Proseguían el camino por aquel laberinto sin saber con certeza por dónde deben ir ni a que nueva prueba se dirigen.

Entraron en una sala, pero no como la anterior,el techo y las paredes estaban pintadas de un azul oscuro con relámpagos dibujados en ellas. El suelo era de piedra pulida y a cada lado de la puerta había una estatua de piedra de un hombre igual al que se encontraba en aquella sala.

Era un hombre de un metro noventa, con ojos azul metálico, iba con vestimenta extraña de color blanca y celeste, llevaba una capa blanca, un peculiar sombrero parecido a un escudo y una vara de metal de dos metros en su mano.

En un instante se cerró la puerta de entrada y el extravagante individuo se dirigió hacia ellos.

- ???: Hola niños, soy vuestra próxima prueba, si me vencéis podéis se os abrirá la puerta, sino morireis aquí, por cierto, me llamo Raijin.

- Zoro: no me importa tu nombre cabeza escudo¿vamos a pelear o no? Tenemos prisa por salir.

- Raijin: eres un insolente, voy a hacerte ver como no pierdes ante mi.

- Zoro: si me dieran un dólar por cada vez que me han dicho eso fundaria mi propio pais con el dinero.

- Raijin: te voy a quitar ese humor cuando acabe.

Zoro sacó sus katanas poniéndose en posición de combate y fue el solo directo al ataque.

- Liz: ¡Zoro espera!

Zoro no escuchó a Liz y atacó. Raijin le paró con la vara posandola en el pecho de Zoro, el cuál se paró en seco y un voltaje emitido desde aquella vara hizo volar a Zoro.

- Raijin: ¿Te ha gustado?

- Zoro: ¿Qué acaba de pasar?

- Liz: es lo que queria decirte, él es peligroso.

- Zoro: ¿Sabes cómo lo ha hecho?

- Liz: creo q si, según la religión oriental Raijin es el dios del trueno, por lo que ha podido soltarte una descarga.

- Zoro: ¿No hemos tenido bastante, que ahora hay dioses contra nosotros?

- Raijin: la chica tiene razón pero no os desesperéis, no soy un dios completo, estoy en este recipiente humano y solo puedo sacar mi poder con mi vara, es mi tesoro sagrado.

- Zoro: me da igual si eres humano, angel, dios o rata de cloaca. Estoy aquí para vencer, asi que preparate para perder ante mi.

- John: hay que evitar la vara, lo haremos juntos.

- Zoro: empecemos que no tenemos toda la vida.

Se dispusieron para atacarle todos a la vez y fueron directos hacia él.

Raijin empezó a electrificar su vara con los poderes, causando una pequeña onda cada vez que alguno de ellos la golpeaba con su arma.

Era una dura pelea en la que debían tener cuidado para no acabar electrocutados por el dios.

Al principio le atacaban pero por la velocidad del dios no podían dañarle, pero él tampoco contraatacaba.

Zoro corriendo hacia el dio un salto pasando sobre su cabeza y cuando miró hacia arriba Liz le golpeó la rodilla con el nunchaku, escuchando un crujido del hueso.

Raijin se arodilla y Zoro tras él intenta matarle, pero Raijin le electrocuta con la vara haciendo que choque contra la estatua que está justo tras Raijin. Entonces Zoro vuelve junto a sus compañeros.

- Zoro: no se moverá con la rodilla así.

- John: Zoro, tengo un plan.

- Zoro: Dime.

Los 3 se acercaron y contaron el plan sin que el dios lo escuchara.

- Zoro: podrías morir en este plan.

- John: hay que arriesgarse.

John fue corriendo hacía Raijin agarrando la vara con fuerza, la cual empezó a electrocutarle provocando que salga volando y se llevó la vara con él. Y se quedó descansando en el suelo.

- Raijin: ¡Mi arma, devolvedmela! Sin ella solo soy un humano.

- John: ¡Zoro, ahora!

Zoro lanzó su katana girando hacia el cuello del dios el cual se tiró al suelo donde se quedó, acabando la katana clavada en la estatua.

- Raijin: ¡has fallado!

- Zoro: No lo creas.

La estatua se fracturó y cayó sobre el dios dejándolo inmovilizado.

En ese momento la puerta se abrió.

- Zoro: soy Zoro, recuérdalo como el nombre de unos de los mortales que te vencieron.

- Raijin: ¡Serás bastardo!

Siguieron su camino por el laberinto intentando buscar una salida. Prosiguen por cada camino, cada giro, cada subida o bajada.

Entraron en una habitación totalmente oscura dónde no se veia nada, cuando en un instante se cerró la puerta.

- Liz: ¿Dónde estamos? no se ve nada.

- John: no soy capaz ni de veros incluso a vosotros.

- Liz: ¿Alguno tiene fuego?

- Zoro: yo tengo, apartaos.

John y Liz se apartan sin saber donde pisan, y se escucha un sonido metálico, es Zoro usando su truco especial de la espada en llamas.

- Liz: Bien pensado Zoro.

- Zoro: ¿Dónde estamos? En el suelo hay surcos.

Zoro acercó la espada flameante al surco del suelo y empezó a arder, el fuego se extendió hacía una gran antorcha en el centro, que ilumina la gran sala, y esta vez hay dos puertas, con un guardián en cada una de ellas.

- Zoro: ¿Hay que pelear contra ellos?

- Liz: espera Zoro, hay algo escrito en el suelo.

Ante la gran antorcha hay una inscripción.

- Zoro: ¿Qué es lo que dice?

- Liz: dice... "Si la prueba quereis pasar, mucho debeis pensar. A un guardia una pregunta debeis decir, o aquí vais a morir".

- Zoro: sobre la puerta hay mas escrito.

- Liz: sobre la puerta dice... "En una puerta se haya la muerte y en otra la salida, elegid bien si quereis salir con vida. Un guardia siempre miente y otro dice la verdad, pero nose sabe cuál es cual".

- John: solo tenemos una pregunta y debemos elegir a que guardia decirselo, o podemos morir.

- Liz: pero un guardia dice la verdas y otro miente ¿Cómo sabemos de cuál fiarnos?

- Zoro: no lo sabemos. Por eso tenemos que buscar la pregunta indicada.

- John: debemos empezar a pensar o nunca saldremos vivos de aqui. Porque no podemos jugarnosla a un cincuenta por ciento de mortalidad.

Entonces se quedaron pensando en cual seria la pregunta que resolvera sus problemas.