23. ZELO
La nota del final es demasiado importante así que disculpen mi naturaleza bipolar y respondan lo que les pregunto allí... pero antes, disfruten el capítulo jugoso.
En la mitología griega Zelo era la personificación del fervor y la dedicación o de la rivalidad y la discordia. Era hijo de Estigia y del titán Palas, y hermano por tanto de Niké (la Victoria), Cratos (la Fuerza) y Bía (la Violencia), formando con ellos parte del séquito de Zeus.
Annabeth:
Tiré el balde de agua por el inodoro que simulaba haber tirado la cadena.
Pasé por al lado del espejo y me sorprendí de mi propio aspecto, es verdad que en tres días había dormido solo seis horas pero es que me necesitaban en todos lado. Leo se encargaba de la barrera junto con los demás Hefestos pero aún así habían pequeñas anotaciones que no entendía por lo que debía andar cerca para ayudarlos.
Debía organizar las cabañas y la nueva modalidad en la cual cada quien podría organizarse con las compañeros que quisiera y ocuparíamos las que se quedaron deshabitadas. Aquí también me necesitaban para interferir en los típicos conflictos como "yo no quiero ir con él", "ella es molesta", "yo quería quedarme en mi cabaña", etc. Por alguna razón todos me buscaban a mí, como si fuera alguna clase de madre o juez supremo.
La organización de la comida también hacía fila por mi atención porque con todos los hombres bajo el mando de Grover en la enfermería o muertos (solo cuatro estaban disponibles pero necesitaban ser al menos veinte), yo era la encargada de ordenarles a los adolescentes quienes debían ayudar con las tareas.
Ni hablemos de los problemáticos Ares, cada dos por tres venían Clarisse o alguno de sus compañeros de cabaña a hacerme planteo sobre si debían o no salir. Gracias a Dios que las cazadoras ya se habían ido y podía decirles que ellas ya se encargaban de todo lo que respecta salir.
Piper era una gran ayuda en estos momentos. Ella, de alguna manera, conseguía que me dejaran en paz, les daba un par de argumentos tontos y se iban creyendo que su problema estaba solucionado, claro que luego de unos veinte minutos, cuando se daban cuenta del engaño volvían... pero podía descansar al menos esos veinte minutos.
Por suerte, luego de tres días caóticos, pude lograr una estabilidad: la noche del segundo día había organizado una votación, allí decidimos quien se quedaba con el puesto de líder de la enfermería, juez, quienes conformaban el sistema administrativo, el cuerpo de policías, los constructores, la limpieza, los jardineros y por último el primero y el segundo al mando.
¿Aún no adivinan quien incluso sin postularse quedó como líder del campamento? Si dijeron yo... sí, están en lo correcto. No voy a decir que no me alegré, porque lo hice, pero me sorprendió, nunca creí que alguien pensara que podría ser una líder.
Como segundo al mando ganó Grover Underwood. El jefe de la enfermería es Will, dirige a todos los Apolo en eso, además de que da clases de cómo curar las heridas más comunes. El sistema administrativo volvía a estar en manos de los Atenea con Malcolm como el jefe. Jason dirige el cuerpo de policías junto con Percy y Nico. Se dividen entre guardias de control de disturbios, guardias de barrera y perímetro externo. Los Ares y los Hermes tienen donde usar su fuerza siendo los constructores bajo la coordinación de los Hefestos por supuesto, las Gardner dirigen a los jardineros y los que sobran se dividen en cocina y limpieza.
Aunque hoy había sido un día mucho más organizado que los dos anteriores y mucho menos lleno de muerte que la semana pasada no me había podido ir a dormir. Siempre hay rezagados que no prestaron atención a qué consiste su tarea o alguien intenta cuestionar mi autoridad.
Pero ahora, que ya había ido al baño, me había cambiado de ropa a una más cómoda y limpia, nada ni nadie iba a distraerme de dormir sin siquiera haber cenado.
-Estas hermosa. -me dijo Percy desde la cama en cuanto salí del baño.
-Claro que no. -le respondí quitándome mis pantuflas para acosarme a su lado, era gracioso porque yo estaba en pijamas viejos y me tapé hasta el cuello mientras que él solo tenía su boxer azul y se sentaba en un intento de pose sexy en su lado de la cama.
-Annabeth... -hizo puchero mientras acercaba su cara para que lo besara.
Incluso sin un último beso cerré los ojos y me dormí profundamente apenas mi cabeza se apoyó en la almohada.
Abrí los ojos y escuché la suave música clásica que mi madre ponía todos los domingos a la mañana. Era una melodía suave y dulce, incluso podías sentir como las notas del piano bailaban por tu sistema nervioso.
Las cortinas de mi habitación estaban cerradas pero aún así, a través de ellas, se colaban suaves rayos de sol. Algún que otro auto se escuchaba pasar por delante pero todo mantenía su armonía.
Me senté en la cama desprendiéndome del calor de esta solo para tomar mi teléfono que se cargaba a un costado. Como todos los días tenía notificaciones de diferentes redes sociales. Más que nada me gustaba Snapchat así que abrí esa primera. Me encontré con Thalía que mandó la cara de Jason haciendo una mueca graciosa mientras intentaba leer algo que estaba lejos, otra de Lester, mi vecino de al lado, quien pasaba videos de la fiesta a la que habrá ido anoche. Más de mis amigas del colegio... nada de otro mundo.
Decidí ponerme algo y bajar a la cocina. Mi papá ya se había hecho cargo de la radio y sonaba "Shape of you" una canción que no se paraba de repetir todo el día. Él cantaba mientras hacía a mamá bailar, aunque se hacía la que no le gustaba se notaba el amor con el que se trataban.
Cuando me vieron bajar sonrieron.
-Buenos días, Ann. -saludaron y me sirvieron un poco de jugo de naranja recién hecho en un vaso.
-¿dormiste bien? -preguntó mi padre.
Algo estaba mal, ¿donde estaba el Apocalipsis?
-Bien... tuve un sueño extraño.
-Cuéntanos, linda. ¿Que fue?
-Soñé que había un Apocalipsis zombie y... -mi madre rió.
-¿Ves, Frederik? Te dije que no la dejáramos ver toda la temporada de The Walking Dead en una noche. Luego sueña cosas raras.
-Entonces... fue todo un sueño. -afirmé.
-Claro que lo fue... un Apocalipsis. Ja, nada más irreal.
-Supongo que tienen razón. -pero luego de decir eso miré a mis padres, ellos tenían sus caras podridas y sus ojos sin color, mostrando la muerte en ellos.
Con un gruñido, Atenea se tiró sobre mí, intentaba morder mi cuello y yo me retorcía intentando separarme, era inútil, no podría resistir mucho más y comencé a desesperarme.
-Annabeth. -abrí mis ojos y habían lágrimas en ellos. Ni siquiera una miserable siesta podía tomar sin que el sufrimiento y la nostalgia me atacara. Por suerte, unos ojos verdes me miraban tranquilamente.
-¿Percy? ¿Qué hora es?
-Las nueve de la mañana. Hay un problema, te hubiera dejado dormir más pero Grover...
-¿Las nueve? -comencé a contar en mi cabeza- ¡dormí por más de catorce horas!
-Si, Annabeth, vamos, hay un problema.
Con eso salí de la cama y me vestí y arreglé rápido, unos quince minutos después ya estaba caminando con rumbo a la casa grande, en donde un gran grupo se congregaba y y murmuraban cosas.
-Yo me quedo aquí. -dijo Percy cuando llegamos a la puerta- Te amo.
Lo besé.
-Y yo a ti.
Con eso último entré para encontrarme con el juez Quiron, Nico y Grover, en frente a ellos habían tres personas, una era un chico de cabello rubio y un arco en la mano. A su lado había una figura femenina, alta, esbelta, de cabello marrón y mirada calculadora. Por último, un hombre de unos cuarenta y algo, bajito, regordete y enfurruñado.
La chica del centro se levantó de la silla al verme, mantenía su expresión seria pero su aburrimiento parecía cambiar a interés.
-¿Quienes son? -pregunté, dándome cuenta de que sus ropas estaban considerablemente limpias. No eran simples nuevas personas que llegaron al campamento.
-Me llamo Reyna Arellano, quiero hablar con la líder de esta fortaleza.
-Entonces estás hablando con la persona correcta, me llamo Annabeth Chase.
Miré a mis lados justo cuando la puerta se abrió, Will entró algo atolondrado, tenía puesto su traje de médico y hasta tenía algo de sangre.
-Perdón por mi demora, -se disculpó mientras cerraba la puerta- tuve un pequeño problema que atender, las prácticas deberían ser más vigiladas.
Sugirió mientras levantaba la vista a los invitados y dejó de hablar de golpe. Miré a su novio intentando descifrar si entendía que pasaba entre Will y el chico del arco pero su cara me hacía notar que no tenía ni la más remota idea de qué pasaba entre ellos. De pronto, en una decisión tácita, ambos rubios se encontraron en un abrazo.
-¡Will!
-¡Michael!
Todos nos quedamos mirando la escena, incluso el señor regordete dejó de mirar todo con asco para enfocarse en ellos dos. Se separaron un poco pero aún se aferraban de sus hombros.
-No puedo creer que estás vivo. -dijeron ambos al mismo tiempo, como si fueran una sola persona. Incluso tenía más parecido con él que con sus hermanos de sangre.
-¿donde estuviste? -preguntó Will.
-En un campamento a unos kilómetros de aquí. ¿Y tu?
-En varios lugares, fue una locura el último año.
Ambos tenían una sonrisa enorme pegada a la cara.
-¿Quien es él? -preguntó Nico levantándose y depositando su mano en la parte que la mano del chico llamado Michael dejaba en el hombro de Will.
-Nico, él es Michael Yew, mi mejor amigo de toda la vida.
-¿Con que así me presentas ahora? -dijo este levantando una ceja pero mantenía su sonrisa divertida. Will lo cortó.
-Él es Nico Di Angelo, mi novio. -dijo algo apresurado. Cosa que estaba segura de que no fui la única en notarlo.
La sonrisa de Nico vaciló un poco pero volvió a a normalidad al instante.
-Un gusto conocerte, creo que a Cecil no va a hacerle gracia que presentes a alguien como tú mejor amigo. -yo estaba segura de que al que realmente le molestaba era a él mismo pero callé cualquier tipo de comentario inoportuno. De todas formas el radiante chico sonrió más grande que antes.
-¿Cecil? ¿Así que tienes a otro?
-Ni siquiera te atrevas a empezar.
-Bueno, terminen con sus bromas privadas afuera. -sentenció Reyna, de nuevo estuve segura de que a ella no era a la que más le molestaban esas bromitas con doble sentido.
-Si, Will, ve con... -la voz le falló por primera vez desde que lo conozco a Di Angelo- tu amigo afuera. De todas formas no creo que los necesitemos, y se ven felices de verse.
-¿Puedo? -le preguntó Michael a la chica, esta asintió cortamente y los dos salieron.
-Bien, Annabeth, dime, ¿han sido atacados hace poco?
Miré a Nico y este apoyó sus codos en sus rodillas para mirarla más de cerca.
-¿cómo puedes saber eso?
-Por que antes de ir a su pueblo pasaron por el nuestro.
-Entonces ¿así nos encontraron? ¿Siguieron sus rastros?
-No, unas chicas dieron con nuestro pueblo ayer, salimos lo antes posible, estaban buscando el lugar del que salieron.
-¿Las cazadoras? -pregunté, quería saber que Thalía estaba bien.
-Si, así se presentaron.
-Había una chica con ellas, una en particular, pelo negro, ojos azules...
-Thalía Grace. -respondió sin dudas- Fue una de las más simpáticas, ella fue la que insistió en que te vea lo antes posible.
La puerta volvió a abrirse de golpe pero esta vez la que estaba allí era Piper.
-Entonces era verdad... -y sin decir nada más abrazó a la chica allí parada. La otra dudó un momento pero se relajó y le correspondió.
-¿la conoces? -pregunté.
-Ella es Reyna, la chica de La Legión de la que te hablé, yo creí...
-Fue un acuerdo con uno de los guardias aún fieles a mí. Me dejó ir haciéndole creer a Octavio que en habían matado.
Piper no dejaba de abrazarla y ahora era yo la que sentía un poco de celos, una chica que prácticamente volvió de la muerte, amiga de mi amiga (una de las más cercanas que me quedan ya que Clarisse está pasando por un mal momento y prefiere estar sola y Thalía se fue) y excelente líder, se nota el respeto con el que todo el mundo se dirige a ella.
-En serio te extrañé mucho esos meses luego de tu "muerte". Nunca me había sentido tan sola. -le dijo Piper con lágrimas en los ojos, Reyna le respondía el abrazo y sonreía abiertamente- Quiero escuchar todo acerca de donde estuviste, que hiciste, ¿conociste a alguien?
-Pipes... -llamé su atención y se dio vuelta algo desconcertada, como si recién se diera cuenta de que yo también estaba allí.
-Oh, lo siento, ¿estaban en una reunión importante no? -preguntó inocentemente, secándose las lágrimas rebeldes mientras pasaba su mirada del hombre, a Nico y de vuelta a mí.
-Luego hablaremos, solo déjame terminar esta reunión. -le prometió la chica y mi amiga salió. Me pregunté fugazmente que clase de policía eran Jason y Percy que dejaron pasar a Piper así como así. Entonces recordé que ambos llegaron al mismo momento a La Legión que Piper, ambos tenían una historia con Reyna allí. ¿Y si la chica no sólo iba a robarme a mi mejor amiga? ¿Y si además reclamaba a Percy como suyo? No, debía calmarme y ser imparcial, esto era una reunión política, mis sentimientos no debían interferir. Sin embargo, no podía mirarla de la misma manera.
Volteé a ver a Di Angelo y su mirada estaba perdida, se notaba a kilómetros que no tenía otra cosa en su cabeza que ir detrás de Will y descubrir quién era Michael.
-Nico, creo que no es necesario que te quedes. -le dije sacándolo de su mente- Puedes irte si quieres, no hay problema. De todas formas está Quiron aquí.
-Gracias Annabeth. -dijo, y salió. Dejándonos a los cuatro solos.
-Bien, hora de empezar la verdadera reunión, Chase.
-Puedes llamarme Annabeth, ¿tu como quieres que te diga?
Reyna enrojeció un poco y achinó los ojos.
-Reyna estará bien por ahora.
-Entonces, Reyna, cuéntanos, ¿donde está el famoso campamento?
-A unos ocho kilómetros al este, a once de La Legión. Tenemos un total de seiscientas personas, hombres, mujeres y niños. Manteniendo la idea de separación de La Legión nos organizamos en casas según dioses, esta vez Romanos. El campamento se llama Júpiter como el rey de los dioses. Es próspero, grandes guerreros bien organizados, logramos matar a tres cuartos de todos los monstruos que nos atacaron y ahuyentamos a los que quedaron, que supongo que fueron los que llegaron aquí.
Intenté que mi mandíbula no cayera pero me fue imposible, ¿entonces solo eran un cuarto de los monstruos que atacaron su campamento? ¿Quién era esta chica y como había organizado todo tan bien? Se me estaba haciendo algo difícil no tener un sentimiento de envidia hacia ella.
-¿Están proponiendo una alianza? -preguntó Quiron -¿y para qué trajiste a este hombre? -señaló al señor bajito en la silla de en frente.
-¡Soy su guardaespaldas! -gruñó el señalado- soy el más valiente y sanguinario de todo el campamento.
-Además me cae bien y confió en él. -agregó Reyna- Y sí, efectivamente estoy proponiendo una alianza entre las dos comunidades.
-Bueno, dado que no estamos en nuestro mejor momento no estoy segura de que podemos ofrecerles. -le dije sinceramente.
-¿No lo ves Annabeth? Estamos en un Apocalipsis, cada vida humana cuenta, cada alianza es un paso más hacia reconstruir la sociedad y devolver el mundo a la normalidad. No podemos pasarnos la vida ocultándonos de los zombies, si queremos hacer un cambio debemos trabajar juntos y tirar todos juntos hacia el mismo lado.
-Me parece muy divertida tu charla sobre la unidad pero sé cómo termina esto, Reyna.
-¿ah si? Porque yo creí que no me conocías y que eras una líder justa que escucharía todas las voces. Sin embargo, estás prejuzgándome sin saber qué haré.
-Intento escucharte, es más, ya lo hice. Ahora déjame hablar un poco a mí. Soy la nueva líder de este campamento, pasamos por un momento complicado por confiarnos en que todo estaría bien. Las personas aquí confían en mí y no puedo aliarme con alguien sólo porque me dice que supuestamente derrotó a un batallón de monstruos. Nadie hace las cosas desinteresadamente, siempre habrá un precio que pagar. Antes de la Primera Guerra Mundial pasó lo mismo: se le decía a la gente que todos perseguían un mismo ideal y en realidad los más ricos intentaban volverse aún más millonarios a costa de los trabajadores y de un falso sentimiento de pertenencia. No nací ayer. Y solo porque ayudaste a mis amigos en un mal momento no te convierte en buena persona.
La chica soltó una risa y meció la cabeza.
-Entonces eso era. Estás celosa.
Cerré mis ojos y apreté mis puños para intentar calmarme.
-No lo estoy, intento pensar en que es mejor para -me cortó.
-Estás celosa, crees que quiero sacarte tu lugar. Te sientes amenazada.
Volteé a mirar a Quiron y al otro hombre.
-¿Quiron podrías dejarnos solas? -pedí mientras que Reyna hacía lo mismo.
-Hedge ¿nos disculparías?
Los dos hombres salieron de la habitación ambas nos erguimos para mirarnos a los ojos.
-Eres una guerrera, tienes fuego en tus ojos Annabeth.
-Basta...
-¿es que no lo ves? Somos demasiado parecidas, no es coincidencia habernos cruzado. Debemos guiar al mundo a un nuevo renacer.
-Y ahí vas de nuevo, con puros cuentos de mejorar. Te recuerdo que cuando pudiste escaparte de La Legión lo hiciste, ¿como se que no nos dejarás de nuevo?
-Esto comienza a ofenderme. -advirtió mirándome cautelosamente- Yo no huí, nunca hubiera dado un paso atrás de no ser porque tenía una condena de muerte. ¿Que hubieras hecho tú? ¿Te hubieras quedado a morir?
-Hubiera hecho un plan, atacarlos... es más, eso fue exactamente lo que hice.
-Y es por eso que vengo ante ti, no me aliaría con cualquier persona, si pudiste derrotar a Cronos entonces tienes algo especial. ¿Por qué se te hace tan difícil creerme?
Y ahí estaba, la respuesta que no quería responder. Porque soy una infantil, porque odio perder, porque odio no ser la única inteligente, porque soy celosa. Podría seguir todo el día. Me limité a bajar la mirada a mis pies por unos segundos. Reyna se mantenía allí delante mío hasta que puso una de sus manos en mi hombro.
-¿que...
-Debes creerme, no busco ser una amenaza para ti ni para nadie. Y aunque creo que esta alianza tiene potencial... no me inclinaré ante ti. Ya te di mis argumentos y te hice la promesa de que no vengo con malas intenciones.
-¿Como lo haces? -subí mi mirada y antes de que la típica pregunta de "que" saliera de sus labios continue- ¿cómo logras dirigir una comunidad sin volverte loca al respecto?
-¿Quien dice que no lo estoy? -dijo riendo- Ahí me atrapaste, también busco una alianza para tener alguien en quien respaldarme.
La puerta se abrió de golpe y entraron Jason y Percy.
-Quiron nos dijo que entremos para evitar que se mataran. -dijo mi novio y al vernos sonreír se miraron extrañados por unos segundos.
-No te preocupes sesos de alga. Está todo resuelto por aquí.
-Entonces... ¿Tenemos una alianza? -preguntó Jason.
Ambas asentimos.
Luego de la reunión accedí a relajarme un rato en la orilla del mar con Percy. Me gustaba nuestra extraña amistad, aunque nos hayamos besado varias veces no necesitábamos hablar sobre eso cosa que me tranquilizaba, de todas formas ya había quedado claro que fue importante para ambos. Me gustaba que no se haya vuelto incómoda la situación entre los dos. A este punto no necesitábamos hablar todo el tiempo, a veces nos bastaba con sentarnos en silencio disfrutando de la compañía del otro.
Percy se movió hasta quedar pegado a mí y pasó su brazo por mis hombros, yo descansé mi cabeza en su hombro y me lo quedé mirando. Su perfil era perfecto: mandíbula definida, piel blanca con algunos lunares negros contrastando, ojos verdes agua mirando al horizonte y cabello negro despeinado. Cuando se percató de mi mirada no comentó nada, sólo cerró los ojos y acortó la distancia entre nuestros labios.
Cada beso que me daba lo atesoraba en mis mejores recuerdos, después de todo él era lo más parecido a familia que tenía.
-Percy... -dije separándome.
-¿pasa algo listilla?
-Te amo. Quería recordártelo.
-Yo también te amo. -las palabras eran música en mis oídos.
-Percy, estaba pensando...
-¿eso es nuevo? -yo reí y continué.
-Estaba pensando si querías ser algo así como ¿mi novio? Hoy cuando vi a Reyna y pensar en que estuvieron juntos mucho tiempo me hizo pensar qué tal vez pueda ponerme celosa en un futuro porque es lo que las personas hacemos cuando tenemos algo muy preciado con nosotros y queremos mantenerlo así. Así que... ¿aceptas?
Él sonrió y volvió a besarme pero esta vez tomó mi cara con ambas manos para profundizarlo. Tomé eso como un si.
E•X•T•R•A
Nico:
Cuando al fin encontré a Will estaba sentado en un tronco cercano al bosque con Michael, ambos reían de algo que no había alcanzado a oír.
-Me alegra saber que se divierten. -dije mientras me acercaba a ellos y mi novio mi hacía un lugar a su lado- ¿de que hablaban?
-Michael me contaba sobre su tiempo en el Apocalipsis. Estábamos en la parte donde llegó al campamento junto con sus padres.
-Lo divertido fue que La primera impresión que tuvo todo el campamento de nosotros fue llena de lodo.
Intenté reírme, en serio lo hice, pero salió muy forzada y los dos lo notaron, suerte que ninguno dijo nada.
-Bueno, la cosa fue que cuando entramos nos asignaron en la carpa de hombres a mi padre y a mí y mi mamá se fue con las mujeres. El problema vino cuando le dije a un "amigo" mi verdadera sexualidad.
Intenté no sorprenderme pero aún así no pude controlar mi cara de odio. Prácticamente me estaba confirmando que él y Will tuvieron algo. Es decir, sería un ciego si no lo notara.
-¿Que pasó? ¿Lo salió a contar no? -le preguntó el rubio a mi lado mirándolo con su típica cara afligida, el problema con su cara era que lo volvía aún más tierno de lo que ya era. No iba a mirar a los pantalones de Michael, si veía una ereccion no iba a contenerme de darle una paliza.
Debo calmarme, no está bien que me dominen los celos.
-Si, se quejó con el director de no querer dormir en la misma habitación que un enfermo como yo.
Odiaba su cara de perrito, se estaba haciendo la víctima, estoy seguro de que conoce a Will tan bien como yo para entender que ama demasiado ayudar a las personas y no se resistiría a brindarle su apoyo.
Como me temía Will lo abrazó.
-Siento tanto oír eso, pero ya estás bien, es más, si te sientes mal allá podrías quedarte en el campamento con nosotros.
Odiaba a Will por ser tan buena persona siempre.
-Gracias por todo Will, ahora, cuéntenme, ¿son novios?
Aproveché mi oportunidad y abrace al rubio.
-Si, hace ya cinco meses.
-Que... lindo. -dijo sonriente.
-Chicos... hay... hay algo que quiero saber. -les dije, no soportaba más la duda- ustedes... ¿tuvieron algo?
-No, nada de eso. -respondió mi novio- Éramos mejores amigos.
-Eso, Solace y yo nos conocemos desde peques. -dijo alegre Michael- No entiendo cómo pudiste pensar eso, además de que apoyo su pareja siempre y cuando no lastimes a mi amigo.
Sonreí ante eso, era imposible que yo lastimara a Will, antes muerto y comido lentamente por zombies.
La charla siguió normal y el tipo este Michael cada vez me caía mejor. No podía caerme mal, era simpático, divertido y algo lindo (obviamente nada comparado con Solace). Creí que podríamos realmente ser amigos.
-Tengo que ir al baño. -anunció Will levantándose de donde estábamos sentados- vuelvo en un momento.
Me reí ya que estaba yendo hacia el bosque.
Miré a Michael y para romper el silencio hable.
-Bueno, ¿que armas... -pero me cortó.
-Mira Di Angelo, Will te mintió.
-¿Que?
-Shh, recuerda, tuve algo con Will, besé a Will muchas veces antes que tu, toque las mismas partes de ese chico que tú hiciste. ¿Crees que no sabía que estaba aquí? Cada vez que alguien nuevo llega pregunto por él. Al fin una de las cazadoras me dijo que efectivamente él estaba aquí. Así que no importa lo que hagas, voy a recuperar a mi chico y te advierto que no me importa que deba hacer para conseguirlo.
-Pero... eras tan simpático. -dije algo desconcertado, ya se me había olvidado que no debía confiar en la gente tan rápido.
Michael soltó una pequeña risita.
-Soy buen actor. En serio lo digo Di Angelo, pienso recuperarlo y aunque le comentes a Will sobre esta pequeña charla no te creerá. Creerá que simplemente estás celoso y terminará aún más rápido. Esto es una competencia Nico y te advierto que no me gusta perder.
Iba a agregar algo pero las pisadas de mi (todavía) novio saliendo del bosque me frenaron.
-¿y? ¿De que me perdí?
-Solo le contaba a Nico sobre esa fiesta a la que fuimos en la casa de los Sanders.
-Ah... ¿Que parte específicamente? -preguntó rascándose la nuca y apartando la mirada.
Era verdad. Will y él...
Miré amenazadoramente a Yew y este sonrió pícaro.
-De la guerra de tragos entre Andrew y Josué.
-Ah... eso. Si, fue divertido.
Durante lo que restó de conversación me la pasé matando con la mirada al intruso.
•~•~•~•~•~•~•~•
Si, yo otra vez.
Tengo un par de dudas que quiero solucionar:
La pregunta sería ¿hago un AU en donde están en la secundaria y me dedico al amor y los problemas cotidianos?
Oooooo...
¿Hago un AU donde estamos en un futuro imperialista distopico y hay problemas mucho más complejos?
Eso lo dejo para que lo decidan ustedes, yo me siento entusiasmada en igual medida por las dos pero quiero saber que les gustaría más leer.
¿Algo que es romántico desde el inicio? ¿O muchos problemas combinados con un universo futurista extraño?
Si alguien se pregunta ¿a que se debe el cambio? Les responderé que me parece que en este fandom ya hay demasiados AU de la escuela, algunos demasiado buenos a decir verdad y se me vino esta idea distopica a la cabeza.
Quiero verlas argumentando arduamente.
Para finalizar, gracias por todo el apoyo, leer, votar y comentar, son increíbles.
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