16. MINOTAURO
El Minotauro era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Su nombre significa "Toro de Minos", y era hijo de Pasífae y el Toro de Creta. Fue encerrado en un laberinto diseñado por el artesano Dédalo, hecho expresamente para retenerlo, ubicado en la ciudad de Cnosos en la isla de Creta.
Annabeth:
Me mantuve cerca de Piper mientras caminábamos por el bosque, nos cruzábamos varios caminantes pero al ser un grupo de más de veinte personas esto no nos molestaba tanto. Al llegar al límite de la propiedad, luego de una hora de caminata notamos que, efectivamente, un grupo de caminantes había tirado abajo la débil barrera. Todos los presentes tomamos unas herramientas y comenzamos a reconstruir la división de terrenos, esta vez de manera más estable.
-Annie, ven aquí. -me llamó Piper desde unos metros a la izquierda. Le dejé mi martillo al chico junto a mí y me acerqué a mi amiga.
-¿Qué pasa?
-Creo que no fue un caminante lo que tiró esto abajo.
-¿Por qué lo dices? -le pregunté mirando a donde lo hacía ella. Un árbol tenía unas enormes garras marcadas en él, ni un tigre podría dejar esas marcas. Me acerqué al árbol y pasé mis manos por la superficie. Tenía al menos un centímetro de profundidad y la madera de ese árbol no era precisamente suave.
-¿Qué crees que fue?
-No sé, no creo que haya sido un animal ni una persona, mucho menos un zombie, son muy débiles para esto.
-¿Qué miran? -nos dimos vuelta para encontrar a Clarisse detrás nuestro. Al ver las garras frunció el ceño.
-No podemos imaginar que fue, pero sea lo que sea está dentro del bosque y parece bastante peligroso. -le dije.
-Hay que avisarle a Zebastian. -con eso dicho las tres nos dirigimos a donde todos los demás rearmaban la barrera.
-Señor, hay algo que debe ver. -le dijo Piper. El hombre nos miró con el ceño fruncido y dudo un momento pero terminó por ceder y seguirnos.
Su cara al ver las marcas fue para la foto.
-Mierda. -varios chicos comenzaban a congregarse al rededor y todos tenían la misma cara de asombro- Hay que terminar esto rápido y volver antes de que anochezca.
Todos asentimos y trabajamos enérgicamente. Una vez que el muro estuvo completamente construido tomamos nuestras pertenencias y volvimos al bosque.
Clarisse, Piper y yo nos mantuvimos juntas a la cabeza del grupo, por delante nuestro solo caminaba Zebastian. Yo tenía mi daga en mano preparada por si veía algún muerto, Piper mantenía la suya en su funda que se adhería al brazo, Clarisse era una de las pocas que habían sido autorizadas para llevar un arma, por lo que traía su escopeta colgando en su hombro.
-Yo opino que deberíamos armar un grupo y salir a buscar a esa cosa, hay que matarla antes de que mate a alguien. -dijo Clarisse.
-Quizás ya estaban esas marcas allí y nos estamos preocupando por nada. -opinó la morena pero incluso su voz salió dudosa. No, esas marcas eran recientes.
-No lo creo, -le respondió Clarisse- se veían bastante nuevas y -Piper la interrumpió.
-¿Que pasó con Chris? ¿Pudiste hablarle? -entonces la chica enrojeció y nos sumergimos en una charla típica de adolescentes enamoradas. Intentábamos no hablar muy alto para que nadie supiera cual era el tema pero nuestras risas resonaban cada cierto tiempo.
Hasta que un sonido cortó el silencio neutral del bosque. Era un rugido interrumpido por tics. Una y otra vez sonaban tics. tic, tic, tic, tic, tic. Otro rugido y claramente estaba más cerca.
El pánico invadió el grupo y a pesar de los gritos de Zebastian para que nos mantuviéramos en grupo la mayoría corrió a esconderse hasta que solo quedamos cinco junto al líder: nosotras tres y los dos chicos nuevos: Kayla y Austin.
-Ocultémonos por aquí. -el hombre señaló un trunco caído y nos agazapamos en él.
-Es hueco. -susurré y me adentré en él.
-AAAAAAAAH.- un fuerte grito proveniente de uno de los chicos que venían con nosotros desgarró el aire otoñal.
Entonces el infierno se desató.
Tres garras agujerearon el tronco donde yo estaba recostada, por tres centímetros no tocó mi estómago y el nuevo rugido vino desde arriba nuestro. Las garras se retrajeron y el tronco se meció haciendo que todos nos demos vuelta junto con él.
Otro grito ahogado nos llegó desde un lugar a la derecha y busqué con mi mirada a alguien, el que sea, necesitaba recordarme que todos teníamos miedo pero que aun así estábamos a salvo todavía. Mi mirada chocó con unos ojos azules, Kayla, la hermana de Will me miraba aterrada y yo le dediqué una sonrisa que intentó ser reconfortante.
-Se fue. -dijo Piper mientras miraba por una abertura en la corteza vieja.
-Esa cosa era una mezcla entre un león y Wolverine. -dijo Austin tomando la pequeña mano de su hermana.
-Voy a salir, quédense aquí. -avisó el mayor y salió- Está despejado, vamos.
Todos nos precipitamos a salir del incómodo lugar y miramos en todas las direcciones, el cielo comenzaba a oscurecerse. Comenzamos a caminar de nuevo al campamento, no debía faltar mucho, quizás unos quince minutos. Entonces un enorme brazo deforme tomó a Zebastian y lo subió a un árbol, el hombre soltó un grito y cayó al suelo. Por cinco segundos nadie se movió y entre las ramas noté una figura de colores oscuros y enorme, debía medir como tres metros y pesar al menos ciento cincuenta kilos.
Cuando esos apacibles cinco segundos pasaron la figura aterrizó delante nuestro de un salto. Además de ser enorme, su estética era escalofriante: de sus dedos salían enormes garras de como medio metro, tenía forma humana, incluso se podía distinguir piel pero estaba oculta debajo de una armadura de huesos humanos, en su cabeza se colocó un cráneo para que no podamos ver sus ojos. Clarisse tomó su arma y le disparó repetidas veces pero no servía de nada. La figura caminaba lento pero seguro hacia nosotros y solo atiné a tomar del brazo a las dos personas a mi lado y correr. No importaba a donde, solo correr.
Por suerte no era rápido, dejamos unos diez metros de distancia. Luego de un rato el bosque se acabó y salimos al área de las canchas de voley. Habían un par de chicos caminando tranquilamente y al vernos nadie se inmutó. La reacción colectiva fue distinta cuando la bestia salió de dentro del bosque.
Dos chicos con armas se acercaron y comenzaron a dispararle pero el chico se acercó y de un golpe con su brazo los lanzó contra una pared. No volvieron a levantarse.
Seguí corriendo y vi a Percy salir algo confundido por los gritos con Contracorriente en su mano y a su padre con otra espada. Al ver la cosa que nos perseguía ambos se tiraron a la batalla.
La cosa intentaba alcanzarlos con sus garras pero ellos esquivaban sus movimientos y lo lastimaban lo más que podían. Clarisse volvía a dispararle en su cabeza pero aunque soltaba alaridos no daba señal de rendirse.
-¡APÁRTENSE! -gritó Leo y le arrojó una botella, el líquido lo bañó y una flecha en llamas se clavó en su brazo. Pronto la criatura se prendió fuego y cayó al suelo derrotada.
Corrí a Percy quien estaba recuperando el aliento con sus manos en sus rodillas. Lo abracé fuerte y él me respondió rápidamente.
-¿Qué pasó? ¿Qué era eso? -me preguntó en mi oído, podía también escuchar que varios gritaban cosas y que el Señor D y Quirón aparecían pero no me importaba mucho, solo quería volver a abrazar a mi mejor amigo.
-No sabemos, llegamos a la valla y... -comencé a tartamudear cuando recordaba el horror que debieron sufrir todos los demás, quizás alguno se había salvado...
-shhh, tranquila, ya pasó. -él me sobaba la espalda y sus dedos masajeaban mi cuero cabelludo tranquilamente. Eso me reconfortó.
-Annabeth. -sentí una mano en mi hombro y me separé de Percy- Vamos a la enfermería, estás algo lastimada y tenemos que hablar de lo que pasó.
Asentí a Quirón y me posé junto con Piper que ayudaba al hombre tirando de su silla de ruedas por el camino de tierra.
-Voy a ir. -afirmó Percy.
-Lo harán todos los jefes de cabañas así que está bien. -le respondió el señor D de mala gana y encogiéndose de hombros.
Una vez allí, varios chicos de la cabaña Apolo pasaban algodón con alcohol por los pequeños cortes que me dejó la huida. Al rededor de las camillas en las que Will revisaba a la bestia no reuníamos: Travis Stoll, Katie Gardner, Clarisse, Thalía, Silena, Percy, Phoebe, Charlie, un chico llamado Pólux, Nico, un chico llamado Bunch, otro llamado Clovis, un tal Damien, una chica llamada Holly, otra de nombre Chiara, Lou Ellen, Luke y yo además de los tres adultos presentes: Poseidon, Quiron y el señor D.
-¿Qué fue lo que pasó? -preguntó Nico a penas nos sentamos en ronda.
Clarisse comenzó a contar sobre cómo habíamos descubierto las garras y la agresividad de sus métodos de ataque, cuando terminó decidí profundizar en ciertas cosas que noté y hacer un resumen ya que llevaba diez minutos hablando.
-Entonces ¿las balas no les afectan? -preguntó Quirón rascando su mejilla mientras pensaba.
-Efectivamente no, -contestó Will, pensé que no estaba prestando atención a la charla por revisar al monstruo que descansaba en la camilla con gran parte de su cuerpo quemado- su piel... -le alcanzó a Nico un pedazo de lo que supuse era lo que había debajo de su gran armadura- tiene una estructura muchísimo más sólida de la nuestra. Sus células se regeneran mil veces más rápido que las nuestras y parece ser inmune al virus o algo así. -levantó la vista y notó que Nico mantenía el pedazo de piel en sus manos- Nico, por favor, deja a los demás comprobar lo que digo.
Nico enrojeció y me alcanzó la piel, supuse que porque notó que todos notamos como se había quedado escuchando embobado a Will. Yo le sonreí y comencé a palparla.
-¿Cómo puedes saber que es inmune al virus? -le pregunté.
-Tiene mordidas en sus tobillos y sus brazos. -nos mostró algunos lugares no quemados y efectivamente allí habían cicatrices de mordidas.
-¿Qué es eso? -preguntó Percy.
-¿Donde? -Will se acercó y miró lo que el chico señalaba.
-Parecen números. -objetó Thalía pispeando por sobre el hombro del ojiverde.
Me acerqué y noté por mí misma que eran números y letras: sujeto K23, laboratorios Gaia.
-¿Qué quiere decir eso? -cuestionó Lou Ellen.
-Quiere decir que esta cosa era un experimento en algún laboratorio cercano. -les dije segura- Y hay más, muchísimos más.
Varios afirmaron con la cabeza como si estuvieran pensando lo mismo, otros se sorprendían mientras que el Señor D puso cara de molestia. Cómo siempre.
-¿Y qué hacemos? -Pólux le preguntó a Quirón.
-Debemos ir al bosque y buscar a nuestros amigos, o por lo menos a sus cuerpos. -dijo firme Clarisse golpeando la mesa.
Quirón asintió.
-Estoy de a cuerdo pero considerando que quizás hayan más por ahí lleven fuego y vayan en un solo grupo de treinta.
-¿Puedo organizar la búsqueda? -preguntó la chica y el hombre en silla de ruedas asintió. No creo que le quede otra opción.
(...)
Estaba sentada junto con mis amigos en el comedor. Había un ambiente de tristeza horrible, veníamos del funeral de los diecisiete fallecidos hoy. No conocía a la mayoría de ellos y a los pocos que sabía su nombre nunca había entablado una relación de amistad sólida, realmente no sufrí sus muertes, pero ver llorar a muchos de nosotros, pidiendo que por favor regresen, revivan, que no caminen hacia la luz... eso te rompía el alma.
-¿Creen que el campamento peligre? -dijo Jason luego de tomar un poco de agua.
-No lo creo, somos suficientes para defendernos. Tranquilo. -le respondió Piper.
Yo fruncí el ceño, no compartía lo que decía pero no tenía fuerzas para contradecirla.
-Necesito que la paz dure al menos siete meses más. -dijo Leo mientras se tapaba la cara con sus manos de manera cansada.
-¿Cómo está Calypso? -le preguntó Hazel posando su mano en su hombro con una suave sonrisa, esa chica era demasiado tierna para no ponernos de buen humor con solo ver sus grandes cachetes.
-Tiene muchas nauseas, pero fuera de eso parece venir todo bien. -su sonrisa se veía cansada pero aún así sus ojos brillaban con fascinación.
-¿Cómo le pondrán? -habló Frank.
-Aún no estamos seguros, falta mucho, quizás nos ayuden a pensar un buen nombre ustedes. Uno con significado. Alguno que refiera a grandeza y suerte.
-André significa valiente y varonil, -le dije yo- si ese no te gusta también está Bryan que significa "el que es fuerte".
-Alguien grande y con suerte soy yo, ¿pensaste en llamarlo Percy Jr.?
-Oh por los dioses. -rió Leo.
-Hay dos tipos de personas en este mundo. -rió Piper.
Los ánimos se levantaron un poco luego de reír de algunas idioteces más.
-En realidad, me gustó André. André Valdez. -Leo me sonrió.
-¿Y si es niña? -dijo Hazel.
-Pues... Annie ¿algún nombre que remita a la belleza?
-¿Qué? ¿Sólo porque es mujer debe ser femenina y dulce? ¿Ella no merece un nombre que remita a grandeza y fortaleza? ¿Eso no va con tu mierda machista? -le hablo/gritó Piper.
-Andrea significa valiente y bella -le dije yo-, también podría ser Tania: la bella princesa.
-Me quedo con ese último. -sonrió Leo.
Nico y Will vinieron desde la mesa en la que hacía unos minutos comían y se sentaron junto a nosotros.
-Tenemos noticias. -dijo Nico.
-Uno de los Apolo tenía a su padre que trabajaba en un laboratorio importante cerca de aquí. Dice que su padre formaba parte de ese proyecto, no sabe mucho y quiere mantenerse en el anonimato. -informó Will- Pero me dijo que estaban creando un supersoldado. No estoy seguro si tiene algo que ver con el virus que se desató pero no creo que esto sea bueno. Si hay muchas más de estas cosas nada bueno puede salir.
-¿Y que se supone que debamos hacer? -preguntó Percy algo harto de esta situación. Nunca duraba mucho la paz.
Decidí abrazarlo y lo sentí relajar los músculos para devolverme el cariño. Aun no habíamos decidido ser nada pero me gustaba eso. Me gustaba abrazarlo y olvidarme del Apocalipsis.
-No lo sé. -admitió Nico- Pero es información útil, hay más de estas cosas. Quizás no tarden en llegar y no estamos preparados.
-Okey. -calmó Jason- Mañana comenzaremos con los preparativos para... mmm... hacer lo que sea que debamos hacer aunque no estoy seguro de qué debamos hacer.
Los dos chicos asintieron y se levantaron dispuestos a irse.
-Hey, no deben irse, pueden quedarse. -les dijo rápido Hazel.
-Yo... mmm... gracias pero... -dijo Nico algo incómodo.
-Tenemos asuntos que resolver. -dijo Will y antes de que alguien pudiera decir algo pervertido se fueron.
-Por asuntos que resolver... -comenzó Percy- se refieren a...
-Hablar sobre sentimientos. -dijo Hazel.
Varios soltamos una risita infantil.
-No vas a creer que... -le comenzó a decir Leo.
-Cállate Valdez, mi hermano no hace esas cosas.
Su rubor me pareció tan tierno que no me llegó el coraje para decirle lo que seguro tenían planeado para esa noche.
Por mi parte esa noche la pasé en la cabaña Poseidón junto a la familia Jackson. Acompañé a Percy en el sillón hablando de diferentes temas y jugando tontos juegos de cartas hasta que nuestros ojos se cerraban. Me despedí de él con un beso y me acosté en su cama.
Ya se había vuelto una costumbre acurrucarme como un gatito y oler el sabor impregnado en ellas: mar y desodorante masculino.
Quizás esa mañana me despertaría tranquila pero una alarma sonaba constantemente en mi cabeza. Solo espero que mi suerte no se acabe.
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Agradecimientos a norlacorrea porque literalmente me había olvidado que hoy era viernes (soy un fracaso, las dejo reírse de mí) pero estuve con exámenes y apenas me acuerdo de cómo me llamo.
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