a una fiesta sin conocer a nadie? Niego con la cabeza.
- ¡Mel!
El grito de Nicolas hace que levante la vista de la pantalla y mire al frente, él y su hermano vienen hacia a mi corriendo. Doy un paso atrás preparada para cualquiera cosa, pues con estos niños no sabes si vienen para darte un abrazo o para llenarte el pelo de harina. Y lo digo por la experiencia nada agradable de hace dos días, me tuve que duchar por segunda vez aquella mañana.
- ¡Queremos tortitas! - exclama Milo cuando llega hasta mi.
Estoy a punto de decir que dentro de nada cenaremos, pero entonces siento como arrebatan en ese momento el móvil de mis manos. Mis ojos descienden hasta Nicolas, el cual mira la pantalla con las cejas fruncidas. Suspiro en ese mismo instante.
- Dame el móvil, Nico - ordenó elevando la mano hacia él.
Sus pequeños ojos se clavan en mi con molestia. Lo miro sin entender, pues hasta hace apenas unos segundos parecía contento. Entonces vuelve su mirada al móvil y arruga aún mas el ceño. Intento no reírme ante el gesto de su cara.
- ¿Quién tiene hambre?
Me giro ante la voz de Adam, que acaba de entrar al salón con dos bolsas del supermercado en sus manos. Estoy a punto de responder cuando el grito de Nicolas retumba por todo el lugar.
- ¡Adam!
Corre hacia él de manera casi dramática aún con mi teléfono en su mano.
- Hey, ¿Qué ocurre? - Adam se agacha hasta quedar a su altura. En esos momentos Nicolas parece estar a punto de llorar.
- Es Mel...
Adam cruza una mirada interrogante conmigo. Me encojo de hombros sin entender que demonios está pasando. Noto que esta a punto de suspirar, pero en vez de eso vuelve su rostro de nuevo hacia Nicolas.
- ¿Qué ha hecho Mel esta vez? - inquiere con voz suave.
Abro la boca algo indignada, pero me abstengo de responder algo que no era del todo apto para menores.
- Se ha hecho amiga de la ogro y va a ir a su fiesta...
- ¿La ogro? - pregunto mas curiosa de lo que debería en realidad, sin acabar de entender toda la situación.
- Es la vecina, no le gusta mucho. - suelta un suspiro largo. - No tienes que ponerte así por...
Pero no sigue hablando, repentinamente sus palabras se cortan en el momento en que sus ojos se fijan en la pantalla de mi móvil. Coge el aparato con su mano y se levanta de golpe.
- ¿En casa de Cole? - pregunta sin apartar los ojos del móvil. Dos segundos después sus ojos se clavan en mí con intensidad. - ¿Vas a ir a una fiesta en casa de Cole?
Abro la boca sin saber muy bien que decir. ¿Por qué me sentía como si me hubieran pillado como si acabara de robar un banco?
- Yo... - suspiro con pesadez comenzando a pensar que aquello estaba siendo ridículo. - Si, bueno, Lucía me ha invitado a un fiesta, no es para tanto.
- ¿Eres amiga de la ogro?
Giro mi rostro hacia Milo que se encuentra sentado en el sofá viendo la escena bastante cómodo, sin duda, ha sido él mas listo de todos.
- ¿Se puede saber por qué la llamáis ogro?
- Nos regañó una vez sin razón y parecía un ogro.
- ¿Por qué me da la sensación de que si tendría motivos para hacerlo?
Él no responde, simplemente se encoge de hombros y su gesto se torna como el de alguien que no ha roto un plato en su vida, digno de un Óscar. Estoy a punto de suspirar otra vez cuando noto repentinamente la presencia de Adam a mi lado. Me armo de paciencia antes de girarme para encararlo.
- No puedes ir a esa fiesta. - declara con una voz completamente seria.
Mis ojos observan su rostro intentando descifrar aquel repentino cambio, sin embargo, no encuentro nada que me pueda decir que es lo que le ocurre.
- ¿De qué diablos hablas?
- No puedes ir, Mel.
Sus ojos están clavados en los míos totalmente serios. Una sombra los empaña por completo, una sombra de horror y enfado a la vez consiguiendo que de un paso atrás repentinamente nerviosa. Su tranquilidad de siempre ha desaparecido, se ha esfumado, siendo sustituida por algo que no puedo explicar. Es como si millones de emociones pasaran por él al mismo tiempo.
- Adam...
Mi voz suena nerviosa, mas de lo que me gustaría, al mismo que mi piel vibra anticipando algo. Él parece reaccionar por fin cuando mi nombre sale de sus labios, pestañea varias veces y su mirada vuelve casi a la normalidad. La extraña sombra ha desaparecido de sus ojos. A continuación carraspea llevándose la mano a los labios y girando su rostro.
- No debes ir a esa fiesta -. vuelve a insistir. - No vas a ir.
Arqueo una ceja.
- Ah, no -. niego con la cabeza al mismo tiempo que elevo mi mano señalándolo con el dedo. - No vamos a hacer esto.
- ¿Esto?
Me mira repentinamente confuso.
- Lo de enfadarte y prohibirme ir a una fiesta, enfadarme yo y acabar yendo.
- ¿Eso significa que vas a ir? - pregunto dando un paso hacia a mi visiblemente molesto.
- No es tu problema, Adam.
Se queda unos segundos en silencio para luego apretar los labios con fuerza, dejando ver que aquel último comentario le ha molestado.
- De acuerdo.
Escupe aquellas palabras con algo de ira en su voz y se da la vuelta con rapidez. Da dos pasos cuando Nicolas se cruza en su camino haciendo que se detenga.
- No puedes dejar que vaya - . exclama con voz demandante y con las mejillas algo hinchadas. - La ogro siempre va con un montón de chicos.
Adam suspira dejando caer sus ojos sobre él para echarle una extraña mirada.
- Nicolas, como has podido oír hace unos segundos, no es de nuestra incumbencia -. sus ojos se posan en mí durante unos momentos antes de continuar - Ha dejado claro que no nos metamos en sus asuntos.
No se si es por el tono de su voz o por la triste mirada de Nicolas que consigo detectar, pero un pequeño sentimiento de culpabilidad aflora en mi sin aviso. En ese momento miro con rabia a Adam, entendiendo lo que quiere hacer.
- Sabes muy bien que me refería a...
- Esta claro que tiene su vida - sigue diciendo sin dejarme acabar - parece ser que no le importa mucho que nos preocupemos por ella.
- Pensé que ahora nos llevábamos bien - la voz dolida de Milo hace que le mire, lo que hace que me de cuenta de sus ojos empañados.
- No hagas caso de...
- Tranquila Mel, lo entendemos, al final te iras sin recordar siquiera nuestras caras - comenta Adam con eje dramático mientras se lleva una mano al pecho.
Cierro los ojos aguantando con fuerza las ganas de ir y rodearle el cuello con las manos en ese mismo instante, pues hay demasiados testigos y no es lo más importante en ese momento. Quizás para luego.
- ¿Te olvidarás? ¿No siquiera vendrás a visitarnos?
La voz repentinamente molesta de Milo hace que esta vez gire mi rostro hacia él. Solo llego a verlo unos segundos cuando por el rabillo del ojo veo como Nicolas se va corriendo escaleras arriba, Milo lo sigue momentos después.
Un silencio se instaura repentinamente en el salón, el cual es interrumpido unos segundos después cuando inspiro con fuerza y mis ojos se clavan con completa furia en Adam.
- ¿Estás contento?
Hace una mueca culpable mientras se lleva una de sus manos a la parte trasera de su cabeza y ser revuelve el pelo algo nervioso.
- Me he pasado -. admite agachando la cabeza - Hablaré con ellos.
- Más te la vale - le advierto girando mi rostro.
Dejo que mis pies me guíen hasta las escaleras para subir a mi habitación, pero en ese momento la voz de Adam me llega desde detrás antes de que suba el primer escalón.
- Lo de la fiesta iba en serio Mel - suelta con voz seria haciendo que me detenga durante unos segundos - Es mejor que no vayas.
Estoy a punto de darme la vuelta para mirarlo, pero entonces escucho sus pasos seguidos de un fuerte golpe procedente de la puerta trasera de la cocina
Se ha ido.
.
.
Otro susurro se escuchará.
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¡Hi aliens!❤❤
Espero que os haya encantado este capítulo. La pobre Mel creo que le va a dar algo entre tantos misterios que parece haber, o quizás esté solo exagerando. ¿Quien sabe?
De verdad que espero que os este gustando mucho esta historia, ya se que no va tan bien como fue DT en su momento, pero bueno son completamente distintas, espero que pronto haya mas gente leyendola.
¿Que creeis que estara ocultando Adam? ¿Y lucia, de verdad hay algo que no ha dicho? Pero sobretodo, ¿creeis que Mel acabará yendo a la fiesta?
Estad atentos a los próximos capitulos!
Y recordad #noseasfantasmita
#adamodialosfantasmitas
#melyatienebastanteconmisterios
#fantasmasparanovelasdeterror.
Nos vemos pronto, que paséis una buena semana!
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