Capítulo 8.- Octavo Susurro
No hubo susurros solo hubo un silencio que era apresador que hacía que la imaginación volará.
Era malo o tal vez bueno.
Bakugou no lo sabía, solo existía la duda y el miedo.
—¿Estará bien?— pensó el rubio.
Al otro lado solo se podía ver un bulto acostado en la cama mirando el techo. Necesitaba ser querido y de una manera urgente.
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