23. aching

CAPÍTULO VEINTITRES
Dolor

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No sabía lo que pasó esa noche en la que Hyun-soo y ella lograron salvar a Yi-kyung de su monstrualización, impidiendo que la consumiera luego de que Dae-rim tocara a su madre. Sabía que no estaba sucediendo algo normal desde el momento que cayó en Bamseom y sintió los sentimientos de ese ser vivo, ese humano que estaba debajo de todas esas capas de su apariencia como monstruo. Fue un encuentro bastante extraño, nunca antes le había pasado algo similar y aunque intentó simplemente eliminarlo de su cabeza, volvió a revivirlo cuando ayudó a Hyun-soo con Yi-kyung.

Desde entonces, ella no encontraba su propia monstrualización.

Esa irritante voz en su interior que le gritaba muchas veces que se dejara llevar por su lado más primario y descontrolado, simplemente desapareció luego de adentrarse en la mente de Yi-kyung. Este tiempo que estuvo vagando lejos de su grupo solamente pensó en que se debía a su notable debilidad luego de ese suceso pero definitivamente no era eso, le estaba preocupando un poco.

Estuvo durante mucho tiempo quejándose sobre su estado. Repitiendo una y otra vez que era una jodida maldición y que daría lo que fuera por volver a ser alguien normal pero, en momentos como ese donde ser una simple humana era una completa desventaja, se maldecía a sí misma por no poder ser útil.

—Te extrañé muchísimo -Hyun le dice mientras despliega una corta sonrisa burlona hacia Eun-hyuk.

—Sabía que lo haría -Eun-hyuk responde aferrándose a la monotonía en su voz–. Yo siento lo mismo. Ahora te necesito.

Sun-hee se asomó levemente desde el lugar donde se encontraba escondida, viendo como ambos chicos seguían frente a frente pero fue Hyun quien volvió a intentar atacar a Eun-hyuk haciendo que su inhumano se extendiera con intenciones de atravesarlo con las púas pero el otro chico fue mucho más rápido esquivándolo apenas. Eun-hyuk esquivó los siguientes dos intentos de hacerle daño en manos de Hyun, utilizó las barras que habían en el techo para balancearse y terminar aterrizando lo suficientemente cerca de Hyun como para enfrentarlo.

—Te has vuelto rápido -Hyun comenta mientras lo mira.

—Tal vez tú eres lento.

Hyun asumió aquello como un reto así que no dudó en volver a intentar golpeando pero Eun-hyuk esquivó las dos ocasiones, girándose e incluso empujándolo levemente casi haciéndolo perder el equilibrio pero logró recuperarlo con facilidad. Sun-hee veía todo desde su lugar con atención tratando de poder entender que era lo que pasaba con esos dos, específicamente las intenciones de Eun-hyuk sobre pedir ayuda a Hyun viendo que realmente no era él quien tenía el control del cuerpo en ese momento.

—¿Puedes ayudarme otra vez? -Eun-hyuk le pregunta mientras ocupa lugar en uno de los asientos del autobús donde se encontraban.

—¿Crees que caeré en la trampa como Hyun-soo?

—Tendrás que hacerlo porque te obligaré.

Sun-hee frunció levemente sus cejas mientras los miraba, escuchando la conversación que ambos tenían aunque era Hyun quien únicamente evitaba responder para intentar atacarlo. Él vuelve a intentar atravesarlo con su brazo lleno de púas pero Eun-hyuk lo esquiva con facilidad, Sun-hee sale de su escondite caminando con cuidado yendo detrás de Hyun y cuando él estaba por volver a intentar atacar a Eun-hyuk, ella se atraviesa en el medio sin importarle que su monstrualización haya desaparecido y con eso pueden haber posibilidades de que no tenga la autocuración.

Cierra sus ojos con fuerza mientras queda en medio de ambos, estaba esperando sentir el dolor o los últimos suspiros de vida pero eso jamás llegó. Abrió los ojos notando que frente suyo tenía la punta de una de las púas de Hyun, quien se detuvo justo en el momento correcto antes de atravesarla y hacerle daño. Sun siente su corazón volver a latir con fuerza cuando se da cuenta que aún está viva pero también estuvo muy cerca de no estarlo, él pudo haberla matado si tan solo daba un paso más adelante. Mira a Hyun notando que en sus ojos azules pasó un dejo de angustia por un segundo pero luego fue reemplazado por la sorpresa.

—¿Qué te pasa? -El chico espeta un poco enojado por su repentina aparición que pudo costarle la vida.

—¿Puedes simplemente escucharlo? -Sun-hee ignora su pregunta mientras lo mira ignorando sus latidos apresurados contra su pecho, una prueba del susto que se había llevado–. Sé que tal vez no te importe a ti pero... es algo realmente importante.

Hyun baja su brazo lentamente mientras frunce las cejas y ladea la cabeza pero no estaba considerando las palabras de ella, pensaba en otra cosa al escudriñarla con su mirada.

—¿Lo estás defendiendo? -Él cuestiona aunque es más que una pregunta, es una acusación certera mientras alterna su mirada entre ambos. Su mano se cierra con fuerza volviéndose un puño mirándolos, sintiendo el enojo recorrer sus venas–. ¿Por qué lo haces?

Sun-hee capta el enojo irradiando del cuerpo de Hyun aunque el control lo tuviera ese huésped que habitaba en su interior, ese lado monstruoso que no conocía límite alguno dejándose llevar por sus propios instintos primarios. Eso era lo que te volvía la monstrualización: en un ser viviente irracional. Lo más cercano era la comparación de ser un animal salvaje, siempre dispuestos a actuar por sus instintos sin importar las consecuencias, simplemente actuar.

Justo como en ese momento, que el lado oscuro de Hyun quería arrancarle la cabeza a Eun-hyuk por las millones de posibilidades y escenarios que se reproducían en su mente.

—Porque... si es lo que creo que es, debemos detener algo que está sucediendo -Sun-hee responde luego de un par de segundos–. Regresa a Hyun, esta es una situación que no puedo lidiar contigo.

—Hyun no va a regresar, cariño. Cállate y acostúmbrate.

Ella lo mira un poco confundida por ese cambio de comportamiento. El lado más insensible de Hyun normalmente resultaba ser alguien sin ni una sola gota de misericordia o empatía, encontraba diversión en situaciones desagradables y trágicas, y se sentía como una entidad superior a cualquier otro ser vivo habitante en la tierra, incluyendo los propios monstruos y ni hablar de los humanos. Él mismo se veía como el depredador de la cadena alimenticia, un ser vivo evolucionado por alguna razón con un gran poder de su lado.

Y cuando se trataba de Sun-hee, no dejaba de dar vueltas a su alrededor como una mosca sondeando una banquete agradable de las mejores frutas. Sun creía que se debía a su otra contraparte, una versión femenina de lo que era él y buscaba despertar cada vez que se encontraban lo suficientemente cerca para respirar el mismo aire. Era una afinidad magnética porque, después de todo, eran dos extremos iguales liderados por el mismo objetivo de explotar el poder de ser únicos entre todos los monstruos que deambulan por la ciudad.

Pasar de ese comportamiento en el solo buscaba lograr convencerla de sacar a la luz a ese parásito malvado que habitaba en su interior, a parecer querer explotar en cualquier momento y mirándola como si la acusara de algo que ella no entendía.

Eun-hyuk mantenía su atención en Hyun captando cada movimiento mínimo que hiciera. No lo hacía ver pero tenía sus sentidos alertas para cualquier cosa porque sabía que no era el verdadero Hyun con el que estaba tratando, sino con lo que se asemejaba a una segunda persona completamente opuesta. Necesitaba su ayuda o lo obligaría, de alguna manera u otra lo utilizaría para su propio beneficio pero no podría hacerlo completamente solo, así que cuando notó un pequeño cambio en la expresión de Hyun, él extendió su mano agarrando el hombro de Sun-hee y tirando el delgado cuerpo de la chica hacia atrás sacándola del camino justo en el momento cuando el brazo diferente de Hyun-soo se volvió a mover con intención de lastimar.

Sun-hee no tuvo tiempo de reaccionar cuando ya se encontraba sentada en uno de los asientos del autobús donde estaban luego de que Eun-hyuk la hiciera a un lado. El par de chicos volvieron a enfrentarse, específicamente luego del ataque directo de Hyun hacia ella.

—¡Deja de huir como una maldita rata! -Hyun levanta la voz luego de que Eun-hyuk lo neutralizara tomándolo del hombro.

Vuelve a mover intentando golpear a Eun con su brazo pero el chico era mucho más hábil que cualquier otro ser viviente, incluso mucho más que Hyun y Sun. Las púas negras que conformaban el brazo de Hyun cortaron parte del bus en el proceso sin afectar ni un poco a la víctima que se desplazó con simpleza apoyándose de la propia espalda de su atacante quedando detrás de él. El brazo de Hyun quedó atascado entre los escombros de lo que rompió impidiendo que pueda volver a atacar a Eun-hyuk, quién lo miraba con indiferencia mientras el otro gruñía de frustración.

—¿Alguna vez pensaste que lo estás haciendo mal? -Eun-hyuk le pregunta acercándose a Hyun–. Balanceas esa cosa enorme en un lugar pequeño. ¿No eres nada sin tu ala?

La provocación fue muy clara, un aviso de que las cosas se pondrían aún peor entre ambos. Sun-hee se escabulló de su lugar hacia la parte delantera del bus para refugiarse detrás de un asiento mientras respiraba pesadamente, su cabeza se encuentra en un torbellino de pensamientos pero trata de concentrarse para lograr un objetivo. Un objetivo que parecía ser imposible pero no podía dejar de intentarlo, más en ese momento donde ambos tenían intenciones de acabarse mutuamente.

—Vamos, maldita sea -Ella murmura para sí misma mientras tiene sus ojos cerrados tratando de concentrarse, de encontrar ese salvaje lado suyo que había despreciado durante tanto tiempo–. ¿Dónde estás?

Las púas del brazo de Hyun se contraen lentamente regresando a su estado normal pero con un tipo de mirada diferente, una más decidida y retadora.

—Bien. Usa la cabeza.

—Vete a la mierda -Hyun le responde al colocarse frente a él–. Sigues siendo un imbécil, ¿no?

—¡Eun-hyuk!

Antes de que alguno pudiera responder o siguiera hablando, la voz de Eun-yoo resonó por el lugar llamando a su hermano mayor, aquel que había estado buscando durante largos meses a pesar que todos lo dieron por muerto pero ella jamás se convenció de eso. Sun-hee puede verla desde su lugar, la chica se detuvo frente al bus donde se encontraban viéndolo directamente, su rostro marcado por la incredulidad y la sorpresa al mismo tiempo.

—Felicidades por tu primera novia -Eun-hyuk le dice a Hyun-soo refiriéndose a la chica que no dejaba de llamar el nombre de su hermano mayor. La atención de él se mantuvo sobre Hyun un par de segundos antes de mirar a Sun-hee, quien se encontraba escondida en el asiento del piloto del bus y también lo miraba.

Recordó el momento en que él repitió lo mismo cuando estaban atrapados en Verde Hogar, Hyun y Eun-yoo tenían sus dedos entrelazados como si hubieran hecho algún tipo de promesa aunque la chica repetía que simplemente le estaba enseñando a sellar promesas pero eso nunca le cuadró por completo a Sun-hee. Volver a escuchar esas palabras provocaba que la boca de su estómago burbujeara de bilis justo como ese día, más aún en el presente teniendo en cuenta que las cosas no estaban del todo bien con Hyun.

—Hijo de puta -Fue la única respuesta que tuvo de Hyun.

El chico lanzó el primer golpe que fue evitado por Eun-hyuk, los brazos de él se movían en el aire tratando de golpearlo pero su contrincante simplemente esquivaba los golpes con agilidad así mismo lo neutralizaba con la misma facilidad, llegando a tomar sus muñecas en sus manos y golpear la cabeza de Hyun contra uno de los tantos asientos que tenían a su alrededor. Sun-hee no sabía qué hacer, se sentía una completa inútil en ese momento y tenía el miedo de que si no actuaba para separarlos, se iban a terminar matando, especialmente Eun-hyuk porque Hyun estaba fuera de sus cinco sentidos normales.

Mira a su alrededor notando restos de vidrio roto así como barras de metal que correspondían a la estructura del pasamanos del bus pero nada de eso podría ayudar a distraer o separar a Hyun de Eun-hyuk. Sus miedos incrementaron cuando vio como Hyun pateó a Eun-hyuk acorralándolo contra una de las ventanas rotas y su puño se alzó en el aire, sin dudar en estrellarse una y otra vez en el rostro del chico haciendo brotar la sangre.

—¡Hyun-soo! ¡No! -Se escucha el grito desesperado de Eun-yoo desde el exterior. Sun-hee gira a ver hacia afuera notando a Eun-yoo, quien es retenida por la chica que le hacía compañía al hombre desconocido que intentó disparar a Hyun hace un par de días atrás–. ¡No!

Eun-hyuk no se inmuta ni se intenta defender hasta que parece que ha tenido suficiente así que se hace a un lado volviendo a neutralizar a Hyun-soo, toma su cabeza con ambas manos y lo inclina hacia abajo golpeando su rostro contra su rodilla. El golpe lo hizo desestabilizarse retrocediendo varios pasos, Eun-hyuk agarra una de las tantas barras de metal que había cerca y le da un golpe certero en el rostro que lo hace caer hacia atrás sentándose en el suelo. Sun-hee siente su interior apretarse al verlo lastimado porque, aunque fuera consciente de que ese no se trataba del Hyun que conoce, seguía teniendo el mismo aspecto y sabía que la personalidad anfitriona se encontraba dentro.

Las debilidades eran las mismas siendo monstruo o humana, eso no cambiaría jamás.

—¿Seguro que puedes? Podrías volver a sacar esa cosa -Eun-hyuk ladea la cabeza mientras mira a Hyun, quien tenía la cabeza agachada mirando al suelo.

—No la necesito -Responde casi de inmediato alzando la cabeza mostrándose con una pequeña sonrisa, imperturbable por ese par de golpes que lo habían desestabilizado por un segundo. En cambio, se lanzó hacia adelante para volver a la pelea.

—Maldición, aparece -Ella sisea para sí misma mientras su mano golpea el asiento que tiene al lado perdiendo la paciencia de no poder encontrar la manera de conectar nuevamente con su otra naturaleza. No podía desaparecer, eso corría por sus venas y no se iría tan fácil–. Al demonio.

Ella se levanta lentamente de su lugar con las manos cerradas en puños dispuesta a intervenir entre ese par antes de que se terminen matando, sin importar que saliera lastimándose a sí misma en el proceso pero ya estaba harta de que no pudieran solucionar nada ni hablar como dos seres vivientes civilizados. Tenían cosas importantes en juego y se encontraban perdiendo el tiempo insultándose y viendo quien era mejor que el otro, ella había llegado al tope de su paciencia.

Estaba cerca de ellos y cuando Eun-hyuk empujó a Hyun alejándolo de él, Sun-hee se metió en el medio antes de que el chico pudiera avanzar para contraatacar.

—Suficiente -Sun-hee dice con firmeza mientras mira a Hyun tratando de hacerle que estaba hablando completamente en serio tratando de persuadirlo aunque hubieran posibilidades de ser ignorada–. Detente, ¿si? Estamos perdiendo el tiempo aquí, hay cosas afuera más importantes que simplemente demostrarle que eres mejor que Hyun.

Él la mira durante un segundo antes de sonreír burlonamente.

—No lo entiendes, querida -Niega suavemente de un lado a otro y su expresión divertida desapareció de pronto–. Esto ya no se trata sobre eso -Contesta manteniendo sus ojos fijos en ella bajo una expresión de seriedad y dureza así como de determinación, haciéndole saber que no se iba a detener sin importar cuantas veces ella se lo pida.

Sun-hee lo mira ligeramente confundida por sus palabras sin entender a lo que podría estar refiriéndose.

Antes de que pudiera pensar demasiado, el bus se sacude de un lado a otro violentamente como si alguien lo estuviera agitando desde afuera. Los tres miran a su alrededor confundidos tratando de ver de qué se trataba ahora pero no podían ver nada aunque lentamente había algo que se desplegaba por las aberturas como las ventanas del bus y las puertas, encerrándolos en el proceso.

—¿Qué demonios? -Ella murmura mirando a su alrededor, viendo como lo que parece ser una sustancia viscosa grisácea se movía cubriendo las ventanas. Se gira cuando escucha un golpe y vidrios rompiéndose, notando que Eun-hyuk había roto una de las puertas libres al abrirla. Su ceño se frunce mirándolo confundida por su accionar pero antes de que pudiera decir algo, el chico la toma del antebrazo tirando de ella y empujándola fuera del bus–. ¡Eun-hyuk!

No entendía lo que estaba sucediendo, su cabeza se encontraba completamente en blanco pero retrocedió un par de pasos viendo como esa materia gris se desplegaba por todos el bus cubriendo cada espacio pero no venía de la nada, era provocado por un chico que se encontraba de rodillas sobre el techo del vehículo público y esa materia gris provenía de sus brazos.

—No pueden salir ahora -El chico desconocido les dice a Hyun y Eun-hyuk que se encontraba dentro del bus, el cuál se terminó volcando hacia a un lado mientras la materia grisácea cubría todo impidiéndoles salir–. Que se diviertan.

El desconocido terminó por cubrir el bus completamente con lo que sea que se desprendía de sus brazos que parecían haber sido cortados por la mitad. Ahora lo reconocía como el chico que Hyun había estado arrastrando por la calle con sus púas cuando el sargento Kim los atropelló. Sun lo ve bajar del bus y alejarse entre tropezones hasta perderse entre las calles, los pies de ella dieron un par de pasos dispuesta a seguirlo para exigirle respuestas y encontrar la manera de sacar a Hyun y Eun-hyuk de ahí dentro pero antes de que pudiera hacerlo, alguien se interpone en su camino.

Ella levanta la cabeza encontrándose con el rostro de Tae-shik, quien ladea la cabeza al verla.

—¿A dónde crees que vas, mariposa? -Cuestiona con un poco de diversión a pesar de la situación. Un toque normal en él pero Sun-hee no estaba de humor para aquello–. Creo que nos merecemos un reencuentro adecuado, ¿no? Podríamos empezar por un abrazo y no perseguir a un desconocido con la mitad de sus brazos.

—No me digas qué hacer, Tae-shik -Sun-hee intenta pasar por su lado pero el mencionado logra atraparla antes de que lo hiciera, rodeándola con un brazo y la hace girar.

—Tranquila, ¿si? Veremos como sacar a los dos boxeadores de allá adentro -La chica gruñe ante su intento fallido de ir detrás de ese desconocido, el cual perdió de vista.

Gira para ver el autobús volcado hacia a un lado cubierto de esa viscosidad grisácea que desprende humo como si se tratara de algún tipo de ácido. Iba a sacarlos de ahí, así tuviera que retirar ese elemento extraño con sus propias manos y se quemara en el proceso.

Su atención fue desviada hacia Eun-yoo, quien era retenida por Chan-young con la escopeta que tenía en sus manos pero la chica no dejaba de removerse en su lugar forcejeando para que la liberen y correr hacia donde su hermano mayor había quedado atrapado.

—¡No! ¡Suéltame! -Gritaba una y otra vez con histeria–. ¡Es mi hermano! ¡Suéltame!

—Agradezco que no te veas así de... descontrolada -Comenta Tae-shik mientras su nariz se arruga levemente con un poco de disgusto ante la escena dramática y fuera de control que Eun-yoo estaba teniendo, completamente preocupada por el bienestar de su hermano. Él niega borrando esos pensamientos de su cabeza y se gira hacia Sun-hee–. ¿Dónde estuviste estos días? ¿Estás bien? ¿Y... de donde sacaste a ese chico? Eres toda una caja de sorpresas.

Sun-hee pasa una mano por su rostro en señal de cansancio así como de frustración. Estos últimos días habían sido muy agitados para ella, había pasado un tiempo desde que no se encontraba envuelta en graves problemas.

—Es una larga historia -Responde con una exhalación–. Tendré tiempo para contarte pero ahora mismo no, debemos encontrar la manera de sacarlos de ahí.

No pudo seguir hablando ni que Tae-shik le respondiera preguntando por un plan cuando alguien se le acerca a ella de pronto quedando frente suyo, tomándola por los hombros. Eun-yoo tenía sus manos puestas en ella apretando con fuerza su agarre, sus parpados abiertos mientras denotaba desesperación y preocupación por lo que estaba sucediendo frente a sus ojos sin poder hacer nada al respecto. Sun-hee entrecierra sus ojos hacia ella una vez que se desvaneciera la sorpresa por su repentino accionar, una de sus manos se disparó a agarrar su muñeca dispuesta a romper el contacto pero Eun-yoo no desistiría con facilidad.

—Sácalos de ahí -Eun-yoo le exige mientras el agarre en el hombro de Sun se endurece arrugando la tela de su camiseta–. ¡Hazlo! ¿No entiendes? ¿Por qué te quedas parada sin hacer nada? -Sun-hee aprieta la mandíbula fastidiada por su desenfreno así como esa posición firme de exigirle cosas. La entendía, pero esa no era la manera y mucho menos la forma de tratar con ella–. ¡No te quedes mirándome! ¡Sácalos de ahí!

Antes de que pudiera alejarla de un empujón certero, alguien tiró de Eun-yoo alejándola de Sun-hee como si esa persona le hubiera leído la cabeza. El sargento Kim alejó a Eun-yoo de Sun-hee de un tirón firme, la joven quedó frente a él pero solo para recibir una bofetada que la hizo callar de inmediato, tomando por sorpresa a todos los presentes incluyendo a la misma Eun-yoo.

Sun-hee abrió sus parpados lo más que pudo debido a la sorpresa mientras que Tae-shik reaccionó de la misma manera pero luego sonrió de lado satisfecho con el accionar del sargento.

—¡Suéltame! ¡Que me sueltes! ¡No! -Eun-yoo forcejea con el sargento, quien la toma del brazo dirigiéndola hacia donde se encontraba la camioneta estacionada luego de haber atropellado a Hyun algunos minutos atrás.

—Si no lo hacía él, lo habría hecho yo -Tae-shik encoge sus hombros mientras coloca las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones y se acerca un poco más al lado de Sun–. ¿Estás bien?

—Sí, solo... -Sun-hee responde con un murmullo mientras ve al sargento Kim diciéndole a Eun-yoo que ya no existía su hermano mayor, ahora era un monstruo–. Me tomó desprevenida que hiciera eso.

—¿Cierto? Está un poco fuera de sí... más de lo normal, ya sabes -El chico exhala con fuerza mientras rueda los ojos con un poco de fastidio–. ¿Qué harás para sacarlos de allá dentro? ¿Tienes algún plan?

Mira al bus que se encuentra cubierto por lo que parece ser una masa de ácido que mantiene en su interior a Hyun y Eun-hyuk. Ella desvía su mirada un momento cuando escucha un motor encenderse, notando que el sargento junto al resto de los jóvenes se fueron del lugar posiblemente dirigiéndose hacia el estadio donde estaban los sobrevivientes e intentarían acabar con esa amenaza que se había infiltrado entre ellos, según lo que el sargento vio y Eun-hyuk le contó, dejando así a Sun-hee y Tae-shik para que lidiaran con el problema.

Tae-shik bufa con fuerza viéndolos irse sin siquiera haberse tomado la molestia de avisar de que se estaban yendo.

—No puedo -Sun-hee negó levemente mientras regresa su atención hacia el bus–. Yo... no puedo convertirme desde hace unos días. La última vez que lo hice cuando los dejé -Ella le cuenta con simpleza mientras siente la angustia lentamente apoderándose de su cuerpo así como la frustración de no poder ser útil en ese momento ni como encontrar una solución–. Estaba demasiado débil que no podía ponerme de pie pero ese militar me ayudó... es una larga historia pero básicamente es eso -Gira su cabeza para ver a su amigo, quien lo miraba con atención–. No soy útil para nada en este momento.

Su amigo frunce levemente sus cejas al escucharla. No creía que fuera algo común que simplemente esa vocecita que atormentaba a todos los infectados desapareciera con tanta facilidad, ni sabía que fuera posible.

—Qué extraño -Tae-shik murmura mientras la mira pensativamente tratando de encontrar alguna manera de ayudarla–. ¿Has intentado algo para regresarla?

—Nada sirve, he intentado todo lo que puedas pensar con lógica.

Él la mira con atención mientras trata de descifrar la manera de poder ayudarla y al mismo tiempo de salvarle la vida a esos chicos que parecían ser importantes en la vida de ella. A Tae-shik le importaba muy poco lo que pudiera pasarles a ellos pero mientras le importaran a Sun-hee, a él también le importarían y ayudaría en lo posible.

Hasta que algo iluminó su cabeza pero no era la mejor idea.

—Puede que haya algo -Esas palabras llamaron la atención de Sun-hee, quién giró de inmediato hacia él a la espera de escuchar sus palabras. Tae-shik la mira con un poco de duda y considerando muy bien decirle la idea que apareció en su cabeza, no era fácil–. La única manera que tú y yo conocemos.

Sun-hee lo mira en silencio considerando sus palabras, tratando de darle un significado hasta que logra entenderlo en cuestión de segundos cuando su cabeza se remonta a una de las tantas épocas oscuras por las que tuvo que pasar pero esta fue la peor de todas.

Había pasado por muchas cosas durante toda su vida, obstáculo tras obstáculo sin parar y siempre uno peor que el anterior pero siempre logró caer parada como si se tratara de un gato con siete vidas. Siempre fue difícil, nunca pudo bajarle a la velocidad mientras seguía yendo cuesta abajo solamente aumentando problemas y pérdidas importantes, y cuando aparecía una mínima luz que le ofrecía la ansiada libertad y tranquilidad que podría merecer, terminaba apagándose en esa oscuridad infinita que rodeaba a Sun-hee. A esas alturas de su vida no sabía si se trataba de la mala suerte o el destino que se había empeñado en no enseñarle lo que era la felicidad y la paz en un solo paquete.

No podía perder a Hyun-soo.

Tenía muchas pérdidas en su vida y aunque cada vez que los problemas se presentaban, la vida de Hyun-soo era amenazada, no podía evitar temer que cada oportunidad sería la última que lo vería vivo. No importaba quien dominaba el cuerpo de Hyun en ese momento, si algo le sucedía al cuerpo, perdería al verdadero Hyun para siempre y aunque las cosas no se encontraban del todo claras entre ambos, siempre tendría un lugar importante en su corazón y haría hasta lo imposible para defenderlo.

Así que, una vez más, tomó una decisión que anteponía la vida de otros y no de ella.

—Hay que hacerlo -Contesta con seguridad mirándolo con la misma determinación que desprendieron esas tres palabras. Tae-shik seguía mostrándose inseguro y casi indispuesto a seguir esa idea aunque fuera él a quien se le ocurrió pero ya empezaba a arrepentirse de haberle dicho.

—Sun-hee, no te apresures -Él niega levemente mientras le habla con cuidado e intenta hacerle cambiar de opinión–. Puede haber otra manera...

—No la hay -La chica lo interrumpe negándose a escucharlo ni perder más tiempo cuando Hyun-soo se encontraba allá dentro junto a Eun-hyuk mientras la materia gris oprimía el bus achicándolo lentamente con intenciones de aplastar a las personas que hay en el interior–. Y no podemos desperdiciar más tiempo. Esta es la única manera y... también necesito traerla de vuelta -Suena más como una confesión para sí misma luego de tanto tiempo repitiéndose que estaba maldita por lo que fluía en sus venas–. No me puedo ser débil ahora cuando necesitamos todo lo suficiente para detener al imbécil de Ui-myeong.

Tae-shik había escuchado un poco de quién era ese chico, otro infectado especial que salió de Bamseom para causar estragos en la ciudad y les había hecho la vida imposible a Hyun y Sun-hee desde que los encontró en Verde Hogar. Sabía que probablemente tendría cuentas pendientes con ellos pero aún así no dejaba de preocuparse por Sun, por el hecho de tener que hacerle pasar por algo terrible para regresar a lo que era.

—Por favor, Tae-shik -Sun-hee casi le ruega mientras lo mira directamente a los ojos buscando convencerlo. Extendió su mano para agarrar el antebrazo del chico con suavidad y fue ahí cuando el chico se debilitó–. Tú me entiendes.

Se maldijo a sí mismo por no poder tener un poco más de fuerza de voluntad cuando se trataba de ella pero los factores de una amistad única eran la respuesta exacta. Tae-shik apreciaba mucho a Sun-hee, no quería lastimarla pero tampoco podía negarle algo.

Exhala con fuerza antes de darse la vuelta y se dirige hacia una de las tantas tiendas vacías que había a los alrededores de donde se encontraban en medio de un Seúl abandonado. Sun-hee lo siguió de cerca mientras pisaban algunos que otros escombros hasta que fueron rodeados por la tenue luz de la tienda abandonada que parecía ser una tienda de conveniencia con todos los anaqueles y alimentos esparcidos por todos lados producto de saqueos así como de la propia destrucción que los monstruos hayan podido ocasionar el día que ocurrió el brote de la monstrualización en los ciudadanos.

Tae-shik ingresa a lo que parece ser una pequeña oficina con todo hecho un desastre, empuja todo lo que había sobre el escritorio sin importarle que se rompiera en el proceso. Sun-hee pasa por su lado y se acuesta sobre el escritorio con cuidado mientras mira al techo, su corazón ya empieza a latir con fuerza por la adrenalina así como su propia determinación de seguir adelante con ese plan.

La deja sola en ese lugar mientras escucha de fondo como él rebusca entre las cosas fuera de esa habitación y se escucha el tintineo de lo que parecen ser cadenas, lo que provoca que un escalofrío la recorra y sus latidos empiecen a incrementar martillando contra su caja torácica. Tae-shik regresa a la oficina y empieza a atarla al escritorio, Sun-hee siente el metal frío contra su piel mientras su amigo ajusta la atadura por momentos para evitar que ella se librara durante el proceso.

Una vez que se encontraba atada al escritorio, Tae-shik ya sentía su interior revolverse con arrepentimiento de verla de esa manera y más aún sabiendo lo que vendría a continuación. El brillo de duda así como de preocupación no dejaba de manifestarse en su mirada.

—¿Segura? -Le pregunta suavemente pero el rostro de Sun-hee no mostraba ningún tipo de duda o intenciones de dar un paso al costado–. Sabes que podemos parar ahora, no después.

—Solo hazlo -Ella le responde casi de inmediato mientras aguanta la respiración y mantiene sus ojos puestos en el techo blanco de la oficina. Sus manos se aferran a los bordes del escritorio con fuerza y los latidos de su corazón resonaban en sus oídos.

El chico tragó en seco como si estuviera pasando un millón de clavos y tomó el coraje de poder enfrentar eso porque ella necesitaba su ayuda, estaba haciendo eso por un buen propósito y sabía que todo pasaría. Se acerca a ella colocándole un trapo en la boca para que mordiera mientras en su cabeza se repetía una y otra vez que eso terminaría pronto aunque era Sun-hee quien no estaba segura de si saldría bien, todo se iría al diablo si tan solo su proceso de regeneración no se manifestaba y terminaría muriendo en ese lugar sin haber podido ayudar a Hyun y Eun-hyuk pero debía correr el riesgo.

Ella estaba decidida a correr cualquier riesgo, siempre.

Tae-shik cierra los ojos y en un empujón de valentía, él alza el vidrio que llevaba en la mano y termina por clavarlo en el abdomen de Sun sacándole un grito de dolor amortiguado por el trapo que se encontraba en su boca. La sangre empezó a brotar de la herida saliendo por los alrededores del vidrio insertado en la piel, él lo removió de un lado a otro empujándolo más adentro mientras los gritos y alaridos de dolor de Sun-hee resonaban en la habitación pero ese era solo el principio.

Sun-hee estaba decidida a pasar por el dolor y acercarse a la muerte cuantas veces sean necesarias solo para mantener cerca a quienes quiere.

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pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .

buenos días, buenas tardes, buenas noches
feliz navidad, feliz año nuevo, feliz san valentín.

estoy viva, no se alteren solo que estoy viviendo
la vida loca (soy una adicta a janitor)
además que este último ciclo de la carrera me
tenía presa y sufriendo a niveles inimaginables.

regreso para hacer acto de presencia por
las personitas que me escribían en el cap anterior
y en el tablero pidiendo actualización (tienen mi amor)
pero ya mismo regreso, voy a ir por cigarros jijiji

no se olviden de votar y comentar<3

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