En la noche derrame muchas lágrimas, el dolor me consumía, sentía que me atravesaba el filo de un cuchillo en el vientre. Era tanto así que sentía la sangre salir caliente de mí. Había olvidado cuanto dolía esto, o es que ahora me llega con más dolor por el trabajo, no sé.

Pasado las horas en la madrugada me desperté, no había podido dormir mucho que se diga por estar dando vueltas en la cama por el insoportable dolor. Me desperté a cambiarme la toalla, sentía que el dolor había disminuido un poco, pero me costaba moverme aún, el dolor no desaparecía del todo. Caminé por los pasillos como un pato, la toalla sanitaria se me había llenado, lo podía sentir y creo que hasta traspasó la ropa... M*ldit*a sea.

Cuando regresé del baño y me metí debajo de mis sábanas, dispuesta a conciliar el sueño, siento que alguien me observa. Saco mi cabeza de las sabanas y miro por mi habitación, es de madrugada por lo que la oscuridad reina, no me gusta dormir con luz. Pero veo que de las cortinas pasa luz de la luna como reflejo en el piso tras la cortina, la ventana está abierta. Me da pereza ir a cerrarla, así que me levanto con la pereza, y algo de dolor y muevo la cortina para cerrarla bien, luego me meto nuevamente en la cama.