Capítulo 8

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"Me estoy cayendo, así que me tomo mi tiempo durante el viaje"

Arwen nos llevó a un pasillo desolado para terminar entrando una habitación que estaba desocupada, parecía una oficina, las paredes eran blancas con algunas grietas y manchas de humedad sobre ella, el piso era de madera tenían un tono oscuro que se asemejaba al color negro, en el centro del cuarto había un escritorio, lo único que había sobre el era un velador encendido.
El olor a café se intensificaba cada vez más.

Después de que nosotros entramos en la habitación cerró la puerta.
Se dirigió a la silla que había detrás del escritorio y nos dijo que tomaramos asiento en las dos sillas que había adelante.

Su pierna se movía arriba y abajo con bastante velocidad demostrando lo nerviosa que se encontraba, pero no sólo eso, parecía asustada o algo le pasaba.

Pero después de unos segundos se dispuso a hablar.

—¿me buscaban?

Esta vez tomé la palabra yo.

—Si, necesitamos resolver un par de dudas y creemos que podrías ayudarnos.

—No creo que sea capaz de ayudarlos pero lo intentaré, ¿Cómo me conocen?

—Soy Raven y el es Blade, hace una semana mi colegio vino a ayudar al orfanato, al entrar a mi se me cayeron unas hojas y me ayudó a juntarlas, tenía un dibujo que hice, que usted pareció reconocerlo, necesitamos información sobre eso.

—Disculpen no me acuerdo, vienen mucha gente y muchos colegios todo el tiempo, mi mente no funciona como antes, lamentó no poder ayudarlos.

Miente, ella recuerda, ella tiene miedo.

—¿Segura?, no puede intentar recordar, no creo que encuentre dibujos de retratos que cree reconocer todos los días.

—Lo siento, mi mente está en blanco.

No encontrar respuestas me está exasperando, Blade nota eso y toma la palabra mantenido la calma que lo caracteriza.

—El dibujo era de un nene, alrededor de los 11 años, cabello castaño, ojos claros...

—No se de que hablan...

La diferencia era que sus palabras decían que no lo sabía, pero sus ojos indicaban todo lo contrario, podía sentirse como gritaban que estaba mintiendo.

—¿Si lo ve podría ayudar?, tal vez así puede recordar.

—Eem... Claro.

Busco en mi bolsillo donde puedo sentir el papel doblado hasta quedar en forma de un cuadrado.

Al sacarlo se lo extiendo para que lo vea.

Se queda unos minutos observándolo, analizándolo, ella sabe que ya no tiene escapatoria y tiene que hablar.

—Ah si, ya recuerdo, tenes un gran talento para dibujar, se parece bastante a uno de los chicos que estuvo acá pero es una coincidencia hay mucha gente con esos rasgos.

—Usted no dijo que se parecía, dijo que era idéntico...

—Debo haberme confundido, fue hace muchos años no recuerdo tanto su cara.

—¿A quién se parece? ¿Cómo es su nombre? —pregunta Blade.

Cuando él tomo la palabra lo miró pero al terminar la pregunta su mirada vuelve a mi.

—¿No debería saberlo ella? ¿No lo conoces?, Sino no podrías haberlo dibujado.

—No sé si lo conozco, yo no lo recuerdo pero si esa persona en serio existe tal vez si lo haga o tal vez es una coincidencia, por eso necesito que me diga lo que sabe.

La indecisión se extiende por toda su cara hasta que decide empezar a hablar.

 —No creo ser de mucha ayuda en ese caso, no me acuerdo mucho. Su nombre creo que era... -- Se toma unos segundos para pensar— Silas.

Silas... No recuerdo conocer a nadie con ese nombre.

—¿Recuerda algo más de él?— le dice mi amigo por mi.

—Mmm... No, lo siento, ya hace 8 años que se fue.

No nos deja ni responder que ya se está levantando de su asiento.

—Tengo que volver al trabajo...

Va directo a la puerta y la sostiene para que nos vayamos, parece más nerviosa que antes.

—Debe ser una coincidencia que se parezca, tal vez exagere con lo que son idénticos, nos vemos chicos.

Una vez que salimos ella se va para la dirección contraria del pasillo.

—Gracias... — contesta Blade aunque ella ya este lo suficientemente lejos como para escucharlo.

Ella miente...

Vamos devuelta a administración para poder irnos, cada uno esta envuelto en sus pensamientos.

Ella dice la verdad...

Miente...

No miente...

Cada palabra hace eco en cada rincón de mi mente pero trato de que no se note en mi cara, tengo que aparentar que todo está bien.

Me di cuenta que tienen distintas voces, ya escucharlas hace que me quiera arrancar la cabeza, pero cuando pelean entre sí no puedo soportarlo.

Ella miente Raven...

No, ella dice la verdad...

Llevo mis manos con desespero a mis oídos y aunque lo haya querido evitar no puede aguantarlo y un grito diciendo basta termino escapándose de mi garganta.

Por suerte seguíamos en un pasillo desolado.

—¿Te encuentras bien? —en su cara se nota la preocupación.

—Si..., sólo que esto no sirvió de nada, saber un nombre es lo mismo que nada ni siquiera sabemos si en serio es la misma persona que el dibujo.

Aún que Blade sepa mi secreto y no me juzgue por ello, no quiero que se preocupe tanto por mí, si le digo que volvieron él no va a poder hacer nada y estaría pendiente todo el tiempo de mí, yo puedo manejarlo.

Tampoco me había dado cuenta que ese iba a ser mi segundo error...

--Por algo se empieza, Sabemos el nombre y que hace 8 años salió del orfanato, Si logramos encontrar el archivo donde anotan las salidas de todos los ingresantes, podemos encontrar como era su nombre completo y ahí empezar a buscarlo.

—Ya es mucho por hoy, mejor volvemos otro día.

—¿No querías ver a Aiden?

 —La próxima vez que venimos lo veo, tengo la mente en otro lado y no creo ayudarlo estando así.

Me dedica una sonrisa y pasa su brazo por mis hombros para seguir caminando.

Cuando ya estamos en el pasillo principal miro para atrás como si ahí encontrará las respuestas, a lo lejos me pareció ver a Tristán, a los segundos lo perdí de vista porque entró a una habitación.

¿Qué hacía él acá? ¿También se encariño con un nene?

Vuelvo mi vista adelante y salimos de una vez por todas del establecimiento.
Vamos directo a su camioneta, Blade desbloquea las puertas y nos subimos.

—Raven...¿Segura que estas bien?

—Si, ¿Por qué la pregunta?

—Sólo que están pasando muchas cosas y creo que se nos están yendo de las manos, no te lo dije antes porque ni siquiera quería pensar que era una posibilidad, quería convencerme que era una broma o no era serio, pero el mensaje que te llegó hoy..., ¿Cómo sabe todo? ¿te esta vigilando? ¿Y si te hace daño?, creo que lo mejor es que vayamos con la policía...

— ¡No! —Lo interrumpo — Entiendo que estés preocupado pero no pasa nada, no es peligroso, nos ayudó, no se que es lo que quiere pero en este momento no podemos ir a la policía, ni siquiera nos escucharían, sólo... por ahora no.

No sé si todo lo que dije es verdad pero de lo que estoy segura es que no debería preocuparme de él, no era peligroso, por lo menos no tanto como lo era mi propia mente.

 —No quiero que te pase nada...

— Y no va a pasar.

—Sabes que te voy a apoyar con cualquier cosa que hagas, ¿No?

—Lo sé, y lo mismo digo.

Nos abrazamos, como ya no hacíamos, como esos dos nenes aterrorizados por ser abandonados, como los que no sabían lo que era que alguien este con ellos, los que aprendieron a ayudarse a pesar de las consecuencias. Por un segundo volvimos a ser Raven y Blade los huérfanos inseparables del Lyra Derry.

Al separarnos prende el motor y me lleva a mi casa.

Casi no había dormido por pensar en todo lo que pasó ayer, me levantó de mi cama aún que no quiera porque sino se me va a hacer tarde para el colegio.

Me doy una ducha rápida y vuelvo a ponerme la misma ropa de ayer, voy a la cocina y como es costumbre no hay comida por ningún lado, mañana es el día de las compras por lo tanto no me preocupo tanto de eso ahora, agarró un pan viejo que todavía quedó guardado en el horno, le pongo queso untable y lo voy comiendo en el camino.

Llegó justo sobre la hora, todos están yendo a sus aulas y yo hago lo mismo.

Me siento en uno de los asientos del medio, la mayoría ya están ocupados. Después de eso no pasa mucho tiempo hasta que entra también el profesor dando inicio a su clase.

Todos te miran.

No confíes en nadie.

Todos te odian.

Les das asco.

Tal vez si te desharías de ellos, te mirarían con respeto.

No mires... Todos tienen la mirada en vos.

¡Raveen!

¡Raven!

Cierro mis ojos con fuerza y respiro profundamente.

Tranquila Raven...

Están planeando algo contra vos deberías detenerlos.

Hasta el profesor te odia.

Apretó mis manos con fuerza, una de ellas estaba sobre la esquina del Banco, haciendo que me clave astillas debajo de mis uñas, y en la otra, mis uñas estaban clavadas en la palma de mi mano haciendo que salga un poco de sangre debido a la fuerza que utilice.

¡Raven!

¡Raven!

Sentís las miradas...

Son muchas de ellas.

No lo soporto más, necesito aire, necesito salir de acá. Agarró rápido mis cosas y salgo corriendo del aula, escuchó los gritos del profesor pero no son tan fuertes como los de mi cabeza.

Salgo al patio, me siento abajo de un árbol y vuelvo a respirar profundamente.

Me concentro en pensar en el aire entrando en mis pulmones y nada más, mantengo mis ojos cerrados, siento como de a poco van desapareciendo.

Suspiró de alivio.

—¿No deberías estar en clases?

Saltó del susto.

—¿No debería preguntar lo mismo?

—Si, pero lo hice primero.  —contesta Tristan, cruzando sus brazos.

—Necesitaba aire. Te toca.

—Llegué tarde y preferí a esperar a la próxima clase.

Nos quedamos un segundo en silencio y él se sienta al lado mío.

Mi mente viaja a cuando lo vi ayer y se me hace inevitable preguntar el por qué.

—Ayer te vi en el Orfanato,¿Qué hacías ahí?

—Nada importante, ¿Vos que hacías en el Orfanato?

Parecía a la defensiva.

—Yo pregunte primero —se me escapa una sonrisa ladina.

 —No le cuento mi vida a extraños — dice alzando los hombros.

—Que pena... yo tampoco.

—Bueno, ¿que tal si nos conocemos así no somos más extraños?

—Bien... —Voy a seguir hablando pero él se para y camina unos pasos para atrás —¿Qué haces?

—Dame un segundo.

Finge estar distraído y vuelve a avanzar los pasos que retrocedió.

—Oh, Hola, Soy Tristán ¿Y vos? — pregunta estirando su mano en mi dirección.

Una mini risa se escapa de mis labios.

—Soy Raven — le respondo devolviendo su apretón de manos.

—Bueno, Raven, ¿Qué te parece ir a tomar algo para poder conocernos?

Asiento con mi cabeza y él me ayuda a incorporarme.

Me dice que conoce un lugar cerca de acá, logramos escapar por las puertas de atrás y vamos allá.

Tal vez no me respondería mi pregunta ahora pero logró distraerme y era lo que más necesitaba en ese momento.

Ya no recordaba lo que era reír y volverlo hacer se sintió liberador.

Tomamos un café, jugamos al típico juego de preguntas, tal vez era absurdo pero es lo más normal que hice desde hace mucho tiempo.

Me contó varias cosas de él, no creí que logrará caerme bien, pero éramos más parecidos de lo que creía.

De su familia no quiso hablar y no lo presione, yo tampoco lo hice, la próxima vez tal vez me cuente que hacía en el orfanato y yo tal vez le diga que soy huérfana.

Se hicieron las 6:00 pm cuando llegué a la puerta de mi casa.

Al entrar la poca paz que había logrado se dispersa cuando veo a Eider tirado en el sillón, otra vez el olor a alcohol, debería estar trabajando, ¡teníamos un trato!.

Suspiró y sigo de largo esa discusión la dejo para mañana por hoy ya fue mucho.

Siento mi celular vibrar.

Número desconocido:
El tiempo se acaba, tenes que tomar una decisión.

¿Decisión?

Matarlo.

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