Capítulo 18
"Compartiendo todos tus secretos con ellos desde que eran niños, durmiendo profundamente con la medalla que ella te dió apretándola en tu puño. Tengo la música en ti, cariño, dime por qué. Has estado atrapada aquí por siempre y simplemente no puedes decir adiós"
¿Qué quién es Chase?, ni yo se que respuesta darte querida Raven, además, ¿como sabe su nombre? ¿yo lo dije?, agh odio mi manía de no pensar antes de hablar, aunque seguro se daba cuenta igual, siempre sabe todo, es como si me leyera apenas me ve, maldita..., psíquica tenía que salir.
—Es el Recepcionista.
No se porque me ponía nervioso hablar sobre él si no paso nada, pero no puedo evitarlo, inconscientemente apretujo entre mis dedos la frazada blanca, espero que no se percate de eso ella tampoco.
—¿El recepcionista? —pregunta a lo que asiento sin abrir la boca— ¿El mismo recepcionista con el que hacías ojitos?
Al escucharla mis ojos se abrieron más de lo normal, no esperaba esa pregunta, pero no hice "ojitos" con Chase, ¿o si?, quizás solo lo hace para que me auto-delate, hay que negarlo, no sé de qué está hablando. Cuando presto atención a su cara, tiene una sonrisa como diciendo "me quieres ver la cara de estúpida", aunque quisiera no puedo.
—¿Yo haciendo ojitos? ¿segura que no fue otras de tus alucinaciones?
Como contestación recibo un golpe con el almohadón en mi rostro.
—O le contas a la tía Raven por las buenas, o lo vas a terminar haciendo por las malas, así que Bladecito ¿qué elegís?
—No voy a hablar hasta que llegue mi abogado, lo siento.
—Así que por las malas tendrá que ser... —lo dijo en voz más baja, como un murmullo, pero con intenciones de que llegue a mi igual.
No me deja ni procesar lo que está ocurriendo, que me empujó con sus brazos para que mi espalda chocara con el colchón y subiendo encima mio en el proceso, con sus piernas inmovilizo las mías, impidiéndome poder moverla, técnicamente podría hacerlo pero para eso debería empujarla con demasiado fuerza estando así y terminaría lastimandola, ella sabía que nunca la lastimaría, así no tengo forma de escapar, eso es jugar sucio.
Solo bastaron dos segundos para que el caos se desate, ya que guío sus finos dedos hacía mi abdomen, empezando así una odisea de cosquillas, no puedo controlar las risas que salen de mi, no tenía ni tiempo de respirar con tantas risas, ella sabía mis debilidades, por eso mismo no tardó mucho en dirigir sus manos hacia mi cuello, ahora no eran solo risas en el medio de ellas me salían quejidos y lágrimas de mis ojos, ya que de tanto reír llegue al punto que dolía, sentía como mis pulmones rogaban por más aire, y mis músculos pedían compasión para poder relajarse, mal momento para no tener remera, con la tela podía haber disminuido un poco su tacto.
—Pie...piedad —debido a las carcajadas mi voz salió entrecortada.
Después de unos tediosos treinta segundos, sentí como sus manos se alejaron un poco permitiéndole al aire llegar a mi organismo como se debe.
—¿Vas a hablar?
Podría decirle que si para que me libere y después escapar...
—Si si.
Espero unos segundos para que se mueva pero no parecía tener intenciones de hacerlo.
—Dale, empeza.
—¿No vas a moverte?
—No, así estoy bien.
Mierda, ¿Por qué me tenía que conocer tan bien?
—Bueno... no hay mucho para decir en realidad, solo que me pregunto por mi intereses amorosos y me paso su número.
Concentré mi vista en el techo blanco, para evitar mirar sus ojos, ya que me pondrían más nerviosos todavía, ya hasta podía sentir el calor sobre mi cara.
—¿Y decis que no hay mucho que decir?, ¿te interesa? —apesar de mi vergüenza la miró una vez que termina de hablar, tiene una enorme sonrisa en su rostro.
—Me interesa conocerlo, todavía no se si vale la pena o no, vas a tener que esperar para una respuesta definitiva.
—¿Le mandaste un mensaje?
—No todavía.
—¿Y qué estás esperando? — Enarcó una de sus cejas.
—No presiones, no sé qué ponerle — pongo mi antebrazo sobre mis ojos, para esconder mi cara.
Ella pone sus pies a cada lado de mi cadera, cayendo sentada entre el hueco de mis piernas, agarra el brazo que tenía en mi rostro y mi otro hombro, tira con fuerza, logrando enderezar mi espalda, haciendo que terminemos sentados frente a frente y rodeandonos con nuestras piernas.
—Podes empezar diciendo un, hola soy Blade.
—Un pequeño detalle... —rasco con mi mano derecha mi cuello—No sabe que me llamó Blade, le dije que mi nombre era River, pensé que era mejor debido que estábamos de encubierto.
—Bueno... entonces ponele hola soy River, una vez que lo conozcas si crees que vale la pena, le decis la verdad, y si no, no creo que le sigas hablando así que no importa cual nombre crea que sea el tuyo. Y por cierto yo también use nuestro nombre falso, me encontré con una enfermera en el camino y le dije que mi nombre era Rowan.
—Es que nos pasamos el mensaje telepáticamente —digo con una sonrisa.
—Claro si, eso es lo que pasó —responde sarcásticamente.
—Creo que es mejor que descansemos ya, es tarde — al terminar mi frase, acercó un poco más mi rostro al de ella, para poder darle un beso en la frente, su piel era suave, siempre lo fue. Antes de que me aleje ella me envuelve en un fuerte abrazo, rodeando mi cuello, la pegó más a mí apretando su cintura. Hace mucho tiempo que no teníamos unas horas así de paz, solo nosotros dos, creo que los dos lo necesitábamos.
Cuando rompemos nuestro abrazo, estoy por pararme para irme a mi habitación, pero su voz me interrumpe.
—Quédate esta noche.
Me volteo a verla, estaba seria, es raro que ella me lo esté pidiendo, de los dos yo soy el más sentimental y el que suele pedirlo, creo que la última vez que Raven me lo dijo, fue cuando teníamos seis años y ella estaba asustada porque la habían devuelto al orfanato, siempre fue más reservada con los sentimientos, pero después de tantos años logre que sea un poco más abierta, incluso con las demás personas, creo que es el mayor logro dentro de mis casi dieciocho años.
Me vuelvo acercar a ella y la empujo un poco para que me dé espacio, a lo que enseguida hace. Abrimos las frazadas y nos acomodamos, levanto un poco el brazo que está de su lado para que ella se apoye en mi, lo cual entiende al segundo, luego de apagar el velador lo hace. Acaricio su pelo de forma suave para que se duerma, cuando su respiración empieza hacer más pesada, me doy cuenta que logro mi propósito.
—Buenas noches, Raven —susurro.
La mayoría de las personas nunca entiende nuestra amistad, creen que no puede existir una relación cercana entre el hombre y la mujer y que no termine en romance, claramente esa gente no tiene amigos, sino no se explica. Raven y yo siempre estuvimos juntos, sin ella no creo haber soportado todo lo que pasamos, fuimos el apoyo del otro entre tanta mierda que teníamos que vivir, es mi hermana, todavía me acuerdo cuando apenas éramos unos chiquillos, cuando llegue al orfanato ella ya estaba ahí, llegó un año antes que yo, esa noche me acuerdo que me la encontré en el pasillo sola llorando, creo que desde ese día no me despegué de ella, al principio creo que recibí varios golpes por ello, ella prefería estar sola, no quería encariñarse, pero digamos que si se me mete algo en la cabeza no paro hasta conseguirlo, y yo quería ser amigo de esa extraña niña de ojos diferentes, y no le quedó otra que aceptarme. Sus ojos es algo de lo que siempre se quejó, era algo que la hacía más diferente que los demás y la molestaban por ello, hasta que terminó odiandolos, incluso todavía lo hace, ya que lleva varias miradas a ella y constantemente piensa que son juzgandola. Siempre me pareció una estupidez que no le gusten, ya que era lo que más amaba de ella y nunca entendí porque ella no lo veía así, eran hermosos, y demostraban lo única y especial que es.
Siempre fui muy reservado, excepto con las personas que elegía para que formen parte de mi círculo, ya que tengo miedo de soltarme, de querer, y me rechacen o me abandonen, supongo que crecer en un orfanato terminó de crear mi trauma, era muy contradictorio, ya que parezco una persona seria o de pocas palabras, fría, y soy todo lo contrario una vez que dejo que me conozcan, cada uno tiene sus heridas internas, por eso entre los dos tratamos de curarnos entre nosotros, para no morir de una hemorragia, quizás por eso siempre fue fácil entendernos, entre nosotros no existen las miradas de pena o lástima, eran de orgullo por todo lo que pudimos sobrellevar o compresión, siempre admire lo fuerte que es Raven, de mantenerse en pie a pesar de todo, esa estúpida se ganó mi corazón desde que la vi, después de todo sé que somos capaz de matar por el otro, así que si, muchos no entienden nuestra amistad, se ve que no forman lazos fuertes con sus amigos, nosotros éramos reservados, no hacíamos muchos lazos, pero una vez que los hacemos son indestructibles y peleamos con uñas y dientes por ellos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top