Capítulo 16

"Hola oscuridad, mi vieja amiga. Vengo a hablarte otra vez porque una visión, arrastrándose suavemente dejo sus semillas mientras dormía y la visión que fue plantada en mi cerebro aún permanece dentro del sonido del silencio"

Cuando termino de mandarle el mensaje a Blade, voy directo al salón de la vez pasada, con suerte Aiden estaría ahí, una vez que cruzo el marco de la puerta confirmo que tenía razón.

A lo lejos en una esquina resaltaba una cabeza agacha con rulos oscuros, a diferencia de ese día, no estaba solo, había otro nene a su lado, no parecían conversar pero estaban dibujando juntos, era un gran avance para él. Antes de que pudiera siquiera acercarme la misma señora de aquella vez me frena.

—¡Volviste!

—Prometí hacerlo.

—Va a estar feliz de verte...

Lo estaría si no te interpusieras y nos dejaras ir.

¿Nos extrañaste Raven?

Sus voces hicieron eco por cada hueco de mi mente, ni siquiera me di cuenta que mi pulso se acelero, la uña de mi dedo indice raspaba con fuerza el costado de mi pulgar, logrando incluso levantar la piel y que algo de sangre saliera.

No sé ni cuando baje la cabeza pero cuando la levanto me doy cuenta que la mujer había seguido hablando, y no tengo la menor idea sobre qué. Una vez que ya no dice más nada me mira como esperando una respuesta, que no puedo darle, en su lugar sonrío y ella copia mi acto y me guía hacía Aiden.

Esta vez te salvaste pero no siempre lo vas a hacer, tenes que escuchar a la gente Raven... 

Solo es tu imaginación Raven... no es real... no es real...

No sabes lo tan equivocada que estas con esa frase.

Ni siquiera sabes algo de nosotros que ahora somos parte de vos, no me quiero imaginar como sos con el resto de las personas.

Terminan de hablar y se empiezan a reír a carcajadas, desde la última vez que habían aparecido es mucho más notorio las diferencias en las voces, ahora parecían de personas completamente distintas.

Deberías aprender a diferenciarnos.

Uno de nosotros es confiable, otro es manipulador, otro es mentiroso...

¿Pero quién es quién?

¿Seré yo? ¡¿Seré yo?! 

Dos de ellos preguntaron al mismo tiempo logrando aturdirme y haciendo que casi me tropiece. Pero si no me equivoco antes había escuchado tres de ellos, faltaba uno...

Soy yo.

Su voz era mucho más gruesa y parecía tener mucha más maldad que las otras, con solo escucharlo podía sentir como sonrío al terminar su frase, pero no solo lo sentí, sin darme cuenta yo estaba sonriendo, era una sonrisa ladina que derrochaba picardía.

¿Lo peor?, es que yo no había sonreído.

Vuelvo a mirar mi mano y ahora era mayor la cantidad de piel desprendida, la sangre se estaba empezando a acumular al costado de mi uña, no me había percatado del ardor hasta ahora.

La señora ya a unos pasos más adelante que ello, había llegado junto a Aiden, le dijo algo y después giro su mirada hacía mí, haciendo que el niño a su lado haga lo mismo, cuando su mirada recayó en mi persona puede observar el asomo de una sonrisa, para luego levantarse y venir donde me había quedado paralizada por culpa de ellos, ¿o debería decir mía?  

Siento sus brazitos alrededor de mis piernas y eso me ayuda a dejar de pensar en lo que estaba pasando, me agacho para estar a su altura y devolverle el abrazo.

—¡Viniste! — me mira emocionado.

—Te dije que lo haría.

—Pensé que me olvidarías como la mayoría —responde con la vista en el piso, como si fuera lo más interesante del mundo.

Me partía el alma verlo así.

¿Qué alma?

 hablaba más maduro de lo que debería, y no dudaba que haya crecido de golpe por culpa de su padre. Supongo que Aiden se estaba volviendo un punto débil, después de todo me hacia acordar a mí, quería que viva la normalidad de un nene de su edad, todo lo que yo quise y no pude.

Levanté su barbilla con mis dedos para que me observara.

—¿Cómo podría olvidarme de vos?, te prometí que seguiría viéndote y yo cumplo mis promesas.

Parece tranquilizarse un poco, nos sentamos los dos en el piso, después de preguntarle me empieza a contar como de a poco pudo relacionarse más, en el medio de su relato veo como llega mi amigo con una sonrisa en su rostro.

¿Por qué tan feliz Bladecito?

Cuando me ve se acerca donde estoy, Aiden parece intimidarse un poco debido a que no lo conoce.

—Perdón la demora — termina con una sonrisa, pero a diferencia de antes, esta era demostrando cariño hacia al niño a mi lado.

Antes que sea incomodo me dispongo a presentarlos.

—Aiden,él es mi mejor amigo Blade, no tengas miedo. Y Blade, él es Aiden.

El rubio extiende su mano para estrecharla con la pequeña mano del morocho, haciendo que vuelva a la postura de antes.

—Es un placer conocerte al fin, esta niña me hablo mucho de vos.

Ruedo los ojos al escucharlo llamarme así cuando por un par de meses yo era mayor que él.

—¿Así?

—Ajá...

Empezaron a hablar ignorándome por completo, eso tenía el estúpido de Blade, derrochaba carisma por todos lados, era fácil entrar en confianza con él, si así lo quería, el rubio era muy selectivo a la hora de relacionarse, para su desgracia yo fui una de sus elecciones, y no pienso dejar que se aleje de mí en algún momento.

Cuando Aiden ya no sabía que contarnos, Blade le empezó a contar anécdotas sobre nosotros en el orfanato, parecía sentirse más cómodo sabiendo que él no era el único en esta conversación que paso por estas situaciones, obviamente evitamos decirle las cosas malas.

Le dijimos un poco sobre nuestras historias, él no quiso hablar mucho de la suya y lo entendíamos, ya le había dicho a mi amigo sobre lo de su padre, así que sabía que no tenía que indagar mucho por ahí.

Lo que nos sorprendió era que Aiden nos dijo que tenía un hermano que estaba tratando de poder hacerse cargo de él y lo seguía viendo.

A lo que me llevaba a pensar porque él estaba afuera y Aiden en un orfanato.

Nuestra conversación se ve interrumpida por uno de los encargados del lugar.

—Lo siento, pero la hora de visita ya termino y Aiden ya tiene que ir a su cuarto — nos otorga una mirada apenada y se va.

Nos despedimos de nuestro nuevo amigo, para después irnos juntos hacía la salida.

Ahora que ya no estaba pensando ni en Aiden, ni en las voces, caí en que teníamos muchas cosas que hablar con Blade sobre nuestra ida principal al orfanato Jhonson, la investigación.

Cuando pasamos por la administración mi amigo mira al recepcionista y vuelve a sonreír, el chico detrás del mostrador parece devolverle la sonrisa.

¿Esperen de que me perdí? ¿Mientras yo investigaba este ser estaba ligando? 

A mi no me engañas señor Allen. entrecierro mis ojos mirándolo y Blade ni siquiera se percata, esta muy concentrado haciendo ojitos por ahí.

Cruzamos la puerta haciendo que su juego de miradas se corte, lo único que se escuchaba ahora era el ruido de las piedritas del piso moviéndose al compás de nuestros pasos. Se podía sentir un olor a tierra mojada por todo el lugar, todos los árboles de nuestro alrededor se movían hacía la derecha por culpa del viento, por culpa de la brisa ya sentía mis manos congelarse.

Blade mira para abajo mientras sigue el recorrido de una piedra que estaba patiando pero parece darse de cuenta de algo y frena.

—¿Estas bien? —pregunta agarrando mi mano, la que estaba lastimada, me había olvidado.

Estuve a punto de decirle una excusa pero recordé que ya estaba al día con todo.

—Si...pero las voces volvieron, estaba tratando de ignorarlas y ni siquiera me percaté que me había hecho eso.

Pasa la yema de su dedo con delicadeza por la sangre seca, como si intentara borrarla pero sabía que no podía.

—¿Volvieron?¿hiciste algo distinto o algo por lo que supongas que pueden aparecer?

Niego con la cabeza como respuesta.

—No, aparecen cuando quieren, es como si tuvieran vida propia...

Es lo único que dijiste bien sobre nosotros dulce Raven.

—Mejor vamos, una vez que lleguemos a la casa hablamos bien, tenemos que ponernos al día sobre lo que averiguamos...y también creo que tenes algo que contarme.

Antes que pudiera responderme apuro mi paso hacia la camioneta dejándolo confundido por lo último que dije, pero tarde o temprano va a entender a lo que me refería.

Ya hace unos minutos que habíamos llegado, pero Blade prefirió ir a bañarse primero, y después nos pondríamos al día.

Claro... lo que él necesitaba era una ducha fría, no bañarse.

Me dirijo hacia la habitación de Rose, a la que ahora debía empezar a llamar mía, tendría que acostumbrarme a ello. Me tiro sobre la cama, mi mirada recae en el diario del otro Raven, hace bastante que no lo leo, mientras lo espero a que salga del baño podría hojear un poco. Estiro mi brazo para alcanzarlo pero en mi intento de sostenerlo se me cae, me levantó para agarrarlo de una vez, había quedado abierto en el final del cuaderno, pero eso no es lo que llamó mi atención...

Todo el diario se notaba que era la letra de alguien relativamente joven, pero esta hoja a diferencia del resto, era mucho más prolija y delicada, claramente pertenecía a alguien más grande que un "niño", incluso parecía mucho más reciente que el resto, las demás hojas con solo tocarlas te dabas cuenta que llevaban años así, esta sin embargo no daba esa sensación. Alguien la había agregado recientemente, ¿Pero con qué función?

Dejando de lado mi confusión la empiezo a leer, entendiendo menos que antes...

𝑻𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒎𝒊𝒏𝒖𝒕𝒐𝒔 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂𝒏, 𝒚 𝒍𝒐𝒔 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒏𝒅𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒐𝒔𝒄𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒎𝒊𝒏𝒂𝒓𝒐𝒏 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒒𝒖𝒆𝒅𝒂𝒃𝒂 𝒎𝒆𝒛𝒄𝒍á𝒏𝒅𝒐𝒔𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒍𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒂𝒏.

𝑺𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐𝒔 𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒖𝒄𝒉𝒂𝒏, 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐𝒔 𝒗𝒊𝒆𝒏𝒆𝒏, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒏𝒐 𝒆𝒓𝒂 𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝒑𝒂𝒄𝒕𝒂𝒅𝒐.

𝑻𝒐𝒅𝒐 𝒎𝒂𝒍 𝒅𝒆𝒋𝒂 𝒔𝒖 𝒎𝒂𝒓𝒄𝒂 𝒅𝒆𝒋𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒂𝒕𝒓á𝒔 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒓𝒂.

𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒓𝒍𝒆 𝒇𝒊𝒏 𝒉𝒂𝒚 𝒒𝒖𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒆𝒓 𝒔𝒖 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒆𝒏, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒉𝒂𝒚 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒍𝒐 𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔 𝒂𝒄𝒂𝒃𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝒖𝒏𝒐 𝒎𝒊𝒔𝒎𝒐.

𝑬𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒂𝒓𝒓𝒆𝒓𝒂 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒕𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐, 𝒆𝒍 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐 𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒕á 𝒔𝒆𝒍𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒔 𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒊ó𝒏 𝒅𝒆 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓𝒍𝒐 𝒂 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒅𝒊𝒓 𝒒𝒖𝒊é𝒏 𝒕𝒓𝒊𝒖𝒏𝒇𝒂𝒓á.



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