Ciudad del desierto
Tras unos dias de constante lucha por su supervivencia y por el agotamiento estuvieron un tiempo tumbados en la arena hasta sentirse revitalizados.
- Zoro: ¡dios! me siento como si hubiera descansado durante meses.
- John: creo que nos hacia falta algo asi después de los días que llevamos.
- Liz: chicos, creo que deberíamos seguir con nuestro camino.
- John: tienes razón.
- Zoro: bueno, pues continuemos.
Se levantan, se sacuden la arena de la ropa y siguen andando, durante horas.
- John: ¿Qué es lo hay a lo lejos?
- Liz: Creo que es... ¡Una ciudad!
- Zoro: ¿ Y qué hacen un cuidad en medio de este desierto?
- Liz: en el mundo hay muchas ciudades rodeadas por desiertos, sobre todo en paises musulmanes, cuidades importantes como Jerusalén.
- Zoro: gracias por la clase de geografía, pero no entiendo porque hay una en un lugar donde existen escorpiones con el tamaño de los edificios.
- Liz: seguramente por ambientar el lugar, y facilitar refugio.
- Zoro: pues me parece estupido.
- Liz: ya, pero nos servirá para no tener que huir cada vez que venga una tormenta.
- John: en eso lleva razón, asi que no perdamos tiempo, no vayamos a ser sorprendidos por alguna antes de llegar a la ciudad.
Se apresuraron para llegar a aquella ciudad del desierto. Al llegar, se encontraron con un enorme portón de madera, un poco descolorida probablemente por estar en una zona con tormentas de arena diarias. Rodeando aquella ciudad había un altísimo muro de piedra, siendo altamente difícil escalarlo, pero por suerte el enorme portón estaba abierto.
- Liz: ¡Vaya es altísimo!
- Zoro: lo más probable es que estuviera diseñado como protección para otras personas y tormentas de arena, que golpeasen los altos muros.
- John: ¡Entremos! y veamos lo que nos depara este lugar.
Entraron en la ciudad y se encontraron gran cantidad de casas de piedra del color de la arena, y con calles y calles llena de puestos de vasijas, comida, armas y todo tipo de cosas, pero sin un alma en esa ciudad, estaba totalmente desierta de personas.
- Zoro: no sé vosotros, pero yo voy a dar una vuelta a ver la ciudad.
- John: pues viendo lo ocurrido estos días será mejor no separarnos en un lugar que no conocemos.
- Liz: aunque parezca una ciudad tranquila no sabemos que peligros nos depara este insólito lugar.
- John: ademas debemos continuar la búsqueda del cristal que nos hará pasar de fase.
Prosiguieron su búsqueda, a la vez que curioseaban el lugar. De repente Zoro entra corriendo en una casa subiendo hasta la azotea.
- Liz: ¡Zoro, baja de ahí!
- Zoro: ¡Ese es el plan!
En ese instante Zoro salta de cabeza hacia el suelo mientras sus compañeros le miran sin saber que decir. Acaba aterrizando sobre una carreta llena de paja que habia entre un puesto y otro de la calle.
- Liz: ¡¿Eres idiota?!
- Zoro: siempre había querido probar el salto de fe.
- John: ¿Y qué tal?
- Zoro: me imaginaba algo más emocionante.
- Liz: parece que soy a la única que no le parece normal... bueno como sea, sigamos.
Prosiguieron su camino hasta pasar por delante de un puesto de armas del que John se sentía interesado.
- John: viendo a la cantidad de criaturas y personas a las que debemos enfrentarnos debería llevar mejor armamento. No podré ganar a todos con un cuchillo y técnicas de lucha cuando no estéis para combatir a mi lado. Creo que me llevaré esto.
Entonces John sacó un escudo con forma de diamante, plateado con suciedad por la arena del desierto, y con la otra mano sujetaba una espada de hoja curva, como las espadas que llevaban aquellos hombres del desierto.
- John: Perfecto, sigamos a ver si encontramos algo de interés.
Tras andar un poco más encontraron una gran plaza circular, con una gran estatua de un dios egipcio con cabeza de chacal, con una gema azul en su frente emitiendo una luz.
- Liz: ¡Mirad allí! es una estatua de Anubis, el dios egipcio de la necropolis, y si no me equivoco... ¡Lleva un cristal en su cabeza!
- Zoro: ¡Dichoso cristal! Es como el que nos trajo a este insólito desierto.
- John: Y sacarnos de él.
- Liz: Pero no sabemos a dónde nos llevará, debemos pensar bien en si lo hacemos o no.
- ???: No debéis pensar nada porque no saldréis vivos de aquí.
En ese momento se giraron y en la entrada a la plaza había un corpulento hombre que debía medir unos dos metros de altura, con una armadura como la de los caballeros medievales, una gran hacha dorada pero que era sujetada con una sola mano. Con el cabello pelirrojo, ojos claros con los que observaba fijamente y un bigote pelirrojo. Y a su lado un hombre, con el rostro cubierto y una espada en cada mano.
- Zoro: no es la primera vez que nos dicen eso y seguimos aquí,así que puedes marcharte de aquí sin causar problemas, bigotitos.
- ???: tienes coraje por eso dejare pasar tu insolencia. Soy el responsable de que no queden muchas personas en este desierto, he acabado con cada uno de ellos que ha pasado por aquí. Podéis llamarme King.
- Zoro: No, me gusta más el nombre de bigotitos.
- King: Tu lo has querido ¡Karma, mátalo!
Entonces el hombre que le acompaña fue directo hacia ellos directo para la lucha.
- Zoro: te enseñare el poder del futuro mejor espadachín del mundo.
Zoro se preparó para luchar, con su técnica de las tres katanas, y corrió hacia su contrincante el cual al estar cerca de Zoro, lanzó dos estocadas al frente, las cuales Zoro esquivó tirándose de rodillas y contraatacando con un corte que rebanó las manos de su rival, y acto seguido Zoro golpeó el pecho de su contrincante con la cabeza. Provocando que cayera al suelo y volviera arrastrándose sin manos hasta King.
- King: ¡¿Crees que eso que has hecho es un buen corte?! ¡Esto es un buen corte!
Entonces King alzó su hacha y la bajó velozmente abriendo por la mitad la cabeza de el hombre a su lado.
- King: No necesito un secuaz que no sepa luchar.
- Liz: ¡Eres un monstruo!
- Zoro: Has acabado con mi paciencia, acabaré contigo.
Zoro fue directo hacia el, King intentó decapitarlo con un golpe horizontal de su hacha, pero Zoro se agachó y contraatacó con sus katanas las cuales salieron volando al golpear la tenaz armadura. King agarró con una mano la cabeza de Zoro elevandole del suelo, y John y Liz fueron en su busca, cuando King sufrió un golpe a gran velocidad por la espalda haciendo que soltara a Zoro y perdiera el equilibrio.
Era la enorme rata, se dispuso morder fuertemente el brazo de King, frente a Zoro en el suelo.
- John: ¡Zoro, apoyo!
John fue corriendo hacia Zoro, y apoyandose en las manos de Zoro saltó sobrepasando a King, y golpeando la cabeza de su contrincante dejándolo en el suelo.
- Liz: ¡Corred, salgamos de aquí!
- Zoro: Rata, nunca te olvidaré.
Liz se posicionó bajo la estatua, John y Zoro corrieron hacia ella y saltaron tocando la gema desapareciendo del lugar.
- Liz: Lo siento chicos, pero no puedo dejar que un hombre como el salga de aquí.
Entonces subió a la estatua, hizo girar al máximo su nunchaku dando un fuerte golpe contra el cristal, fracturándolo y creando una gran explosión lumínica azul que envolvió y convirtió en cenizas a Liz.
- Zoro: ¿Estamos vivos? no se ve nada.
- John: no tengo ni idea, espero que si.
Y consiguieron salir del desierto, hacia un lugar desconocido y oscuro sin saber donde han podido acabar.
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