4. QUÍONE

En la mitología griega, Quíone era hija de Bóreas, el viento del norte (considerado también dios del invierno), y Oritía. Hermana de Cleopatra, Zetes y Calais.

Annabeth:

Galopamos hasta una hora antes que el sol se ponga, y eso es mucho tiempo ya que la batalla se había librado a las dos de la tarde.

Hazel y Frank se encargaron de curar a la chica que se presentó como Rachel Elizabeth Dare, nos contó que había logrado que la aceptaran en una misión de campo para poder escaparse de ese infierno y por lo que contaba me alegré incluso más de que no nos agarraran. Contaba sobre que cada vez que alguien desobedecía las órdenes del idiota del líder se lo castigaba públicamente. Además de que la mayoría vivía encarcelado y el lugar no era lo que llamaríamos higiénico o agradable.

-Dioses, que mierda. -soltó Thalía.

-Créeme, no querrás meterte allí. -le respondió la pelirroja.

-¿a donde vamos a ir ahora? -dijo Nico.- de nuevo no tenemos a donde ir y no es como que otra casa magnífica fuera a aparecer de la nada... -suspiró Nico.

-Además aunque aparezca una ahora, estamos muy cerca del último lugar donde nos vieron, no tardarán en registrar la zona, hay que movernos. -dijo Rachel.

-Tomaré el primer turno de vigilancia -levanté la mano y todos me miraron-, luego irá Thalía, Frank y Nico. Cada turno será de dos horas. Cuando tu turno termine Nico, nos despiertas a todos. Si quieren Hazel y Rachel pueden hacerles compañía ya que no tienen turno. Ahora les recomiendo que duerman algo. Mañana seguiremos viajando.

Cuando terminé mi informe todos se acomodaron para dormir. Incluso yo me sorprendí del tono de voz que alcancé, como si realmente fuera una líder.

Miré alrededor durante un buen rato sin ver más que oscuridad y solo escuchando los molestos grillos.

Cuando creí que ya habían pasado las dos horas desperté a Thalía y caí en un profundo sueño.

Contrariamente a lo que creí no me desperté por Nico, sino que Frank me sacudía desesperadamente.

-Annabeth... -susurraba- están cerca.

Solo eso bastó para que yo reaccionara y todo el sueño abandonara mi cuerpo.

-¿Que pasa?

-Hay unos chicos caminando a unos metros por allá, aun no vieron a los caballos pero no creo que tarden en notarlos, además debe haber alguna camioneta cerca.

-Despertemos a los demás, hay que huir rápido.

Dicho esto yo desperté a Nico y Rachel mientras Frank iba a Thalía y Hazel. Les explicamos en susurros la situación y todos concordamos en que mi idea de huir era lo más sensato.

Agarramos los caballos y salimos al galope por el campo. Detrás nuestro escuchabamos los gritos de unos chicos que avisaban a los demás y varios disparos pasaban cerca de nosotros.

-¡VAMOS A METERNOS MÁS EN EL CAMPO! ¡CERCA DE LA CARRETERA NOS PODRÁN DAR DESDE LAS CAMIONETAS!

Y sin esperar respuestas giré mi caballo hacia el bosque que se extendía a mi lado, era oscuro y para nada amigable pero era la única manera de huir.

Pronto ya no escuchaba más de los que nos perseguían.

(...)

Fue reconfortante, luego de dos horas intensas de cabalgata, salir del frondoso bosque y dar con un pequeño pueblo. Atamos a los caballos a un poste en la plaza central del lugar y nos dispusimos a recorrerlo en busca de comida, municiones o lo que sea.

Entré con Thalía a un almacén y sentí un fuerte golpe en la cabeza que me hizo perder el conocimiento y caer al suelo

Una vez que me desperté estaba atada de pies y manos a una silla. En ronda tenían a todos mis amigos. Incluso Di Angelo estaba atado y miraba a nuestros secuestradores amenazantemente.

-Buenas y santas pillines. -Dijo un chico algo bajo y de rasgos latinos- Veo que decidieron robar nuestro pueblo.

-¿Su pueblo? -le pregunté notando que estaban Thalía, Nico y Hazel despiertos.

-Bueno, una vez que todo esto comenzó nos mandaron aquí. -A su lado había un chico con una cicatriz en su rostro, una chica morena como Hazel pero de pelo lacio y ojos verdes y una pequeña niña que parecía la hermana de la anterior. - Por eso lo proclamamos como nuestro y el jefe aceptó.

-¿El jefe? -preguntó Thalía.

-No sabemos su nombre pero su apodo "artístico" es Cronos, ya saben,  como el rey de los titanes.

-¿Que les hace hacer su jefe? -pregunté yo.

-Nos deja este pueblo con la condición de que le entreguemos todos los chicos que encontremos a Octavio, un perdedor que controla una prisión cercana.

-¿Y nos vas a dar? -le pregunté.

-Por supuesto, es decir, si no cumplo con mi trabajo... bueno, ya ven la cicatriz de Luke. Él solía ser su favorito pero dejó escapar a una pareja, Cecil y Lou Ellen, ahora Cronos castigó a Cecil y Luke fisicamente y mantiene a la pareja separada.

-Yo soy Lou Ellen, para aclarar. -dijo la chica de ojos verdes.- Leo, odio que cuentes esa historia.

-Lo siento, debo darles mis razones, sino, no me sentiría bien conmigo mismo, aunque de todas formas...

Luke lo interrumpió con un bufido.

-Cállate Valdez, voy a hacer la señal de humo para que quien sea los pase a buscar.

-¡Espera! -grité y todos se me quedaron mirando- Podrían hacer eso, seguiría todo igual para ustedes, incluso para ti Lou Ellen, yo les ofrezco otra alternativa.

Sentí la mirada de todos sobre mí, incluso la de mis compañeros pero aun así Valdez parecía interesado.

-Bueno, habla, hace un mes que estoy aquí, sería agradable cambiar un poco el juego.

-Llevamos huyendo de las camionetas desde ayer, si ustedes no nos hubieran capturado no estaríamos aquí. Podemos irnos juntos, estudiar las camionetas, el lugar donde se ubique Cronos y liberar a los inocentes. Habría una gran batalla, fuegos artificiales, besos de triunfo y toda la bola.

-Entonces estas proponiendo... -me dijo Leo moviendo sus manos.

-Que vengan con nosotros, con su conocimiento del territorio podremos irnos y volver en algún momento para acabar con la tiranía de Cronos. Luego de eso seremos un grupo grande que formará una ciudad y viviremos tranquilos sin preocuparnos por un tirano que hace que sé yo con adolescentes.

-No puedes estar considerando algo así ¿o no Leo? -dijo Luke despeinandose el pelo.

-En realidad, mi querido amigo, si lo hago. Cronos es un cabeza de choclo. Siempre quise irme y aquí está la oportunidad. ¿Vas a mandarlos a que mueran?¿A que sufran?

-Solo nos irá peor a nosotros, Valdez.

-No, -dijo Lou Ellen- no estoy de acuerdo contigo Luke, ni yo ni Cecil teníamos un plan, vos nos abriste la puerta rogando que no haya nadie patruyando y sí había. No fue la culpa de nadie pero no podemos simplemente pensar que esta vez será igual, yo quiero volver a ver a Cecil y ser feliz con él.

Leo sonrió victorioso.

-Tres contra uno Luke.

El rubio miró con frustración a Leo y por un segundo temí que decidiera salir corriendo y delatarnos, el chico latino no parecía notar la preocupación en la cara de su amigo porque sonreía burlonamente.

-Hay algo mejor que esto, Luke. -dijo Thalía- Pero solo es para luchadores. La felicidad no vendrá sin algo de sacrificio.

Nunca creí que mi amiga pudiera decir algo tan profundo dado que todo el tiempo bromeaba. Sonreí apoyándola. Luke miró la cara de todos allí y se detuvo en Leo.

-Bien Valdez, voy a seguirlos, además no llegarían ni a la esquina sin mi.

Leo sonrió y le palmeó la espalda.

-Mmh, no quiero interrumpir, pero mientras antes nos desaten... -dijo Nico. En algún momento de la charla se habían despertado también Rachel y Frank por suerte.

Los cuatro, incluida la más pequeña, comenzaron a desatarnos pero aun no devolvieron nuestras armas.

-Pero necesito mi pistola, -me quejé con Luke mientras Nico le hacía la misma escena a Valdez- hay zombies afuera, no puedo saludarlos y pedirle por favor que no nos maten.

-También podrías usarla para dispararme por la espalda, no pienso arriesgarme pero... -de su cinturón sacó una daga de bronce- usar una daga a veces es mucho más efectivo que una pistola, si llega el momento en el que necesites tu arma te la daré pero hasta entonces usa esta. Me  gusta mucho esta daga así que no la pierdas.

Asentí algo molesta y me reuní con Hazel, Frank y Rachel quienes hablaban con Lou Ellen y la pequeña Sophie.

-Necesito que me escuchen, -dije llamando la atención de todos, incluso de Nico que se encontraba de lo más feliz al haber convencido a Leo para que le devolviera su katana- tengo un plan, Luke me mostró donde hay más pueblos-trampa como este y lo que haremos será esquivarlos, nos mantendremos lejos de las carreteras por precaución y no llamaremos la atención. Para cuando hayamos salido del territorio rojo ni se habrán dado cuenta de que ustedes están también involucrados. -les aseguré a los cuatro que nos habían atado anteriormente.

Pero mi suerte no es la mejor, eso lo comprobé hace bastante, y ahora lo vuelvo a afirmar.

Escuchamos entrar al pueblo a por lo menos dos camionetas 4x4. Miré a Leo y él me hizo una seña para que nos escondiéramos.

-No hagan ruido y oigan lo que oigan no salgan. No es día de abastecimiento. Vamos chicos. -aclaró rápido Leo y salieron.

Yo me escondí detrás de varias cajas de madera junto con Nico. Hazel y Frank estaban detrás de una barra y Rachel entró a otro cuarto junto con Thalía.

-¡Octavio! Que agradable sorpresa, ¿te hiciste algo en el pelo? te noto algo distinto, ah, ya sé, ¿te vomitó un zombie? solo así tendrías ese... -por alguna razón Valdez dejó su burla a la mitad. Supuse que lo habían golpeado.

Luego no pude escuchar bien que decían ya que nadie hablaba a gritos como Valdez.

-Claro... -fue lo último que escuché antes de que la puerta se abriera y apreté mi nueva daga mientras cambiaba una mirada de preocupación con Nico.

-Siéntense como en su casa, -dijo Leo con una voz estrangulada- ¿a que se debe el privilegio de su visita?

-Hay blancos sueltos. -dijo una voz masculina- Mandé a Drew y su grupo para que los capturaran y no sirvió de nada.

-Eso pasa cuando no me escuchas, idiota. -esta vez la que hablaba era una voz femenina.

-Quíone, como siempre un rayo de luz esperanzador, no, ¿a quien engaño? tu corazón es el hielo más frío que existe sobre este mundo apocalíptico.

Sentí movimiento y de repente Leo volvió a hablar, se notaba un poco más aguda su voz pero se mantenía confiado.

-Eso es bastante sexy de todas formas. Sabes lo que dicen de los opuestos, reina del hielo, vos sos fría... yo estoy en llamas...

-Bueno, suficiente, Valdez. - dijo el mismo hombre que hablaba anteriormente.- ¿los tienes o no?

-Por supuesto que no los tengo, nunca pasaron por aquí.

-¿Ah si? -dijo la chica que Leo había llamado Quíone- no opino lo mismo.

-Bueno, podríamos seguir discutiendo sobre cómo siempre tengo razón pero solo estarían perdiendo el tiempo. -le respondió el latino.

-Entonces ¿por qué están sus caballos en la plaza central del pueblo?

Volví a mirar a Nico y ahora sí que estábamos sin color en la cara. ¿Cómo pudimos olvidar algo que llama tanto la atención como cuatro caballos?

-Revisen el pueblo, algunos quédense aquí y registren esta casa. -dijo el chico- Mientras tanto vamos a hablar...

Escuché un par de pasos acercarse, y acercarse, y aun más cerca...

Salté de mi escondite y sin pensarlo mucho tiré al suelo al chico que estaba allí buscando, me coloqué encima de él y le puse mi daga en su cuello. Nico había salido de detrás de las cajas también y apuntaba con su katana a los allí presentes.

Habían cinco chicos que no conocíamos: uno era el chico de cabello pajoso sentado frente a Leo el cual se veía sorprendido. Al lado del rubio desconocido había una chica de pelo blanco con raíces negras y detenidos en diferentes lugares de la habitación estaban otros dos chicos más, Lou Ellen, Sophie y Luke.

-Bueno, fue rápido. -el chico rubio se giró a Leo- Valdez eres un mentiroso, esto te va a salir caro.

-No vas a matarlo linda, -me dijo Quíone- si te entregas ahora nada va a pasarles ni a vos ni a tus amigos.

No estaba segura de que hacer por lo que el primero en reaccionar fue Luke tirándose sobre uno de los chicos a su lado y noqueándolo contra el suelo. Leo saltó de su silla y se tiró sobre Octavio. Nico corrió a defender a Luke junto con Frank y Hazel que salían de su escondite. Quíone intentó tirarse contra mí pero yo le mandé a su amigo de frente y me escabullí. Del otro cuarto con todas las mochilas salieron Rachel y Thalía. Todo era un caos pero sabía que no tendríamos mucho tiempo para huir antes de que los refuerzos de afuera entraran.

-Leo ¿como salimos de aquí? -le grité y él respondió mientras aporreaba a Octavio contra el suelo.

-Por atrás. Rápido.

Quíone y el chico que tenía antes conmigo sacaron un arma pero antes de que me disparara fueron tacleados por Frank. Agarré mi mochila, vi a la pequeña Sophie a mi lado y salimos juntas, aunque claramente no me esperaba un puñetazo en la cara apenas abrí la puerta.

Cuando volví a ver, delante mío había un chico bastante corpulento sonriendo satisfecho con su golpe. Me sorprendí a ver a Sophie clavándole su pequeño cuchillo en el muslo, el chico gritó cayéndose al suelo y llamó a sus amigos que estaba segura que no tardarían en llegar.

Me recuperé de la sacudida que me dio el chico y volví a ponerme de pie. Tomé la mano de Sophie y la guié hacia donde dejamos los caballos. Al doblar la esquina me encontré con dos chicos más que como armas tenían una lanza cada uno, iba a correr hacia el lado contrario pero cayeron al suelo con dos tiros en sus piernas. Detrás de ellos estaba Leo, Luke y Thalía.

-¿Los demás? -pregunté corriendo a ellos.

-Salieron por el otro lado, rápido no hay tiempo. -me dijo Thalía.

-Voy a buscar algo rápido, los alcanzo. -dijo Valdez y se escabulló hacia otra tienda a su lado.

Los cuatro corrimos y nos encontramos con Frank, Hazel, Rachel y Lou Ellen en un tiroteo contra cinco chicos del otro lado de la calle. Entonces uno de los enemigos dejó de disparar, y luego otro, y otro. Corrí junto con Luke a atacar de frente a los dos que quedaban. Aunque estaban de espaldas e iban a dispararle a algo... ¡Nico!

-¡NO! -grité haciendo que se dieran vuelta. Nico saltó a un costado antes de que pudieran dispararle y Luke les disparó.  Fue horrible ver que a estos sí los mató.

-¡Hay que irnos! -le grité al menor y este se puso a mi lado.

Al otro lado del pueblo vi como Octavio, Quíone y dos chicos más se subían a otra camioneta que llevaba a por lo menos cinco chicos más en la parte de atrás.

Entonces comenzaron a aparecer los muertos y todo se complicó. El ruido de disparos los había atraído.

Corrimos a los caballos, yo me subí al mío con Nico y Sophie, Frank y Hazel se mantuvieron juntos, Luke y Lou Ellen en otro y Thalía y Rachel en otro.

-Los que no manejen al caballo abran el camino. -dirigí y cuando íbamos a comenzar a galopar apareció Leo en una moto y tenía algo en la mano, algo brilloso.

-Esto es lo que le pasa al hielo en Texas, Quíone. ¡Se derrite! -gritó y le lanzó esa botella a la 4x4 que explotó en unas enormes llamas provocando que tengan que bajarse de ella.

Salimos todos para el lado contrario aunque el plan estaba arruinado, todos iban a estar alerta.

Por un segundo, solo por una milésima de segundo, creí que podríamos escapar de allí sin inconvenientes mayores que un par de golpes... Que equivocada que estaba.

Solo escuché el sonido de una bala antes de ver las luces de una nueva camioneta detrás y de que mi caballo cayera al suelo.

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