⁰⁰⁶·Bienvenido al infierno

La falta de sueño era palpable bajo la sombra oscura que residía bajo los almendrados ojos del pelinegro, sus pasos eran arrastrados con pésame, bostezando cada dos minutos, se sentía como un sonámbulo despierto. Según él no había dormido nada, y al menos tenía la sensación de no haberlo hecho, pero de igual forma aún procesaba los eventos de hace unas horas que por más que lo haya sentido, parecían un simple sueño, quizás una pesadilla.

En la mente del pelinegro no podía creer lo que recordaba de la noche anterior, no era normal ni la mitad de las cosas que había vívido, y sin embargo ahí estaba considerando que tal vez sí invoco a un fantasma, uno que lo mantuvo despierto toda la bendita noche.

JungKook llegó arrastrando su alma hasta sus primeras clases, al reposar en su respectivo asiento no pudo evitar que sus ojos cayeran y que este acto se repitiera constantemente, miraba cansado a su profesora, ella hablaba y hablaba pero parecía que las palabras se hacían cada vez más lentas y distorsionadas, sin tener un sentido alguno, de esa forma llegaban hasta su oreja y salían por la otra. Simplemente no entendía nada, lo único que sabía era que fácilmente podría dormir unos años de ser necesario.

Por un momento descendió sus párpados sintiéndose relajado por unos segundos pero él tenía que estar atento a la clase, o al menos fingir que lo estaba, los abrió notando la soledad que presentaba la sala, frunció el ceño sabiendo muy bien que la clase estaba repleta de alumnos y ahora no había ni uno solo, ni siquiera la profesora. La habitación tampoco mostraba la presencia de muebles o ventanas, era un cubo vacío donde él estaba atrapado, repentinamente tuvo un pequeño deja vu, la escena le parecía tan familiar.

Su entorno comenzó a temblar mientras las paredes se estrechaban a su alrededor, aquello encendió todas las alarmas de su cabeza.

—No, no, no, no, de nuevo no —murmuró mientras se encontraba dispuesto a levantarse de la silla, acción imposible de hecho, estaba pegado a ella. Las paredes avanzaron con más rapidez desesperando al pelinegro.

Se tapó el rostro con sus manos no dispuesto a seguir viendo como sería aplastado hasta la muerte.

—¡Jeon JungKook! —la fuerte voz de la profesora hizo que se despertara de un salto, todos en su sala lo veían dando risas bajas, su mayor tenía hecha una furia su rostro y él sólo analizó el hecho de que su cuaderno estaba lleno de baba—. ¡La próxima vez que lo vea usando el salón de clases como una sala cuna lo llevaré a dirección!

Más griterío acompañó ese regaño pero JungKook hizo de oídos sordos al recordar ese sueño, él seguía sin olvidar el incidente de su habitación y aquello era una evidencia, suspiró con desgana, no quería imaginarse que todas las paredes le iban a encerrar en cada cuarto que fuera.

A duras penas continuó lo que quedaba de clase, quiso caer dormido varias veces pero era recurrente que volviera a toparse en su mente la misma imagen de las paredes cerrándose por lo que siempre despertaba sobresaltado. Para su suerte en los recesos pudo conseguir un poco de sueño faltante, irse a la biblioteca fue una buena opción, se relajó lo suficiente hasta que por fin pudo dormir tranquilamente con un sueño que olvidó apenas se despertó.

Lo único malo fue que se relajó tanto que perdió una hora de química, se le estaba convirtiendo un hábito eso de perder clases. Para rematar su profesor no lo quiso dejar entrar, así que tuvo que esperar toda la hora restante fuera de esa sala, la música de sus audífonos le habían brindado el apoyo que necesitaba mientras afrontaba la siguiente hora, fue así hasta que vio como todos los alumnos salían de las salas, señal de que el segundo receso había comenzado.

Se sacó los audífonos mientras veía a YoonGi salir de la sala, abrió la boca con la intención de pedirle los apuntes de la clase pero el de menor estatura se adelantó.

—Tengo una sola pregunta para ti —JungKook cerró sus labios esperando la pregunta del contrario—. ¿Fumas?

❖ ❈ ❖

Resulta que había un lugar en ese gigante colegio que nadie recorría, casi abandonado, YoonGi lo descubrió por una pelota de básquet que se le desvío por este lugar; lugar del cual no dudo hacer uso, en resumidas cuentas era una de las tantas bodegas que tenía la academia, una bastante antigua por la poca limpieza que tenía considerando que en aquel ambiente usualmente todo brillaba de la limpieza.

JungKook aspiraba el humo del cigarro y luego lo dejaba escaparse de su cuerpo, la comparación a ser una chimenea humana le pasó por la mente causándole gracia, tanto él como YoonGi llevaban fumando hace cinco minutos sin realmente compartir una conversación. Eso hasta que el mayor preguntó por su ausencia en clases.

—Me quede dormido en la biblioteca —respondió dando otra calada al cigarro—, no dormí bien ayer...

—¿Ah, sí? ¿por qué? —preguntó intrigado, JungKook dio otra calada sintiendo el humo del cigarro quemar en su interior, dudando de si contar lo que pasó.

—...Bueno, yo-

—YoonGi no vas a creer lo que acaba de pa...sar. ¿Qué hace él acá? —un pelirrosa acababa de entrar en la escena evidentemente pasmado de ver al contrario con el chico del otro día.

JungKook se sintió algo incómodo, él seguía teniendo la sensación de que no le caía muy bien al chico de cabellos rosados, la dura mirada que este le estaba brindando le afirmaba aquello, su cigarrillo se había acabado y mientras se mantenía callado lo lanzó al suelo para luego apagarlo con la suela de su zapato.

—Ya hablamos de esto, es mi amigo y lo trataré como tal, JiMinie —respondió con simpleza—, no deberías sentirte celoso de mis otras amistades.

JiMin quedó en silencio por un par de segundos intercalando su mirada entre el castaño y el pelinegro, finalmente asintió y se acercó para unirse al "club de fumadores". Cuando el ambiente parecía menos tenso, los chicos mantuvieron una charla amena, en lo que se podía, JungKook se dio cuenta que el pelirosa podía ser muy amigable si quería, aunque esta actitud la daba principalmente con YoonGi o cuando algo le interesaba.

—Y bueno —YoonGi apagó su cigarrillo con su pie mientras miraba a JungKook—, al final ¿por qué no pudiste dormir bien?

—Yo ahm... —¿decir o no decir la verdad?—, hice la invocación de la que hablaron la otra vez...

—¿¡La de Kim TaeHyung!? —espetó JiMin con interés, su sonrisa se agrandó cuando vio el asentimiento del otro—, ¡¿y?! ¿es sexy? ¿o tiene sangre por todos lados? ¿o sólo un ente como un puntito brillante? Quizás le cuelgan cadenas... ¡¿le cuelgan cadenas?! —este comenzó a bombardear con ese tipo de preguntas, que llegaron a atormentar un poco al contrario, él sólo había visto a un chico pelirrojo semidesnudo muy interesado en saber sus miedos, considerando todo lo que había vivido la noche anterior ya no sabía si realmente contestar.

—No lo sé... —dijo cortando el hilo de preguntas—, sólo sé que después de haberlo llamado me costó dormirme y eso..., a lo mejor le di muchas vueltas al tema —musitó bajando el volumen de su voz.

—¿Entonces no pasó nada luego de decir su nombre? —agregó con decepción en su voz, el pelinegro negó con la cabeza sabiendo que de alguna forma estaba mintiendo.

El pelirrosa tuvo decepción en el rostro mientras que YoonGi sólo levantó los hombros en señal de que poco le importaba la aparición de un supuesto fantasma, el pelinegro por otra parte creyó que había hecho lo correcto, es que todo lo vivido parecía un sueño, imposible que fuera real ¿no?

—Deberíamos volver, ya perdimos como treinta minutos aquí —comentó el castaño de repente.

JungKook agrandó los ojos ¡¿treinta minutos?!, se suponía que él iba a dejar de perderse las clases, luego de escuchar las palabras de YoonGi, se disculpó y salió corriendo de aquella bodega para ir a su respectiva clase.

«mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda»

Cuando llegó a su clase, notó como la profesora le miraba con una ceja alzada, se excusó diciendo que estaba en la enfermería y que se le olvidó ir con el papel que justificaba eso, la mujer realmente no le creyó al 100% pero de todas maneras lo dejó pasar, JungKook respiró aliviado mientras se sentaba en el único puesto libre, segundos más tarde sintió que una bola de papel le golpeó la frente para luego caer en su mesa, lo abrió encontrando un mensaje.

«perdedor»

❖ ❈ ❖

Luego de procurar en no faltar en las clases restantes del día, JungKook salió a pasos lentos con una cara cansada, si bien había dormido un poco en la mañana aquello no compensaba ocho horas de sueño perdidas. Se dirigió a su casillero a paso de caracol, pudo haber tenido una tranquila trayectoria de no ser por sentir un fuerte impacto en su cabeza que le hizo perder el equilibrio hasta toparse con el suelo, su nariz comenzó a sangrar a la vez que el fuerte golpe generó leves mareos.

Segundos después vio una pelota naranja rodar e ir a pequeños rebotes alrededor suyo a la vez que entre risas y jadeos de sorpresa se escuchaban en su entorno.

—¡Oh, lo siento tanto! —alzó su mirada viendo como ChanYeol iba con una mirada preocupada a socorrerlo—, no te vi cuando lancé la pelota, lo lamento tanto —observó con desconfianza como el más alto estiraba su mano en ayuda.

Todos los que presenciaban la escena decían en murmullos lo caballeroso que estaba siendo ChanYeol, el pelinegro encontró ciertamente la situación extraña pero qué más da, aceptó la mano que le ofrecía ayuda, siendo tirado abruptamente hasta quedar muy pegado para su gusto al otro hombre.

—Créeme que te va a costar caro haber peligrado mi estadía en el juego, Jeon JungKook —le susurró en el oído haciéndole recordar la amenaza de YoonGi—. Haré de tu vida un infierno —dijo fríamente para luego alejarse con una falsa sonrisa dándole palmadas en el hombro al otro—. Espero que estés bien —prosiguió con su anterior actuación.

Entonces ChanYeol tomó su pelota y se marchó, JungKook intentó procesar lo que acababa de oír, se limpió la sangre de su rostro con la manga de su ropa mientras bufaba «lo que faltaba».

Fue a su casillero para tomar y guardar las cosas que necesitaba, se tomó el tiempo de poner papel en su nariz para detener el sangrado y finalmente se marchó de camino a su hogar. Su caminata estaba tan lenta como su ánimo, su academia apestaba más de lo que él creía o eso, o la falta de sueño hacía que todo se viera peor.

Luego de caminar un poco, detrás de unos grandes arbustos se asomó un gran balde que vacío su frío líquido encima de él, mojándolo de pies a cabeza, inclusive su bolso, agregando que tenía un pestilente olor que le provocó leves arcadas al pelinegro. Risas masculinas se escucharon y antes de poder ver a los responsables se escucharon pasos de huida que fueron acompañados de un «¡Bienvenido al infierno, Jeon!»

JungKook se sintió vulnerable e impotente, a parte de la sensación húmeda y asquerosa que tenía, con su pesar tuvo que irse así a su casa, como si ya no estuviera más desanimado.

❖ ❈ ❖

Por supuesto que llegar a su hogar fue casi vergonzoso cuando la sirvienta le observó y él tuvo que excusarse con que se había caído para que después lo tacharan de ser estúpido, bueno, no directamente pero fue así como el menor lo entendió.

Lo primero que hizo fue lanzar esa ropa a la basura, intentar salvar sus cuadernos igual de húmedos y asquerosos para finalmente darse una ducha de una hora dejándose el cuerpo rojo de las tantas veces que se refregó con la esponja.

Llegó a su habitación vistiendo sólo un pantalón gris de buzo y lo único que hizo fue dormir, igual y así olvidaba los horrible sucesos recientes.

Despertó unas cuatro horas después notando que eran las 10PM, se levantó con un quejido pues había dormido en una mala posición, se estiró a la vez que masajeaba su adolorido hombro, su vista recayó en el espejo, recordó la noche anterior pensando que de haber sacado el fantasma entonces este seguiría aquí, en su cuarto; miró a su alrededor esperando ver alguna señal de aquello, la idea de que quizás se lo había imaginado recurría en su mente al no ver nada.

Si hubiera un fantasma ahí ¿no debería estar todo el día? Entrecerró los ojos, sospechando de la situación, entonces se levantó avanzando lentamente hacia su puerta, estiró su mano hasta la manija pero antes de moverla giró su cuerpo esperando estúpidamente presenciar algún acto fantasmal pero sólo obteniendo una ligera decepción al ver todo normal.

—¿Kim TaeHyung? ¿estás ahí? —se atrevió a preguntar al aire, esperó una respuesta por varios minutos pero al igual que antes parecía alguien que buscaba mar en un desierto.

«Quizás lo soñé... » pensó, o realmente intentó convencerse con esa idea, ya que si lo hubiera soñado no estaría tan cansado como lo estuvo todo el día. Sacudió su cabeza para evitar hacerse ideas, buscó una camiseta para ponérsela y salió de su habitación.

Cuando regresó era mucho más tarde, vio en su reloj la hora notando que faltaba poco para media noche, hizo una mueca pensando que ya debería irse a dormir, comenzó a buscar su pijama, sin encontrarlo donde usualmente lo dejaba, se acercó a su armario pensando que tal vez alguna empleada había cambiado el orden de su ropa.

—De todas las personas que suelen invocarme, nunca alguien me había extrañado, la mayoría suelen gritar o ponerse a llorar, ¡cada vez me intrigas más, JungKook! —el nombrado se giró abruptamente encontrando al pelirrojo acostado en su cama apoyado en su codo y con una pierna doblada observándole con una sonrisa.

El menor abrió los ojos en grande al notar la presencia ajena, su primera reacción fue pellizcarse pero al sentir el agudo dolor supuso que no se lo estaba imaginando ya que el pelirrojo seguía ahí, como último recurso tomó una zapatilla que estaba a su alcance lanzándolo a la otra presencia con fuerza.

Aunque antes de que la zapatilla impactará contra el otro desapareció en cuestión de segundos provocando que el impacto sólo diera contra el colchón de la cama.

—¿Qué crees que haces? —una voz sonó muy cerca de él, descubriendo que TaeHyung estaba a sólo centímetros de distancia, se sobresaltó por supuesto y al intentar apartarse chocó con un estante de su habitación botando varias de las cosas que mantenía ahí pero no le dio tanta importancia.

—Estás aquí... —dijo dando la obviedad de la situación, provocando que el contrario le sonriera.

—¿Ves? Me extrañas, es tan raro de tu parte, me comienzas a agradar, JungKook.

—¿Qué? Yo no- no. No te extraño —dijo el menor al escucharlo—. Sólo es que estás aquí y eso significa que lo de ayer no me lo imaginé ¿o sí? —está vez su mirada dudosa buscó a TaeHyung quien ya no estaba a su costado.

—No lo sé, ¿te lo imaginaste? —le preguntó dando cuenta que ahora estaba al lado izquierdo de JungKook, éste saltó en su lugar viendo con el ceño fruncido como el otro lo miraba con burla.

—Deja de hacer eso... —murmuró notando como aquel fantasma le gustaba cambiar repentinamente de lugar, TaeHyung sonrió con simpatía levantando sus manos en símbolo de no hacer nada y sin embargo desapareciendo al instante, JungKook miró alrededor pero no lo vio en ningún lado, finalmente se acercó a su cama resignado a que el otro se había ido—. Ugh, que día más mierda —se quejó.

Recordó que mañana también tenía que asistir a clases, lo cual se había vuelto algo estresante ya que un tipo de dos metros lo acaba de amenazar con volver su vida un infierno, ¿y por qué? Porque la única persona que decidió defenderlo en una mala situación le amenazó con sacarlo de un juego, maldita sea, el tipo de por sí ya le tenía un mal ojo en él porque "rompía las reglas" pero ahora sí que tenía un buen motivo personal para ir contra el indefenso de JungKook. Lo mejor sería tomar clases de boxeo y aprender a defenderse, no es como si vivir bajo las amenazas de YoonGi hacia ChanYeol harían su vida más fácil por lo que se dio cuenta.

—Te aseguró que ellos no te harán vivir el infierno, si es que te sirve de consuelo —TaeHyung apareció sentado a su lado, estaba reclinado levemente hacia atrás apoyado en un brazo por el cual su hanbok se deslizó dejando aún más expuesto su pecho y hombro, le miraba con una sonrisa ladina mientras vio la expresión sorprendida de JungKook—. Empezando porque ni ellos mismos lo conocen.

—¿Tú lo conoces? —dijo JungKook intrigado y algo incómodo de que el otro supiera de alguna forma lo que pensaba, su pregunta hizo que algo dentro de los negros ojos de TaeHyung brillara.

—No, ni siquiera sé si existe —«pero es un fantasma». Lo soy, exactamente, lo que significa que mi alma no fue a ningún lado —le guiñó el ojo haciendo sentir al pelinegro avergonzado de que supiera su pensamiento—. No sé si existe algún lugar al cual ir pero sí sé que la vida después de la muerte existe y el control es totalmente mío —su voz se tornó unas notas más grave con las últimas palabras lo cual inquietó levemente a JungKook—. Si quieres puedo presentarte la idea común de lo que sería el infierno, ¿qué dices, JungKook?

La propuesta hizo que las alarmas del menor se activaran, sonrió nervioso mientras miraba al pelirrojo que no despegaba la mirada de él.

—La verdad es que no me interesa, grac- —sin poder acabar su negación de repente dejó de ver, todo era negro.

Pestañeó repetidas veces sin lograr ver otra imagen que no fuera la falta de color en su entorno, desesperado comenzó a tocar a su alrededor percibiendo perfectamente los objetos de su habitación e inclusive su propio cuerpo pero sin imagen observable. Se levantó de su cama un poco alterado, tampoco escuchaba cosas, ni siquiera podía percibir su respiración aún estando consciente de que lo hacía. Estiró su mano pero ya no había nada que tocar, camino inseguro unos pasos de los cuales ya debería haber chocado con algún mueble o pared pero nada, estaba ciego y sin percepción alguna.

Se quedó quieto, temeroso de que tal vez estuviera en un lugar no deseado, le estaba desesperando no ver nada, pensó en TaeHyung y si es que era obra suya, a los pocos segundos de llevar esa idea en mente sintió que algo le agarró los hombros dejándolo inmóvil y con un escalofrío que recorrió cada pedacito de su columna vertebral, no lo veía pero sí sentía una piel áspera y huesuda, con dedos excesivamente largos que terminaban en uñas afiladas que por la presión que hacían la palma en sus brazos rozaban el pecho del menor enterrándose como pequeñas agujas cuando tocaban su piel. Tembló al sentir aquello, no tenía ni idea de que era eso y no sabía si quería saberlo.

—Bienvenido al infierno —escuchó cerca de su oído para luego ser soltado y sentir que caía en el vacío, su corazón dio un vuelco a la vez que gritó al sentir que ya no había nada que impidiera su descenso.

Golpeó en seco el suelo, abrió los ojos está vez con su vista de vuelta, aunque eso no le tranquilizo luego de ver su entorno, estaba en un espacio abierto donde parecía ser de noche por la oscuridad del cielo, sin embargo a su alrededor no todo era oscuro, brillaba gracias a lo que supuso era lava que había bajo la roca trizada del lugar, aunque lo más inquietante para él era que todo se veía muerto.

No habían plantas, no habían siquiera animales o insectos a la vista, sólo roca trizada y lava, la sensación térmica era un caos había que agregar pues el menor ya se sentía sudar del calor constante que habitaba. JungKook se sintió extrañado, avanzó con pasos pequeños y cautelosos, no sabía qué esperar ni siquiera conocía el lugar pero a simple vista parecía eterno, se fijó que a lo lejos, lo que creyó como rocas eran árboles, o al menos lo que quedaba de ellos, ya que sólo eran un tronco quemado o roto, todos secos, parecía un bosque luego de ser atacado por un horrible incendio. Avanzó hasta allí, viéndose entre troncos negros, afiladas ramas que se encontraban rotas y raíces muertas, luego de caminar un rato se sintió retenido por algo que se aferraba a su pie, con un poco de cobardía contó hasta tres para darse el valor de mirar.

Giró su cabeza lentamente y sólo se encontró con una raíz que provenía del suelo, agitó su pie con la esperanza de que se rompiera por el mal estado de todos aquellos árboles, para su desgracia sintió que la raíz se aferró con más fuerza. Nerviosamente pensó que no quería romperse el pie "de nuevo", así que dejó de insistir, suspiró, ¿qué haría ahora? Miró afligido a su pobre pie.

Sintió un agarre en su muñeca y antes de poder reaccionar la otra también había sido atrapada, resultó que esos árboles acababan de tenderle una trampa, sus ramas y raíces se aferraban a sus extremidades con tal fuerza que JungKook jadeo, él hizo lo posible por no resistirse pensando que si hacía eso le iría peor, pero no dejaba de dolerle que todas las astillas de las ramas se clavaran en su piel y a la vez que se apretarán cada vez más. Tanto sus dos pies y dos manos estaban inservibles, sus brazos se mantenían estirados hacia arriba por bastante tiempo y ya comenzaba a sentir un hormigueo por dejar de sentirlos.

No sabía cuánto tiempo llevaba así pero comenzaba a dolerle la posición al punto de necesitar moverlos para comprobar que aún sentía sus brazos, intentó removerse pero un gemido de dolor escapó de sus labios al sentir como las raíces y ramas apretaban más el agarre, sintió como un hilo de sangre recorría su brazo proveniente de sus maltratadas muñecas, así que hizo lo único que se le ocurrió.

—T-taeHyung? ¿eres el qué hace esto? —no hubo respuesta—. ¡Kim TaeHyung, ya no me da gracia! —la verdad nunca le dio gracia pero de verdad dejaba de sentir los brazos y la posición estaba ya muy incómoda.

Sintió como una de las ramas se aferró alrededor de su cuello como un collar pero sin llegar a apretarlo tan fuerte como sus muñecas y pies estaban, pero claro que de igual forma se sentía nervioso, JungKook estaba convencido de que esto lo provocaba TaeHyung, aunque aún no le quedaba claro cómo.

—¡Kim TaeHyu- —sus palabras se cortaron al igual que su aire por un segundo, un dolor punzante llegó a su torso.

Bajo la mirada encontrando como dos grandes ramas acababan de atravesarle el cuerpo por la espalda baja saliendo por el abdomen, la herida sangraba sin parar, JungKook comenzó a sollozar y jadear del dolor y el espanto de saberse apuñalado.

No había pasado nada más que eso durante un tiempo, JungKook seguía llorando de la incómoda posición en conjunto del insoportable dolor que sentía en su abdomen y espalda, lo peor era que no podía moverse o abriría más la herida, ahí estaba inmóvil, sudado, con sangre recorriéndole su cuerpo y con su patético intentó de respirar sin soltar sollozos o quejidos. Sin embargo sintió como sus pies volvían a sufrir por causa de un abundante calor, a lo lejos vio como del suelo comenzaba a desprender chorros de lava que se iban acercando de apoco a él, para su desgracia una gota cayó sobre su hombro, la gota logró quemarle gran parte de la piel que tocó incluso llegando a atravesar el músculo. El pelinegro soltó un horrible grito que reflejó todo el dolor que sintió, sus lágrimas abundaban en su rostro, mientras que sentía que todo aquello era mucho para él, ni siquiera sabía por qué aún no se desmayaba del dolor. Él ya no quería esto.

Sintió bajo sus pies que la tierra comenzaba a temblar a la vez que el calor le comenzó a rostizar los pies y el suelo tomaba tonalidades rojas, sollozó sabiendo que hasta ahí llegaría.

Apenas sintió como un hueco se abría bajo sus pies para soltar un montón de lava que le calaría hasta los huesos, sintió como su corazón daba un brinco y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba sentado en la cama, comenzó a respirar rápido sintiendo un montón de adrenalina buscó estabilidad encontrándola en TaeHyung quien aún le miraba esta vez muy sonriente y animado.

—¡¿Qué mierda fue eso?! —prácticamente gritó JungKook agarrando la tela del hanbok de TaeHyung en un puño.

—Pues el infierno, ¿no? —dijo con voz tranquila—. Soledad y sufrimiento, creo que cumplí con los requisitos —habló viendo como el menor lo miraba incrédulo—. Al menos tienes la certeza de que esos chicos no te harán nada de lo que pasaste, a no ser que sean muy creativos...

—¡Estás loco! —le dijo conmocionado de verlo tan tranquilo, TaeHyung sólo se largó a reír.

—Hablo en serio cuando digo que me agradas —dijo TaeHyung mientras veía la ira en los ojos del contrario, ni siquiera parecía tener miedo.

El pelirrojo desapareció provocando que el agarre de JungKook quedara en el aire, el menor tenía un par de cosas más que gritarle al otro pero simplemente se fue, desapareció.

Sintió frustración recorrer su cuerpo, fijándose que como la vez anterior no tenía ninguna herida, como si nada hubiera pasado, y sin embargo podía recordar el dolor de cada una de ellas.

Se fijó en la hora notando que eran las 00:37AM, bien al menos podría dormir, si es que lo lograba pues el evento anterior lo dejó algo abatido.

—Puto fantasma de mierda —susurró antes de tomar sus cosas para irse a dormir.

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[N/A]

[Nota antigua 2019-2020¿?]

La historia llegó a 1K, muchas gracias me alegra saber que hay gente que le interesó la historia. ♡

Read you soon.

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