35 [2] CAOS
Miranda:
Delante mío había un tornado.
Sabía que esto no era posible y estaba soñando, imagino que así nunca podría sentirse estar a tan solo unos cien metros de algo tan poderoso y consumidor.
El aire daba vueltas sobre el campo despejado en el que me encontraba y mis pies me obligaban a acercarme en contra de mi voluntad.
¿Que estaba haciendo? ¿Que clase de sueño era este?
Tenía miedo, una sensación extraña se instaló en mi pecho; una mezcla de adrenalina y arrepentimiento.
¿Arrepentimiento? ¿Por qué un tornado me estaba provocando esto?
Mis pies seguían acercándose y no parecían con ansias de frenar, ya estaba a menos de ochenta metros. El aire me despeinaba y mis rizos rubios cada tanto me impedían ver lo que tenía delante y me recordaban a brazos largos que intentaban sujetarme.
Un grito en la distancia fue completamente definido: esa era Halima. Caí de rodillas, como si mi cuerpo fuera el de una muñeca de trapos solo para ver al maldito tornado alejarse lentamente.
Halima, yo la había matado. La había empujado fuera de la camioneta con mis propios pies, estos mismos que me adentraban a tornado. ¿Por que querían meterse? Es un tornado, nada bueno pasa en el ojo del mismo.
Ya no sentía nada y no sentirlo era peligroso. Me siento encerrada en mi propio cuerpo, sin poder moverme ni gritar.
-¡Miranda! -mi hermana corría hacia mí pero antes de que lograra llegar una fuerte ventisca la elevó, llevándose, desapareciendo dentro del desastre que es mi mente.
Ella estaba perdida, debo despertarme. ¿Como es que un sueño dura tanto? ¿Que es diferente esta noche?
Mis padres venían a mi, de mi garganta no salían ni un sonido pero por dentro quería advertirles, salvarlos del mismo destino que el de Katie.
Ellos también fueron absorbidos por el tornado pero ¿por qué me sorprendía? Todo lo que amaba terminaba dentro de mi tornado.
Había una reportera cerca, es extraño que no la haya notado anteriormente:
-Este podríamos llamarle el tornado más catastrófico que azota la zona en miles de años. -la mujer ahora me resultaba conocida, era Calypso Belladona sin su pancita e intentaba mantener controlado su cabello aunque fuese una tarea imposible- El tornado Miranda se está llevando familias enteras, cobra la vida de millones de personas.
-¡hay una chica allí! -gritó el camarógrafo que reconocí como Percy Jackson.
-Déjala, varios intentaron salvarla, pero ella los lanza allí dentro. No voy a arriesgarme.
-¿no puede pararse?
-Ella toma la decisión de mantenerse allí, solo ella puede frenarlo y elige no hacerlo.
Quería que las lágrimas que me quemaban los ojos salieran pero no podía, como dije, mi cuerpo no reaccionaba. ¿Como podría haber yo frenado esto?
-¡DEBES LEVANTARTE! -a mi lado apareció por un solo segundo Sherman, tomó mi brazo pero se le resbaló entre los dedos y volvió a perderse.
Por suerte, algo había despertado en mí y logre mover mi mano, la abría y cerraba haciendo que circule sangre.
Luego de unos condenados minutos ya estaba de pie, de nuevo, caminando hacia el ojo del tornado.
-¡Solo tú puedes salvarlos! -me gritó desde un costado Jason.
-¡Ayúdanos! -ahora decía Leo.
-¡Date prisa! -chilló Hazel.
Al fin el tornado me llevó; suavemente, como si fuese una pluma movida por la brisa veraniega.
Las escenas y las emociones pasaban atropellándome, dolía, muchísimo, pero no tenía más opción que aguantarme, estaba dentro de un tornado del cual no podría despegarme así como no puedo huir de mi misma y mis decisiones.
Pensar en cómo mi vida había dado un vuelco, y de todas formas, siempre pude mantenerme en pie me hacía agarrar fuerzas, lograr respirar.
Por otro lado, veía todo lo que me preocupaba: cuando no quedaba, cuando mi hermana era la protagonista y yo una simple extra más, cuando pensaba que nunca encontraría a alguien... cuando lo encontré.
Connor y su sonrisa aparecieron en mi memoria, logré ver como de a poco la catástrofe terminaba, el viento se iba calmando y mis pulmones parecían volver a funcionar con normalidad.
-Debo controlar mis emociones.
Obviamente, se vino a mi cabeza lo que más miedo me daba que aparezca; el último grito de Halima volvía a reproducirse y el tornado cobraba fuerzas.
-Soy mucho más que esto...
Comencé a pensar en lo que tuve que hacer, y más que eso, pensé en lo que trajo consigo mi decisión. Annabeth abrazando a Percy, cargándolo y los dos campamentos trabajando juntos, Thalia armando un plan de batalla, Hazel volviendo a sacarle una sonrisa a su lúgubre hermano que luchaba contra la pérdida de Will, Piper mostrando su anillo feliz de saber que al fin había encontrado al amor de su vida, Lou y su sonrisa decidida movida por allá esperanza, Clarisse besando a Chris, Enebro reuniéndose con sus amigas, Calipso acariciando su abultada pancita que alberga una nueva vida; una buena oportunidad.
Oportunidades, eso es lo que somos.
Nosotros modificamos, nosotros trascendemos, nosotros creamos.
Yo creo mi propia historia.
El tornado me iba bajando de a poco, y aunque sabía que habían más tornados a la vuelta de la esquina no me rendiría. Porque la vida era eso; crear, trascender y modificar nuestros alrededor a raíz de oportunidades que se presentaran a nosotros como problemas en un principio.
Sabía que estaba dormida pero eso ya no me tenía preocupada, ahora sólo quería acomodar mi mente; no voy a parar el tornado, voy a trascenderlo.
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