VIII
CAPÍTULO VIII.
❛❛Siente la furia acercándose, somos hermanas agotadas❞
Dicen que la muerte era el fin de la vida, cuando el corazón dejaba de latir y el ser vivo ya no respiraba. Algo intangible e irreversible, pero Némesis dejó de creer en eso ahora cuando la muerte fue real ante ella y la estaba viendo a los ojos. La misma que estaba amenazando su cuello con una de sus espadas negras. Encantadora.
La rubia tragó saliva pero no se movió de su lugar, extendió su brazo derecho y de su muñeca salió su dark fay tomando forma puntiaguda, alzó su mano y apuntó al mentón de la pelinegra la cual sonrió antes de apartar su espada y con rapidez la utilizó para romper el cristal negro que salía de la mano de Némesis, la rubia gruñó dando un paso hacia atrás esta vez creando un tentáculo con su derecha la cual terminó igual de roto que la otra.
— Eres lenta —negó la mayor dándose la vuelta—. Y sigue siendo débil en ti.
— ¿No me maldijiste lo suficiente acaso? —alzó una ceja—. Además, querida hermana, la base de una relación es la comunicación, ¿así que puedes hacerme el favor de decirme que quieres y no solo amenazar mi cuello?
— Amenazo tu cuello para que no fracases —giró su cabeza para verla con las cejas alzadas—. No podría aceptar otro fracaso y por como lo veo, voy a sentarme a esperar los años que me queda en este lugar porque no das esperanza.
— Eres tan encantadora —se cruzó de brazos—. Sería más encantador que me cuentes porque no puedes salir, ¿qué es lo que te ata a este lugar?
— La vida de Odín, porque no sé si te diste cuenta pero no estoy a conciencia aquí —la rubia la miró algo obvia por lo último, ¿quién en su sano juicio quisiera vivir en un lugar así? A parte que también tenía conocimiento de que estaba exiliada solo que con un puente para escapar no entendía el porqué seguía aquí. Ahora tenía más sentido—. Y tú lo matarás por mi.
— ¿Perdón? —frunció su ceño ladeando la cabeza ligeramente, realmente ahora Odín no le caía nada bien pero antes de que muera deseaba con todo su ser que sufra, que le regrese todo lo que les hizo a las personas y luego que el filo de una espada lo lleve al Valhalla. Hela bufó girando su cuerpo, su caminata la llevó hasta las escaleras que conducían al trono.
— Ugh, niña, presta atención. Si Odín sigue viviendo yo no podré salir de aquí, ¿entiendes? —remarcó cada palabra con un movimiento de manos, era algo que ambas tenían y se dieron cuenta sin decirlo en voz alta, la manía de mover las manos—. Su vida es la llave que me puede liberar y se sabe que el Padre de Todo —añadió lo último de forma despectiva—, tiene una larga y mísera vida por delante. Necesito que lo mates si quieres cumplir el trato, ¿o acaso sigues encariñada por el hombre que te mintió? ¿Huh? Te dijo que eras digna, ¿no? Que una buena reina jamás busca la guerra...
— Pero debe estar lista para ella siempre —la cortó para terminar la oración que sabía de memoria, Hela sonrió de lado nada sorprendida mientras que Némesis rió cortamente—. Es simpático, esa frase me parecía algo hipócrita desde el principio. Habla el hombre que se metió a Midgard para "protegerla" y finalmente robó al hijo del rey —escupió mientras se recostaba por una de las tantas columnas negras.
— Wow, que blando se ha hecho —Némesis giró su cabeza para observarla con confusión, pensaba que robar al hijo del rey ya era una falta grave y mucho más bajo el título de básicamente usar al pobre bebé recién nacido como una alianza de paz, pero al ver la mirada de Hela descubrió que había peores cosas que secuestrar a un legítimo heredero de Jotunheim—. Antes los mataba, frente a sus desdichados padres, no importaba la edad, bebés, niños, adultos, todo para enseñarles quien mandaba en el universo —la rubia cerró los ojos al imaginar tal atrocidad del hombre a quien llamaba padre—. Solo imagina esto, a tu pequeño hermano a quien adoras tanto, siendo asesinado por Odín.
— Lo mataría antes que se acercara a él —dijo entredientes sin abrir los ojos y sin dudarlo, porque pobre de aquellos que le hicieran daño a Loki, sin importar que fuera su propio padre.
— Exacto —la pelinegra se acercó con pasos gatunos hasta la rubia quien había abierto los ojos—. Mentalizate eso, piensa que Odín puede hacerle daño a todo lo que tu amas en un segundo, solo se dirigió a ti por medio de argucias durante años, ¿quieres eso para tu pueblo, para tus hermanos?
— No.
— Claro que no, Asgard sería la gran potencia que promete conmigo en el trono, nada faltaría —la rubia la miró—. Contigo a mi lado —añadió con una sonrisa sellada, se puso en frente a ella alzando sus manos hasta los hombros de la menor—. Solo debes asesinar a Odín por mi, haz que se rinda en el trono.
— ¿No soy débil según tú? —la sonrisa que Hela tenía desapareció un segundo antes de que volviera, peor que la anterior.
— Querida, tú no te preocupes por eso, yo te haré fuerte —la rubia no se movió de su lugar por más que estaba enojada, por Odín, y confundida, por las acciones de Hela. La pelinegra movió sus manos hasta el cuello de la actual reina y antes de que Némesis se quejara porque había sentido algo raro cuando piel con piel se juntó, se acercó y la besó.
Némesis, por más que su atracción hacia las mujeres sea muy alto, entró en pánico cuando la diosa frente a ella unió sus labios. Pero luego se sintió dopada y un fuerte éxtasis entró en su sistema. El beso nunca se rompió porque no era nada romántico, pronto desde la boca de la rubia comenzó a formarse líneas irregulares color negro que fue creciendo hasta su mejilla y bajar por su cuello, le parecía a la marca Draugr que había crecido en su brazo y subido hasta su hombro. Esto no era un parásito ni una maldición antigua, esto era el beso que la muerte le estaba dando para que el dark fay fluyera con mayor intensidad, para que sus miedos desaparezcan en la batalla y que su fuerza sea imparable.
Era la muerte quien estaba creando un vínculo para que pudiera llegar al trono y poder gobernar por encima de todos.
Al romper el beso, Hela pudo ver el rostro con las líneas negras y venas sobresalientes del rostro y cuello de Némesis y sonrió. La rubia jadeó abriendo ligeramente la boca al sentir como un fuerte y oscuro poder se acomodaba dentro de ella, algunas de las líneas negras desaparecieron junto a su piel mientras que algunos retrocedieron hasta entrar a su boca. Abrió los ojos para ver a su hermana sonreír de lado con presunción.
— Lo haré, mataré a Odín.
• • •
Thor y Loki se encontraban jugando con espadas de madera en los jardines del palacio, como siempre solían hacer. Reían y se quejaban del uno del otro por acusaciones de que uno hacía trampa, mayormente Thor, para poder ganar. Se divertían hasta que vino Frigga a llevarlos a cenar forzadamente porque querían seguir jugando, ambos miraron de reojo el asiento vacio de Némesis y trataron de disimular e ignorar la ausencia de la rubia.
— Madre —llamó Thor con la boca llena llamando la atención de la reina, quien le dijo que tragara todo antes de hablar de vuelta—. ¿Porqué Némesis está actuando de una manera extraña?
La mayor suspiró poniendo una pequeña sonrisa, Frigga no era para nada tonta y obviamente estaba notando el cambio de actitud que su hija estaba teniendo y no sabía si se debía a que seguía enojada con ella —opción que negó ahora que descubrió que los demás también lo notaron—, o el peso del trono. No negaría que tenía un poco de miedo ahora que Némesis sabía la verdad, que con la corona puesta esta la transformaría en alguien quien no conocía. O peor aún, como el viejo Odín.
— Seguro está tensionada con las responsabilidades que contrae el trono, mi cielo, no creo que sea intencional —le sonrió de lado para que no pensara mucho en eso, el rubio hizo un mohín antes de seguir comiendo.
Más la reina quedó pensando preocupada en su hija, la misma que tenía un corazón de oro, uno de verdad, no como lo que cubría el palacio. Al terminar de comer envió a ambos a sus aposentos prometiendo que iría a despedirlos como noches anteriores, ya que su hermana no iba. Los hermanos iban hablando de un entrenamiento que presenciaron hoy en la arena que no notaron cuando otra persona giró de una esquina, por lo que chocaron de frente. Ambos se quejaron antes de mirar hacia arriba y ver la pequeña sonrisa de su hermana.
— Ustedes en serio deben ver por donde van —expresó la rubia divertida, los menores solamente dieron un paso hacia atrás bajando la mirada. Némesis suspiró peinando su cabello hacia atrás antes de ponerse de cuclillas para estar a su altura—. Lo siento por como he estado actuado estos últimos días, y también por romper la promesa, esto no es tan fácil como lo pensé —apretó sus labios intentando poner la mejor cara—. Nunca les haría daño, ¿me podrían perdonar entonces? —los hermanos se miraron y luego se fijaron en ella, se susurraron algunas que otras palabras antes de volver a mirarla y asentir.
— Con una condición —enunció el pelinegro, la rubia la miró expectante ocultando una sonrisa—. Todas las noches, sin excepción, nos vas a contar historias a menos que de verdad no puedas.
— Siento que tu deberías ser el rey y no yo —él sonrió sin mostrar dientes mientras que Thor ponía mala cara—. Bien, hecho, es un trato entonces, ahora vengan acá —agarró sus brazos y los arrastró a ambos en un abrazo, el cual había extrañado con demasía.
Esta no era la idea de su caminata, ella tendría que haber ido directamente hasta las jaulas del subsuelo, que por cierto no sabía que tenían algo así, para ir a poner todo en orden para el gran final. Pero claro que podía hacerlo más tarde no ahora que podía tener un mínimo momento con sus hermanos, tal vez con lo que haría arruinaría la confianza y amor que ellos le tenían por lo que debía aprovechar estos breves instantes. Habían caído al suelo luego de que Thor exagerara el abrazo, Némesis cayó de espaldas atajando a los pequeños bárbaros encima de ella, riendo, como si nada hubiera pasado. Simplemente eran los hermanos unidos que todos querían.
Luego de eso, los tres se levantaron, Némesis ayudando a Thor que seguía en el suelo, y caminaron hasta los aposentos del rubio. Ya que aunque quisiera llevarlos a la de ella estaba un completo desastre por lo que el dark fay le había hecho, mejor no arruinar el momento. Los niños se adelantaron, Loki entró al suyo con rapidez para que segundos después apareciera en la alcoba de su hermano con un libro en la mano. Si se tomó en serio lo de leer historias, pensó Némesis mientras agarraba el libro y se sentaba en medio de la cama, con los príncipes a cada lado de ella.
Les leyó como prometió y el primero en caer dormido fue Thor, Loki espero para que terminara el capítulo número quince pero sus ojos pesados le ganaron y también terminó como el rubio, ambos recostados por Némesis. La rubia miró a los dos y una sonrisa se dibujó sobre sus labios, se acomodó mejor entre ellos y decidió quedarse esta noche junto a sus príncipes, pues probablemente sería la última vez que lo iba a poder hacer.
Frigga los miraba desde el marco de la puerta, sonriendo ligeramente al ver como su hija volvía a hacer la misma de antes y con ternura por verlos así retrocedió para cerrar la puerta, pensando que todo iba a ir bien.
Si saben que les amo mucho, ¿verdad? Ahre.
Siento el exceso de diálogos, créanme que estoy en contra de que un capítulo tenga más diálogos que narración, por eso alargue con lo que pensaba y ciertas cosas para que no sea tan fastidioso o cansador, espero haberlo logrado je.
Lo que le hizo Hela a Ném no sé si la del mcu lo puede hacer, más la vida me bendijo con tres Helas (?) La del mcu, comic y mitología, y en las últimas dos le describen como el sinónimo de la muerte, por lo que me guíe de esas dos para hacer el beso de la muerte, mi propia creación ay.
Falta poquito para que el primer acto acabe, tal vez uno o dos capítulos más, no estoy segura pero por ahí vamos. Así que, ¿qué tal les está pareciendo esta historia? Díganme sus opiniones, ya que no la quiero cagar :(
Hasta aquí llego yo, ¡nos leemos pronto!
Mag.
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