Capítulo 25: Anuncio y decepción

La mirada de todos está sobre nosotros.

No esperé que Dainan se acercara a mí para robarme un beso, y mucho menos que lo haga frente a mi familia y amigos. Estoy casi segura que Bella y Hans me deben estar odiando por no haberles contado que éramos realmente novios. Esta noche puede que reciba sermones o puede que no. Hay una probabilidad de que todos asimilen mi relación en silencio y sin preguntas, o también que me retengan en un cuarto junto a Dainan, para cuestionarnos absolutamente todo.

Nadie habla, y si siguen en silencio, correré a mi cuarto para encerrarme y no salir hasta mañana. Trago saliva, cierro los ojos, respiro profundo para romper este silencio. No es favorable escapar y quedar como cobarde o mentirosa. Debo ser responsable de mis acciones, yo fui quien decidió no contar abiertamente mi relación, por eso el momento de anunciarlo, llegó.

Tomo la mano de Dainan—Buenas noches con todos—lo traigo a un lado mío—quiero presentarles a Dainan Beresford, mi novio.

Rulitos quien está disfrazado de Jafar me da una sonrisa dulce, a su lado está Clara vestida de Maléfica, quien también tiene una sonrisa gigante, y ambos tienen las manos enlazadas. Al parecer aquí hay otra parejita que sigue sin ser revelada, o al menos eso quieren aparentar.

Por otro lado, Bella y Hans no pudieron retener su enojo, inmediatamente se alegraron por mi noticia. Hans está abrazando por la cintura a mi mejor amiga, y los dos nos aplauden enorgullecidos como si fuesen nuestros papás.

Mis ojos captan la presencia de Sebastián. La tristeza en su semblante es abrumadora, y trata con fuerza de no formar lágrimas en sus oscuros ojos. Todos a nuestro alrededor reían, algunos seguían asombrados, y otros simplemente sonreían. El destello de decepción me rompe el corazón, haciéndome sentir la peor mujer del mundo. Abrí la boca, con la intención de hablar, sin embargo, Sebastián ocultó su tristeza, con una sonrisa, y después tomó la mano de su hermana, para finalmente retirarse de la casa.

Una ola de tristeza me carcome al verlo irse, totalmente decepcionado.

—Perdónenme, por no haberme presentado formalmente—Dainan agacha la cabeza—Soy Dainan Patrick Beresford Lane.

Dejo salir un suspiro.

Mis papás, ellos no tienen ni una expresión en su rostro, no sé si están felices, enojados o tristes. Me sentiré mal por haberles guardado este secreto, porque los tres siempre nos hemos tenido confianza, trataba de contarles casi todo de mi vida, exceptuando unas cosas que solo mis amigos saben, aun así, nuestro trato siempre resultó ser amigable.

Mi tía Verónica, una señora que está en la esquina de la sala vestida de un hada madrina, se acercó a mí para sonreírme de oreja a oreja. Sus labios estaban pintados de un vino borgoña—Aurora, hija, ¿acaso sacaste a tu novio de un cuento de príncipes? —preguntó, a la vez que babeaba descaradamente por mi novio.

—¡Oh tía Vero! ¿Qué dices?, él salió de una película pirata más bien—Dainan me codeó, mi tía solo negó con la cabeza, y los otros rieron bajito.

Mis dos primas, hijas de mi tía Verónica, también se acercaron para verme. Ellas siempre se me han hecho parecidas a las hermanastras de Cenicienta, y es muy peculiar que una de ellas sea pelirroja. Ella puede ser Anastasia, y la otra que sea Drizella, ya que tiene el cabello negro. Al imaginármelas como las hermanastras, me gana un poco la risa, que logro contener al instante.

—Necesitamos que vengas con nosotras—me separan de Dainan—Chico lindo, te la robaremos por unos minutos... —dijo Brisa, la pelinegra.

Salimos de la sala, para ir al jardín, donde también estaban la familia de mi papá, para ser específica, solo estaban mis abuelos y dos tías, que son muy lindas y amables conmigo. Paula, hermana mayor de mi papá se levantó para venir a abrazarme, y se lo agradecí, ya que así evitaba de estar junto a mis primas.

—Mi querida sobrina, qué linda te ves esta noche—me da un beso en la mejilla—Tu regalito lo dejé en la sala, enseguida lo traigo...

La retengo de irse—No te preocupes tía, después me lo das, más bien cuéntame cómo estás.

Ambas nos vamos hasta la mesa donde están mis abuelos y mis tías.

—¡Mi nieta ya salió de su escondite! —gritó mi abuelito lleno de felicidad, arrugando su delicado rostro—¿Acaso te escondías de nosotros?

Meneo la cabeza—Claro que no, solo estaba arreglándome.

Brisa se acerca a mi lado, agarrándome con rudeza el brazo—Disculpen mi interrupción, pero debo conversar con Aurora.

—Vayan niñas, vayan... —mi tía Sol ni se inmutó en retenerme con ellas unos minutos más, solo siguió bebiendo y degustando el trago de frutos rojos que preparó Ulises hace unas horas.

Nos sentamos en otra mesa, en frente de mí está Brisa observándome con una sonrisa de oreja a oreja, y tiene una emoción bastante peculiar, que incluso llega a incomodarme. Luana no estaba, di un vistazo rápido al jardín y en efecto, ella había desaparecido. ¡Enhorabuena se fue de aquí!

Brisa soltó un chillido—Tu novio en verdad es guapo, cuéntame un poco más sobre él. ¡Por favor, primita!

—¡Ahí están, chicas! —exclamó una voz ruidosa.

Rodeé los ojos al saber que mi prima Emma acababa de llegar y a su lado caminaba Luana con una cara de superioridad y arrogancia, Emma es hija de mi tía Lourdes, también hermana de mi mamá. Mis tías son buenas, pero demasiado ruidosas e infantiles, al igual que sus hijas. Tienen la costumbre de invadir tu espacio personal, o también cuestionarte hasta atormentarte e intimidarte.

—¡Emma! —se emocionó Brisa—¿Ya viste al chico que se vistió de vampiro?

De un salto la tuve a mi lado—¿Es verdad que es tu novio? —Emma, me preguntó con brillo en sus ojos.

—Lo es, lo es. —respondió por mí, la insoportable de Luana—Tú tampoco puedes creerlo, ¿verdad?

—Claro que no. —las tres estaban a punto de hacer rebalsar mi paciencia—Aurora siempre ha sido una chica común y corriente. Es tan raro que ese chico se haya enamorado de ella. ¿Por qué mejor no nos cuentas tu secreto?

—¿De qué secreto hablan? No tengo ninguno.

Siento las manos de alguien en mi hombro, así que giro hacia atrás y veo que Bella junto a Clara están a mi lado, escuchando lo que mis primas descaradamente hablaban. No sé desde qué momento han estado ahí, pero agradezco que estén junto a mí, con ellas ya no me sentiré incómoda. Al contrario, sé que se convertirán en monstruos si mis primas siguen malográndome el cumpleaños.

Las dos toman unas sillas y se unen a la conversación—¿Así que andan hablando de Dainan como si fuesen unas ladronas de novios? —abro mis ojos, sorprendida ante la pregunta de Bella—¿Acaso no saben que Aurora es su novia?, ya déjenla en paz.

Brisa bufó y dio un giro de 360 ° a sus ojos, ignorándola—Hablemos mejor de ese moreno ruloso...

¡De Ulises jamás!

Luana la interrumpe—No, no, mejor de ese chico que está vestido de la Bestia. —¡De Hans tampoco! —Yo lo vi sin máscara, y les aseguro que es un chico guapísimo, me muero de ganas por besar cada una de sus pecas...

—¡Queridas primas, eso fue más que suficiente! Calmen esas hormonas —las detuve, para que dejaran de hablar de Hans—¿No quieren ir a beber algo?

—Termina lo que estabas por decir—Bella le enseñó una sonrisa fingida a Luana, y una mirada sombría.

—Que moría de ganas por besar sus pecas y también...

Bella se levantó de un solo golpe y se inclinó hacia ella, para luego agarrarla de los cabellos—Estás hablando de mi novio, maldita perra... —la abracé por la cintura para hacerla retroceder, pero terminó siendo imposible. Clara también trató de separarla, pero Bella tenía una fuerza increíble.

Luana también le agarró de los cabellos—Él no tiene etiqueta. —Brisa sujetó a su hermana, haciéndola retroceder, pero el agarre de Bella, se lo impedía.

—Te mataré. —Bella se subió a la mesa, para lanzarse encima de Luana, ambas cayeron rodando sobre el pasto, y mi amiga le dio una cachetada que resonó en todo el jardín, y entonces aparecieron mi abuelo, con mis dos tías, quienes nos ayudaron a separarlas, porque ambas querían molerse a golpes.

Mi tía Sol retenía por la cintura a Bella, quien saltaba como canguro y trataba de zafarse del agarre—¡Eres una perra!, ¿Crees que no vi cómo observabas y te le insinuabas a Dainan?, ¡Aurora es tu prima!, ¿Cómo pudiste atreverte a mirarlo de esa manera? ¡Suéltenme que quiero matarla!

—¡Aurora no lo merece! —gritó Luana, siendo agarrada por mi tía Paula.

—¿Y tú sí? —contraatacó.

—¡¿Qué es lo que pasa aquí?! —gritó mi madre, ingresando al jardín.

Ambas dejaron de moverse como endemoniadas, queriendo ser liberadas, para observar avergonzadas a mi mamá.

—¿Enserio hiciste eso Luana? —le preguntó, y mi prima solo agachó la cabeza, indicándole que sí lo hizo—¿No sabes que ella es tu prima? ¿Acaso Aurora no fue clara al decir que Dainan es su novio?

Mi mamá se veía muy molesta, pero no por el inesperado anuncio de mi relación, sino por la misma decepción que yo sentía por la actitud y el comportamiento de Luana. Estoy tan enfadada con mi prima, que ni siquiera las palabras podían salir de mi boca, se quedaban atascadas en mi garganta. Es una persona adulta y aparentemente madura.

Suspiro en frustración.

—¿Cómo pudiste? —la encaré—¡Es mi novio!

—¡Pero él no te merece!

Mi pecho se aprieta ante sus palabras que me sentó como si me hubiesen tirado un cubo de agua fría y mis tripas se revolvieron por el enfado. Alcé la mano en el aire con la intención de darle una bofetada, no obstante, una voz ronca se unió a esta fastidiosa e irritable conversación.

—Tienes razón.

Apreté los puños a mis costados, observando los ojos de Dainan, quien se acercó a pasos agigantados hasta llegar junto a mí y con un brazo me tomó de la cintura y me colocó a su lado, tomándome por sorpresa. En una mano traía un vaso rojo, también seguía vistiendo ese traje que lo ponía mucho más atractivo. No tengo ni idea de cómo sigo conteniendo esos celos que, si fluyen al exterior, amenazarían sin compasión la existencia de mis primas.

—¿Qué? —Luana arrugó sus cejas, incomprendida.

—Tienes razón. Yo no merezco estar junto a una mujer tan maravillosa y única como lo es Aurora—le respondió—En la sala me preguntaste que es lo que hizo ella para enamorarme, pero la verdad es que yo la enamoré, y ten esto, te lo devuelvo—se acerca hasta Luana, para entregarle un pedazo de papel—Nunca entregues tu número a personas desconocidas.

Bella nuevamente quiso ir hacia ella como fiera—¿Le diste tu número? ¡Eres una...!

Su palabra quedó en el aire, al escuchar la voz de mi tía, mamá de Luana y Brisa—¿Enserio hiciste eso, Luana?

—Mamá, yo... —sus ojos se llenaron de lágrimas, sin embargo, no me causó ninguna compasión.

Mi tía levantó su mano para callarla—No hables, estoy muy decepcionada de ti.

Todos salieron del jardín, mi tía y mis primas se retiraron conversando entre ellas, también llegué a escuchar que ambas fueron regañadas por comportarse como si fuesen niñas de primaria. A decir verdad, siempre he sido consciente de que ellas tenían recelo y envidia de mí. Los recuerdos felices de mi infancia, siempre fueron opacados por ellas, mis primas, quienes suelen llamarse mi familia.

Bella se arregla el cabello, peinando nuevamente su moño.

—¿Primas?, ¿Enserio? —Clara se cuestionó enfurecida—Esas no son tus primas, son tus enemigas, Aurora.

Agacho la cabeza, avergonzada—Bella, perdóname por lo que te hizo Luana...

Termina de hacerse el moño—Es una maldita perra, si vuelve a cruzarse en mi camino, la mataré.

Dainan ríe al lado mío—Eres muy macabra—le dice entre risas.

—Solo cuido y defiendo lo que es mío.

Clara también se ríe—¿Aurora es tuya?

—Siempre será mía—responde, pero tiene su mirada fija en la de Dainan, como si lo estuviera amenazando.

Después de unas buenas risas entre nosotros, regresamos a la sala, donde hallamos a Ulises y Hans jugando en mi Play Station. No sé dónde lo habrán encontrado, pero se veían como unos niños pequeños jugando Mario Kart. Al fondo de la sala, estaba mi familia conversando amenamente. Mi tía Verónica, y sus hijas ya no estaban, al parecer se fueron de la casa, y en verdad agradecía que lo hiciera, así me evitarían de más problemas.

—¿Siempre has celebrado así tu fiesta? —Clara preguntó a un lado mío, observando como Rulitos gritaba de felicidad al ganarle la carrera a Hans.

Asiento, avergonzada y con un poco de pena—No bebo, tampoco bailo, así que mis fiestas siempre han sido así—señalo a los chicos.

Esperé escuchar burlas, sin embargo, lo primero que escuché fue:

—Me gusta—dijo Dainan, alejándose de nosotras y acercándose donde estaban los chicos jugando. Sonreí al ver cómo se familiarizaba con ambos y se sentaba en el medio de los dos. Le quitó el mando a Hans y comenzó a jugar con Ulises.

Bella y Clara me abrazan—¿Hay algún juego para nosotras? —preguntaron con felicidad, y también recibí un beso de cada una en mis dos mejillas.

La amistad no solo se basa en confianza, o juegos, sino también en la sinceridad, y compartir los mismos sentimientos. Mis amigos no me han juzgado, tampoco se han burlado o se han mostrados aburridos, al contrario, todos parecemos unos niños jugando Mario Kart. Las risas son infaltables, también los insultos por parte de Bella.

Mamá se acerca a nosotros con una bandeja de bocadillos, y también con unas copas—Chicos sírvanse, he preparado pollo con verdura y también unas margaritas.

—Se miran buenas—comentó Bella.

—La receta de las margaritas son de Ulises y el pollo fue idea de Clara. —mamá observó a los dos con una sonrisa.

No pude evitar sentir emoción cuando me habló de ellos. Ninguno de los dos ha confirmado hasta ahora algo, pero sé que se traen algo entre las manos.

Hans se lleva una copa a sus labios, y lo bebe de un solo sorbo—¡Riquísimo!

Bella también agarra una—Déjame probar—lo bebe también de un golpe—¡Delicioso!

Después de cinco margaritas más, Clara dijo:

—Vayamos al jardín, me hace calor—se abanica con sus manos. Ulises le susurra algo en su oído y ambos se ríen.

¡Son tan lindos!

Dainan agarra mi mano, y la entrelaza con la de él.

Todos salimos al jardín, juntamos dos mesas, reunimos sillas para sentarnos todos juntos.

Estar sentada en el medio de Hans y Dainan, me pone tan pequeña, ellos son como unos gigantes al lado mío. Le doy un vistazo al maldito torpe, quien está con las piernas estiradas, sus manos detrás de su cabeza, y en su rostro tiene pegada una sonrisa de extremo a extremo. Nunca me imaginé verlo vestido de un vampiro, sus ojos azules han sido reemplazado por unos rojos que lo ponen aún más guapo e intimidante, y ni que decir de su delineado negro.

Él es todo un chico malo con ese traje.

—¿Tú que dices Aurora? —la voz de Bella me saca de mis pensamientos—¿Aceptas o no?

Otra vez me perdí en mis profundos pensamientos y no tengo ni la menor idea de lo que han estado hablando.

No digo nada.

—¿Aurora? —pregunta Clara—¿Todo bien?

—Ella acepta—respondió Dainan, por mí.

Levanto la mirada hacia él, para verlo sonreír abiertamente.

—¡Entonces todos nos vamos de viaje la próxima semana!

¿Pero qué...?

—Cada uno levante su copa y brindemos por esta amistad—Hans alza su copa, y todos le seguimos.

Juntamos nuestras copas, llenos de felicidad, y así es como me doy cuenta que todos ellos son las personas que siempre querré en mi vida. Celebramos nuestra amistad cantando en coro "Shake Your Groove Thing" de Peaches & Gerb e imitamos la coreografía que salió en la última película de Shrek.

Olvidé que mis compañeros también habían llegado, solo que habían salido por unos instantes para comprar licor. Al verlos me sorprendí de que todos estuviesen disfrazados. Se acercaron y sin previo aviso me alzaron en el aire, cantando en coro que me querían y que era la mejor. Exigí que me bajaran, puesto que llevaba un vestido muy corto y no iba hacerme responsable de sustos, si es que veían que mis bragas eran de Pikachú.

Sin previo aviso Dainan me abrazó desde atrás envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura, pegándome a su robusto pecho. Una pequeña respiración contenida se esfumó de mis labios. Mi espalda sentía con detalle los músculos de su abdomen. Di un brinco cuando sus labios rozaron el lóbulo de mi oreja. Nuestros compañeros y amigos siguieron disfrutando del ambiente. Me da tranquilidad el saber que no han notado los toqueteos de Dainan.

—¿Quieres que sea un chico malo?

Me aprieta aún más contra él. Sus manos bajan de mi estómago a mi vientre, y su calor corporal me traspasa, sulfurándome. Tengo el corazón latiendo como loco, y también percibo un escalofrío caliente recorrerme desde las mejillas hasta los pies.

—¿A dónde iremos de viaje y por qué aceptaste por mí?, ¿eh? —pregunté, cambiando de tema, y evitando que siga haciendo esos movimientos, que solo querían hacerme perder el control.

—Iremos de campamento a un bosque—me roba un beso en mi mejilla—Le debías un regalo a Bella, y escogió ese. —Soba mi cintura con caricias lentas—Y acepté por ti, porque me encanta que tus ojos me observen.

Me doy la vuelta para observarlo por unos segundos, después paso las yemas de mis dedos por sus labios, y finalmente me estiro para darle un casto beso.

—¿Enserio te encanta que te observe?

—Sí, porque después de todo, tú fuiste la primera que me observó cuando todos me hundían en un agujero negro—Trago grueso—, agujero que tú iluminaste, Aurora. Prométeme que también serás la última persona que me verá cuando esté en una situación peor a la que viví en mi niñez.

Es inevitable tener una sensación extraña en el pecho, pero sin objetar le enseño mi dedo meñique. —Garrita de gato, sellada.

Se inclina para besarme, el cual le correspondo con mucho amor.

💙💗

Sígueme en mis redes sociales, para que no te pierdas adelantos o noticias exclusivas.

Instagram: @fabiana_soto_

Twitter: @fabiana_soto_

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top