Capítulo 24

"Nadie quiere escuchar a los niños en estos días, sí, las mentiras de hoy en día, dicen que todos somos iguales pero ellos son los culpables. 

Hablando de los jóvenes como si hubiéramos matado a alguien pero no necesitamos tus armas, estamos muy ocupados huyendo, tratando de ser alguien.

Los niños vienen, los niños están disparando, los niños están corriendo, los niños vienen por ti"

El joven de cabello color arena parece percatarse de que está observándome demasiado, porque vuelve a su faceta neutral sin ninguna expresión, como estaba antes de que me viera, aunque todavía podía percibir en su mirada que algo le divertía de todo esto. 

—¿Se te ofrece algo?

Su voz gruesa y sin emoción retumba entre el silencio de la habitación, hasta podría escucharse con eco de lo solitario que parece el lugar.

—Hola, vine porque vi el anuncio de que tenían un puesto libre.

—¿Anuncio? 

—Sí, estaba en la página del lugar.

—Ni siquiera sabía que había una página —murmura confundido más para él que para mí.

—¿Entonces... —digo sin terminar la pregunta.

—Ahora busco a algún superior para que te entreviste.

Apoya sus manos sobre el escritorio esta a punto de impulsarse sobre él para levantarse e ir a hacer lo que dijo, pero parece que algo le queda dando vueltas en la cabeza porque se arrepiente y acomoda sus ante-brazos en el mueble y se acerca más a mi antes de hablar, con un aire de confidencialidad.

—¿Por qué queres trabajar en el medio de la nada, en un lugar como este?, nadie en su sano juicio vendría a trabajar por elección acá habiendo tantas otras posibilidades.

Su voz fue algo más baja que antes pero debido a su cercanía puedo escucharlo a la perfección, su rostro ni siquiera se inmuto, seguía serio y sin ningún tipo de expresión, parecía un robot, no culaquiera tiene tan fuerte control sobre sus emociones, es algo admirable. Sus ojos no se alejaron en ningún momento de mi rostro mientras preguntaba aquello, analizando mi reacción, tratando de ver mis verdaderas intenciones allí.

Pero como él era tan bueno ocultando cualquier expresión, yo era muy buena desviando las conversaciones.

—Podría preguntarte lo mismo en ese caso.

Una leve sonrisa surca en sus labios sin que pueda ocultarla, no esperaba que respondiera algo como aquello, seguramente pensó que me pondría nerviosa o no sabría que responder, demostrando lo que él quería saber.

—Como ya dije, nadie por elección viene a buscar trabajo aquí. ¿Tengo que dudar de tu raciocinio?

Frunzo sin darme cuenta el entre-cejo debido a la confusión que me deja su respuesta. ¿Quién podría obligarlo a trabajar en un psiquiátrico? 

Se lo preguntaría pero en estos momentos creo que sería abusar de su confianza, probablemente no me quiera responder, además de que haría que sea más cerrado y precavido conmigo debido a mi curiosidad.

Pero si voy a trabajar acá en algún momento voy a lograr que me lo diga.

—Quizás deberías. —exclamó con una sonrisa inocente.

Mi respuesta parece agradarle porque su sonrisa se amplia un poco más, sin decir nada más se levanta de su asiento y empieza a caminar, supongo yo buscando a su superior, antes de que se adentre en uno de los pasillos me hace una seña con la cabeza para que lo siga, la cual no tardo en cumplir.

Jensen camina varios pasos delante mio, doblamos en varios pasillos, por la seguridad con la que se mueve entre estas paredes, pareciera que trabaja hace bastante acá, porque lo recorre como cualquiera camina por su casa.

Los pasillos son bastante estrechos e idénticos, donde quiera que mires vas a encontrar piso de cerámica blanca, unas paredes del mismo color llenas de puertas de madera con ventanas en el medio de ellas para ver dentro de cada habitación, aunque detrás del vidrio hay unos barrotes de metal, que deben prevenir que algún interno intente romper el vidrio.

Las habitaciones parecían ser todas iguales, solo con las cosas básicas, no era tan alejado a como eran los orfanatos, salvó porque estás personas estaban controladas con guardias y no podían salir de sus cuartos cuando quisieran, tenían horarios, no tenían libertad, y se notaba al verlos. Mientras caminamos y observaba todo el ambiente, vi a varias personas encerradas, había un hombre sentado en el piso y apoyado contra la pared mirando fijamente sus pies mientras los balanceaba, su mirada parecía perdida y ausente; En otra vi a una mujer que no paraba de reírse mientras se abrazaba a ella misma, otro sujeto se aferraba a las rejas que tenía su puerta y trataba con todas sus fuerzas romperlas, aunque nunca podría.

Todos parecían tener unas profundas ojeras y ser ajenos a la realidad.

Era ver la locura en su máxima expresión, estando allí me daba curiosidad saber sus historias, como es que terminaron allí y en ese estado, si eran así desde antes, si algo les paso para que lleguen a situaciones extremas que los condenaron a estar encerrados en este lugar, quizás... quizás alguno era como yo, tal vez yo debería estar como ellos. 

Creo que Jensen se dio cuenta de como observaba todo con curiosidad porque empezó a explicarme un poco. Al parecer los pasillos están divididos por sectores, por el que habíamos pasado es la zona de las enfermedades mentales pero que no eran agresivos,  ni siquiera se percataban de la realidad, vivían como en mundos paralelos, tienen a sus médicos que les dan sus  medicaciones y les siguen la corriente, dicen que es mejor así para que lo sobrelleven. Había otro sector donde estaban los inofensivos, personas con trastornos alimenticios, o tendencias suicidas, hasta algunos que tuvieron brotes psicóticos, tenían un poco más de libertades ya que salían más a respirar aire libre, pero siempre había alguien vigilandolos para que no se hagan daño o controlandolos, según Jensen en esta zona es la que más gente se recupera y en algún momento les dan el alta, los demás probablemente pasen toda su vida entre estas paredes. La última zona que me menciono es la restringida, es donde están los más peligrosos y que no deberían ser aptos para la sociedad.

No dijo mucho más sobre ellos, y aunque quisiera profundizar el tema, no puedo porque detiene sus pasos indicando que llegamos a nuestro destino.

 Frente a nosotros hay una puerta blanca, él choca sus nudillos contra ella hasta que escucha un "pase" del otro lado, me indica que espere acá mientras el entra a la oficina de quien quiera que sea y cierra la puerta detrás de si.

Apoyo mi espalda contra la pared mirando fijamente la habitación frente a mí que parecía estar vacía, no había ningún guardia custodiandola.

Sé muy bien que no cualquiera aguantaría entrar en estos lugares, las emociones negativas rodean todo el ambiente al punto de llegar a abrumarte, como si se aferraran a uno y chuparan de ti hasta que te dejen sin signos vitales, la tristeza era notoria, era una sensación parecida a la de entrar a un cementerio, simplemente uno lo siente.

Estoy acostumbrada a esas sensaciones, por lo que casi no me afectaba al estar ahí, básicamente toda mi vida la sentí en el Lyra Derry, también cuando vivía con Eider y cuando lo maté, a veces siento como una energía consumiéndome cuando escucho a las voces, a lo que lleva preguntarme, ¿Qué cosas te persiguen Jensen para que seas tan indiferente a las energías de estas paredes?

Mis pensamientos se ven interrumpidos por un leve movimiento dentro del cuarto, me acerco confundida para poder observar mejor por la  ventana y ver que se movió.

Era una chica.

Se nota que es joven, esta sentada en el piso con las rodillas pegadas a su pecho y su cara pegada a ellas, no puedo ver su rostro por culpa de su cabello negro cayendo como cascada cubriéndola, lleva pantalones oscuros parecen algo sucios, creo que tiene una remera blanca aunque no estoy segura porque no se ve mucho por su posición, está descalza, sus pies parecen estar manchados de barro, en algunas partes estaba seco pero en otras seguía fresco, y se notaba por las huellas en el piso de ella, se ven por todos lados, y corridas, como si ella se movió con desesperación, no fue hasta ese instante que me percate de las manchas en la pared detrás de ella, eran marcas de manos como si alguien intentara escapar de algo, están hechas con sangre y resaltan demasiado contra el color blanco que en realidad debería tener la pared, eran sus marcas, o eso parece ya que sus manos están llenas de sangre,  le llegaba hasta el codo, es como si hubiera sumergido sus brazos en algún balde repleto de pintura, pero se notaba que era sangre por el color y lo espeso que se veía.

Por un segundo creí que estaba herida, hasta que se empezó a reír.

La sangre no era de ella, era de alguien más.

Ahora es cuando debería asustarme, pero no lo hacía, no cuando no estuve lejos de su situación.

Ella empezó a levantar su cabeza, hasta que su rostro quedo frente al mío y me miraba fijamente con esos ojos diferente que yo conocía bien, después de todo eran míos.

Era yo.

Pero me veía más demacrada y desquiciada que lo normal.

Ella sonríe sin dejar de mirarme, trasmitiendo solo maldad pura.

Somos parte de vos después de todo.

Su voz retumbo fuertemente en mis oídos, no era mi voz, pero también la reconocería en cualquier lado, después de todo eran parte de mis pesadillas desde que tengo memoria, eran ellos, eran las voces...

Una mano cae sobre mi hombro y hace un poco de presión en él, sobresaltándome, giro rápidamente para poder ver detrás de mí, ahora si algo asustada.

—Hey... ¿Estás bien?, estás algo pálida. —pregunta confundido Jensen, se queda unos segundos analizándome tratando de entender que me pasa.

—Si, estoy bien... —giro un poco mi rostro sobre mi hombro para ver otra vez la habitación, pero se encuentra vacía sin ningún rastro de lo que vi hace tan solo unos segundos. —¿Qué te dijeron?

—¿Segura que estás bien? —inquiere con un poco de preocupación.

Doy un asentimiento con mi cabeza como respuesta, tras unos segundos donde me siguió analizando para ver si había algo mal en mi, se rinde al no encontrar nada.

—Podes pasar, van a hacerte un par de preguntas antes de tomarte.

Cuando termina con su tarea de avisarme, se da vuelta y empieza a caminar por donde vinimos, volviendo a su lugar de trabajo. Cuando lo pierdo de vista entro a la oficina, que ahora sé, que es de un señor.

Como me había dicho Jensen, me hicieron algunas preguntas sobre mi, también para saber mi disponibilidad horaria, si tenía alguna experiencia con estos lugares, y todas cosas así, estuve alrededor de ocho minutos ahí dentro, pero me habían aceptado, tengo un nuevo trabajo, tengo que venir los lunes, martes y jueves desde las 16:00 hs hasta las 20:00 hs, tengo que usar un uniforme también, que me lo darían la semana que viene cuando arranco. 

Bienvenida a casa.

Sus retorcidas risas hacen eco en mi cabeza, pero trató de ignorarlas y para mi sorpresa no vuelven a decir nada.

Empiezo a caminar tratando de volver a la entrada con las indicaciones que me dijo el señor para que no me pierda, pero se me dificulta un poco, ya que todos los putos pasillos eran literalmente iguales.

Creo que pase tres veces por el mismo lugar.

Deberían hacer un mapa o no sé poner carteles.

Mi celular vibra en uno de mis bolsillos y lo sacó para revisarlo mientras doblo en uno de los pasillos.

Es Blade, me había olvidado de su "advertencia".

Rubio hueco:

¿Estás viva?, ¿tengo que entrar a buscarte?

¿Qué parte de avisa si estas bien no entendiste?

Raveeeeen.

Que pesado...

Estoy bien tonto, ahora voy.

Rubio Hueco:

Apúrate que me da miedo estar solo, esta todo muy oscuro y solo :(

Ya voy llorón.

Guardo mi celular de vuelta en mi bolsillo para poder prestar atención por donde camino, pero lo hago demasiado tarde porque choco con alguien.

Es un hombre, debe rondar los cuarenti-tantos, pero se mantenía bastante bien, lleva una camisa y un pantalón blancos, como todo en este lugar, esta descalzo, y parece apurado, su pelo es castaño oscuro, esta todo despeinado y algunos mechones caen su frente debido a que están largos, hace juego con la leve barba que le rodea toda la mandíbula y barbilla, resaltan sus ojos celestes, tienen algunos destellos grises, de cierta manera me generaban algo de familiaridad.

Él parece enojado por mi presencia porque estorbo su camino, cuando esta apuntó de correrme para poder seguir avanzando, levanta su mirada y choca con la mía. 

Se queda mirándome con algo de sorpresa en el rostro, quizás le llama la atención la diferencia de los colores de mis ojos, no sería la primera vez en obtener este tipo de reacciones. Pero lejos de apartar su mirada, él sigue observándome con detenimiento.

Yo confundida, él no sabría decirlo.

Tendría que hablar y por lo menos disculparme, pero ninguno de los dos abre la boca para decir algo.

Al final del pasillo veo a unos guardias venir corriendo a nuestra dirección confundiéndome más, el sujeto frente a mí lejos de sorprenderse, pone una cara de fastidio como sabiendo lo que está por pasar, ni siquiera se da vuelta o intenta correr.

Los guardias llegan a nuestra altura y uno lo toma por atrás agarrándolo de bajo de los hombros y arrastrándolo por donde acaban de venir, al ver que él no pone resistencia dejan que lo lleve solo ese guardia, aunque los otros los siguen rodeándolos por las dudas que intente algo.

Él en ningún momento dejo de mirarme, dejó atrás su cara de fastidio y la de sorpresa, y ahora en su lugar tenía una enorme sonrisa perversa en su rostro, como si sabría cosas que el resto del mundo no, me mira con reconocimiento, como si supiera quién soy. Pero ni siquiera me pongo a dar vueltas en el asunto, después de todo si es un paciente de acá quizás su realidad no es muy cuerda, quizás me confunde con alguien más.

Pero si llamó mi atención como logró perder a los guardias sin que lo vean para echarse a correr, si no hubiera chocado conmigo podría haber cumplido su propósito de escapar con la diferencia que les sacaba a los otros. Después de todo quizás si está bastante cuerdo... si es tan inteligente como para escapar.

Sigo varios minutos caminando hasta que logró ubicarme y llegar a la administración por fin.

Cuando estoy por dirigirme a la salida Jensen habla, interrumpiendo mis movimientos y haciendo que gire a su dirección.

—Supongo que nos vemos la semana que viene ... —deja la frase incompleta para que yo la termine.

—Raven. 

Y él levanta un poco el labio en lo que sería una sonrisa imperceptible.

—Nos vemos Raven.

—Nos vemos Jensen.

Salgo de una vez de ese lugar y voy hacia la camioneta de Blade, cuando entro en el campo de visión de este estúpido parece que le entra el alma al cuerpo y abre su puerta y se acerca rápidamente hacia donde estoy para luego abrazarme.

—Nunca vuelvas a dejarme solo en este lugar y menos de noche.

No puedo evitar soltar la carcajada que me sale al escucharlo tan asustado, él me mira mal pero no dice nada más. Creo que nunca se va a percatar de lo bien que me hace con tan simple cosas, es como un respiro dentro del todo caos.

Cuando se separa de mi, mi celular vuelve a vibrar, aunque no me cuesta mucho pensar quién es, ya que Blade esta a mi lado y sé que no fue él. Lo saco para ver que tiene para decirme esta vez, pero solo me deja con más preguntas en la cabeza.

Número desconocido:

El reloj sigue contando Raven...

Lo ignoro, ya pase mucho por hoy, así que prefiero no seguir pensando, o me va a empezar a doler la cabeza.

Los dos entramos a la camioneta y volvemos a casa, mientras le cuento todo lo que paso ahí dentro.

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