Capítulo 30: Supervivencia de la especie.
La vida en Flower Fruit Mountain es ruidosa, mucho.
En especial desde que Rumble y Savage nacieron, ¿Quién diría que nuevamente Macaque tendría gemelos? Era una increíble suerte.
Oh, si, las cosas se volvieron MUY ruidosas.
Y esta mañana, las cosas seguían siendo bastante movidas. Xing y Shaiming tenían 3 años, y realmente era increíble lo rápido que crecían, ya podían estar libremente por la casa e incluso hablar fluidamente. Nezha se ha tomado muy enserio su labor de maestro, enseñándoles no solo cosas como hablar y conocimientos generales, pues también les enseña a defenderse y meditar.
Macaque estaba bastante ocupado esa mañana, sabía que llegarían visitas en un rato, y debía preparar todo lo que podía mientras Wukong estaba cuidando a los gemelos menores, quienes. Era muy peligroso dejar a Rumble y Savage sin vigilancia, la última vez que parpadearon, ambos gemelos problemáticos habían iniciado un incendio y cazado a un oso.
Un maldito oso.
Claro que los padres de ambos monos pudieron darse cuenta y detener el incendio, además de que Wukong parecía orgulloso de sus pequeños, mientras que Macaque estaba realmente preocupado.
Normalmente bromeaban sobre eso, el hecho de que Nezha había llamado "hijos del caos" a Xing y Shaiming, mientras que Rumble y Savage de verdad parecían el caos en persona.
Pero ni siquiera Nezha pudo resistirse a la ternura de los cachorros de mono que tenían un año. Wukong seguía irritado con el príncipe, después de todo, todos sus hijos preferían estar con "el tío Nezha" antes de ir con su padre, irónico.
Aunque el problema comenzaba cuando PIF y Nezha estaban en el mismo lugar, ya que tal parece que Rumble y Savage preferían pasar tiempo con su tía PIF, incluso la familia Demon Bull solía llevarse a los pequeños a que pasaran un día allá, y vaya que les encantaba. Aunque eso hacía que Nezha se molestara, porque no podía llevar a sus "gemelos favoritos" al reino celestial por muchas razones, así que si, Nezha perdía contra PIF.
Los pasos de Macaque en la cocina se detuvieron, escuchando sus alrededores.
Todo estaba muy silencioso.
Demasiado.
Y si algo era preocupante, era el hecho de que en una casa con 4 cachorros y un rey mono que tenía fama por meterse en problemas, había silencio. Eso definitivamente significaba que algo malo había pasado.
Macaque salió de la cocina para ir a la sala, buscando con la mirada a alguien, pero estaba extrañamente vacío, pero podía oler algo: Sangre.
Eso definitivamente no era bueno.
Un alarmado Macaque salió de casa, siguiendo el olor, encontrándose con la desastrosa escena de un Monkey King tratando de enterrar unos cadáveres de pequeños animales, claro que no estaba solo, los 4 cachorros estaban junto a el cubriendo la escena del crimen.
Aunque Rumble y Savage estaban manchados de sangre y los demás sucios por la tierra.
—Papá nos obligó a ayudar.—Dijeron al unísono Xing y Shaiming mientras se levantaban rápidamente a los brazos de su madre.
Macaque frunció el ceño.
—Sun Wukong.—Su voz no sonaba nada feliz.
—Hay una explicación, lo juro.—Respondió Wukong, levantándose del suelo mientras cargaba a los otros dos gemelos de pelaje oscuro.
—¿Cuál es? Y no me digas que querías que practicaran la cacería, porque te dije mil veces que aún no.—
—¡Se emocionaron!—
—Sin excusas.—
—...Bien, bien. Lo siento.—
—Termina de limpiar el desastre y baña a los niños, ¿Si?—
—¡Pero papi! Queremos ayudarte.—Dijo Xing.
—¡Si! Aún podemos seguir sucios un poco.—Agregó Shaiming.
Macaque dejó escapar una pequeña risa.
—No pueden ayudarme si están sucios. Ahora, sigan a su padre, ¿Está bien?—Explicó Macaque.
—Está bien.—Respondieron los gemelos.
Todos fueron devuelta a casa, aunque Wukong fue al baño con los cachorros mientras sus clones se encargaban de terminar de arreglar el desastre. Por otro lado, Macaque iba a terminar de preparar las cosas.
Pronto sería el momento.
Cuando el atardecer llegó, y el sol se había escondido, la celebración había dado comienzo. Afuera del hogar de los monos (El cual por cierto, nuevamente tuvo una ampliación para que los nuevos gemelos también tuvieran un cuarto) había una fogata, además de que el olor a comida se podía sentir, un montón de olores deliciosos.
Alrededor de la fogata estaban todos, realmente felices de compartir una reunión de esa manera.
Estaban todos, desde MK y sus amigos, hasta la familia Demon Bull y Nezha.
—¡Entonces devoramos a todas esas ardillas!—Dijo un orgulloso Savage mientras su tía PIF lo cargaba en brazos.
—¡Oh! Suena realmente maravilloso, eres un muy peligroso demonio, Savage.—Felicitó PIF.
—¡No lo felicites! Vas a hacer que quiera meterse en problemas.—Dijo Macaque.
—Bueno, quizás no serían tan caóticos si tu esposo no fuese el caos en persona.—Agregó la mujer mientras le tiraba una mala mirada a Wukong. —Ya sabes todo lo que ha hecho, además, el disfruta de sepultar gente bajo montañas.—
—Pensé que ya no había rencores.—Dijo Wukong, quien se había acercado con un melocotón en su manos.
—Claro, debe ser fácil olvidar todo eso, ¿No?—Respondió PIF, sin dejar de tener el ceño fruncido.
—Oigan, ya cálmense.—Regañó Macaque.
PIF solo dejó de mirar a Wukong y volvió a ver a Savage que estaba en sus brazos.
—¿Algo de ayuda aquí?...—La voz de DBK hizo que PIF mirara a su pobre esposo que estaba sentado a su lado.
Macaque tuvo que contener una risa, mientras que Wukong si se comenzó a reír de manera bulliciosa, ganándose una mirada de odio de la pareja de toros. El pobre DBK tenía a Rumble jugando entre sus cuernos, sin poder alcanzarlo.
¿Por qué a los niños les encantaba jugar con el de esa manera?
—Rumble, ven.—Llamó Macaque. El pequeño hizo caso al instante, corriendo a los brazos de su madre felizmente. —Eso es, eres un muy buen niño.—
—Un muy buen niño que le encanta romper muebles.—Agregó Wukong, pero Macaque le golpeó con su cola en el rostro, una manera sutil de mandarlo a cerrar la boca.
—¿Puedes ir a buscar más leña, Peaches?—Preguntó Macaque, aunque fue más una orden, incluso DBK se rio ante la manera indirecta en que el mono de pelaje oscuro le decía a su pareja que se fuera.
—Claro, mi amada luna.— Pero Wukong no iba a permitirse quedar mal, así que solo se retiró.
Buscar leña no era complicado, simplemente se adentró a los bosques de Flower Fruit Mountain, no podía tirar los árboles más cercanos a la casa, así que iba más allá. Finalmente se encargó de cortarlos en buenos pedazos para comenzar su camino de regreso.
Había sido un grandioso día.
Era casi como volver al pasado, porque ya no había silencio, y cada día era una nueva aventura en su hogar, con su familia. Además de que habían visitas de manera muy seguida.
Wukong tuvo que subir una colina que anteriormente había pasado, desde allí podía ver casi todo Flower Fruit Mountain, o al menos la parte que era habitable. Ahora habían luces allí, locales y casas que parecían casi nuevas, llenas de vida.
Ah, si, MK y sus amigos habían decidido tener una casa en Flower Fruit Mountain cuando deseaban quedarse por días para conseguir algo de tiempo para entrenar o cosas así. Además, habían decidido ayudar al rey mono a restaurar todos aquellos lugares, cuidarlos. Había sido un precioso gesto de parte de ellos.
Oh, pero la mirada del rey mono se fijó en la fogata, todos reunidos a su alrededor, riendo, con unos alegres cachorros jugando con Nezha, quien normalmente siempre tenía un semblante tan serio, pero ahora reía. También había un Macaque que estaba acicalando a MK, con un par de gemelos mayores que se unieron a acicalar a su hermano mayor humano.
Wukong sonrió, siguiendo su camino, acercándose al lugar.
Luces, voces a lo lejos, risas, personas que amaba, su amado Liu Er Mihou... Wukong volvía a sentir que lo tenía todo.
Ya no había soledad.
Ya no hacía frio.
Había perdido a los pequeños monos, había perdido a su primer cachorro, pero al menos tenía una nueva oportunidad.
Wukong no necesitaba nada más que esto.
Quizás la especie no era una gran cantidad, sí.
Pero tenía algo mucho mejor que aquella errónea y trastornada idea.
Tenía familia.
Una familia tan diversa, pero realmente amplia y llena de amor y cariño.
Lo tenía todo.
—¡Peaches, ven! ¡Ya comienza a hacer frio, trae la leña!—Llamó Macaque.
Wukong sonrió.
—¡Voy, Mango!—Respondió mientras se acercaba a los demás.
Mientras se acercaba a su familia, a su nueva y perfecta vida.
Oh, si, quizás su especie fuese condenada a tanta mala suerte, pero ahora nada de eso importaba, finalmente se les permitía ser felices.
Iban a sobrevivir.
No.
Mejor, dicho...
Ellos iban a vivir.
FIN
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