5. Desacuerdo
POV Adrien
En cuanto la chica se subió en mi Jeep, quedó completamente impresionada.
—¿Para qué necesitas tanto espacio? —Pregunto divertida a la vez que se colocaba el cinturón de seguridad.
—Uno nunca sabe —Respondí de manera coqueta pero solo sirvió para que me mirase con una advertencia reflejada en sus bellos ojos —¿Qué? No me mires de esa manera, solo digo por si es que un día necesitas llevar algo pesado y tal vez el coche de tu marido no sea lo suficientemente...
—Adrien, estás restando puntos —Advirtió fingiendo seriedad a pesar de que las comisuras de sus labios temblaban por el esfuerzo que hacía para contener una sonrisa —Y no, no necesitaré tu ayuda.
Asentí mientras encendía el motor de mi auto, no sabía con certeza por qué me salía tan natural ser un idiota pero debía cortar con el rollo de coqueto cuanto antes.
No pude evitar darle miradas fugaces de vez en cuando, debió de haber sido duro para alguien como ella perder un embarazo.
—¿Por qué diablos me miras de esa manera? —Pregunto explotando de pronto.
—¿De... De que manera?
Alzó una ceja y cruzó sus brazos con exasperación mientras me miraba fijamente.
—Como si fuera una indigente o un preso inocente...
—Estas imaginando cosas —Replique con rapidez —Yo no te veo de ninguna manera rara...
Suspiro y guió su mirada hacia la ventana de copiloto. No podía decir nada a no ser que quisiera que mutilasen a mi amigo por soplon, pero la ansiedad me desgarraba por dentro, realmente quería que ella confiara en mi para contarme la situación...aunque las cosas no funcionan así.
—Mari, hay algo que quiero preguntarte —Dije acabando el silencio incómodo que nos había caído encima —¿Donde esta tu kwami?
A pesar de tener la vista fija en el camino, pude notar la manera en la que se tenso. Entrelazó sus manos sobre el regazo y clavó la mirada en la ventanilla.
—¿Por... Por qué preguntas? —Respondió sin mirarme.
—Porque me pareció extraño que lleves solo uno de tus miraculous —Casi por instinto la chica se llevó la mano al arete, intentando ocultarlo de mi vista —¿Está todo bien?
—Si, es solo que... Ehh... Luka... A él le preocupa que me mate así que le prometí que no los volvería a usar —Se aclaró la garganta y me miró para luego sonreír con naturalidad —Pero aun seguia dudando de mi, así que le entregué uno de mis miraculous para que estuviese tranquilo...
Su excusa no sonaba del todo verdadera, así que desvié una de las manos del volante y la deposite sobre la suya, provocado que se asustara ante el contacto.
—¿Él sabe tu identidad? —Asintió lentamente y por algún motivo tuve la necesidad de darme la cara contra la ventanilla —Se que puede sonar ofensivo para ti, pero ese sujeto es un imbécil. No te puede prohibir ser Ladybug.
Apartó la mano de un tirón y me miró con las cejas en alto, como si no pudiera creer mis palabras.
—Adrien, él se preocupa —Respondió suavemente —¿Tú no reaccionarias de la misma manera?
«Touché, my Lady » Pensé con ironia, aún así no pensaba admitir que estaba en lo cierto.
—No, porque yo podría protegerte —Ella puso los ojos en blanco y soltó una risa amarga.
—No todo el mundo tiene un Miraculous, Adrien —Sonreí con satisfacción y arrogancia.
—No es mi culpa que él no sea digno para tener uno, además tú me preguntaste que es lo que yo haría —Dije haciendo énfasis.
—Me parece que no sabes diferenciar una pregunta retórica —Murmuró en voz baja.
Mi sonrisa se amplió aún más, no por el hecho de que se había quedado sin respuestas sino por qué no negó que su prometido no fuera digno de portar un miraculous, eso para mí era como una dulce victoria por encima del "Señor Perfección".
—Y... ¿Hoy se encuentra el famoso Luka en casa? —Pregunté cambiando un poco de tema —¿O todavía no merezco conocerlo?
—Antes que nada, yo nunca dije que no puedes conocerlo —Exclamó sorprendida por mi pregunta —Y lamento informarte que no, no regresa de su viaje hasta la próxima semana.
—¿Se puede saber a dónde se fue? —Me miró con una ceja alzada, cuestionando mi interrogatorio.
—Esta investigado un homicidio en Mónaco... Es policía.
—¿Acaso no hay policía en Mónaco? —Pregunté por lo bajo para mí mismo a la vez que dejaba salir una risa irónica.
Era la excusa más obvia y estúpida que había oído jamás, claramente debía estar investigando muy a fondo el cuerpo de alguna mujer, mientras que la ilusa de su prometida lo esperaba en casa.
«A no ser que ese hombre fuera el mismísimo Sherlock Holmes, no hay manera de que enviaran a un policía cualquiera casi al otro extremo del país por un homicidio... A no sé que solo sea una tapadera para ocultar alguna infidelidad. »Me reí nuevamente con aquel pensamiento.
—¿Qué quieres decir con eso? —Preguntó casi sin aliento, captando mi atención.
«¿Acaso lo dije en voz alta? »Pensé al ver la expresión pálida y preocupada de la chica que se hallaba a mi lado.
—¿Co...Con qué?
—¿Crees que sea muy serio el caso como para enviarlo tan lejos? —Se llevó una mano al mentón de manera pensativa —¿Podría tratarse de un asesino serial?
Casi se me escapan los pulmones del suspiro que deje salir, por un minuto pensé que lo había dicho en voz alta.
—Esperemos que no... —Apreté las manos en el volante y entorne la cabeza tratando de quitarme la molestia que sentía en el cuello —A nadie le gustaría que algo malo le pasase.
〈↠❀↞〉
Luego de dejar a Marinette en su casa, retomé el camino a la mía con tranquilidad. No podía esperar a que fuera mañana para ver la reacción que tendría la chica cuando se enterase de que su padre la quiere como aprendiz.
Aparque el Jeep dentro del garage y luego ingresé a la casa mientras silvaba alegremente por lo bien que casi bien que había salido ese viaje, habíamos progresado un poco más desde ayer y eso sí que era motivo de festejo.
—¡Cómo puedes hacerme esto, Gabriel! —Gritaba una mujer desde la sala —¡Luego de todos los años que me dediqué a servirte!
—Nathalie, baja la voz...
—¡Hasta oculte tu maldito secreto mientras que veía como tu hijo sufría por tu ausencia! —Un estallido me sobresalto, no quería irrumpir en medio de una pelea pero tampoco quería que ninguno acabase muerto.
—Ya te dije que no te voy a despedir... —Dijo su padre con exasperación.
Al entrar en la sala los dos adultos me dirigieron miradas cargadas de ira. Nathalie tenía el maquillaje corrido y su cabello hecho un desastre, a diferencia de su padre que se veía tan profesional como siempre.
—¿Que sucede? —Pregunté tratando de sonar superior e iracundo, pero en cambio me salió un tono tembloroso demasiado bajo.
—Tu padre, de pronto, decidió que sería mejor que me ausente durante unos meses al trabajo por qué ya no va a requerir de mis servicios —Exclamo la mujer con la voz temblorosa —En pocas palabras, me está despidiendo por qué va a contratar a una mujer mucho joven que yo.
—Nathalie, ya te dije que... —Le arrojó un adorno que había en la pequeña mesa junto a ella —¡Ya deja de lanzarme cosas!
Cuando tomó otra cosa de la mesa ya casi vacía, le tomé el brazo con suavidad y le arranqué el objeto de su mano.
—¿La vas a echar? —Pregunté mirando a mi progenitor.
—¡No! Sólo estoy intentando de ser amable —Se enderezó y me miró con enfado —¡Anda! Dile quién me presionó para que ascienda a la señorita Dupain-Cheng.
Mi agarre se aflojó mientras formaba un "Ohh" mudo con mi boca, que fue rápidamente reemplazado por una sonrisa inocente.
—Tal vez fui yo...—La asistente de mi padre me miró sorprendida —Él no te miente, Nathalie... Yo le pedí eso.
Miró a mi padre y luego a mi de nuevo, sus mejillas se fueron tornando cada vez más rojas mientras abría la boca tratando de decir algo.
—Todas las cosas que te dije... Yo... Gabriel... —Levantó la mirada a mi padre y este simplemente soltó un suspiro y le tendió un pañuelo de su bolsillo.
—Ve a lavarte el rostro y luego discutiremos mejor los detalles en mi estudio —Dijo con calma.
Ella simplemente asintió y desapareció por la puerta, dejándonos completamente a solas. El silencio se había hecho pesado ahora que la voz histérica de Nathalie no hacía vibrar los vidrios.
—Debería echarte de la casa por obligarme a hacer esto, niño —Murmuró mientras aflojaba su corbata con cansancio —Casi logras que ella me mate.
—No intentaba matarte, se calmaría luego de darte con algo en el rostro —El hombre de lentes sonrió a medias pero aún así me miró con reprimenda —No entiendo por qué le estás dando unas vacaciones, ¿Sucedió algo?
—No Adrien, pero si voy a tener a esa niña pegada todo el día es mejor que Nathalie no esté presente —Suspiró y se colgó el saco en su brazo —Se siente incómoda con la presencia de algún tercero y créeme cuando te digo que su desempeño es pésimo.
Nunca podría imaginar a esa mujer, que parecía inquebrantable las veinticuatro horas de los siete días de la semana, perder los estribos por alguna persona pero luego de verla enloquecida minutos atrás ya no podía estar seguro de que creer.
El hombre de lentes se peino hacia atras el cabello con cansancio y luego se dirigió a su oficina sin volver a decir más nada.
La culpa comenzó a removerse dentro mío, lo último que quería provocar eran problemas a la pobre de Nathalie ya que, además de haber cuidado de mi durante una cierta instancia de mi vida, se había encargado de dirigir la empresa en nuestra ausencia.
Solté un largo suspiro y me dirigí a mi habitación, aún sentía la presencia de Marinette con intensidad como si fuera un sueño verla y escucharla en persona nuevamente, es una lastima que llegase tan tarde como para encontrarla comprometida. Si hubiese regresado hace años...
El timbre de mi celular captó mi atención, para mí suerte el nombre de la peliazul era el que ocupaba la pantalla.
—¡Adrien Agreste! —Exclamo con enojo fingido, tratando de aguantar una risa —¿Cómo te atreves a regresar y no informarme?
—Kagami —La saludé con una amplia sonrisa formándose en mis labios —¿A qué debo tan grata llamada?
—Mira niñito —Advirtio —Te quiero ver en este preciso momento, aún me debes un duelo...
Miré la hora en el reloj de mi muñeca y me lo pensé varios segundos antes de proponerle una mejor idea.
—¿Te parece si cenamos juntos? —La oí soltar una risa contenida.
—Claro que si —Respondió con calma antes de suspirar —Tenemos tantas cosas de las que ponernos al día...
Tal vez las cosas no fueran del todo mal, después de todo Kagami y yo éramos muy unidos... Ella podría ayudarme a despejar mi mente mejor que cualquier otro.
¡Geeeelooou chicxs!
Les tengo una noticia bastante malosa, para lxs que lean mis otras historias (Una Mulan Moderna y El Despertar) les aviso desde hoy que no van a haber actualizaciones esta semana.
Lamentablemente no llegué a escribir más capitulos durante el fin de semana y no quiero quedarme sin nada en caso de "emergencias" así que me tomaré una semanita para adelantar unos cuantos capitulos. No se preocupen, en cuanto los tenga prometo actualizar en el instante 😊
PD: También me retrasé con esta... Qué cosa torpe que soy :v but aquí se los dejo.
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