22. ERIS
Eris o Éride es la personificación de la discordia, y por lo general se considera hermana de Ares (dios de la guerra), además de su compañera. No obstante, para Hesíodo era una de las fuerzas primordiales, descendiente de Nix (la noche).
(Espero que se imaginen a Phoebe como una Lexa de The 100 pelirroja)
Percy:
Entraba a la arena arrastrado por un guardia alto y rubio, tenía un enorme parecido con Jason en sus hombros fornidos y sus ojos azules pero su chispa pícara y su contextura más bien delgada hacía que a mis ojos sea totalmente diferente.
Aún así no podía ver bien, la sangre chorreaba por mi rostro y manchaba mi remera azul claro. Detrás mío otro arrastraba a Jason, él estaba igual de golpeado que yo, Connor estaba desmayado por lo que el chico rubio de pelo pajoso lo dejó en un lugar desconocido para nosotros en ese momento, luego me enteraría que es la enfermería.
Travis era el único que permitieron caminar por su cuenta, de todas formas no haría nada que perjudicara o pusiera en peligro a su hermano.
Piper no estaba a la vista, la habían separado de nosotros.
-Bueno, ¿a quienes tenemos aquí? -dijo Octavio, salvo que en ese momento no lo sabía, ni siquiera tenía una idea de lo retorcido que podía llegar a ser.
La tribuna gritaba y me pareció ensordecedora, aunque más adelante sería peor. Para ese momento la tribuna no era nada.
-¿Donde está Piper? -le preguntó Jason intentando hablar con sus labios hinchados de los golpes.
-¿la indígena? Ni idea, supongo que Drew se debe estar encargando bien de ella.
-¡Yo quiero! -gritó alguien desde la tribuna y todos lo festejaron, repulsivo que alguien festeje algo así.
Mi amigo rubio comenzó a removerse en los brazos del guardia pero con un simple puñetazo lo dejo quieto en el suelo. El pontífice lo miraba sonriendo de lado.
-Alto. -desde el otro lado de la arena apareció una chica de cabello marrón hecho una trenza, su postura era segura y su tono firme.
Todos comenzaron a cantar una palabra que supuse que sería su nombre: "Reyna".
-Pretora... -saludó Octavio sin molestarse en ocultar su molestia- este no es tu asunto, los castigos son territorio del pontífice, es decir, yo.
-Recuerda quien está más arriba en la cadena alimenticia. -le respondió ella, el guardia rubio que me sostenía sonrió divertido.
-¿y que propones? ¿Dejarlos irse sin una advertencia de cómo trabajamos aquí? -el público comenzó a pedir sangre.
-Saben que no es necesario esto, -les dijo Reyna- mírenlos, están decrépitos, no sabría decir bien sus rasgos debajo de tantos golpes. No somos unos animales, somos una sociedad que resistirá la muerte.
La tribuna calló todo tipo de quejas. Desde la puerta de la que llegamos vino caminando una chica de pelo blanco. Era hermosa, mantenía su pelo lacio y ordenado, usaba una musculosa blanca ajustada que se pegaba a su cintura que cualquier chica envidiaría, además sus ojos claros hacían que no quieras dejar de mirarla.
-Octavio, tengo a la chica lista para el castigo.
-No será necesario, Quione. -se adelantó Reyna- Ya tuvieron suficiente. De todas formas sé que el pontífice tiene un castigo que no puedo evitar.
Los aplausos llenaron el lugar.
La chica llamada Quione volteó a verme por un segundo y apoyó su mano en mi hombro, el rubio me soltó y casi caigo al suelo si no fuera porque ella me atrapó. Tenía sus ojos muy cerca de los míos.
-A veces -dijo mirándome a los ojos pero sabía que hablaba a la de trenza- eres toda una aburrida.
Y con eso escuché los quejidos de Piper a mi espalda. Todos miramos en la dirección que los ruidos provenían para ver a la chica con su pelo revuelto, heridas por su rostro y... y nada. Estaba desnuda delante de todos.
Varios comenzaron a soltar chiflidos y silbidos, Jason intentó ponerse de pie pero una asiática lo pisó en el pecho. Jason sabría más adelante que había conocido a la que le traería pesadillas por un año.
-¿por qué hacen esto? -preguntó Travis y se acercó a Piper, se quitó su remera y se la pasó pero antes de que ella pudiera ponérsela un guardia se la arrebató.
-Esto es una advertencia, pudo hacer cosas peores. -dijo Octavio.
-Suficiente. -sentenció la pretora y le alcanzó la remera de Travis a la chica.
-Yo no creo que lo sea. -dijo Quione y antes de que dijera algo me beso delante de todos. En ese momento pensé que estaba en las nubes... hasta que me mordió. Mi primer beso y me había sacado más sufrimiento que otra cosa. Mordió ambos de mis labios por un rato y hasta mi lengua. Cuando creyó que era suficiente se apartó.
Drew mientras tanto masajeaba dolorosamente en miembro de Jason con el pie hasta que Reyna la golpeó mandándola al suelo.
-Dije suficiente. ¿Que hicieron para merecer un castigo?
Y ese fue el error de la pretora, darle a Octavio el pie perfecto para llegar a la multitud.
-¿que hicieron? Mataron a cinco de los nuestros, golpearon a varios, se resistieron, me desafiaron... ellos no aceptan nuestro dominio. Además... ¿quien quiere entretención? ¿QUIEN QUIERE SANGRE? -la tribuna enloqueció, Octavio giró a Reyna y le sonrió perversamente- hay que mancharse las manos para ser el líder a veces. Tu no mereces este cargo, y pronto lo dejaré en evidencia, ahora, te recomiendo que te apartes, vayas a la tribuna y disfrutes de las sesiones de castigo que están a punto de empezar.
A diferencia de lo que hubiera preferido, Reyna se volteó y se llevó con ella a la asiática y la peli blanca.
-No te sobrepases, el último castigo será el peor, recuérdalo.
-Soy fiel a mis promesas. -sentenció Octavio y se giró golpeándome.
Cuando me tuvo en el suelo sacó su daga y la pasó por mi mejilla suavemente, no me hizo daño pero no podía evitar temblar.
-¿como es tu nombre?
-Percy, Percy Jackson.
-Percy Jackson, dime, ¿cuánto te importa tu cara? -No le respondí- ¿qué tal tu estómago? -seguía sin respuesta- ¿y tu miembro? -tragué saliva- eso pensé. Ahora, te explicaré las reglas Percy: haz lo que yo digo cuando yo digo, no intentes escapar y es preferible que cuides tu propia espalda. Te diré algo, valoro los luchadores como tú, valoro que pusieras la vida de tus padres por sobre la tuya. -Dicho esto se alejó de mí y se irguió- ¡Traigan a Markowitz!
De la puerta salió otro guardia que llevaba a un chico moreno y con pecas.
-Es necesario que observen lo qué pasa cuando alguien no respeta las normas. -dijo y de un rápido movimiento dos guardias tomaron al rubio que anteriormente me tenía a mí. Octavio se acercó- ¿en serio creíste que saldrían ilesos de esta Castellan? -Entonces le cortó profundamente la mejilla- ¡Solace!
Un rubio pecoso (¿es que todos eran rubios aquí?) bajo de la tribuna con un botiquín de primeros auxilios en la mano.
-¿Octavio?
-No digas "¿Octavio?" -lo imitó con voz molesta- ¿tienes alcohol?
-Si, está por...
-Solo dámela, agradece que eres importante.
Con eso el chico le dio una pequeña botella que salpicó en la cara de Luke. Este cerró los ojos con dolor.
-Deberías agradecer que yo mismo te estoy curando. Cecil no correrá tu suerte. Hablando de suerte... te llevarás a Lou Ellen lejos, mañana Leo Valdez se irá de aquí y ustedes lo acompañarán. -Octavio se volteó a mirar a los guardias que tenían al chico pecoso- Átenlo y traigan a Lou.
Con eso apareció una chica de color traída por otro guardia. Cecil estaba siendo atado a una estructura en el medio de la arena, los demás estábamos arrodillados mirando la escena, incluso ese chico Will.
Sabía que en ese momento empezaría el castigo a Cecil y los gritos de Lou por ver a su amado sufrir pero el sueño cambió y me encontré saltando, interponiéndome entre el látigo y Cecil.
-¡Percy! -Gritaba alguien lejano- ¡Percy! ¡Percy! Percy, Percy, Percy... Percy... Percy...
Cuando abrí los ojos no había ningún látigo, unos cabellos rubios desordenados rozaban mis hombros y la voz ronca de Annabeth susurraba mi nombre en la oscuridad de mi habitación.
-Percy, gracias a los dioses despertaste ¿estás bien? -por un momento no supe por qué estaba tan preocupada, lo último que recordaba era que mamá nos había dado permiso para dormir en la misma cama con la advertencia de que no hagamos nada extraño o que ella no haría. Entonces sentí algo bajar por mi mejilla.
Me senté en la cama y ella me imitó. Efectivamente, al llevar mi mano a mi cachete noté que había estado llorando y el sueño volvió a mi.
-Si, estoy bien solo...
-Tuviste una pesadilla. -afirmó y acunó mi rostro con sus manos calientes.
-Más bien un recuerdo... de cuando llegamos a La Legión, parece hace eones atrás.
Me volví a meter en la cama y arrastré a Annabeth conmigo, de manera que podíamos seguir la conversación abrazados debajo de las sábanas, el invierno estaba cerca y el frío comenzaba a hacerse presente.
-¿Querías contarme? -me preguntó mientras se acomodaba en la curvatura de mi cuello.
-Podría contártelo o podrías simplemente besarme para recordarme que estoy aquí y no allá.
Annabeth sonrió e hizo lo que le pedí.
(...)
Unas horas luego de que el sol haya salido la puerta de nuestra habitación sonó y mientras comenzamos a abrir los ojos mi madre entró.
-Buenos días, -saludó con una sonrisa- Quiron está en la puerta, dice que quiere reunirse con los jefes de cabaña. Parece un asunto serio.
-Dile a Quiron que lo que sea puede esperar hasta después del desayuno. -me quejé mientras me hundía más en las sábanas provocando que Annabeth riera.
-Arriba, sesos de alga, tengo una idea de lo que sea que van a hablar y quiero estar presente.
Sally cerró la puerta una vez que dejó la habitación y nos alistamos rápidamente. Afuera, el campamento lucía vacío, hoy habían dejado que cualquiera durmiera en cualquier cabaña con el propósito de que nadie deba sufrir solo. El problema era que muchas cabañas se habían quedado vacías, como la de Hermes: cinco sobrevivientes estaban en otro lado. Y muchas otras estaban a mitad de camino de lo anterior: como la de Hecate, en la cual, aún cuando Cecil se había quedado a hacerle compañía a su novia y Sophie estaba con ellos se veía vacía y sin vida.
Los jefes de cabaña nos reunimos en la clásica mesa de Ping Pong de la casa grande, solo para notar los inminentes cambios. Silena y Charlie no estaban y en su lugar habían venido Piper y Leo, Katie y Travis no estaban peleando como siempre que se veían obligados a estar frente a frente, sino que se abrazaban en un triste silencio. Tanto la cabaña Iris, como las de Hypnos y Nike habían desaparecido por completo. Clarisse no afilaba su cuchillo, Jason se mantenía callado en un rincón junto a su novia, Phoebe se sentaba apacible, a diferencia de siempre, que solía hablar con los que tenía a su lado, Castor reemplazaba a su fallecido hermano y Damien y Chiara se sentaban en lugares separados, sin ánimos para hablarse entre sí. La cabaña Hecate había decidido que luego alguien le contara lo decidido allí. Los únicos que no habían modificado su conducta eran Will y Nico, quienes se tomaban las manos con una leve sonrisa en un rincón.
Rápidamente Annabeth y yo tomamos asiento y Quiron comenzó a hablar.
-Sentí la urgencia de realizar esta reunión dados los trágicos incidentes que pasaron hace dos días. -todos nos mantuvimos en silencio esperando a que continuara- Hay mucho de lo que hablar. Primero que nada... hay que organizar a la poca gente que queda para reparar lo antes posible los muros, es muy peligroso estar sin defensas durante tanto tiempo.
-Los Hefesto ya estamos trabajando en eso. -dijo Valdez- Nosotros no tuvimos demasiadas bajas pero aún así necesitamos toda la ayuda posible.
-Los Atenea ya le pasamos los planos, además... -la rubia puso unos papeles en la mesa- ya realizamos el censo para ver cuantos quedamos de nosotros.
-¿que dicen los números? -pregunté.
-Perdimos más de la mitad del campamento, específicamente cuatrocientas ocho personas. -me respondió en tono triste.
-Bueno, con más razón necesito que todos se concentren en hacer la barrera. Somos pocos y además debemos hacer que piensen en otra cosa que no sea la tristeza. -sentenció el mayor de la sala.
Nadie se opuso.
-¿Que es eso que tienes ahí? -preguntó Chiara mientras se acercaba al cuello de Nico, este rápidamente se llevó su mano a la cicatriz evitando así que ella lo vea.
En un gesto disimulado, Will puso la mano en el muslo de su pareja y movió su cabeza. Nico sacó de mano y bajó un poco el cuello de su remera negra para que todos veamos su marca de una mordida. Varios ahogaron gritos de sorpresa y otros simplemente abrieron ampliamente los ojos.
-¿como es posible que se le haya cicatrizado? Debería haber muerto antes. -preguntó Damien.
-Es imposible... -susurró Katie.
-No, no lo es. -intentó calmar Annabeth- Es extraño pero parece que Nico es inmune a las mordidas.
-¿en serio quieres que creamos eso? -preguntó Clarisse, quien, como despertándose de un trance, golpeó la mesa con su mano- Todos vimos lo que el virus hizo con las personas que nos importaban. Todos somos conscientes de que si te muerden es el fin. Yo creo que el doctor descubrió cómo curar el virus y se lo guarda solo para la gente que le importa.
-Clarisse... -intentó intervenir Quiron pero Damien lo interrumpió.
-No, tiene razón, ¿es que acaso nadie más notó que de su grupo de amigos no murió nadie? Estoy seguro de que si entramos a revisarlos encontraremos mordidas en todos.
-Entonces puedes revisarme, -le dije levantándome de la silla- porque nunca me mordieron, yo también llegué aquí por los pelos y también lucho cada día de mi vida contra la muerte.
-Tu no empieces, -me dijo Katie- no eres un héroe, solo eres un niño de papi con mucha suerte.
-¿cómo puedes decir eso? -pregunté incrédulo
-En La Legión, ¿recuerdas el grupo que te ayudó a escapar? Mi hermana y yo lo dirigíamos... bajo órdenes de tu padre de traerte vivo.
-¡suficiente! -saltó Quiron y todos nos callamos y volvimos a sentarnos. Pero aún así no dejábamos de mirarnos los unos a los otros amenazándonos con la mirada.
-En mi defensa yo no creé ningún antídoto, estuve igual de angustiado que ustedes cuando mordieron a sus seres queridos, incluso me quedé en la noche junto a él esperando su transformación para que me mordiera a mí.
Noté que Nico abrió los ojos y tomó su mano entre las suyas.
-No entiendo por qué no me convertí, pero puedo jurar por lo que sea... por... por el río ¿Estigio? ¿Conocen ese río? Bueno la cosa es que lo juro por él que nadie me dio nada.
-Entonces eso es algo que debemos investigar más a fondo, -dijo Jason- quizás si lográramos entender por qué Nico es inmune podríamos desarrollar una vacuna o algo así.
-Para eso hacen falta muchísimas cosas, primero que nada libros sobre química, medicina, historia de las vacunas... -comenzó a enumerar Annabeth- también alguien dispuesto a llevar a cabo ese trabajo.
-Yo lo haría con gusto. -Will afirmó- Solo si Nico está de acuerdo con que lo investiguemos.
-Lo estoy.
-Pero buena voluntad no lo es todo. -dijo la rubia a mi lado- Tenemos que encontrar un laboratorio o algo así...
-Esa respuesta es algo obvia, listilla. -la interrumpí- Las cosas que nos atacaron tenían escrito Laboratorios Gaia, podríamos buscarlo siguiendo el rastro de las bestias.
Varios asintieron.
-Entonces alguien deberá realizar una búsqueda tanto del laboratorio como de una biblioteca. -dijo Quiron.
-Mis cazadoras y yo nos encargaremos, de todos modos no pensábamos quedarnos mucho tiempo más aquí haciendo nada.
-Ni hablar. -le ordenó Jason a Phoebe, quien enarcó una ceja.
-Nunca te interesó que hiciéramos las cazadoras, no tienes derecho de decirme qué hacer o no con mi grupo, te recuerdo que somos las Omegas de este campamento, nos movemos como queremos.
-No voy a permitir que mi hermana vaya con ustedes, no pienso dejar que muera.
-Cometes el mismo error que Castellan, Grace. Que tu mente crea que Thalía es una chica que no se sabe valer por si misma no significa que así sea. Te recuerdo incluso que es mayor que tú y que puede decidir qué hacer y que no en su vida.
-Ya quisieras, le llenaste la cabeza con tus ideales de despechada y ahora la convertiste en una de ustedes. Ahora debe obedecerte lo quiera así o no.
-Jason... -intentó intervenir Piper pero el chico volvía a abrir su boca.
-Te sentías celosa de la vida de mi hermana ¿no? Ella tiene una familia que la ama, un novio, amigos. Decidiste arruinarla y hacerla parte de tu círculo de infelices.
-¡Jason! -gritó Piper, ahora sí logrando que este se calmara.
-¿yo celosa? Tú eres el que siempre creyó que su vida era de color de rosas. Tu nunca estabas para ella, siempre había algo más importante, como salir con tus amigos por semanas o estar con tu novia, Luke siempre dudaba de sus capacidades y la trataba como a una niña inmadura, ellos estaban mal hace meses y tú aún creías que se amaban con locura. En cuanto a sus amigos... ¿alguien además de Annabeth la fue a visitar el otro día? Déjame decirte que yo si y no los vi allí. Lo entiendo, Di Angelo estaba muriendo pero ella también y nadie lo notó, así que no me vengas con tus idioteces de "quieras hacerla infeliz" porque eso es exactamente lo que es, yo quiero volver a mostrarle la felicidad.
Jason apretaba sus puños y la miraba con desprecio.
-Basta, doy por finalizada esta reunión, las cazadoras irán a buscar lo encargado y los demás sigan a las cabañas Atenea y Hefesto en el arreglo de los muros.
Dicho esto se fue evitando estar más tiempo encerrado allí con nosotros.
Jason se levantó primero y encaró a Phoebe.
-Mira niña, no sé quien te crees para decir todo eso pero... -no seguí escuchando lo que decían porque Katie se puso en frente mío.
-Percy, siento lo que dije hace un rato. Estaba enojada.
-Está bien, perdiste mucho, como todos, es normal que estés así.
-Eres un héroe, no un cobarde.
Le sonreí con ganas de agregar algo pero la puerta se abrió de golpe revelando a Thalía.
-No tienes derecho a decidir mi vida, Jason. -dijo esta, en su espalda sostenía su arco y estaba algo sudada por lo que supuse que había estado entrenando.
-No voy a dejar que mueras Thalía, eres lo último que queda de mi familia. -dijo el rubio en tono suplicante. Nunca lo había escuchado tan preocupado.
-No quiero continuar una vida así. No puedo simplemente sentarme y ver cómo todos organizan su vida dejando la mía en un segundo plano por más tiempo. -ninguno se animaba a salir, por miedo a interrumpir la pelea- Yo soy la que decide a partir de ahora, estoy feliz de haberte encontrado, y nunca me perderás pero no puedo continuar siendo Thalía la chica que sobrevive. Quiero ser Thalía la cazadora que salva el campamento. Yo elijo el camino que sigo, y ahora, estoy eligiendo a las cazadoras y mi libertad por sobre la tristeza del pasado.
-Thals...
Jason había estirado la mano mientras Phoebe caminó junto a su hermana y juntas salieron de allí.
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Quiero anunciar que en borradores ya tengo mi siguiente historia de pjo preparada, va a ser un AU donde van a estar en la secundaria pero no es para nada cliché y estoy muy feliz de como me están quedando las relaciones que tienen entre ellos.
Así que quería saber quiénes la leerían si decidiera publicarla.
Obviamente no puedo con tres y voy a comenzar a publicarla una vez que termine esta (para lo cual falta mucho y al mismo tiempo nada)
Además de que voy a tratar temas adolescentes de manera seria y al mismo tiempo darle momentos de risa. Posta me estoy esforzando mucho en la manera de escritura y me gustaría saber a cuantas les gustaría ver una fic sobre esto en el fandom de pjo.
Y volviendo al tema de cuánto falta para que termine Survivors... imaginen que libitina (el capítulo anterior) fue un final de mitad de temporada, es como la mitad, a partir de ahora tendrán un diferente tipo de problema del que venían luchando y por lo tanto deberán combatirlo diferente.
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