Capítulo Doce: Tómalo como nuestra segunda cita.

Bajo de la limusina seguida de varias chicas, Jordan se encarga de arreglar su vestido a pesar de que no tenemos público y con Eva al mando, comenzamos a caminar por el desolado estacionamiento privado del gobernante. Ingresamos siendo escoltadas por un guardia y pronto nos encontramos en la segunda planta del ayuntamiento. 

Estudio el vestido verde esmeralda de Jordan, de tirantes delgados con una terminación de lazo del mismo color, ajustado desde su torso hasta caer en la cintura, una gran cantidad de vuelos que lo decoran alrededor, pero el color verde esmeralda cambia por el negro, tres dedos debajo de su rodilla. Un vestido espectacular que define sus curvas, largo cabello negro que cae con ondas al final, un maquillaje ligero de tonalidades cafés claro que resalta de una forma espectacular sus oscuros ojos marrón.

Luego está Eva con su vestido ajustado hasta la cintura de un hermoso color celeste, de manga larga, pero con sus hombros al descubierto, es largo y pomposo, con detalles de flores moradas y violetas en el inicio de la gran falda, parte superior y mangas.

Las demás chicas charlan animadamente entre ellas con sus vestidos de los tiempo pasados, de sus colores favoritos, resaltando su belleza y por último, mi vestido es del mismo estilo al de Jordan a excepción del color. Elegí un color vino, con la terminación en color negro y el tirante un poco grueso.

Una mujer ingresa al salón apresurada, caminando directo a la oficina del alcalde donde permanece charlando con Eva sobre el evento y las actividades programadas. La rubia sale contoneando sus caderas detrás del anciano hombre de traje, se acerca y con su móvil en mano comienza a recitar los nombres de cada una de nosotros, hasta formar una larga cola de costosos vestidos. Caminamos detrás de ella y con mi mano me despido desde el medio de la cola hasta el final donde se encuentra mi mejor amiga.

Camino siguiendo la cola de chicas con cuidado de no pisar el vestido de mi compañera de frente, que esconde sus tenis bajo él. Llegamos a unas escaleras decoradas con una sola alfombra de color rojo sobre el piso de madera oscura. El presidente baja de primero en compañía de Eva que saludan a la multitud con sus radiantes sonrisas y movimientos de manos.

—¡Les damos la bienvenida al gran inicio a nuestra recaudación de fondos! Como verán, tenemos un maravilloso comienzo a esta actividad local donde muchas personas de la ciudad han decidido, sacar sus trajes más costosos y pasearse por el palacio de vidrio el pueblo Farren. —las personas gritan entusiasmadas—. Tenemos una gran apertura a la que será una gran noche, pero esta parte no me corresponde en lo absoluto, este logro es para los estudiantes de último año del instituto y su organizadora, Eva. —las personas aplauden, pero me es imposible mirar debido a que se encuentran en la planta baja y nosotras arriba.

—Gracias a todos por aceptar las invitaciones y vestirse conforme a la ocasión planeada. Fueron días de arduo trabajo al lado de estos geniales chicos. Por favor, démosle una bienvenida con un fuerte aplauso.

En ese instante la cola comenzó a descender por las grandes gradas, como si se tratara de un desfile y al final de más escaleras, nuestro acompañante sorpresa, nos tendía una mano y caminamos a danzar a la pista de baile.

Esperé con impaciencia mi turno, ya saben esa sensación de saber quién te acompañará en toda la velada y la sensación de llamar la atención a mitad de las escaleras. Respire profundo cuando el presidente anunció mi nombre y bajé con lentitud por las escaleras, las personas aplauden con fuerza, me detengo al llegar al final de las escaleras y encontrar un apuesto Caled de traje ofreciéndome su mano.

Le regalo un amplia sonrisa acompañada de un respiro ante la expectativa de encontrarme con algún desconocido. Caminamos lentamente hacia la pista, situada en medio palacio de vidrio/jardín. Las parejas bailan con delicadeza, como si sus pies flotaran en suaves nubes y les ayudará a moverse con tanta gracia.

Poso ambas manos sobre los hombros de Caled, él posa las suyas sobre mi cintura y me atrae a su cuerpo.

—¿Sabes bailar? —niego al instante. Suelta una risa divertida—. Mira mis pies, sigue los pasos. —asiento bajando la mirada.

En lo que resta el baile miro con atención los pies de mi acompañante, recargando la frente sobre su pecho y mordiendo en ocasiones mi labio inferior al confundirme. Era algo fácil, desplazarse de un lado al otro con suavidad. ¡Lo tenía! Alzo la cabeza con una sonrisa de triunfadora.

—¡Lo logré! —digo con entusiasmo.

—Eres toda una profesional. —me halaga Caled.

Con un movimiento rápido una de sus manos me obliga a dar una vuelta y un chillido sale de mis labios debido a la pronta acción. Al finalizar, posó ambas manos en su pecho y suelto una carcajada.

Me encuentro con sus oscuros ojos, ese mundo de misterios y secretos, que se topan con los ordes claros que son los míos. Siento el impulso de plantar un suave beso en sus labios, sin comprender del todo como esa idea llegó a mi cabeza, pero volteo el rostro evitando ese contacto que yo misma comenzaba a crear.

—Gracias por este buen momento.

—Tómalo como nuestra segunda cita. Pienso que está es mejor que la primera, ¿qué piensas?

—Realmente estas loco.

—Por ti. —asegura y su intensa mirada da fuerza a sus palabras—. Sí, eso suena mucho mejor mi lady.

Me siento confundida ante su repentina confesión, no entendía como podía decir aquellas palabras con tanta seguridad cuando no llevábamos demasiados días de conocernos. 

—¿Cómo puedes decir esas palabras con tanta seguridad? Ni siquiera nos conocemos lo suficiente... —musito confusa y hablando con temor a su reacción.

—Te sorprenderías lo pequeño que puede llegar a ser el mundo mi lady.

Una extraño vacío se presentó en mi pecho, sentí ganas de llorar y esa repentina aparición de nuevas emociones me obligó a separarme repentinamente de los brazos de Caled y correr lo más lejos de todos. No comprendía el porqué, pero sí comprendía la necesidad de huir lejos de todos.

En tan solo segundos, me encontraba en medio de un bosque, corriendo sin parar ni mirar atrás. Visualizo la sombra de alguien correr a mi lado, pero no reparó en ella, siento familiaridad, la misma que cuando estoy al lado de Caled y podría jurar que sus emociones. Ambas, sombra y yo, nos sentimos de esa manera, con esa necesidad de desaparecer. Nos detenemos frente a un lago congelado, nos ponemos de rodillas frente a él y la persona a mi lado acaricia el agua, dejando correr las lágrimas con fuerza.

Las lágrimas se deslizan con intensidad sobre mis mejillas, cayendo en mi vestido, pero las suyas sobre el lago. Distingo el largo cabello castaño cubrir como una cortina su rostro, pero por sus sollozos determinó que se trata de una chica.

—Mi reina, le ruego que no huya. —susurran a nuestras espaldas.

—No tendrá una vida fácil... —musita con dificultad de seguro sintiendo el nudo en su garganta.

—Nadie tiene una vida fácil. Sus decisiones forjarán su carácter y las adversidades la harán ser una reina fuerte. —observó al hombre acercarse y acariciar los hombros de la chica—. No tienes nada que temer.

—Mi mayor temor no es ella... —la chica se voltea, dándome la espalda—, es nuestro destino.

—Larga vida a Aren. Recuerda.

Esas palabras producen un fuerte eco en mi cabeza, me volteó con fuerza hacia la pareja y mi cuerpo se petrifica al verlos. 

Un desgarrador grito sale de mis labios al sentir un fuego abrasador envolver mi cuerpo. ¿Qué será de mí? Grito con fuerza con la sensación del fuego envolverme sin piedad alguna, los pulmones me arden en busca del aire que sale de mi garganta con el grito que sale de mi y no parece tener fin.

Mis ojos se cierran con fuerza, mi cuerpo parece perder la sensación de estar sobre el suelo, siento una corriente de aire girar a mi alrededor y no soy tan valiente como para abrir los ojos. Tan solo me dejo llevar por este horrible episodio, tarde o temprano terminaría. El fuego no era real.

Espero a que todo acabe, pero al no acabar con mi agonía, abro un ojo, pero lo cierro al instante con miedo. La piel de mi cuerpo está enrojecida y algunas partes con horribles quemaduras.

Grito con mayor fuerza al sentir el fuego insistente quemar cada parte de mi cuerpo. Dolor, miedo y agonía, es lo único que soy capaz de sentir. 

Y luego, oscuridad.






ACÁ LES DEJO EN MULTIMEDIA LOS VESTIDOS DE LAS CHICAS.

Espero y estén disfrutando de la historia. ♡

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