Las aventuras de Líf (2): El niño demonio

- Durante la primera mitad de la ronda fantasma, antes de la aparición de Atlach-Nacha -

***

– ¡Allá voy! ¡Ay…!

Líf siguió por su camino; un camino de victoria tras haberse librado milagrosamente del dios hindú de las tormentas Rudra, a quien pudo darle un poco de ayuda para sus problemas emocionales.

Al parecer le estaba saliendo muy bien eso de tocar el corazón de sus divinos oponentes: Ares, los dioses de la fortuna, Khonsu, ahora Rudra…

– Tal vez me pueda dedicar a esto… ¿Cómo se llamaba? ¿Loquero? ¡Suena a algo muy divertido! ¡Y tengo regalitos muy lindos!

La pequeña valkiria abrazó con fuerza el peluche que estaba cargando, aquel pequeño jabalí de colores pálidos que le había regalado el dios hindú, ¿Como pago por sus servicios? ¿Agradecimiento por haberse tomado el tiempo para ayudarlo? ¿Cortesía de la casa?

– No importa… ¡Es tan bonito!

De nueva cuenta Líf apretó el peluche con todas sus fuerzas, apretando el mismo contra su rostro y nariz; aquel aroma de flor de loto era tan penetrante así como relajante, como tomar un masaje para su corazón y alma a través de la nariz…

« … Ugh. Esa es una mala imagen. »

Mientras seguía caminando la pequeña valkiria comenzó a dar vueltas con su peluche, sin fijarse en el camino que estaba recorriendo.

– Creo que esta es mi vocación… ¡Si pongo todo mi empeño estoy segura que lograré muchas cosas! ¡Conoceré todos los secretos de los dioses, y así podré infiltrarme en su sistema jurídico poco a poco! Hasta que… que…

» ¡Ascienda como la próxima presidente del Concilio del Valhalla! ¡Mi primer mandato va a ser completa adoración y rendición a su servidora, y todo aquel que se oponga se le cortará la cabeza! ¡Muy bien!

» ¡Hora de ponerse a trabajar! ¡Al próximo dios que me encuentre, lo voy a--!

De repente la diosa sintió algo líquido bajo sus pies, a manera de charco, que le hizo tropezar de golpe y caer contra un alguien que estaba sobre el charco, con un golpe seco y sonoro que se replicó en el silencioso pasillo.

– ¡Ay! ¡Oye…!

Líf estaba a punto de reclamar hasta que observó el suelo bajo sus pies con mayor detalle: todo estaba repleto de aquel líquido, un tanto viscoso y oscuro que bajo la luz de las linternas, así como por la capacidad olfativa de ella, se pudo dar cuenta de lo que se trataba…

Sangre.

– ¿Eh? ¿Pero qué es…?

Levantó la vista hacia la persona con quién había chocado, quien también era de baja estatura aunque más alto que ella; aquel ser desvió su mirada hacia sus espaldas, y sus ojos oscuros chocaron con los de la valkiria…

Piel pálida y manchada de sangre, así como su ropa y una de sus manos que levantó; cabello largo y oscuro con un cierto grabado entre sus hebras, como si estuviera teñido para decir palabras en el mismo; un rostro con inscripciones en las mejillas, por debajo de sus ojos abiertos y llenos de rabia divina imposible de contener…

Aquel ser respiró con profundidad y mayor rabia todavía cuando identificó a la pequeña valkiria.

– Tú…

– ¡¿Ehhhh!?

« ¡Qué miedo! ¡Es un… niño demonio! »

No, aunque no distaban demasiado uno del otro. Se trataba de Zerofuku, el dios de la fortuna. El verdadero y auténtico, forma final de los 7 dioses de la fortuna.

La pequeña valkiria quedó helada ante su presencia; a pesar de tener la apariencia de un niño pequeño, el aura asesina y sangrienta que emanaba con su existencia eran tal que cualquiera podría detectar el peligro a metros de distancia.

Por desgracia, la pequeña valkiria había estado tan entretenida con sus pensamientos y peluche que no fue consciente del peligro hasta ahora. Demasiado tarde…

« Siento que estoy a punto de… De… ¡De ser cortada por el medio a pesar de no ser albina, olvidadiza ni británica! ¡Me van a matar! »

– Tú… Tú…

– Oh… – la mente de Líf apenas fue capaz de concebir algunos pensamientos a expresar para tratar de salir de esa situación – Es… Tiene lindo cabello… ¿Se lo dicen a menudo?

– Tú eres… esa niña… Esa maldita niña.

– ¡¿Eh!? – Líf abrió bastante los ojos – ¿¡Cómo que "maldita"!?

– Te he estado buscando… pero todos estos budistas… Me han estorbado demasiado…

– ¿Budistas? ¿¡Ehhh…!?

Entonces Líf se dió cuenta de la segunda cosa que no había visto: alrededor del dios habían muchos cuerpos, cubiertos de heridas de arriba a abajo, que por sus apariencias físicas así como vestimentas la valkiria dedujo lo que Zerofuku ya le había dicho:

« Budistas… Amigos del señor Buda Gautama… ¿Él solo los mató a todos? ¿¡Aún siendo solo un niño!? »

– Ninguno de ellos sabía de tu paradero… Pero ya no importa… Ahora que te he encontrado.

– ¿Eh…? – con temblores poco controlables Líf comenzó a caminar de espaldas para tratar de escapar de aquel pequeño demonio.

– Sufre… ¡Sufre el castigo divino!

– ¡Ahhhhhh--!

Zero lanzó su mano con garras directamente a la cabeza de Líf, un golpe que sería incapaz de evadir aún si huía en ese mismo instante…

Para su buena suerte aquello no tuvo que suceder: sus temblorosos pies resbalaron con el charco de sangre y la hizo caer de nalgas directamente al suelo, justo cuando el dios estuvo a punto de volarle la cabeza.

– ¡Ay!

– ¡¿Uhhhh!? ¡¿Fallé!?

– Ay… ay… – el golpe fue tan doloroso que a Líf se le olvidó de inmediato el momento de terror que estaba viviendo; una de sus manos fue a su pequeño trasero mientras sus ojos empezaban a llorar – Eso… dolió mucho…

– ¿¡Fallé!? ¿¡Por qué fallé!? ¡Maldita sea!

– ¡Ay…!

Zero avanzó hacia Líf para intentar de nuevo su ataque frontal, aprovechando que la valkiria estaba tirada en el suelo; sin embargo ahora fue él quien sufrió su propia medicina, pues la sangre bajo sus pies le hizo resbalar a él también y caer de cara contra el suelo…

Su mano extendida consiguió golpear a Líf, aunque no con fuerza para hacerle daño; solo lo suficiente para hacerla derrapar en el suelo dados los charcos de sangre, como si fuera una pelota flotando.

– Ah… – Líf frenó a un par de metros, miró el rastro de sangre que había quedado así como el dios tirado en el piso, y de inmediato se le olvidó su miedo y dolor – ¡Otra vez! ¡Eso fue divertido!

– ¿¡Huh!? ¿¡Qué es esto!? ¿¡Por qué no puedo darte un golpe!? ¡No me digas que…!

Zerofuku empezó a llenarse de malos sentimientos: odio, rencor, impotencia, infortunio… Un aura de mala suerte rodeó al pequeño dios, como si estuviera aumentando su propio tamaño, lo cual asustó de nueva cuenta a Líf al recordar que estaba en una escena de peligro.

– ¿¡Ahhh!?

– ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué, por qué, por qué, por qué…!?

» ¡¿POR QUÉ SOY TAN MISERABLE!?

– ¡¡Wahhhhhhhhh!!

Líf se levantó del suelo como pudo y empezó a correr, al mismo tiempo que Zero se levantaba y perseguía a la pequeña valkiria, aumentando las garras sangrientas en sus manos para intentar atraparla.

Así comenzó una persecución entre Zerofuku, el dios de la fortuna, y Líf, la décimo cuarta hermana valkiria.

Lo que podría haber parecido una escena de terror que terminaría en tragedia… Curiosamente fue todo lo contrario.

Cada vez que Zerofuku lograba alcanzar a Líf, por algún motivo que otro no lograba tenerla entre sus manos: una vuelta de esquiva que no medía correctamente que le hacía caer de cara; el piso resbaloso que lo tiraba al suelo; una repentina escalera que lo hacía caer varios pisos; incluso el tamaño de Líf, que no era tan diferente al suyo, le hacía difícil poder atraparla fácilmente.

En fin, mientras más lo intentaba más fracasaba; todos esos fracasos solo aumentaban la rabia de Zerofuku y, sin que Líf lo supiera, también aumentaban su infortunio. Un poder de la suerte y el destino que ella no entendía en absoluto…

Hasta que esa mala suerte le llegó; Líf se adentró en un callejón sin salida por error, con una puerta cerrada que sin importar cuántas veces le golpeó no logró abrirla.

– Por fin… – Zerofuku respiró con malicia y una sonrisa al ver que ya tenía acorralada a la pequeña niña – Ahora eres mía…

– ¡Espera, espera…! – Líf volteó a la cara de Zero con ojos llorosos y manos temblorosas – ¡Estoy segura que estás equivocado! ¡Yo no soy la niña bonita y preciosa que buscas!

– ¡Claro que lo eres! ¡Me convenciste a mi y al dios pajarraco egipcio de atacar budistas solo para satisfacer tu entretenimiento egoísta!

– … Ah. Entonces si fui yo… ¡No, espera! ¡Yo a ti no te conozco!

– ¡Claro que sí! ¡Estuviste sobre mi y conmigo!

– … "Sobre mi"… – la mente de Líf divagó con recuerdos falsos tratando de encajar la historia que le contaba Zero – ¡No, espera! ¡No es cierto! ¡Yo solo estuve sobre los hombros de un dios con cabeza de ciervo, y de otro con un mecha!

– ¡Ese fui yo! ¡Yo soy los 7 dioses de la fortuna: Zerofuku!

– … Eh… – Líf de nuevo quedó con la mente en blanco – ¿Quién?

– … ¿¡Huh!? ¿¡No me conoces!?

– … No… ¿Cómo es que dices ser 7 dioses? Eso debería ser imposible… Solo eres uno… Además… ¿Por qué no apareces en los libros de historia? Mi hermana pequeña Lífthrasir y yo conocemos todas las historias de todos los dioses… Aunque a mí se me olvida a veces… Pero nunca he escuchado el nombre de Zerofuku…

» ¿¡Cómo sé que en realidad no eres un impostor que intenta aprovecharse de la inocencia de una pequeña niña como yo!?

– ¿Huh? ¿Pero qué--?

– ¡Debería darle vergüenza a un dios como usted actúe de esa manera! ¡Más si dice ser quién es…!

» ¡Los 7 dioses de la fortuna, los Ejecutores del Cielo! ¡Se supone que debe buscar el equilibrio entre las fuerzas del bien y del mal, no cazar niñas indefensas e inocentes! ¡Cuánta maldad hay en su corazón!

Zerofuku abrió bastante los ojos con sorpresa ante las palabras tan directas que le aventaba la pequeña valkiria; nadie en toda su vida le había hablado con ese tono de voz…

Bueno, tal vez aquel humano desinteresado que estaba encaminando a los humanos a desobedecer a los dioses; solo él había tenido tanto atrevimiento para dirigirse con tanta confianza frente a un dios…

« "La felicidad no es algo que puedas dar a las personas… ¡Es algo que tienes que encontrar por ti mismo!"

» Buda… Buda… ¡¡¡¡BUDAAAAAAAAA!!!!!! »

– Tú… Tú eres amiga de Buda…

– ¿Eh? Bueno… eh… es complicado… Diría que… "socios" junto con su amiga de la Luna… Que era muy bonita y olía bien…

– Amiga… Amiga… ¡¡Amiga del maldito traidor!!

– ¿Eh? No, no, te estás confundiendo--

– ¡¡Cállate!! – Zerofuku golpeó una mano en la pared más cercana, abriendo un agujero que fue infectado con el infortunio que estaba propagando el aura suya; de inmediato la pared se deshizo casi por completo, sin contar que su mano no había sufrido herida por el golpe.

– ¡Ah…! – Líf se pegó más contra la puerta cerrada a sus espaldas, dándose cuenta que sus palabras no habían funcionado para calmar su rabia.

– Tú… Eres amiga de ese maldito traidor… Que me dejó en ridículo hace mucho tiempo… Y que les dió la victoria… A esos malditos humanos… Hace mil años… ¡Y ahora!

» ¡¡Ahora ese maldito humano… Ese maldito, esa estúpida traidora lunática y tú… están juntos para confabular contra los dioses!!

– ¡Espere, espere! ¡No es lo qué--! Un segundo… ¿Acaso dijo "traidora lunática"? ¿Se refiere a…?

– ¡¡Esa maldita diosa de la Luna!! ¡¡Ha traicionado a los dioses, peleando a favor de la humanidad en la ultima pelea!! ¡¡Ya manchado el honor de la señora Amaterasu, el Emperador de Jade, y de los Cielos!! ¡¡Maldita, maldita, maldita…!!

Líf quedó con la mirada en blanco y los ojos muy abiertos.

– No… Eso no puede ser…

– Claro que sí… Y ahora lo entiendo mejor… Todas ustedes son amigas de ese maldito de Buda--

– ¿¡Chang'E está peleando en la quinta ronda, a favor de los humanos, traicionando a los dioses y optando por matar a uno!? ¡¿Y estoy aquí perdiéndome de ese suceso tan maravilloso y majestuoso para la historia de la humanidad y de los dioses!?

Líf cayó de rodillas al suelo con rostro entristecido.

– ¡Maldita sea! ¡Estoy desperdiciando mi vida! ¡Me volví a perder una gran pelea por haberme perdido! ¡Maldicióooooooooooooon!

– ¡¡Ya cállate mocosa!! – Zerofuku se puso todavía más intenso – Una vez que termine aquí, iré a esa maldita arena de batalla… Y me encargaré de matar a esa maldita traidora… Después seguiré con Buda y… Y…

» También con las valkirias y los Einherjers… Ustedes no… No merecen ese segundo Ragnarok… ¡¡Han hecho trampa, malditos pedazos de basura!! ¡¡No se vale!! ¡¡No debieron profanar mis poderes para usarlos para matar dioses!!

– … ¿Eh? – Líf levantó la vista con sorpresa – ¿Sus poderes? ¿A qué se refiere con eso?

– No es algo que necesites saber…

Zerofuku se llevó su mano a la espalda, la cual se empezó a encorvar y sacar una protuberancia de carne como si fuese una especie de monstruo oculto bajo su propia piel; una imagen desagradable para la vista de Lif, más cuando Zero no mostró ninguna señal de dolor ni molestia, como si ya estuviera acostumbrado a eso.

– Tú misma lo dijiste… Yo soy el Ejecutor de los Cielos… Buscando el equilibrio entre el bien y el mal…

» Ustedes, las malditas traidoras que siguen a ese maldito de Buda… Han alterado el equilibrio…

» ¡¡¡Yo les daré su castigo divino, aquí y ahora!!!

– ¡Ahhhhhh--!

Líf corrió de espaldas hasta caer sentada en el suelo, en un sitio dónde no deberia haber caído…

La puerta cerrada detrás de ella ya no existía. Mejor dicho, ya estaba abierta, con una presencia divina de pie del otro lado siendo el responsable de haber entrado e interrumpido aquella escena que estaba por terminar en tragedia.

La cabeza de Líf golpeó la túnica de aquella divinidad, así como sus pies que estaban cubiertos por una coraza metálica con un sonido… Muy característico, el cual ya conocía.

De hecho, la suavidad de la túnica, el olor que llegó a sus narices, y el aura que desprendía… Todo lo conocía muy bien.

Fecha de publicación: 26/08/24
ASFD

Nota de autor: Muy buenas mis queridos Ragnabrothers UwU

Volvemos a la novela de las aventuras suicidas de la pequeña Líf, la melliza del Apocalipsis y quién traerá la verdadera desgracia a los dioses UwU.

Aunque no por mucho tiempo, ahora que se ha encontrado con Zerofuku que estuvo a punto de matarla… Aunque no por mucho tiempo, ahora que Thor ha aparecido de colado, ¿Qué sucederá a continuación? ¿Thor ya dejó de llorarle a Lu Bu y tomará en serio su papel de padre? ¿Zerofuku logrará salirse con la suya e impartir castigos divinos? ¿Líf aprenderá de esta experiencia cercana a la muerte? ¿Se viene combate épico papus?

Todo esto y más para la siguiente parte del chismógrafo especial de Líf, ¡Los leo en el siguiente capítulo!

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