Capítulo 2.- Segundo Susurro

El día había sido un poco cansado, si el día había sido bastante incómodo como lo había predicho. Había cierta incomodidad en como se trataban Midoriya y Ochako, todos había notado ese cambio enorme.

Pero trataron de que no se sintieran más incómodos de lo que posiblemente estaban, no funcionó.

Los errores como esos son pequeños monstruos con grande fuerza que van acabando lentamente con todo lo que piensas y haces. Ochako trató de no hablar ni participar mucho con Midoriya y este parecía un poco triste por la actitud de su amiga.

¿Eso es lo que ocasiona no corresponder a un amigo?, si era así era bastante cruel.

Pero lo que nadie había esperado fue que Uraraka dijera algo.

«—¿Siempre será el ¿Verdad?— preguntó con la mirada abajo apretando los puños.

Estaban en la sala de la residencia, todos estaban ahí. El los miraba detenidamente, Midoriya tenía una mueca triste.

Si, siempre será él. Puede que al inicio que confundí con mis sentimientos y lo allá hecho contigo también pero el ya es quién mi corazón eligió. Nada puede cambiar si el corazón ya eligió, lo siento— respondió Midoriya.

Se escuchó un sollozó, era el de Uraraka. Nuevamente le habían roto el corazón.

Se que esto será difícil para ambos pero quisiera que nada cambiará en nosotros— Midoriya trato de acercarse a ella pero no lo logró, ella solo le hizo una señal para que se detuviera.

Entiendo pero lo mejor es que nos separemos un tiempo, seguiré siendo tu amiga pero debo tomar un tiempo para mi— dicho esto salió corriendo de la sala, se fue a su habitación.

Nadie dijo nada, solo vieron como la chica de cabello café se marchó a su habitación, mientras Todoroki solo le tomo la mano a Midoriya y le sonrió. Muchos se sorprendieron incluyendo el pero se lo venía venir.»

¿En verdad las personas se enamoran?, El dudaba si llegara a querer a alguien en un futuro pues una vez escuchó decir algo que le dejo algo marcado.

—¿Cómo alguien que no se ama así mismo puede decir que ama a alguien más?— se hizo la pregunta
—. A nuestra edad ni siquiera sabemos que es el amor, creemos amar a alguien cuando ni siquiera nos amamos a nosotros mismos.

Aunque en todos los casos eso no era cierto, muchos a temprana edad sabían que era el amor, un amor sin escrúpulos ni malas intenciones, solo un amor puro y sincero.

Él quería un amor, un amor que le dijera: «Sabes que me encanta ver el sol posarse sobre ti».

A su mente llegaron las imágenes del rechazo de sus amigos, Denki parecía el más afectado, como si fuera un homofóbico. Eso le dolía demasiado, el amor podía existir en personas del mismo sexo pero de su mente la mirada que le daba Kaminari le dolía aunque no fuera verdadera.

Lo siento Kirishima pero ya es tan regugnante que te gusten los hombres- le daba una mueca de asco—. Es tan asqueroso, no quiero que te me acerques.

Parecían tan reales esas palabras que parecían cortarlo. Llegó un momento en el que no podía respirar, se dio cuenta que estaba llorando.

Las lágrimas y los quejidos que salen de su boca no le pediremos respirar, su cuerpo es el causa pero su maldita mente es la que lo provoca.

—¡Ah!— se queja regulando su respiración, dolía-. Duele mucho.

Estaba tal vez exagerando pero su mente era un monstruo que no lo dejaba vivir en paz.
Siente que algo le aprieta la cabeza, tal vez son sus temores los que lo hacen.

Lleva su mano a su pecho, le duele y se siente estúpido por eso. Su cabeza divaga entre tantas cosas, entre ellas temores, nombres, rostros y deseos.

Esta perdiendo muchas cosas, ha dejado de soñar en las noches, ha dejado que su miedo y ansiedad se apoderen cada noche más.

Falta mucho para que amanezca y es por eso mismo que una pequeña lluvia se hace presente, escucha el sonido de esta chocar contra el suelo. Tiene ganas de salir y llorar en medio de la lluvia, así nadie notaría sus lágrimas ni tampoco sus gritos de dolor.

Sonríe por lo que pensaba, hay más personas que sufren por cosas peores y el quejándose y creyendo que lo que sentía era malo.

Pero en verdad se sentía mal.

Esta en el mar, podía ver a todos sus compañeros felices y el solo con una sonrisa que no sentía.

—Kirishima Eijiro, ¿No te cansas de hacer esto todas las noches?— se preguntó así mismo—. Lo hago, aunque no lo creas odio con todo mi ser hacer esto, llorar por nada o algo estúpido. Pensar que soy asco de persona cuando tal vez no lo soy pero es como una maldita adicción que no puedo dejar.

Soltó una risa.

—Pero trataré de que cada vez que haga esto iré matando los demonios que tengo en mi mente, si será lento y complicado pero quiero hacer lo. No quiero pensar más que mis amigos sean malos cuando me rechacen o que el amor no llegará, solo dejaré que las cosas pasen y este dolor desaparezca— finalizó para cerrar sus ojos.

Pasó un minuto, después le siguió otro, hasta que finalmente le siguieran cincuenta y ocho más.

Bakugou entiende todo, por su mente llega la imagen de un Kirishima con cortadas en los brazos. Pero sabe que es imposible porque Kirishima lucha constante mente.

—Es bueno que luches Kirishima— dice a la pared.

Se dio la espalda dándose la a pared que lo separaba de ese chico de inseguridades.



Nota: Creo que este si fue el capítulo del asco.
Ayer no actualice porque salí de mi trabajo y estaba sumamente cansado por lo que actualice hasta hoy. Gracias por leer y bueno espero que el siguiente capítulo sea interesante.

¿Que les pareció? ¿Un asco? ¿Chido?

¿Kirishima es suicida?, No lo sé, tal vez o no

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