El cristal equivocado
Empieza a llover, despertando a John y Zoro, y empieza a llover cada vez mas fuerte, dejandolos totalmente empapados y empiezan a correr buscando un refugio.
Entraron en una cueva, pero era extraña, pues la entrada en la cueva parecia haber sido tallada, y hay una especie de simbolos. Pero entran sin hacer caso.
Recuperando el aire de haber corrido hasta encontrar la cueva, John se da cuenta de una luz que proviene de las profundidades.
- John: mira esa luz, creo deberiamos averiguar de que se trata.
- Zoro: tienes razón, no me gustaria nunca sorpresa inesperada.
Ambos se adentran en la cueva, y ven a un hombre de mediana edad, pelo castaño y ojos verdes, sentado en el suelo con una antorcha en su mano derecha y mirando a la profundidad de la cueva. John se acerca a él sigilosamente pero el hombre se da cuenta de ello.
- ???: ¡No quiero problemas, no me hagais daño!
- John: ¿Como te llamas?¿Hay alguien mas contigo?
-???: me llamo Sebastian, y estaba acompañado...
- John: ¿Dónde están tus compañeros?
¿Cuántos son?
- Sebastian: Son dos compañeros, un amigo y mi hermana, tengo el tobillo torcido, asi que me dijeron que irian a investigar la cueva pero eso fue hace dos dias.
- John: ¿Llevas aqui dos dias sin moverte? ¿Y sigues con una antorcha encendida desde entonces, aqui esperando?
- Sebastian: llevo aqui dos dias, pero las antorchas se han ido apagando, aunque por desgracia es la única que me queda.
- John: Bueno iremos a investigar, a ver que ha pasado, ¿verdad, Zoro?
- Zoro: Como quieras, preparare una antorcha para nosotros.
En ese momento Zoro coge un palo tirado por el suelo de la fria cueva, y arranca las mangas de su camiseta y poniendola en el palo le prende fuego con la llama de la otra antorcha y se disponen a adentrarse en la cueva.
Al rato de andar, se nota el suelo más pegajoso, al alumbrar hacia el encuentra un charco de sangre, con un hombre boca abajo y una flecha atravesando el craneo, y a su lado unas pisadas de sangre adentradose en la cueva.
- John: pensaba que no se permitian ninguna arma que lanza ningún tipo de proyectil.
- Zoro: pues alguien se abra saltado esa parte, porque es obvio que este no ha muerto solo.
Zoro, sigue caminando y suena un ¡Clic! del suelo.
- John: ¡Zoro cuidado¡
Una flecha sale de la pared dirigida hacia la cabeza de Zoro, pero él, la atrapa centímetros de su cabeza, evitando su inminente muerte.
- Zoro: ya sabemos de dónde vienen las flechas, asi que deberiamos tener mas cuidado en este lugar por si hay más trampas como estas.
- John: tienes razón, ademas hay que buscar a la chica desaparecida, porque ya hemos descubierto el destino de uno de ellos. Espero que este bien.
En ese momento John le hace señales con las manos a Zoro, y los dos empiezan a correr agachados mientras las mortales flechas sobrevolaban sus cabezas.
Al fondo vieron un abismo en medio del camino, donde no se veia el fondo.
- Zoro: ¡Salta e intenta no morir!
Entonces los dos saltaron sobre el oscuro abismo, Zoro al llegar a la otra parte y empezo a rodar varios metros, pero John tuvo mas dificultades, acabando la antorcha al fondo del abismo y el intentando subir, colgado al vacio.
- Zoro: ¡Agarrate a mi mano y te subo!
Consiguen subir a John y los dos acaban sentados en el frio suelo de aquella extraña cueva.
- John: gracias Zoro, me has salvado la vida.
-Zoro: tu me la salvaste al conocernos, te la debía.
- John: Veo que estamos en paz, me alegra tener a alguien que me cubra las espaldas en esta gran locura.
- Zoro: Igualmente, me va a dar pena acabar contigo cuando todo esto acabe.
- John: ya lo veremos, no soy tan facil.
- Zoro: diselo al hueco, que casi caes al vacio.
Los dos empiezan a reir a carcajadas, luego se levantan y siguen adelante.
Ven una luz al final del camino, una puerta hacia el exterior. Ambos corren a la salida, y cuando salen se quedan totalmente parados observando el lugar.
Se trata de un gran terreno circular con grandes paredes parecido a un coliseo romano pero con un ambiente azteca, con rocas grises llenas de musgo, y una torre en el centro que mide unos 5 metros.
Se ve un resplandor azul, producido por cristal que se encuentra en la cúspide de la torre, y caminan hacia ella, pensando en como subir.
Cuando llegan a la base de la torre, se escucha un gran estruendo y por toda la zona y empiezan a caer pequeñas rocas de la cima de las paredes del lugar.
- John: ¿Que es ese ruido?
- Zoro : No lo se, pero no suena a bienvenida . Pero hemos encontrado un cristal asi que busca una manera de subir.
- John: Pero dijeron que el cristal era rojo, ese también tiene que ser el cristal equivocado.
- Zoro: También dijeron que podrías marcharte cuando quisieras, pero él unico destino que nos espera es la muerte o quedar el último.
Aparecen una gran cantidad de criaturas que parecen ser hormigas gigantes y negras, de unos 3 metros de longitud.
- John: No se que esta pasando, pero esto no es bueno.
- Zoro: hay que sobrevivir a esto y buscar la forma de subir, asi que prepárate porque empieza lo interesante.
John se prepara con su cuchillo, y Zoro desenvaina sus katanas, colocando una en cada mano y otra sujetandola con la boca.
Las hormigas gigantes se acercan con velocidad hacia ellos y empieza la pelea.
John, corre hacia una de las hormigas, rebanando dos de sus patas, agarrando su antena y columpiandose hasta llegar encima de la cabeza, donde clava su cuchillo acabando con ella.
- Zoro: No está nada mal, pero mira esto.
Zoro corre hacia ellas, se desliza bajo una hormiga y abre su abdomen. Corre hacia otras dos, salta entre ellas y atraviesa la cabeza de ambas, dejando a las 3 en el suelo.
- John: muuy bieen, a ver quien de los dos mata a más de esas criaturas.
John y Zoro empezaron a matar a todas y cada una de esas criaturas, dando a relucir sus habilidades de combate.
Sonó un gran estruendo y las hormigas empezaron a retirarse, con aspecto tembloroso, como si temieran lo que esta apunto de aparecer.
Apareció la hormiga reina, una criatura de ojos rojos, y cuerpo negro, con unos 6 metros de longitud.
- Zoro: Creo que vamos a tener problemas con esta.
- John: Tienes razón, ¿Piensas lo mismo que yo?
- Zoro: Ya lo creo, pero solo tenemos una oportunidad asi que ... ¡Vamos!
Zoro y John empieza a correr hacia la colosal hormiga, cada uno por un lateral y clavan sus cuchillas en las patas delanteras, provocando que se incline hacia delante.
Ambos se cuelgan de una antena, posicionandose sobre la cabeza de la monstruosa criatura, la cual se pone en vertical, lamentandose por el dolor de sus patas.
- Ambos: ¡Ahora!
Y saltan hacia la cima de la torre, tocando el luminoso cristal azul, provocando que los dos junto todo lo que llevan, se conviertan en ceniza.
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