Capítulo 2: Memorias
Sé que no debía seguir leyendo, pero tenía curiosidad, tenía que saber el por que de su entrada en este diario. Me abrí paso entre los párrafos. Pero leía sin prestar atención, lo único en lo que pensaba era en ella, esas memorias envenenadas de tristeza y melancolía. Pause un momento para darme el chance de pensar y sumirme en mis recuerdos.
Recuerdo las caras graciosas que hacía cuando jugábamos videojuegos, era la única chica que conocí que compartía el gusto por los juegos de video. Era muy meticulosa con la limpieza, tanto que no me dejaba darle un beso si venía de la calle, ah pero al perro si que no le importaba que le lamiera la cara...Tiberius me mira con cara de intriga cuando se dio cuenta como le miraba al mismo tiempo de que pensaba en ello con una pequeña mueca cómica en mi cara.
A ella le hubiese encantado estar aquí sinceramente, siempre me habló de como anhelaba el recorrer los Estados Unidos en busca de paisajes naturales de los cuales pueda desconectarse del mundo. El estrés de su carrera y trabajo siempre se iban con un poco de playa, el ver como el brillo en sus ojos se intensificaba al ver el mar era algo invaluable. Es una lástima que yo no vuelva a ver el mar de la misma manera ahora. Pero que va, vivo cerca del mar así que es cuestión de acostumbrarme con lo años. Lo que si nunca podré acostumbrarme es a mi trabajo.
Nos conocimos en la universidad, a pesar de que mi carrera apuntaba a lo alto del mundo de la salud, siempre fui muy flojo y fiestero, sobre todo en esa época, ella por otra parte era bien responsable y estudiosa; la mujer más inteligente que jamás había conocido. Seria una mentira si dijera que ella no fue una buena influencia en mi, gracias a ella limpié mi acto y me esforcé aún más en mis estudios y en mi trabajo. Ella sacaba lo mejor de mí y me hacía sentir que era una especie de super humano. Énfasis en "hacía"...Desde ese entonces jamás me he vuelto a sentir de esa manera, poderoso e invencible. Ahora siempre me siento más vulnerable con cada día que pasa, pero no entiendo como ella siempre mantuvo la fuerza. Siempre he pensado que las enfermeras tienen los nervios de acero y los estómagos más fuertes del mundo de la salud, y eso que yo me dedico a meterle un cuchillo a la gente y picarles por dentro con mis propias manos; pero ella era sin dudas una mujer de hierro, la enfermera más dura que he visto. Mantuvo la compostura y la esperanza hasta el último segundo, pero hasta el momento sigo sin lograr concebir una forma de como pude haberle ganado a un cáncer tan fuerte como el que se la llevó. Si tuviera el chance de volver al pasado para salvarla, la hubiese perdido dos veces...así de fuerte fue. Y simplemente dejé de ser el mismo.
Volví a prestar atención a las paginas frente mío y continuo leyendo las palabras de mi padre, capaz así logo averiguar el porque de su ausencia durante el periodo mas oscuro de mi vida. Debo admitir que no lo culpo ni lo odio por ello, pero si lo resentí un poco por eso.
"Nunca tuve el valor de admitir que no fui el mejor padre para Josh, a pesar de que éramos una familia clásica y contenta durante años. Siempre tuve ese miedo de no estar a la altura lo que significa ser un buen padre y un buen hombre de familia. Capaz fue por eso que nunca quise tener otro niño con Elaine, sentí que era mucha carga para mi, nunca fui el fuerte de la relación.
Pero debí serlo cuando me enteré que la esposa de mi hijo había fallecido de un cáncer fulminante, no supe como reaccionar, solo deseaba estar ahí para abrazar a mi hijo y consolarlo, nunca había visto un amor tan fuerte y genuino como el de ellos dos, más fuerte que el de su mamá y yo. Mi nuera era tan fuerte y estoica, verlos a los dos me recordó a cuando Elaine y yo estábamos recién casados. Capaz por eso fue que no tuve el valor de aparecerme, no podía lidiar con la vergüenza del divorcio y de como me fui huyendo con la cola entre las patas al segundo en que nos separamos . Al menos tuve el mínimo de decencia de mentirles descaradamente diciendo que las carreteras que salen de aquí estaban trancadas por la nieve aquel invierno, pero sé que no se la compraron cuando igual no me aparecí la siguiente primavera para al menos consolar a mi pobre hijo..."
No aguanté más y cerré el libro de golpe, mi corazón no podía más con las emociones del momento. Capaz juzgué muy duro a mi padre pero eso no quita que estaba consiente de lo que hacía. No estaba equivocado en admitir que fue un cobarde y poco hombre al no dejar de lado sus inseguridades para apoyar a su familia en el peor de los momentos. Un par de lágrimas recorren lentamente mi cara, esto apesta. Por lo menos Tiberius entendió y decidió consolarme en el momento hundiendo su hocico en mi cara, me alegro de haberlo traído. Decido irme a dormir, estoy muy cansado por el viaje en carretera y ya necesito calentarme bajo las cobijas, este frío me está matando.
Ya mañana será otro día...
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Me levanto temprano, como a eso de las 8:00 a.m. Lo primero que siento es una mezcla de frío y calor que emana desde la ventana. Abro las cortinas para apreciar la vista al lago, sigo reiterando que el lugar tiene un encanto que si es carismático. Abro la puerta del patio para que Tiberius haga del baño y corretee mientras yo me tomo mi café oscuro. Una capa de neblina cubre al parque nacional como si fuera una sabana de plumas de ganso, una película que cubre con gracia el agua del lago y las cercanías del bosque. Detrás de ella, los rayos de un intenso sol mañanero, por fin algo de calorcito desde que llegué. Decido admirar el paisaje y corro a buscar mi teléfono para tomar una foto del lugar. Esta va directo a mi Instagram me dije a mi mismo.
Antes de comenzar con mi misión, debo ir rápido al pueblo por suministros, aquí no hay nada que comer más allá de lo que me traje conmigo. Así que me visto y cojo carretera al pueblo más cercano, a tan solo 20 minutos en carro. De camino al pueblo, ya veo como turistas van comenzando su día en esos campamentos en los claros de orilla del lago, recogiendo sus cosas de las tiendas de acampar y preparándose para un día lleno de actividades. Capaz no sea tan mala idea aprovechar el tiempo que voy a estar aquí y hacer una que otra actividad como pescar, navegar en el lago o simplemente una caminata silvestre por el bosque de mañana con Tiberius, tengo que admitir que me da curiosidad explorar un poco.
Llego al pueblo pero me apeteció un desayuno en uno de esos clásicos "dinners" estado-unidenses vintage de los 70s, me estaba muriendo de hambre y uno de esos desayunos continentales no caería nada mal, total solo tengo en el estómago un café y una barra de granola con chocolate. Me siento y soy atendido por una muchacha bien linda, se ve muy joven, capaz tan solo 17-18 años. Cuando vives en un pueblo tan pequeño y cuyo poder adquisitivo no es tan alto, me imagino que debes de empezar a trabajar desde temprano si quieres ganarte la vida en este pueblito, claro si no decides irte a una Metrópolis. El trabajo aquí en los Estados Unidos es sumamente fuerte, si no fuera por que mi trabajo paga bien, me hubiese devuelto a Nueva Zelanda...
- Buenos días hijo.- Una voz familiar me saluda.
- Oficial Duckson, adelante tome asiento.- Respondo amigablemente.- ¿Ya desayunó?
- Si tranquilo, solo vengo por un café. El que sirven en el Departamento sabe a tierra, según el oficial Raymond y que está recién colado pero a mierda es lo que sabe.- Me rio de su comentario tan tajante.-¿Que te parece el lugar?- Me pregunta.
- Tengo que admitir, está bien pintoresco todo, a veces es sabroso el mero hecho de irse de la gran ciudad a un poblado tranquilo y modesto.
- No bajes la guardia, aquí no todo es tan tranquilo como parece.- Me responde mientras me señala con una ligera mirada a una gente entrando por la puerta a mis espalda. Un par de cazadores locales quienes vinieron a desayunar también. Se notan que son unos individuos algo molestos y atorrantes, además de que su aspecto desordenado y un poco sucio si logra generar ese sentimiento de repelús a la vista. No sin señalar que ya venían con un par de cervezas en mano las cuales botaron el entrar al establecimiento.
- Dos platos de huevos y tocinetas cariño.- Le grita a la joven muchacha, lo cual pareció algo incómodo y marginal por el tono con el que lo dijo.- Muero de hambre coño.
Una señora negra y gordita con un afro bien cuidado y redondo llega a entregarle su café al oficial Duckson con gracia y dulzura.- Aquí tienes bombón.- Me sorprendo al escuchar el tono jocoso y con sabor de la señora, vaya rompe corazones el oficial.
- Gracias Darleen ¿Cómo le está yendo a la chica?- Pregunta por la joven muchacha, al parecer no lleva mucho tiempo trabajando aquí.
- De maravilla, tan solo es un poco tímida eso es todo.
- Genial, tan solo mantenla alejada de ese par de idiotas.
- Ujummmmmm.- Asiente con ese zumbido con los labios tan característico de las mujeres afroamericanas que siempre me causa gracia por lo cómico y cool que les queda en su manera de hablar y expresarse.- Tranquilo cariño que ya le advertí sobre tonto y retonto por allá y que si se pasan de la raya que no tenga miedo de reventarles el sartén en la cabeza a esos dos, me funcionó a mi.
- Que no tenga miedo de hacerlo, tenemos a un cirujano aquí mismo.- Me señala a mi cómicamente.
- Uhhhh un cirujano ¿es eso verdad belleza?- Me lanza unos ojitos que casi que sentí como me desnudaba con la mirada, fue algo incomodo pero gracioso. Ya adoro a esta señora.
- Josh Lawson, mucho gusto.
-¿Lawson? ¿Tu eres el hijo del viejo Lawson? ¿El de Nueva Zelanda?
- Ese mismo.
- Lamento escuchar lo de tu padre mijo, ya el oficial Duckson me comentó. Ese viejo padre tuyo si que era un amor de persona. Pero también un atrevido, una vez me pellizcó una nalga cuando...
- ¡Darleen! Por favor mujer un poco de respeto.- La interrumpe el oficial.
- Ay por dios Oliver, aquí somos todos adultos.- Le responde de vuelta con una mirada molesta. No sabía que el nombre del oficial Duckson era Oliver, eso es gracioso.
- Lo siento hijo, como podrás ver Darleen no sabe cuando cerrar la boca, ahora si me disculpas...- Dijo parándose de su banquito antes de que la mesera de color le diese un golpe con el rodillo del pan por su comentario.
Me entregan mi desayuno pero mientras como, decido fisgonear la conversación que está a punto de suceder entre el oficial Duckson y aquellos caballeros de las armas de caza a un par de metros de mi derecha.
- Caballeros.- Saluda el oficial del Departamento de Pesca y Vida Silvestre.
- No venga oficial Duckson, tenemos todo en regla.- Responde uno de los hombres.
- Más te vale Shaw, solo me aseguro.- Dice mientras se agarra de su cinturón.- Así que, sin suerte ¿huh?
- Ni un puto venado, no encontramos nada.
- Pareciera que se fueron todos de la zona.- Agregó el otro involucrado.
- Y ustedes alardeando que cazar de noche les iba a traer suerte.- Replica el oficial casi en tono de burla.
- Bueno pero esto si te va a interesar. Encontramos algo inusual.- Eso hizo que mi oreja se levantara como si fuese Tiberius al escuchar algo en el patio de la casa.- Había un par de árboles con unas marcas extrañas, como de un animal.- Dice Shaw casi que susurrando al oficial como si lo que dijera fuese un secreto a voces.
- ¿Marcas como qué?- Pregunta Duckson.
- Parecían como zarpazos pero no parecían como a ningún animal que yo conozca. Eran como si alguien le hubiese dado con una guadaña al tronco del árbol.- El oficial no pudo hacer más que poner una cara de intriga.
- ¿Y como sabes que no fue una persona con un hacha o algo?
- ¿Y que razón tendrías de hacer eso? Pero eso no es todo. Escuchamos unos sonidos extraños en el bosque anoche. Eran como unos sonidos profundos, como bramidos.
- ¿Bramidos? ¿No será simplemente un alce macho y ya? Estás dándole muchas vueltas a la cabeza Shaw, ya beber tanto te está afectando.
- Esa mierda no era un alce.- Replica Shaw.- No se que mierda será pero te aseguro que, sea lo que sea, lo vamos a matar con una bala entre los ojos al condenado.- Recalca sacando una bala de rifle de su bolsillo y alzándola a la altura de su ojo mientras cierra el otro.
Un extraño sonido animal a la distancia y árboles con cortes inusuales en el tronco, este pueblo no es tan aburrido como yo pensaba.
Continuará...
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