Capitulo 13
"Dime por qué lloras secaré tus lágrimas. Si tu alma duele te consolaré, con toda seguridad.
Si estamos atrapados en una ola te ayudaré a traspasarla, no importa dónde estés iré corriendo a tu puerta.
Cuando mi cabeza va en diferentes direcciones, sabes que mi corazón nunca se mueve y en los tiempos difíciles no tienes que preguntarme si soy sincero contigo.
Puedes poner un océano entre nuestro amor no nos separará, podrías construir un muro, yo lo subiré sólo para llegar a tu corazón"
Estuve como una hora cocinando y preparando el desayuno para mi amigo y para mi, mantenía mi mente ocupada y de paso lo hacia para agradecerle por todo.
Buscó un mantel blanco y lo estiro en toda la mesa, en el centro voy poniendo toda la comida que hice, junto con el jugo de naranja, pongo un plato, un vaso y cubiertos en el respectivo lugar de cada uno.
Una vez que estaba todo servido, pude contemplar lo que había hecho, era mucha comida solo para dos personas, igual no estaría de que sobre tanto porque Blade es de comer mucho y más sus cosas favoritas.
Hice desde Waffles con crema batida, hasta huevos revueltos con salchichas, siempre dije que lo mejor no es la cantidad sino la variedad, aun que él prefiera las dos...
No lo culpo, siempre dijo que una vez que saliera del Orfanato conocería y comería todas las comidas que no pudo, solíamos tener porciones para cada uno, si tenias mas hambre te jodías, y ahora que no hay nadie que nos diga que comer, Blade es como un barril sin fondo.
Mientras lavo todas las cosas que ensucie, mi mente viajaba entre los recuerdos. Había muchas cosas que no entendía de el pasado, como porque no recuerdo nada de mi familia biológica si estuve con ellos hasta los cuatro, había otras que prefería olvidar, como todo lo de la noche anterior, todo lo que prefiero ignorar pero que no puedo evitar, pero lo único de mi pasado que persiste siempre y vale la pena es el estúpido de mi mejor amigo, cuando le conté por primera vez de las voces, primero creyó que era una broma, después se asusto, pero nunca me abandono, y trato de ayudarme aun que no las entendiera. Hubo una época que también eran muy frecuentes, él vivía preocupado y pendiente de mi, por eso esta vez preferí ocultárselo, no quería ser una carga más cuando ya tiene mucho de lo que ocuparse, pero creo que llego el momento de decírselo, necesito otro punto de vista, necesito buscar respuestas pero sola no puedo, digamos que siempre para estas cosas es mejor el típico dúo dinámico, ya era nuestro momento de ser Batman y Robin... o Sherlock Holmes y Watson que entran más al caso.
Cuando termino de enjuagar todas las cosas y guardarlas, aparece Blade por la puerta, arrastrando sus pies y todavía bostezando.
—¡Buenos días! —saludo con una sonrisa.
—Buenos días...¿Qué es todo esto?
—Una manera de agradecerte por todo, pero no te acostumbres, tampoco va a ser todos los días así.
Antes de contestar sonríe.
—Sabes que no me tenes que agradecer nada... para esto están los amigos.
Sin decir más los dos nos sentamos uno al lado del otro para poder empezar con el desayuno.
Mientras nos servíamos cada uno en su plato me empezó a preguntar sobre lo de anoche, cosas que en su momento por el shock se le habían pasado por alto, como donde estaba tan tarde, tuve que mentirle sobre esa parte, no le gusta que vuelva sola a mi casa de día, menos le va a gustar que este caminando en la calle sola sin rumbo de noche. Le dije que fui al trabajo de Eider, que en parte es verdad..., me enteré que lo despidieron por su recaída al alcohol, me quede ahí hasta que llego un taxi, y al llegar él ya estaba muerto y la policía afuera.
Estuvimos hablando un rato sobre todo esto, hasta que terminamos de comer y creí que era un buen momento para empezar a contarle sobre mis episodios. No sabía como empezar o como contar todo, así que deje de pensar las cosas y traté de dejar que fluyan solas.
—Hay... hay algo que no te dije — al escucharme se vuelve a sentar y me mira interrogativamente esperando que prosiga —solo déjame contarte todo, después te enojas conmigo y comentas lo que quieras.
Cuando asiente, dejo de dar vueltas y empiezo hablar después de un fuerte suspiro.
—Bueno, cuando me preguntaste si las voces habían vuelto... te mentí, si lo hicieron, al principio no eran tan frecuentes, creí que se iban a ir pronto o que podía controlarlas, así que no les di importancia, con el tiempo se fueron haciendo más fuertes y frecuentando cada vez más, todo el tiempo querían influenciarme, hasta llegaron al punto de a veces tomar el control, intensificando a veces el odio, llegue al punto de a veces alucinar cosas, pero nunca habían llegado a afectarme, sumándole las cosas extrañas que pasaron a pasar en el medio, como el chico del dibujo que podría ser una persona real, una hoja que escribí con cosas que no se que significarían, después encontré cuando fui al orfanato Jhonson un diario que pertenecía a un huérfano de antes que da la casualidad que también se llamaba Raven y escuchaba voces como yo, las pesadillas... —Quise seguir hablando pero no me había dado cuenta hasta ahora todo lo que venía acumulando y me abrumaba, con cada cosa que decía mi voz se iba rompiendo y alterando, sentí que me ahogaba, un enorme peso en mis hombros que me llevaba al fondo hasta que no podía volver a la superficie, no fue hasta que dije todo en voz alta que me di cuenta... que tenia miedo, miedo de lo que pasaría, miedo de lo que podría hacer, miedo de mi.
Fui consciente de mis lágrimas una vez que Blade me abrazo fuertemente, consolándome y trasmitiendo que pase lo que pase él estaría ahí como siempre.
Estuvimos como cinco minutos así, hasta que él me aparto para poder verme a la cara, paso sus manos para secar las gotas que quedaban en mis rostro y dejo su mano allí.
Sabia que esperaría que este lista para seguir, así que retomo la palabra.
—No te dije todo esto antes porque no quería que te preocupes, tenías que ocuparte de vos, suficiente tenes con el trabajo, para sumarte otra carga.
—Sabes que nunca serías una carga, obviamente me preocuparía, como vos te preocupas al quererme mantenerme al margen..., entiendo el porque no me lo dijiste, pero no podes hacerlo sola, no esta mal pedir ayuda, estamos en esto juntos.
—Solo quería protegerte.
—Lo sé, ahora... ¿Que es eso del diario y las pesadillas?
—Bueno, lo del diario no lo sé, cuando fui con el colegio al orfanato, había algo que me llamaba en una habitación, así que entre y encontré ese cuaderno que parece que le perteneció a un chico llamado Raven, por lo que escribe parecía que escuchaba voces también, pero no leí mucho. Y sobre las pesadillas, tuve un par de veces el mismo sueño, parece muy real, como si estuviera ahí, siento el olor, las sensaciones, todo a la perfección, pero a la vez es confuso, no se bien lo que pasa, sentía vidrios clavándose en mis manos, me dolía todo, después escucho un grito, que hoy me di cuenta que era mío, y ahí me despierto.
—¿¡Hace cuanto te esta pasando todo esto!? —preguntó sorprendido.
—mm...como hace un mes y medio —me encojo un poco en mi lugar, sabiendo que se va enojar por ocultárselo tanto tiempo.
A diferencia de lo que esperaba, Blade cierra los ojos y respira profundamente para luego susurrar para el mismo "no me voy a enojar, no me voy a enojar".
—bueno, bien, ¿algo más que descubriste?
—Si, al parecer el número desconocido esta tratando de ayudarme, no sé porque o quien es, ni que quiere, pero hasta ahora me ayudo con el nombre de Arwen y con...
—¿Y con qué?
¡mierda! ¿por qué tenía que hablar de más?
—Con la policía, ayudo para que me dejen quedar sola por cumplir los dieciocho.
—¿Como hizo eso?
—No lo sé, solo se que fue él.
—¿Él?
—Lo único que sé sobre su identidad, es que es un chico, tiene ojos azules y es alto. Me lo dijo el policía cuando me aviso que mi "amigo" ya había hablado con ellos, no se acordaba el nombre.
—Tenes que tener cuidado Raven, no sabemos quién es, ni que quiere, puede ser peligroso, aun que te haya ayudado puede ser parte de un plan, no te fíes de él.
Sabía que no lo tenía que hacer pero en el fondo una parte de mi, confiaba en el desconocido.
—Tenemos que analizar toda la información que tenemos y ver de donde podemos sacar respuestas.
Estuvimos otro par de horas analizando y escribiendo los datos que teníamos para que sea más fácil ver lo que tenemos que averiguar, las conexiones entre sí, y para darnos cuenta donde empezar.
Todo indicaba que en algún momento teníamos que volver al único lugar que creímos que no pisaríamos nunca más, el Lyra Derry.
Pero mientras más podamos aplazarlo, lo haríamos. Total teníamos varias paradas que hacer.
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