16. apologize
CAPÍTULO DIECISÉIS
Disculpas
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Tenía el mismo pedazo de tela envuelta en su mano con algunos rastros de sangre que dejó manchar para que se viera lo suficientemente creíble. Paseaba por cada centímetro del refugio subterráneo mirando los rostros de cada una de las personas que pasaban por su lado o se mantenían sumergidas haciendo lo suyo pero todos giraban un segundo a verlo por la curiosidad y es que no habían recibido a un sobreviviente desde hace varios meses atrás, incluso algunos se atrevían a decir que desde el ataque de los estadios. A él no le importaba, no le interesaba ningún humano, en realidad.
Todos estaban sumergidos en el miedo no solo por la llegada de él, sino también porque el mismo día, una de las sobrevivientes fue ingresada al área de aislamiento al presentar síntomas de la monstrualización. La enfermedad que más rápido se propagaba era esa: el miedo, temor y pánico, era lo que Tae-shik pensaba con frecuencia y se lo atribuía a los humanos, quienes eran los más temerosos y producto de aquello podrían llegar a volverse más rápido en monstruos, justo lo que más querían evitar a toda costa.
Pasó por todos los lugares del refugio hasta que llegó a una de las últimas habitaciones al fondo de un extenso pasillo que se encontraba en completo silencio y donde no llegaba absolutamente nadie, por lo que era extraño pero a la vez atrayente. Si no llegaba a encontrar algo de importancia sobre su búsqueda, se daría media vuelta y saldría de allí lo más rápido que pudiera sin que nadie lo viera porque no tenía intenciones de quedarse entre tanta miseria y mucho menos rodeado de humanos inútiles. Asoma su cabeza a las puertas que tienen unas pequeñas ventanillas que te muestra el interior, descubriendo de que se trataba de una gran cocina pero identificó algunas cosas fuera de pertenencia como un microscopio y algunos tubos de ensayos.
Había una persona de espaldas hacia Tae-shik. Un hombre de cabello negro que le llegaba hasta por encima de los hombros con bata blanca que estaba demasiado concentrado en algo que el recién llegado no podía ver pero esa silueta lo reconocía perfectamente y eso lo hizo apretar sus manos con fuerza producto del enojo. Respiró profundamente un par de veces para calmarse, miró a otro lado antes de regresar la vista al interior y así comprobar de que se trataba de quién creía y fue así, por lo que empuja una de las puertas con cuidado de no ser escuchado. Camina a paso lento acercándose al hombre que no se inmutaba.
—Hola, doctor Lim -Habla, rompiendo con el silencio de la habitación. El mencionado gira su cabeza de inmediato pero el chico empuja su cabeza contra la mesa de metal que tenía enfrente impidiendo que hiciera algún movimiento–. Tanto tiempo sin vernos.
—¿Me extrañaste? -Ríe el científico.
—Ni en mi peor momento, imbécil -Contesta entredientes escuchando de nuevo la risa burlona del hombre que presiona con más fuerza en la mesa–. ¿Por qué sigues con vida?
—Mi propósito aquí no ha terminado. No hasta que los vuelva a juntar y por fin tener al líder de la cadena alimenticia -Tae-shik controla sus ganas de romperle el cuello en ese momento y acabar con él de una vez pero no podía hacerlo, aún no–. Te interesaría saber que he estado en presencia de dos sujetos de prueba con el suficiente potencial para alcanzar mi objetivo, solo tú eras la cereza que le faltaba a mi pastel.
—¿De qué estás hablando, hijo de puta? -Gruñe sin entender por las ramas que iba su locura.
—No te diré nada hasta que me sueltes.
Tae-shik lo mira durante unos segundos debatiéndose sobre si debería hasta que se decide por hacerlo, lo suelta empujándolo con fuerza antes de retroceder un par de pasos viendo como el científico se levantó lentamente de la mesa y giró hacia el joven para mirarlo frente a frente, volviendo a sonreírle burlón mientras se quitó algunos mechones oscuros de su rostro. Ver su rostro solo incrementó el odio que le tenía y ni hablar de la sonrisa que se extendía en él, recordándole que todo el daño ejercido le hacía gracia y jamás se sentiría arrepentido por todo lo que hizo y a quienes lastimó, todo para llegar a un objetivo radical.
—Empieza a hablar o te sacaré la lengua por el culo -Tae-shik cruza sus brazos y lo mira con atención, siguiendo cada movimiento suyo por si planea hacer algo contra él.
—¿Por qué tanta agresividad? Pensé que nuestro reencuentro sería más agradable -Finge tristeza exagerada–. Después de todo, eres mi creación y eso me hace como si fueras mi hijo. Me duele saber que me hijo me trata de esta manera.
—No tengo tiempo para tus mierdas. Habla o juro que pintaré estas paredes con tu sucia sangre -Amenaza mientras escucha las carcajadas del hombre fuera de sus cabales.
—Lo que te diré es una ofrenda de paz, para que sepas que yo no te guardo rencor y espero que tú tampoco lo hagas. Lastimaría mi corazón saberlo -Dirige ambas manos a su pecho a la altura de su corazón y Tae-shik vuelve a gruñir advirtiendo que su paciencia estaba al límite–. Ha pasado tanto tiempo pero lo recuerdo todos los días desde que estoy en este mugrero y me arrepiento de como desaproveché la oportunidad de mi vida. Pude haber dado un gran paso a la evolución, al resultado que hemos perseguido por tanto tiempo.
—¿Puedes decir algo coherente? Estás empezando a aburrirme.
—Sun-hee -La mención del nombre de quien estaba buscando llama su atención por completo, cambiando su expresión de cansancio y seriedad–. Regresó a mi después de tanto tiempo buscándola. Fue divertido ver como se dieron las cosas pero también me sentí orgulloso de ella porque me trajo un MH bastante interesante, que podría cambiarlo todo...
—¿Dónde está ella ahora? -Lo interrumpe. El doctor Lim lo mira en silencio apretando sus labios aguantando las ganas de volver a reír y levanta sus hombros en señal de ignorancia a su pregunta. Tae-shik da largos pasos hasta él y lo toma con fuerza por la bata blanca levantándolo de su asiento y teniéndolo frente a frente tratando de intimidarlo–. ¿Dónde está?
—No lo sé, hijo -Responde con el mismo tono de gracia pero también de sinceridad–. La última vez que la vi estaba en casa, antes que el mundo colapsara.
Tae-shik analiza su respuesta hasta que da con la verdad que había detrás así que lo termina soltando de improviso haciéndolo caer de nuevo a su asiento con fuerza. Dio la vuelta dispuesto a irse pero el doctor Lim lo toma del antebrazo deteniéndolo y haciendo que regrese a él.
—Si la ves, mándale mis saludos y dile que papá está esperando una reunión familiar -El chico aprieta sus dientes antes de empujarlo de regreso a la silla.
—No le diré una mierda -Escupe con odio. Lo mira de pies a cabeza antes de girarse nuevamente camino a la salida del lugar–. Si nos volvemos a encontrar, yo seré al último que verás.
Sale de la cocina por completo dejando al hombre aferrado al borde de la mesa de metal antes de dejar salir el aire que estuvo guardando en sus pulmones y vuelve a acomodarse los mechones que caían por su rostro y cubrían parte de su visión. Se levanta de la silla giratoria y abre uno de los cajones antiguos de la cocina, mueve su mano de un lado a otro empujando alguno que otro objeto que no buscaba hasta que encuentra un pequeño monitor negro. Lo golpea un par de veces contra la palma de su otra mano antes de oprimir uno de los tres pequeños botones que había en la parte inferior y así permitió que la pantalla cuadrada se encendiera, mostrando lo que parecía ser un gráfico en tiempo real sobre la ubicación de alguien en particular.
—Si no me serviste antes, ahora si puedes ser de mucha ayuda, Tae-shik -Murmura para sí mismo viendo como un círculo verde parpadeaba en el monitor–. No voy a dejar que Sun-hee y Hyun-soo se pierdan tan fácil mientras yo siga viviendo -Deja a un lado la pantalla del rastreador y se acerca al microscopio que estaba observando antes de que Tae-shik llegara, se inclina para ver perfectamente la imagen de los dos compuestos moleculares de dos tipos diferentes de ADN que tenía de los dos últimos MH que capturó–. Ustedes me otorgarán el resultado que tanto he perseguido.
Si antes Sun-hee y Hyun-soo no podían ser ubicados luego del derrumbe de Bamseom, ahora con Tae-shik yendo en su búsqueda con un rastreador escondido en él, sería más fácil que el doctor Lim diera con la ubicación de ella y así estaría un paso más cerca de llegar a cumplir con su objetivo: la evolución de los monstruos. Y eso tenía muchos significados y maneras de intentar alcanzarlo, para él significaba la unión de ADN de dos tipos diferentes de MH avanzados naturalmente en un solo sujeto de prueba. De solo imaginar lo poderoso que podría ser ese espécimen, hacia soñar despierto al científico loco.
Tae-shik camina por el pasillo que lo llevó hasta el laboratorio improvisado de Lim ingresando a las áreas principales del refugio subterráneo hasta que alguien se planta frente suyo impidiéndole que siguiera avanzando, por lo que él alza la cabeza viendo de que se trataba de un soldado que lo miraba con seriedad a diferencia suya que le sonrió.
—¿Qué hay, oficial? Creo no haber cometido ninguna falta por exceso de velocidad -Bromea sin causar la mínima gota de gracia del hombre. Tae-shik dirige la mirada un par de centímetros hacia abajo para mirar el apellido del hombre–. Kim, ¿sargento? ¿cadete? ¿teniente? Supongo que eso ya no interesa tanto en el fin del mundo, ¿no?
—Interesa aquí y eso es suficiente -Responde tajante–. Nos vendría bien que te acoplaras a la convivencia del lugar y eso significa a realizar las tareas que corresponden a diario. Afuera ya no existen las reglas para coexistir pero aquí sí y nos importa demasiado que todos sigan al pie de la letra sus deberes, solo así podremos tolerarnos.
—Entonces, quieren hacer funcionar este lugar como un mini mundo, ¿cierto? -Vuelve a utilizar su tono de voz vacilante que no provoca ninguna gracia en Kim, incluso hasta parece empezar a perder la paciencia–. Me parece admirable, honestamente. No cualquiera tiene los pantalones para sentarse a regir un grupo grande de personas pero supongo que eso lo tienen fácil -Hace referencia a sus puestos como militares y encargados del lugar–. Y yo no soy un desertor del norte, entonces seré tratado como un igual.
—Veo que ya entendiste.
—Soy un receptor rápido -Encoge sus hombros restándole importancia.
Kim se hace a un lado permitiéndole que siguiera con su camino pero no a donde planeaba irse que era hacia los accesos más lejanos y abandonados del lugar en busca de una salida, sino al espacio común donde transitaban y vivía el resto para enseñarle los deberes que le correspondían hacer al encontrarse allí. Tae-shik no esperaba hacer algo pero aún seguía infiltrado en ese lugar, así que para que no intentaran matarlo antes de irse, debía continuar con su actuación como sobreviviente y adecuarse a todo lo que le pidieran.
Mañana sería otro día y al amanecer intentaría escaparse.
El edificio donde Sun-hee y Hyun-soo vivían se encontraba sumergido en silencio como el resto de la ciudad, solo que dentro habían dos monstruos viviendo y probablemente eran los únicos capaces de habitar una de las infraestructuras de la ciudad sin correr el riesgo de morir en el transcurso. Sun-hee abrió los ojos lentamente encontrándose con la pared blanca frente suyo pero notó que tenía un ligero peso encima que la abrigaba, siendo una manta que no recordaba haberse colocado antes de irse a dormir pero mágicamente apareció sobre ella.
Coloca ambas manos en el suelo frío y se levanta con lentitud flexionando sus músculos que permanecieron en reposo por largas horas, mira a su alrededor hasta detenerse en la cocina abierta donde vio la imagen de perfil de la persona con quien vivía desde hace meses y que parecía bastante concentrado en armar algo sobre la encimera. Sun-hee camina hacia él captando su atención a mitad de camino pero eso no la detuvo hasta que llegó a su lado viendo más de cerca que Hyun-soo estaba preparando pan blanco con jamón, uno de los pocos insumos comestibles de los cuales Sun-hee logró rescatar de las tiendas más lejanas a las que fue.
—Buenos días -Saluda el chico en voz baja sintiendo el peso de la cabeza de Sun-hee apoyarse contra su brazo viendo el proceso de preparación del desayuno.
—Buenos días -La chica corresponde el saludo–. Lo siento, me quedé dormida.
—No te preocupes. Yo quería hacerlo -Comenta. Generando un poco de sorpresa en la chica pero luego siendo reemplazada por una pequeña sonrisa alegre por su intención. Termina de preparar el último plato y se voltea hacia ella mirando su rostro por completo–. Perdón por todo.
—No tienes que disculparte. Creo que exageré demasiado ayer -Sun-hee confiesa bajando la cabeza y sintiéndose un poco avergonzada de recordar todo lo que dijo el día anterior–. No es tu culpa nada de lo pasado y sé que entregaste a Dae-rim a su madre, no podíamos interferir en eso. Fui egoísta y te dije muchas cosas malas, yo lo siento -Lo mira, siendo sincera y expresando lo arrepentida que estaba–. Lo siento, Hyun-soo.
El chico la mira unos segundos antes de dar un pequeño paso adelante y envolver sus brazos contra el cuerpo de Sun inclinándose un poco hacia adelante debido a la gran diferencia de altura que hay entre ambos. La pelinegra se sorprende por su acto pero termina correspondiéndole con fuerza sintiéndose mejor por el contacto entre ambos, uno que había demorado bastante en darse y extrañó durante meses. Odiaba discutir con él y esa era la primera vez que se disculpaban con el otro por el daño hecho verbalmente el día anterior, y esperaban que sea la última vez que se enojaran con el otro porque no podían vivir con ese sentimiento que los lastimaba.
No había palabras para describir la paz que Sun-hee sentía cuando lo tenía así. Podría quedarse abrazada a él para siempre, no le importaba morir marchitada.
Sun se separa lentamente con mucha dificultad. Le sonríe demostrándole que se encontraba bien y que ya las cosas estaban curadas entre ambos y no duda en colocarse de puntillas para dejar un beso rápido en Hyun que lo dejó quieto en su sitio tratando de caer en cuenta de lo que acaba de suceder tan rápido que ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar hasta que le vio de nuevo frente suyo sin borrar su sonrisa.
—Vamos, muero de hambre -La ve tomar el pan entre sus manos y empezar a devorarlo. Deja su mirada en ella unos segundos cayendo en cuenta que lo había besado y termina por sonreír, feliz de que todo estaba regresando a la normalidad.
La habitación que Sun-hee y Hyun-soo compartían en ese apartamento abandonado tenía toda una pared dedicada a algunas hojas casi incompletas y viejas que ella logró encontrar en su recorrido por los establecimientos abandonados de la ciudad pero que fueron utilizados por Dae-rim para pintar cuando era una niña hace varios meses atrás. Diferentes tipos de dibujos con algunos colores repetidos de la caja que Sun le obsequiaba o buscaba para ella siendo protagonistas ellos como familia o algunas cosas bonitas que observaba en los paseos que tenían como el jardín expositivo de flores donde Sun la llevó unos días antes de que Ji-kyung llegara. Sun-hee guardaba todos esos recuerdos en dibujos colgados en la pared de su habitación, extrañando a esa niña cada día más.
Le puso el nombre de su difunta madre, la llevó a pasear por la ciudad, a veces dejaba de comer para alimentarla, la vestía, la cuidaba, le enseñaba cosas. Sun-hee la crió durante un largo tiempo en el que no vio más allá del bienestar de la niña, por eso le dolió tanto cuando la separaron de ella aunque aún tenía la opción de visitarla a veces pero ya no era lo mismo, ya había crecido y estaba albergando mucho rencor en su interior.
Había sido una tarde normal en el que Hyun-soo se encontraba en la proa del barco donde vivían con Dae-rim, mientras la niña jugaba a las escondidas con Sun-hee entre pequeñas risas ya que no tenían permitido hacer demasiado ruido para evitar atraer la atención de los monstruos que pudieran estar rondando cerca pero eso no les impedía divertirse. Estaban tranquilas hasta que se detuvieron cuando vieron una presencia desconocida para la niña y conocida para Sun, quien subió hasta llegar a la plataforma y caminar con intención de acercarse.
Sun-hee detuvo su risa hasta que se apagó por completo mientras tenía cargada a Dae-rim con una mano luego de haberla atrapado en el juego. La bajó lentamente hasta dejar sus pies sobre el suelo pero se coloca frente a ella evitando así que Yi-kyung la viera mejor. Dae-rim se aferra a la pierna de Sun que se coloca al lado de Hyun-soo mientras la pequeña niña asoma un poco su cabeza para ver a la desconocida que tenía sus ojos puestos en ella.
—Llegué muy tarde, ¿no? -Les pregunta mirando a ambos jóvenes quienes cuidaban a la niña.
—No -Niega Hyun–. Me alegra que vinieras.
—De hecho, llegaste demasiado tarde -Contradice Sun y Yi-kyung la mira notando su enojo por su presencia–. Creo que no deberías haber venido...
—Sun-hee -Interrumpe Hyun mirando a la chica, quien se queda en silencio viéndolo y decide no seguir hablando para mantener la calma. Dirige una mano hacia la espalda de la niña y la empuja un poco para sacarla de su escondite detrás de la pierna de Sun–. Saluda. Ella es tu mamá.
La pelinegra gira a ver al chico sorprendida por sus palabras y este le corresponde la mirada, mueve la cabeza lentamente en negación diciéndole en silencio que no debería hacer lo que tuviera en mente. Sun-hee desvía la mirada a otro lado sintiéndose enojada pero presencia como Dae-rim es abrazada por Yi-kyung aunque ella no le corresponde ya que no la conocía. El que Yi-kyung se encuentre ahí no es para conocer a la niña y saludarla, es para recuperar el tiempo perdido con ella y eso significaba llevársela.
Sun-hee mira por última vez a Yi-kyung y Hyun antes de darse la vuelta dejándolos ahí para dirigirse hacia el otro extremo del barco de donde partió con dirección desconocida dejando que el viento sea quien la dirija y se lleve esos sentimientos terribles que provocaban un huracán en su interior.
Abrazaba esos dibujos que la llevaban a los más bonitos recuerdos de lo que fueron los tres, solo así se mantenía al límite y no dejaba que su locura la hiciera llevarse a Dae-rim de regreso a donde pertenece: al lado suyo y de Hyun-soo.
Salieron esa tarde en busca de reconocimiento de terreno y poder marcar todos los lugares que ya habían visitado antes en busca de alimento, así quedando con una lista que cada vez era más corta y los arrinconaba lentamente a quedarse sin puntos de abastecimiento. Sun-hee había sugerido el plan de ir a buscar en lugares fuera de Seúl, probablemente pequeños pueblos o hasta las provincias de los alrededores con la esperanza de encontrar algo servible. Al menos les sería útil intentar ese plan pero aún le quedaba convencer a Hyun un poco más, tal vez lograría convencerlo ese día cuando vea que ya se les acaba las opciones para comer.
Se estaba haciendo de noche cuando llegaron al jardín botánico en busca de Dae-rim, Hyun le mencionó a Sun que la vio por ahí hace un par de días así que eso significaba que había vuelto a escaparse del barco por haber discutido con Yi-kyung. Desde que ocurrió el incidente con los sobrevivientes que atacaron el barco y provocaron el crecimiento radical de Dae-rim, ella y su madre no se llevaban bien hasta tal punto que le había dejado sin ver de un ojo. Sun-hee creía plenamente que Yi-kyung jamás sería capaz de entender a su hija y es que, aunque la haya tenido en su vientre, Dae-rim seguiría siendo un monstruo y su madre era una humana.
Un punto más que apoya el cuidado que Dae-rim debe tener por parte de Hyun-soo y Sun-hee, de nadie más.
—Nunca te conté la historia completa de cómo escapé de Bamseom -Comenta Sun-hee. Ambos se encontraban en la azotea de uno de los edificios abandonados a los alrededores del jardín–. Una tarde me llevaron a la sala de análisis donde solían hacerme cortes e inyectarme para que mi cuerpo reaccionara por sí solo. Intentaban comprobar mil y un cosas innecesarios pero todo formaba parte de sus cuadernos de apuntes -Empieza a contar teniendo a Hyun-soo al lado que tenía apoyada su espalda contra el muro del borde y Sun estaba sentada sobre este con los pies al vacío con la vista puesta en el suelo a muchos metros de distancia–. Asesinaron al MH que estaba al lado de mi habitación porque ya no les servía y eso desencadenó que perdiera el control. Destruí la sala y asesiné a muchas personas sin querer pero todos me hicieron daño, así que no me importó en lo más mínimo -Tiene breves recuerdos de ese momento aunque todo era demasiado confuso.
Un nudo empezó a formarse en su garganta producto de los recuerdos pero eso no la detuvo, Hyun merecía saber la verdad completa sobre la razón por la cuál hacía lo que hacía.
—Lo encontré carbonizado en su dormitorio. La forma de verlo así me causa pesadillas hasta ahora y sigue doliendo demasiado -Confiesa sorbiendo la nariz tratando de derramar lágrimas al sentir la tristeza aproximarse–. Estaba por irme hasta que uno de los militares que custodiaba el lugar me encontró ahí. Tenía el arma apuntándome dispuesto a dispararme pero cuando lo miré no lo hizo, bajó el arma por completo y dejó que me fuera -Suspira. Gira la cabeza a verlo a la cara–. Pudo haberme disparado pero no lo hizo, vio algo más en mí que ningún otro humano había visto. Por eso le debo la vida, porque él también salvó la mía.
Hyun entendió mejor la situación de Sun-hee y tenía razón, él le había salvado la vida de alguna manera y por eso se sentía en deuda aunque eso le molestara bastante pero lograba entenderlo. A él también le salvaron la vida muchas veces durante los primeros días del brote de la monstrualización en la residencia, especialmente fue Sun-hee quien lo hizo en varias oportunidades pero también lo hizo Eun-yoo esa tarde cuando se mudó al edificio. Sabía lo que era estar en deuda de vida con alguien, también lo ejercía en secreto.
—Lamento que hayas pasado por eso, Sun -Comenta el chico colocando una mano en su hombro y ella inclina su cabeza hacia ese lado sintiendo sus nudillos contra su mejilla–. Y discúlpame por haber discutido contigo todas esas veces, no lo merecías.
—No, no lo comprendías pero ahora lo sabes mejor -Coloca una mano sobre la de Hyun y traza algunos pequeños círculos contra la piel del dorso–. Quería que todo esto acabe de una vez.
Hyun se gira quedando de frente hacia la vista del vacío que Sun apreciaba aún permaneciendo al lado de la chica pero algo llama su atención cuando entre la oscuridad del lugar logra reconocer a una persona que empezaba a ser recurrente por esa zona.
—Ya regreso -Hyun le avisa a Sun y se va antes de que la chica pudiera decirle algo, dejándola un poco confundida por su repentina acción pero no le toma importancia.
Estaba bastante oscuro ya y la ciudad era alumbrada únicamente por la luz de la Luna que tenía una gran presencia en el cielo de la misma tonalidad de hueco profundo. Dirige su mirada hacia arriba notando el cielo del cual disfrutaba apreciar recordándose de que estaba en libertad, baja su atención de regreso hacia el jardín que estaba vigilando desde hace un par de horas atrás hasta que reconoce movimiento en ese lado. Identifica a Dae-rim pero en compañía de una chica que por el ángulo que se encontraba parada le estaba dando la espalda a Sun así que era imposible verle la cara y tampoco la iluminación ayudaba, solo veía que era una mujer y llevaba el cabello corto. De pronto, Dae-rim se acerca a la desconocida y la empuja haciendo que cayera de espalda en un enorme hoyo que había en medio del suelo.
Sun-hee ve como aparece Hyun que no duda en lanzarse hacia el hoyo al rescate de la desconocida mientras ella se deja caer al vacío del edificio y despliega sus alas para dirigirse hacia donde aún permanecía de pie Dae-rim al borde del precipicio. Aterriza de pie a varios metros de distancia frente a la chica que no parece inmutarse para nada luego de haber empujado a alguien.
—¿Qué hiciste? -Sun-hee le pregunta estupefacta y un tanto enojada por su acción.
—Se lo merecía -Contesta con simpleza y sin ningún tipo de dificultad ni arrepentimiento–. No confío en ella -Desvía su mirada del hoyo hacia Sun–. No confío en nadie.
Esas últimas palabras le dieron justo en el corazón a la pelinegra que no dudó en mostrarse afectada de inmediato cuando la miró al hablar haciéndole saber que ya no confiaba en ella. Sun-hee no podía culparla y hasta le podría dar la razón, no peleó ni buscó la manera de alejarla de Yi-kyung aún sabiendo la mala manera de intentar cuidar de ella y los prejuicios que la llevaban a cometer tantos errores con la niña.
Simplemente se dio por vencida, como una cobarde.
Estaba por hablarle y pedirle que la perdone pero es interrumpida cuando Hyun sale de aquel hueco en el suelo tenido a la chica en brazos. Tiene un aterrizaje bastante malo deslizándose por el concreto del suelo pero manteniendo su agarre firme en el cuerpo de la chica evitando que se lastimara en el transcurso hasta que se detienen y él la empuja a un lado alejándola de encima. Se levanta con dificultad pero eso no lo detiene a caminar en dirección contraria a donde la chica se encontraba en el suelo tratando de ubicarse.
Sun-hee centra su atención en ese par tratando de averiguar lo que acaba de suceder frente a sus ojos y la repentina decisión de Hyun de no dudar en saltar a salvarla hasta que lo entendió al verle la cara.
Era Eun-yoo, la hermana menor de Eun-hyuk.
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pay attention 'cause
५🦁★ ASLAN SPEAKS . . .
vuelvo a preguntar si les gustaría que
saqué alguna fic sobre un papel en
específico de los dramas de Lee Do-hyun
o Song Kang porque he regresado a la
obsesión por ese par (no me escondo)
btw, ¿qué les pareció el cap?
tuve inspiración hoy y ya tocaba actualizar
luego de unos días desaparecida jaja
no se olviden de comentar y votar <3
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