09. wine

CAPÍTULO NUEVE
Vino

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El auto estaba de cabeza, el cuerpo de Hyun estaba a un lado del vehículo inconsciente mientras los otros tres estaban dentro todos ensangrentados. El chico se despertó parpadeando un par de veces intentando acostumbrarse a la luz y sintiendo como su cuerpo dolía demasiado, tal cual cuando cayó del noveno piso.

—Sun Hee -Murmuró viendo el auto destrozado de cabeza.

Quiso arrastrarse hacia el vehículo pero unas fuertes pisadas acercándose lo detuvieron. Se trataba de un enorme monstruo, aquel que estuvo persiguiendo a los niños en el edificio pero este media entre siete y diez metros. Hyun agarró su arma y se puso de pie lo más rápido que pudo, el monstruo se acercó y él aprovechó para clavarle el cuchillo en la pierna y darle toques eléctricos pero no hizo efecto.

Sun Hee empezó a reaccionar abriendo sus ojos. La vista era un poco borrosa pero podía identificar a Hyun cerca del monstruo hasta que este movió su enorme brazo golpeando al chico y haciéndolo volar hasta aterrizar en un montón de arena.

—Hyun -La chica murmuró seguido de un quejido de dolor.

El monstruo agarró un enorme cilindro de cemento y se lo aventó al chico pero él fue más rápido logrando salir corriendo de ahí.

Sun Hee ya estaba completamente consciente, así que como pudo logró salir del auto. Tenía grandes cortes en sus piernas, abdomen y sobre todo en algunas zonas de su rostro pero no eran grandes. El monstruo estaba a punto de acercarse a Hyun para iniciar una pelea pero apareció el señor Ahn y lanzó una botella con un pañuelo encendido en fuego, le dio al monstruo y eso lo distrajo.

—¡Vete, hijo de puta! -Gritó el señor.

Lanzó una segunda botella cayendo en su espalda y eso fue suficiente para que se empiece a incendiar, se tiró de espaldas para intentar apagar el fuego. El señor Ahn se acercó al cuerpo de Hyun que estaba en el suelo y lo ayudó a levantarse, iban a huir hasta que el hombre se detuvo por culpa la hemorragia nasal que salía en grandes cantidades. El monstruo logró apagar el fuego y se puso frente a ellos, el señor Ahn empujó a Hyun lejos para que pudiera irse.

—Vive -Fue lo único que dijo.

Levantó su enorme puño a punto de golpear al señor Ahn para matarlo pero apareció un enorme camión de bomberos que atropelló al monstruo alejándolo del hombre. Sun Hee corrió hacia donde estaba Hyun y lo ayudó a ponerse de pie, le hizo señas al señor Ahn para que se escondiera mientras Sun Hee llevaba al chico dentro del enorme cilindro de cemento.

—¿Estás bien? -Sun Hee examinó con la mirada al chico y no pudo sentirse preocupada por toda la sangre en su rostro.

—Sí. ¿Y tú? -Hyun pudo ver la enorme herida en el abdomen de Sun Hee que sangraba.

—Sobreviviré -Le sonrió de lado y Hyun acercó lentamente su mano a la herida de la chica–. No te preocupes, no me duele.

—¿Segura? -La chica asintió repetidas veces pero aún así él estaba preocupado.

Hicieron contacto visual por unos segundos antes que una enorme explosión se escuchara, Hyun reaccionó con rapidez abrazando el cuerpo de Sun Hee cubriéndola para que no salga lastimada. El auto en el que iban había explotado y por suerte logró alcanzar al monstruo quemándolo.

—¿Te hiciste daño? -Preguntó Hyun después de algunos segundos de la explosión.

—Sí -Sun Hee asintió y alzó la cabeza, mirando a Hyun estando muy cerca cara a cara.

La chica no pudo evitar juntar sus labios con los del chico en un efusivo beso sin movimiento. ¿Sería raro si decía que había extrañado besarlo? No había pasado tanto desde que se dieron su primer beso pero sin embargo Sun Hee ya lo extrañaba. Sus sentimientos eran muy fuertes y si salían vivos de ahí, diría todo lo que siente.

Sun Hee se separó de él y acarició su rostro con suavidad, Hyun le sonrió de lado sintiéndose feliz por primera vez después de un largo tiempo. Estaba experimentando buenas emociones de mucho tiempo desde que Sun Hee llegó a su vida, siempre pensaba en ella y la quería proteger cada vez que pudiera.

¿Eso era querer a alguien? ¿Estaba enamorado de Sun Hee?

Yi Kyung había derrumbado al monstruo empujándolo a un abismo y prendiéndolo en fuego haciendo su muerte más lenta. Sang Wook llevó a Yu Ri hacia el edificio para que la puedan curar, Yi Kyung fue acompañada del señor Ahn mientras que por último fueron Hyun y Sun quienes ingresaron a penas manteniéndose de pie necesitando descansar para que la herida se pueda curar sola.

Se habían limpiado la sangre que tenían encima, la señora Hye In se les había acercado para darles un poco de agua y eso era lo que más necesitaba Sun, la sensación de beber ese líquido fue tan aliviador que hasta el dolor de la herida quedó a un lado. Los dos estaban sentados en una sala, iban a descansar pero tenían tantas cosas que decirse que no podían ni cerrar los ojos.

—Hyun...

—Creo que me gustas... Sun Hee -Hyun la interrumpió.

Se miraron por unos cortos segundos y Hyun temía que sus sentimientos no sean correspondidos pero se sintió más aliviado cuando Sun Hee lo tomó de las manos y se acercó a darle un beso dulce en la mejilla.

—Creo que también me gustas, Cha Hyun -Le sonrió y él también hizo lo mismo. Ambos ya se habían confesado.

¿Ahora que seguía? En una situación normal ambos pudieron salir primero pero estaban bajo el posible fin del mundo, no había ningún manual que pueda decir qué hacer en ese tipo de casos. Ellos estaban de acuerdo que solo disfrutarían la compañía mutua mientras dure antes de sus muertes.

La cabeza de Sun Hee estaba puesta sobre el hombro de Hyun mientras que la cabeza de él estaba encima, sus manos estaban entrelazadas sobre el regazo de Hyun descansando con tranquilidad. El chico sintió la presencia de alguien cerca, así que abrió lentamente sus ojos encontrándose con Yi Kyung frente a ellos, la mujer agarró la mano derecha libre del más joven y le hizo un corte en el dorso de su mano.

Sun Hee sintió el olor de sangre y abrió sus ojos de golpe encontrándose con la presencia de Yi Kyung sosteniendo la mano herida de su compañero. Intentó ponerse de pie pero Hyun le dió un apretón en su mano aún junta haciéndole volver a sentarse, las chicas observaron como la herida de él se cerró a los pocos segundos.

—¿Cuál fue el primer síntoma? -Preguntó la mujer–. ¿El sangrado? ¿El desmayo? ¿Cuándo fue con exactitud?

—¿Qué? -Hyun le preguntó confundido.

—Haz memoria. Es el día en que te transformaste. Dicen que te habla. ¿Te habló?

—¿Qué te importa, perra loca? -Sun Hee se puso de pie amenazante contra Yi Kyung–. ¿Qué planeas? ¿Por qué le hiciste eso a Hyun?

—No te metas, Sun Hee.

—¿Quieres que tu bebé sigue viviendo? -Yi Kyung giró a verla y se llevó la sorpresa cuando los ojos de Sun Hee estaban negros por completo y tenía una sonrisa escalofriante–. ¿Qué sucede? Puedo escuchar sus pequeños latidos.

—Tú... -La señaló con miedo.

Sun Hee fue detenida por la mano de Hyun antes de dar un paso hacia la chica. Hyun negó para que no le hiciera daño y regresara a su normalidad. Sus ojos dejaron de ser negros por completo y se sentó al lado del chico, viendo como Yi Kyung se sentaba en el suelo estresada.

—¿Por qué me haces esto? -Preguntó Hyun.

—Más personas intentaron resistirse a la monstrualización. El gobierno experimentó con ellos para buscar como detener esta catástrofe -Sun Hee se removió incómoda escuchando cada palabra de la chica.

—¿El experimento salió bien?

—Deberías preguntar qué les pasó a los que fueron parte del experimento -Volvió a bajar la cabeza–. Me encontré con soldados. Me atraparon, la verdad. Les conté sobre ti. Yo también... -Pausó con miedo–. quería vivir.

—¿A caso estás loca? -Sun Hee se puso de pie–. ¿A caso sabes en el peligro que nos has puesto? ¿Crees que esos militares dejarán vivir a los demás luego de capturar a Hyun?

—¡No tuve opción!

—No tuviste opción -Sun Hee saboreó su respuesta–. Agradece a tu bebé, si no fuera por él te hubiera asesinado. Dejarte viva tampoco sería una opción por tración -Yi Kyung seguía derramando algunas lágrimas–. Vete. Ya haz hecho mucho por nosotros, Yi Kyung.

La chica se puso de pie limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano, le dio una última mirada a ambos jóvenes antes de salir por completo de la habitación dejándolos solos. Sun Hee se dejó caer al lado de Hyun sintiéndose preocupada por lo que había contado Yi Kyung. El chico se dio cuenta sobre eso y tomó sus manos entre las suyas intentando calmarle pero no surgió efecto, esa situación era superior a ella.

—¿Sun Hee? -La chica lo miró con los ojos cristalizados mientras su labio inferior temblaba–. No vendrán por nosotros. No tienes nada de qué preocuparte...

—No, Hyun -Lo interrumpió mirándolo, transmitiéndole en el miedo que sentía–. No sabes cómo son. Ellos son capaces de todo para conseguir lo que quieran.

—¿Cómo lo sabes?

Sun Hee tragó en seco antes de responderle. Dudaba en decirle la verdad, sería la primera persona que lo sepa pero no perdía nada, sus vidas estarían mucho más en peligro si se quedaba callada.

—Ese experimento necesitaba de discreción para poder funcionar. No podían escoger a cualquier persona, necesitaban de aquellos que nadie los pueda buscar si algo salía mal -Pausó–. Yo pasé toda mi vida en las calles intentando sobrevivir y ganar dinero para mi madre, hacia muchas cosas de los cuales nunca estaré orgullosa para ayudarla -Hablar sobre su pasado nunca será algo bueno–. Ellos empezaron a capturar a algunos vagabundos, es así como me lograron tener una noche donde yo buscaba comer -Las lágrimas se hicieron presentes–. Me hicieron cosas horribles. Fue una total tortura que me dejó incontables marcas en el cuerpo.

Sorbio su nariz y pasa el dorso de su mano queriendo borrar cualquier rastro de las lágrimas que empapaban sus mejillas. Tomó aire para poder calmarse y seguir contándole por lo que había pasado sin verse interrumpida por ella misma.

—Las personas que habían sido capturadas conmigo estaban muertas, solo era cuestión de tiempo para que yo también pasara por lo mismo. Por desgracia nunca fue así, yo sobreviví a todo lo que ellos me hicieron. Un día escapé con mucha suerte. Volví a refugiarme en las calles escapando de ellos por días hasta que mi madre murió. Me entregó una carta donde decía el paradero de mi padre, es por eso que terminé aquí con la esperanza de esconderme por un tiempo e iniciar de nuevo.

La historia de Sun Hee le había removido algo en el interior de Hyun. Ella también había sufrido mucho, más que él. Sabía cómo se sentía el horrible sentimiento de un pasado oscuro cargando sobre sus hombros y más que nunca, es por eso que no la dejaría pasar por todo el dolor desde ese momento. Limpió su lágrima con su pulgar eliminando cualquier rastro de este, no quería verla llorar.

—No llores -Le dijo limpiando cada lágrima de ella–. Estamos juntos en esto. No te harán daño, te protegeré.

—Ya saben sobre tí, Hyun. Tengo miedo que te hagan daño a tí.

—No me harán nada porque estaremos juntos. Estoy para tí cada vez que lo necesites así como tú siempre estás para mí.

Sun Hee se sentía segura por las palabras del chico, no pensaba que alguien pudiera protegerla sabiendo por lo que había pasado. No creía que alguien sea capaz de soportar el hecho que ella llevaba algo muy grande dentro de ella, y que en su cuerpo habían marcas de ello.

—Gracias -Lo abrazó muy fuerte sintiéndose tranquila.

La relación entre ambos se había fortalecido a un nivel muy grande que era prácticamente inquebrantable. No se dejarían ir con facilidad, por todo lo que han pasado sería casi imposible que se abandonen, nunca.

Sun Hee y Hyun habían salido varios minutos después de la habitación sosteniéndose de la mano estando un poco más felices, pero se detuvieron cuando vieron que la esposa del señor Kim estaba a punto de ingresar a la sala de juegos sabiendo lo que eso significaba. Hyun se saltó de la mano de Sun y ambos se acercaron a paso lento. La señora An tomó de los brazos a Hyun derramando algunas lágrimas.

—Señora An -Dijo Hyun.

—¿Cómo lo soportaste? ¿Cómo lo lograste? -La señora se quebró frente al chico–. Ahora sé por lo que pasaste, pero no puedo ayudarte. Perdón por haber sido una mala persona -Pausó–. Cuida mucho a Sun Hee. Es una buena chica.

La señora An miró detrás del chico a la pelinegra quien no sabía si debía acercarse o no ya que no tenía una relación tan cercana con ella, pero la señora le sonrió y fue correspondido por la chica. Sun se acercó a Hyun cuando la señora An se dió la vuelta dirigiendose hacia la sala de juegos para encerrarse. Juntó su mano con la de Hyun dándole el apoyo para tranquilizarlo ya que las palabras que la señora An le dijo, lo había afectado hasta las lágrimas.

Nadie se merecía pasar por la monstrualización, era una experiencia horrible.

—Iré con los demás. ¿Vienes? -El chico negó–. ¿Estarás bien solo? -Asintió y Sun Hee entendió, quería estar solo un rato. Se puso de puntillas y le dió un beso en la mejilla antes de desaparecer por el pasillo

Todos estaban reunidos en la guardería hablando entre ellos, así que Sun Hee se sentó al lado de Ji Eun.

—Bueno. ¿Creen que la señora An podrá resistir como Hyun Soo? -Preguntó el chico de lentes, Seung Wan.

—Eso espero -Dijo Ji Eun un poco cabizbaja.

—Creí que era solo su esposo, pero su vida es muy fea -Dijo la señora Hye In.

—Tu cara es fea -Dijo Eun Ji.

—Concuerdo con Byeong Il -Giró hacia la hermana menor de Eun Hyuk.

La señora Cha llegó a la habitación colocando un enorme jarrón con líquido morado dentro, no hacía falta pensar mucho para que Sun Hee supiera de lo que ese trataba y se sintió feliz de probar un poco, estaba ansiosa por probarlo porque necesitaba despejar su mente aunque sea por unos minutos.

—Hoy nos vendría muy bien un trago -Dijo la señora Cha quitándole la cubierta al envase.

—Necesito todo eso -Sun Hee sonrió y todos la miraron–. ¿Qué? Hoy estuve al borde de la muerte. Me lo merezco.

—¿Qué es? ¿Es vino coreano? -Preguntó Byeong Il acercándose a la mesa.

El señor Ahn que estaba recostado, se acercó hacia la mesa cuando escuchó la mención del vino. La señora Cha se acercó para oler la bebida más de cerca.

—Tiene cuatro años, al menos -Dijo el señor Ahn alejándose.

—Entonces debe estar delicioso -Sun Hee sobó las palmas de sus manos mientras la boca se le hacía agua por probar un poco.

—Puede servir hasta de medicina -Añadió el hombre y Eun Ji se acercó hacia el envase para oler también.

—Yu Ri se fue hace rato. ¿Lo terminamos antes de que venga Eun Hyuk? -Todos giraron a ver a la chica.

El señor Ahn metió su dedo dentro del envase para probar el líquido y todos rieron a su alrededor pero cesaron cuando se notó la presencia de alguien ingresar a la guardería. Eun Hyuk llegó mirando a los que estaban alrededor de la mesa pero su mirada se fijó en Sun Hee, quién también lo miró un poco apenada porque era la segunda vez que la atrapaba a punto de tomar alcohol.

—Hablando del Rey de Roma... -Dijo el señor Ahn desviando su mirada.

—No olviden sus tareas -Eso fue lo último que dijo el chico antes de volver a salir.

—Eso fue un rotundo "Sí" -Sun Hee sonrió y los demás la siguieron.

Esa fue la invitación para que se empezara a servir en pequeños vasos desechables blancos. Algo dentro de Sun Hee le dijo que debía acompañar a Eun Hyuk, la mayor parte de su tiempo estaba solo y nunca se involucraba con los demás, sentía un poco de pena por el chico.

Salió de la guardería con dos vasos en su mano buscando con la mirada al chico hasta que lo encontró caminando por un pasillo cerca a paso lento, mirando al suelo. Se acercó hasta posicionarse a su lado y él la miró de reojo.

—Toma -Le extendió el vaso deteniéndose de caminar.

—No bebo

—Vamos, Eun Hyuk. No seas aguafiestas, solo es un poco -Se puso frente a él.

Le sonrió de oreja a oreja intentando convencerlo y el chico la miró por unos segundos convenciéndose de inmediato. Recibió el vaso de la chica y ella se sintió victoriosa por eso, ambos dieron un sorbo de sus respectivos vasos y siguieron caminando por el pasillo haciéndose compañía.

—¿Por qué estás aquí? -Le preguntó Eun Hyuk.

—¿No te puedo hacer compañía?

—No, no es eso -Respondió de inmediato un poco nervioso y Sun rio por su reacción.

—Estaba bromeando -Golpeó levemente su hombro–. Solo que te ví solo. No podemos darnos el lujo de estar solos en momentos de crisis como estos.

—¿Tú has estado sola en momento difíciles? Hablas como si supieras lo que se siente.

—Es verdad, si sé cómo se siente -La miró de reojo–. He estado gran parte de mi vida sola. La única compañía que tuve frente a mis problemas fui yo misma.

—Desde que mis padres murieron, he sido el único encargado de todo en casa. Tuve que cuidar de Eun Ji y no fue fácil, no recibí ayuda.

Era la primera vez que ambos tenían una conversación sin pelear y se estaban abriendo mutuamente, dejando salir sus sentimientos más profundos sobre lo que pasaron.

—Muchos creen que la soledad es debilidad, pero eso te vuelve fuerte.

Sun Hee miró a Eun Hyuk y así hicieron un contacto visual por unos segundos. La chica aprovechó eso para quitarle los lentes y ponérselos ella tratando de bromear.

—Te ves mejor sin esto -Señaló los lentes–. ¿Cómo puedes ver con esto? Veo doble -Acomodó los lentes pero seguía igual–. Si hay cosas bonitas, ¿En serio logras verlo?

—Sin los lentes también puedo ver cosas bonitas.

Sun Hee giró a verlo y se encontró con la mirada del chico firmemente sobre ella, algo que le puso los nervios de punta a la chica. Había captado a lo que se refería y no sabía cómo responderle, sonrió nerviosa y le entregó los lentes desviando la mirada.

—¿Seguimos caminando? -Sun Hee no esperó a que hubiera respuesta, así que siguió caminando.

Caminaron en un silencio incómodo, ya habían terminado sus respectivos vasos de vino así que no había nada más entretenido que caminar y mirar a su alrededor. Llegaron hasta la puerta que daba a las escaleras del edificio, en los primeros escalones se encontraba Hyun acompañado de Eun Ji. Sun Hee centró su mirada en ambos sintiéndose un poco incómoda al respecto de encontrarlos juntos, sus manos se convirtieron en puños pero aguantó las ganas de intervenir.

Sus manos estaban entrelazadas como si hubieran hecho una promesa. ¿Qué clase de promesa habían hecho? ¿Por qué? La chica se sentía más fastidiada por cada pregunta que se seguía haciendo.

—Felicidades -Dijo Eun Hyuk cruzado de brazos y su hermana menor se asustó girando a verlo–. Es tu primer amor.

Sun Hee abrió sus ojos a más no poder mirándolo sorprendida y con ganas de estrangularlo de paso. ¿Cómo se atrevía a decirle eso?

Hyun miró a Sun, quién estaba al lado de Eun Hyuk. ¿Habían estado juntos? ¿Por qué? Ambos tenían un vaso cada uno. ¿Bebieron juntos? El chico se empezaba a formular muchas preguntas y cuando hizo contacto visual con Sun, se dio cuenta que ella estaba enojada así que bajó la mirada por miedo.

—Cielos, que idiota -Eun Ji se puso de pie mirando a Hyun, fingiendo que estuviera discutiendo con el chico–. ¡Oye, Hyun Soo! Mira -Le sacó el dedo medio a su hermano–. Hazlo así -Siguió intentado arreglar la situación pero le fue imposible. Era demasiado obvio su nerviosismo por ser descubierta–. Acabo de enseñarte. ¿No lo entiendes?

—Ya, Eun Ji. Creo que todos lo entendimos -Habló Sun Hee ganándose la mirada de todos los presentes.

—¿A caso estás molesta? -Eun Ji se cruzó de brazos mirando a la pelinegra–. ¿Por qué estabas con Eun Hyuk? ¿A caso estuvieron en el baño de nuevo?

Todos se quedaron sorprendidos por las palabras de Eun Ji, en especial Hyun quien no sabía absolutamente nada.

—¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua el gato, Sun Hee?

—No sabes de lo que estás hablando -Sun Hee la señaló e intentó acercarse a la chica pero Eun Hyuk la detuvo.

—Debo olvidarme algo. Yo te ví saliendo del baño acomodando tu camiseta y luego salió Eun Hyuk. ¿No es así? -Miró a su hermano.

—Cállate, Eun Ji -Advirtió el chico de lentes.

—No te debes de molestar, Sun Hee. Sería muy hipócrita de tu parte.

La chica le dio una última mirada a los presentes y se fue dejando el ambiente muy incómodo. Hyun se sentía dolido, Sun Hee no sabía que hacer mientras que Eun Hyuk se sentía enojado por lo que dijo su hermana menor. Hyun se puso de pie y se fue omitiendo los llamados de Sun, quién sintió las lágrimas al borde de sus ojos.

—Hyun -Murmuró y se dejó quebrarse frente a Eun Hyuk. El chico intentó acercarse pero Sun Hee se hizo a un lado–. No. No ahora, Eun Hyuk.

El chico asintió un poco cabizbajo y se fue dejando a la chica sola, iría a por su hermana para pedirle explicaciones al respecto aunque eso signifique una nueva pelea entre ambos pero no iba a dejarlo pasar por alto.

Esa noche, Hyun no estuvo con Sun Hee dónde siempre pasaban la noche y ella no durmió pensando en lo mala persona que es. Su interior le recordaba una y otra vez que siempre las personas a su alrededor salían lastimadas de alguna u otra manera, que esa era la señal para que ella se quede sola por siempre pero no aprendió la lección. No sabía cómo arreglar las cosas con Hyun, y más aún si querría escucharla.

Las ojeras de Sun Hee eran notorias viendo su reflejo en el espejo. Tenía un mal aspecto y ella solo se limitó a lavarse el rostro con agua pero eso no permitió que las ojeras se fueran, aunque si dejó que estuviera más despierta porque parecía un muerto viviente. Salió del baño encontrándose con Hyun, quien sostenía unas tijeras. El chico se había cortado el cabello dejando su melena oscura a un lado, hasta se veía mucho más atractivo que antes.

La chica abrió la boca para hablarle pero él siguió con su camino evitando mirarla. Él tampoco sabía que hacer, se sentía dolido y lastimado, así que primero quería ordenar sus emociones porque aún la herida estaba fresca, no quería escuchar nada por el momento. Pero su reaccionar lastimó a Sun Hee, quién se sintió más culpable al respecto y las lágrimas se volvieron a acercar al borde de sus ojos amenazando con llorar de nuevo.

Había perdido la cuenta de cuántas veces había llorado ese día, pero sabía que no sería la última vez que lo hiciera.

Sun Hee llegó a la entrada principal del edificio arrastrando sus pasos viendo que todos estaban muy alterados y que había una nueva persona, se trataba de un hombre vestido completamente de negro con rastros de sangre en su rostro y estaba asustado. Sang Wook y Hyun se dirigieron hacia los ascensores con sus armas.

—¿Qué está pasando? -Sun Hee se acercó hacia Eun Hyuk preocupada.

—Sacarán el letrero de auxilio de la azotea -Respondió–. Hay personas peligrosas que nos podrían encontrar.

El miedo se hizo presente en el cuerpo de Sun Hee de tan solo pensar que la volverían a atrapar. Ella no quería pasar por la misma tortura, ya había estado sanando sus heridas y sobre todo no quería que le hagan daño a Hyun, él no estaba listo para pasar por ese mismo dolor.

—Tranquila -Eun Hyuk colocó una mano en el hombro de la chica–. Eso no pasará. Todo estará bien.

¿En serio todo estará bien?

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