Capítulo Trece: Un mundo pequeño.
—¿Está muerta?
—Deberíamos de avisar al alfa.
—¿Avisarme qué?
—Te juro que no fuimos nosotros.
—¿Cómo llegó una humana a este mundo?
—¡No lo sé! Tan solo hacíamos nuestro control matutino y la encontramos aquí.
—Les abriré sus gargantas con mis propias garras en cuanto tenga la primera oportunidad.
Me retuerzo con dolor de cabeza y cuerpo. Siento como si mis propios huesos estuvieran regresando a su posición inicial, lo podía comparar con la extraña sensación de si se hubiesen roto todos y se volvieran a crear bajo mi piel. Mi cuerpo cae sobre una suave y caliente superficie. ¿Dónde estaba? ¿hacia dónde estaba siendo llevada? Tan cansada como para hacer algo al respecto.
—¿La mataremos?
La paz y tranquilidad que parecían abordar mi cuerpo desaparecieron con solo escuchar esas palabras. Abro los ojos y salto fuera de donde sea que estoy siendo cargada. Cierro los ojos con fuerza porque el golpe se siente mucho más fuerte de lo normal.
No me dejo intimidar, abro los ojos y tomo la primera rama que se encuentra frente a mi, me giro y señaló a las personas que me iban a matar.
—Un paso en falso y...
Quedo muda al mirar bien lo que tengo frente a mis ojos. Esto si que no tenía sentido. Estaba segura que había escuchado voces de personas y no gruñidos de animales, específicamente de lobos.
—¿Y las personas? —suelto sin comprender, pero sin bajar mi maravillosa arma.
《—Frente a ti. 》
Chillo al escuchar una grave voz dentro de mi cabeza. Señaló a los tres lobos con las claras intenciones de golpearlos en la cabeza, de ser necesario.
—Esto no tiene sentido... —muscullo tomando mi cabeza entre ambas manos, soltando el arma—, ¿cómo es posible que escuchará una voz en mi cabeza?
《—Ella definitivamente no es una humana.》
《—Creo haberla visto en algún lugar, pero ¿dónde?》
—Definitivamente estoy loca. —suelto rendida, poniéndome de pie.
Camino lejos de esos tres lobos que me hacen sentir como una demente. Camino con los pies descalzos y tan solo en ropa interior en medio de un bosque verde en busca de alguna señal de personas, pero me detengo al escuchar las fuertes pisadas a mis espaldas.
—¿Ustedes de nuevo? Les aseguro que mi sabor no es agradable en este momento. —me giro mirando a los tres—. Estoy sucia y quemada... —grito al ver que las quemaduras que visualice en la noche desaparecieron.
《—¡Espera!》
Comienzo a correr sin reparar en que dirección me dirijo, de igual modo era un bosque y tenía tan pésima memoria que por más atención que prestará me perdería de cualquier manera. Escucho voces, risas y gritos, corro con mayor velocidad a esa dirección y me detengo negando abrumada. Pequeñas cabañas repartidas por toda la zona, pero lo que me deja petrificada es ver como otros lobos se desplazan con total tranquilidad en la zona, al lado de niños y adultos. Todos los ojos se posan sobre mí. Tal vez porque iba en ropa interior, pero contengo la respiración al ver como todos, incluidos los lobos se inclinan en una reverencia, frente a mis ojos.
¡Por mi ropa interior! ¿Qué estaba pasando?
—Te dije que esperaras. —me reprende un chico a mis espaldas.
Giro encontrándome con tres chicos y por lo que dijo da a entender que se tratan de los lobos del bosque, pero en su apariencia humana. Llevan unas simples camisas y jeans, cabellos desordenados, y para agregar a su particular bono, son guapos.
—¿Dónde estoy? ¿quiénes son? ¿cómo pueden transformarse en lobos? ¿dónde está Caled? —la última pregunta me deja pensativa por varios segundos, no comprendía del todo porque lo había nombrado, pero sentía esa necesidad de verlo y tenerlo cerca.
—Creo que estas cosas se deben de hablar en un sitio privado. —me anima a caminar el chico rubio—. Brennan ve a buscarle algo que ponerse y Scott ve a avisarle al rey. —ambos castaños asienten con obediencia y toman sus propios rumbos.
El rubio platino camina despreocupado, dejándome atrás. Corro hasta quedar a su lado, miro a las personas para asegurarme que ningún pervertido me devore con su mirada, pero me sorprendo al percatarme que todos siguen con sus cosas como si no hubiese ninguna chica semidesnuda caminando en su pueblo.
Nos dirigimos a unas escaleras subterráneas, el chico no duda en mover las grandes puertas de madera a un lado y indicarme que ingrese, lo hago mirando las largas escaleras de piedra y las antorchas colgadas en la pared.
—Gracias Brennan. —habla el chico y cierra las grandes puertas—. Espero que este vestido de seda te funcione, fue lo único que encontraron de su talla princesa.
—Saven. —intervengo al instante. Tomo el suave vestido entre mis manos, lo paso sobre mi cuerpo y me cubro—. Gracias.
El chico asiente y comienza a descender, le sigo mirando asombrada la estructura del lugar. Me siento confundida por el extraño lugar en el que me encuentro, pero fascinada por las nuevas cosas que estaba descubriendo. Sueño o no, esto era maravilloso.
Tenía una emoción de felicidad en mi pecho, como si de algún modo todo mi cuerpo estuviera esperando este momento con anhelo. Caminamos escaleras abajo, con el frío piso de piedra bajo mis desnudos pies, camino detrás del chico que permanece en un silencio pensativo. Al llegar al final miro la gran mesa de piedra y las sillas del mismo material, una gran luz entra del techo y se debe a un gran agujero cubierto de vidrio que deja pasar la luz iluminando la sala.
—Toma asiento, por favor. —obedezco sin pensarlo demasiado.
El chico se deja caer a un lado, desliza una mano sobre su cabello y luego me mira con sus hermosos ojos verde esmeralda.
—Explicarte dónde te encuentras es algo complicado Saven, iniciando porque pareces desconocer todo esto, pero se te nota estar de algún modo familiarizada con todo. —recarga un brazo sobre la mesa y luego su barbilla en su mano—. Este es un mundo ¿alternativo? ¿otra dimensión? ¿realidad? No lo sé, es difícil de darle un término en específico que conozcan los humanos.
—Un mundo como Narnia.
—Exactamente, a excepción de que no debes de pasar por un closet para entrar —ríe divertido de su propio chiste—, para llegar a este mundo se deben de pasar unos espejos en específico.
—¿Yo ingrese por uno de esos?
—No estoy seguro. —frunce el ceño y muerde su labio inferior—. El espejo no brilló en ningún momento, yo estuve a su lado gran parte de la noche.
》—Bueno, bueno, escucha. Las personas que pueden pasar por él no pueden ser humanos, todos, absolutamente todos deben de pertenecer a este mundo y es en esa parte donde entras tú. Nunca te vi salir del espejo, tan siquiera brillar. No encuentro ninguna marca de tu alma gemela, ni la magia parece emanar de ti. ¿Cómo lograste entrar?
—Yo... realmente no lo sé. —musito aturdida.
—En todo caso, resolveremos este problema. No tienes nada de qué preocuparte. —asiento ante sus calmadas palabras—. Soy Rudy, el alfa de la manada. Algo así como el presidente de todos estos animales.
Suelto una fuerte carcajada al entender su referencia.
—Eres un lobito muy gracioso. —halago, pero frunzo el ceño.
Tan solo recordaba un lobo de color café claro y ojos del mismo color, uno de color vino con sus ojos café oscuro y por último a uno de tonalidades grises.
—¿El alfa no debe de ser color negro? —cuestiono.
Él niega con una ligera mueca en sus labios.
—Larga historia —comenta mirando la pared pensativo— y no quisiera contar mi vida si debes de regresar hoy a tu mundo.
Asiento mirándolo con los ojos entrecerrados. Evita mi mirada en todo momento, fingiendo mirar en otras direcciones menos mi rostro, distingo fuertes emociones pasar por sus ojos, las más claras son de dolor y tristeza. Suelto una fuerte respiración captando su atención, por lo menos debíamos de matar el tiempo de algo y lo único que se me ocurría era haciendo preguntas.
—¿Cómo se llama este mundo?
—Horenclow.
—¿Cómo se llama este pueblo?
—Iren.
—¿Quiénes eran esos dos chicos que te acompañaban? ¿tus hermanos?
—¡Que me libre la Diosa Luna de tener hermanos tan estúpidos! —exclamó con horror fingido—. Las historias de hombres lobos de los humanos tienen cierta verdad y mentira. En las manadas siempre habrán tres mandos, está el alfa que mandará a todos, su beta y omega. Esos dos últimos cumplen un papel importante porque cuidaran del alfa y el alfa de ellos. Serán los hermanos creados por la diosa luna.
》—Scott es el beta. Fuerte, independiente y audaz, el lobo de pelaje de un tono rojizo o vino, luego tenemos a Brennan, el omega en progreso de subir a beta, él sería el lobo de color café y por último tendríamos a tu presentador, el alfa de toda esta gran familia, un lobo de color gris... cierto color me ha traído problemas, pero nada que una fuerte personalidad no pueda resolver.
Asiento asombrada por lo pequeño que puede llegar a ser el mundo...
—Te sorprenderías lo pequeño que puede llegar a ser el mundo mi lady.
Las palabras de Caled hacen un fuerte eco en mi cabeza. Todo este tiempo tuvo razón.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top