[Maratón 2/3]

Sábado.

A pesar de la diferencia de horarios, pude reconciliar muy bien el sueño.

Me desperté a las ocho de la mañana, era un día soleado en Los Ángeles.

-Despierta dormilona- moví a mi prima, la cual tenía el sueño pesado.

-Déjame en paz- tomó su manta y se cubrió toda.

-Despierta, tenemos que aprovechar el día- dije y se quitó la manta de la cara para mirarme con ojos medio abiertos.

-Es temprano _____- se talló los ojos.

-No importa-  me encogí de hombros- quiero aprovechar mi visita.

-Está bien, solo porque estás de visita- rodó los ojos. Reí.

-Me voy a duchar para que después te duches tú- asintió.

Tomé la ropa de mi maleta y me dirigí al baño. Por cierto, mi maleta la había puesto en una silla, para así tomar mi ropa con más facilidad.

Traje dos maletas; la grande, dónde iba toda la ropa importante, y la maleta de mano, la cual era más pequeña que la otra; en esta llevaba tres pares de zapatos, toallas, también toallas sanitarias (por precaución) y ese tipo de cosas.

Dí un maravilloso concierto en la ducha; creo que empezaré a cobrar por cada concierto en la ducha.

Me vestí en el baño y salí a la habitación de mi prima.

-Tu turno- dije para salir de la habitación y darle tiempo para bañarse.

Bajé a la cocina y sonreí al ver que la mayoría de mí familia estaba ahí. Estaban todos menos George, es un perezoso.

-Buenos dias- saludé en general.

Todos me saludaron con un "buen día"

-¿Dónde está Grace?- me preguntó la tía Claire.

-Se estaba duchando- le contesté y asintió.

La comida ya estaba hecha, así que me senté a comer. Grace llegó a los diez minutos a comer con nosotros.

Mis tíos Grace y Robert siempre han sido alegres, por lo que el desayuno con ellos no fue para nada aburrido.

Hablábamos de cosas no tan aburridas, cono el clima de Londres y esas cosas, pero hasta lo más aburrido con mis tíos, puede llegar a ser lo más divertido.

-Buenos días- llegó un adormilado George a la mesa.

-Un poco tarde, ¿Eh?- habló mi tío Robert.

-Lo siento- bostezó.

-Ahora te toca desayunar solo- le dijo mi tía para levantarse de la mesa.

Ya todos habíamos terminado de desayunar.

-Yo te acompaño- le sonreí a mi primo.

-Gracias- hizo un intento de sonreír.

-¿Estás bien? No te encuentras feliz, a como de costumbre- le pregunté al notarlo triste.

-¿Puedo confiar en ti verdad?- me preguntó asentí.

Él tomó su desayuno y se sentó en frente de mí en el comedor.

-Creo que mi novia quiere terminar conmigo- me dijo- estos días ha estado cortante conmigo, y cuando desperté, recibí un mensaje de ella diciéndome que quería hablar conmigo.

-¿Sabés que si termina contigo, ella se lo pierde, verdad? Eres un chico genial George, y la vida sigue, sin importar con quién estés.

-Pero yo la amo- contestó comiendo.

-¿Cuánto llevan?

-Un año y dos meses- preguntó con su tono de voz apagado- ¿Crees que ya no me quiera?

-No sabría qué decirte George- dije- pero si sucede algo, estaré para ti.

-Gracias por esuchcarme- me sonrió.

-No es nada- le devolví la sonrisa.

Le dije que iba a retirarme de la mesa para hablar conis padres. Bradley vendría hoy, y lo iríamos a traer al aeropuerto.

-¿Ya llegó?- les pregunté.

-Sí, vamos- me dijo papá- pero solo iremos nosotros.

-¿Por qué no puedo ir?- esto es injusto- es mi hermano- reclamé.

-Viene cansado _____.

-Está bien- refunfuñé.

-Te quedas con tus primos- me dieron un beso en la cabeza y desaparecieron del pasillo.

Es injusto, yo quería ver a mi hermano y no me dejan. Aunque, si yo hubiera ido con ellos, no alcanzaríamos en el auto de mis tíos, ahora entiendo.

Me quedé pensando en que podría hacer este mes en Los Ángeles. Tal vez podríamos ir a la ciudad y nos encontramos a alguna celebridad.

La casa de mis tíos digamos que no está tan alejada de todo lo que es la ciudad. Vive en una residencia muy bonita. Todas las casas son de dos plantas, tiene un parque, una piscina comunitaria, y sin mencionar que es una residencia grande.