Capítulo 24: Embarazo.

No fue una sorpresa para la pareja de monos saber que iba a funcionar, se supone que lo habían intentado sabiendo que estaba esa posibilidad, que alegría saber que Macaque había logrado embarazarse por segunda vez.

Aquella visión dorada del rey mono era realmente útil cuando quería ver al ser creciendo en el vientre de su pareja.

Una semana luego es que Wukong usó su visión dorada y pudo saberlo, diciéndole a su pareja, ambos celebrando aquel logro, emocionados.

Quizás más emocionados sabiendo que no era solo un cachorro.

Al día siguiente, fue el momento de dar la noticia, ambos lo hablaron, y sabían que debían comentarlo a los demás, en especial para contribuir al cuidado.

Aunque fue algo bastante curioso ese día.

...

—¡NO PUEDE SER, ESO ES GENIAL! —Exclamó un emocionado MK, quien iba a saltar a abrazar a Macaque, pero Red son lo agarró del brazo para jalarlo hacia atrás.

—Cuidado, no puedes ser tan imprudente. —Regañó el joven demonio.

—¡Si, eso! —Agregó Mei.

Wukong estaba preparando unos bocadillos para las visitas, mientras que Macaque estaba sentado en el sofá, con Red Son, MK, Sandy, Mei, Tang y PIF.

—¡Puedo traerte unos buenos té para durante el embarazo! — Dijo Sandy.

—Aunque deberías de tener una alimentación balanceada, no solo a base de té. —Comentó PIF. —¡Y nada de alcohol para ti! —

—¿Es enserio? —Cuestionó Macaque, pero ante la mirada seria de PIF solo soltó una risa. —Era broma, ya sé eso. —

—Más te vale. Espero que tu primitiva pareja pueda hacer un buen trabajo cuidándote. —Dijo PIF.

—Estoy aquí, ¿Sabías? —Respondió Wukong desde la cocina.

—Lo sé, por eso lo dije. No confío en ti. Así que me aseguraré de venir a ver que todo esté bien. —

—Gracias, Pif. —Respondió Macaque, sonriéndole.

—Sabes que puedes contar conmigo. —Respondió PIF, sonriéndole. —Bueno, tengo unas cosas que preparar en casa, así que me iré. Ustedes niños, traten de no molestar mucho a Macaque, ¿Bien? Necesita algo de descanso y nada de estrés. Confío más en ustedes que en ESE mono. — Fue lo último que dijo PIF antes de irse.

Wukong solo suspiró y fue con los demás, tenía en sus manos una bandeja llena de bollos al vapor. Todos agradecieron a la vez que agarraban uno, comenzando a comer.

—¿Todo bien, Moonlight? —Preguntó Wukong, mirando a su pareja, quien no agarró uno.

—Todo bien, simplemente no tengo ganas de un bollo al vapor ahora mismo. —

Quizás Wukong debió de darse cuenta de ese detalle, fue la primera señal del infierno que pronto iba a tener que pasar.

—Sunshine...—Un apodo demasiado dulce llegó a los oídos del mono de piedra.

Wukong abrió los ojos, encontrándose con un Macaque despierto a su lado. ¿Qué hora era? Ni siquiera él lo sabía, pero probablemente eran las 3 de la mañana.

—¿Mac?... ¿Qué sucede? —

—Quiero pasteles de luna. —

Ah, mierda.

Eso era lo que Wukong estaba ignorando.

Los "problemas" que traía el embarazo.

...

Las náuseas matutinas comenzaron en la tercera semana, y desde la segunda semana comenzaron los antojos, y en la cuarta semana comenzaron los cambios de humor repentinos.

Antes nada de esto fue un problema, pero quizás sea porque esta vez eran dos pequeños que Macaque parecía estar insoportable, aunque no para Wukong, quien le tenía una increíble paciencia.

Mucha paciencia, quizás demasiada.

Aunque para el segundo mes era realmente una cosa de suerte. Wukong nunca sabia con qué iba a lidiar esta vez

...

—Buenos días, mi dulce luna. —Saludó Wukong al abrir los ojos, abrazando a su pareja, quien ya estaba despierto, cubierto con las sábanas.

—No me toques. —Macaque gruñó mientras le daba la espalda y murmuraba maldiciones.

Ah, sí, así que hoy era un día de mal humor. Era entendible, después de todo los dolores de no encontrar una manera cómoda de dormir.

—¿Habrá algo que te ponga de mejor humor, Moonlight? ¿Algo que desees desayunar hoy? —

—Tampoco me hables. — Gruñó Macaque mientras sus seis orejas se movían ante el ruido.

Oh, así que era eso.

Wukong hizo girarse a Macaque, quien no estaba nada feliz por eso, antes de poder decir algo, el mono de piedra puso el rostro de Macaque en su pecho, más precisamente, un lado de su rostro, colocando tres de sus seis orejas allí.

—Concéntrate en el sonido. —Dijo suavemente Wukong.

El macaco de seis orejas esta vez no se quejó, solo se acomodó mejor, escuchando los latidos del rey mono. Si, Wukong lo conocía demasiado bien, lo suficiente como para descubrir que había despertado con problemas para controlar los sonidos que podía oír, era horrible, porque podía incluso oír a una persona roncando a más de millones de millas de distancia.

Macaque ronroneó al lograr concentrarse, sintiéndose cómodo y seguro, realmente amaba a ese mono dorado, porque nadie lo conocía mejor que él.

En algún punto el mono de pelaje oscuro terminó por dormirse, Wukong también volvió a dormir, no iba a quitarle la comodidad a Macaque, quien seguramente no pudo dormir bien al escuchar todo. Esto de estar embarazado no era fácil.

...

Los días más divertidos era cuando llegaba MK y los demás chicos. En especial MK, a veces Red Son faltaba o se escondía, porque sabía lo que pasaría si Macaque lo veía.

Curiosamente, Mihou se ponía cariñoso con los pequeños, demasiado, y dejaba a Wukong a un lado. Lo que era divertido es que Red Son siempre trataba de quedarse afuera y esconderse del agarre de Macaque, pero siempre era encontrado por el o sus clones.

MK realmente no estaba molesto por ser acicalado por Macaque, ya a estas alturas se había acostumbrado, Mei y Tang tampoco tenían problemas, aunque Tang seguía algo reacio a ser consentido como un niño.

De cualquier manera, todos habían aprendido a no tratar de pelear con una persona embarazada.

Mucho menos con un Macaque embarazado.

...

La pareja de monos pensó que la peor parte era el embarazo, pero la verdad no fue ni la mitad de difícil que el tan esperado día al mes numero 6.

El día del parto.

...

Ambos estaban disfrutando de estar acurrucados en el sofá, viendo una serie sobre cocina. Esta vez Macaque no se encontraba de mal humor, de hecho, se encontraba bastante tranquilo. Wukong estaba realmente feliz con solo escuchar a su pareja ronronear, realmente lo amaba tanto, uno de sus sonidos favoritos.

Pero repentinamente, el ronroneo se detuvo, luego, la mano de Macaque que permanecía agarrando la del mono de piedra hizo un agarre más fuerte, Wukong juraba que pudo sentir un hueso romperse.

—Wukong...—La respiración de Macaque era un desastre, había aumentado. —Llama a Pif. —

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Te sientes mal? ¿Qué paso? —

—Quizás porque la extraño mucho. —

—Ah, eso, entonces-—

—NO ES ESO, IMBÉCIL. ESTÁ PASANDO, ESTÁ PASANDO AHORA MISMO, LLÁMALA MALDITA SEA, MUEVE TU PUTO TRASERO DE AQUI Y LLÁMALA. —

Wukong se alteró, ¿Ya era el momento? ¿Ya iba a entrar en labor de parto? ¡Era el momento!

—¡Si! Yo... ¡Ya voy! — Wukong trató de mantener la calma, arrancándose pelos de su pelaje y creando clones para que fueran por PIF, de ninguna manera iba a dejar solo a Macaque esta vez.

—Bien, bien, vamos, respira...—Dijo suavemente Wukong, tratando de relajar a su pareja. —Solo hay que esperar a que llegue. —

—YA LO SE, MALDITA SEA, ¡CIERRA EL PUTO HOCICO! —

Si, quizás decirle "respira" a un embarazado en labor de parto no era buena idea.

Wukong solo pudo dar un quejido de dolor al sentir como Macaque se aferraba más a su mano, queriendo aguantar el dolor de alguna manera.

—¿TE QUEJAS DE ESO? ¡SOLO FUE UN PEQUEÑO AGARRE! ¡NO SABES EL PUTO INFIERNO QUE ES ESTO! —Gruñó Macaque al rey mono al escucharlo quejarse del dolor.

Ojalá que PIF no tarde demasiado.

...

Un rato luego, Wukong estaba fuera de su casa, mientras que PIF y su doctor demonio estaban atendiendo a Macaque. A los oídos del rey mono solo llegaban los gritos y maldiciones que Macaque soltaba, solo podía sentir preocupación y angustia.

—Tu. —La voz de PIF sacó a Wukong de sus pensamientos. Pudo ver a la mujer abrir la puerta del hogar y mirar al mono dorado.

—¿Qué sucede? ¿Él está bien? —Preguntó un ansioso Wukong.

—Es realmente insoportable. —Respondió PIF. —Y se niega a relajarse o dejarse tratar si no estás tu a su lado. Así que ven. —

—¿Yo? —Wukong no se sentía listo, no podía creerlo.

¿El? ¿Acompañar a Macaque en este momento? No estaba seguro de poder hacerlo bien. ¿Y si solo lo molestaba?

—Mueve tu maldito trasero aquí de una vez, el dolor es cada vez peor. —Regañó PIF.

Monkey King solo asintió rápidamente y entró a la casa, solo pudo ver la escena de como la sala se convirtió en una especie de consultorio. Había una camilla donde Macaque estaba acostado, aferrando sus garras a ella y dando quejidos de dolor. Del lado de sus piernas se encontraba el doctor, con su mascarilla, guantes y demás cosas puestas. También tenía a su lado una mesa con todas las herramientas que necesite por si acaso, y otras dos mesas para poner a los pequeños, aunque también tenía una que otra cosa que pudiese necesitar.

—¡WUKONG! ¡TU! ¡MALDITO INFELIZ! ¡VEN AQUÍ! —Gruñó Macaque cuando sus ojos se encontraron con los de su pareja.

Ah, sí, allí estaba, su adorado Macaque.

—Quédate a su lado para que pueda soportar el dolor, tomará algo de tiempo. — Indicó PIF.

Wukong se colocó a un lado de su pareja, agarrándole de la mano, aunque Macaque simplemente se aferró a su brazo, clavando sus garras, logrando sacarle sangre a Wukong. Pero Monkey King no se quejó, sabía que debía estar allí para su pareja.

Y de toda manera, no era lo más doloroso que había experimentado.

...

Seguramente fueron alrededor de 15 horas. Había sido complicado para Macaque, probablemente muy doloroso, pero había salido bien.

El macaco de seis orejas estaba regulando su respiración, la cual comenzaba a ser más tranquila, simplemente acostado en la cama con los ojos cerrados. Wukong no se apartó de su lado ni un solo segundo, acompañándolo en cada momento. Aunque todo su brazo fue víctima de las garras de Macaque, quien buscaba soportar el dolor de alguna manera.

PIF y el doctor los habían dejado solos, apartándose mientras revisaban a los pequeños. De fondo solo se escuchaban el bajo llanto de ambos cachorros.

—Lo hiciste bien, Mac.—Susurró Wukong, besando a su pareja en la frente.

—Claro que lo hice bien. —Respondió Macaque, abriendo los ojos y mirando a Wukong. —De hecho, hice todo. —

Monkey King soltó una pequeña y baja risa, sonriéndole a su pareja, quien respondió de la misma manera.

Todo estaba bien.

—Espero que estén listos, porque se ve que están emocionados por ver a sus padres. —Dijo PIF mientras se acercaba con un pequeño mono de pelaje dorado y ojos de igual color. Finalmente, se lo entregó a Macaque en los brazos, quien lo recibió con cuidado. —Es un niño. — Indicó la mujer.

—Es la maldita copia de ese mono engreído. —Dijo Macaque mientras acariciaba el pelaje del pequeño, quien había dejado de llorar al estar en brazos de su madre.

—Pero tiene tus 6 hermosas orejas, Moonlight. —

—Y aquí está la niña. —Dijo el doctor demonio mientras se acercaba con la pequeña en brazos, entregándosela a Wukong.

Una pequeña mona de pelaje blanco y ojos dorados, también tenía 6 orejas.

—Se parece a ti, definitivamente es hermosa. —Dijo Wukong, sonriendo mientras cargaba a la pequeña.

Al inicio, Monkey King tuvo miedo. Tenía miedo de hacerle daño, de cargarla de mala manera, pero ahora se sentía extrañamente más calmado, más satisfecho.

Feliz.

—¿Ya tienen nombres? —Preguntó PIF.

Macaque sonrió al ver a la pequeña, extendiendo su mano para tocar su pelaje.

Si, era su niña, su pequeña.

—Xing. — Dijo Macaque. —Nuestra pequeña y dulce estrella. —

Lo habían hablado antes, fue una charla corta, simplemente dieron ideas de posibles nombres y sonreían ante las posibles características que iban a heredar.

—Lindo nombre. —Halagó PIF. —¿Y el niño? —

Macaque acariciaba el pelaje de su pequeño cachorro en brazos, se había acomodado antes para estar sentado y poder cargarlo bien. El pequeño simplemente reía ante las dulces caricias de su madre, era realmente brillante, tan pequeño, un rayo de sol.

—Shaiming. — Respondió Macaque, y otra suave risa salió del pequeño mono.

Había quedado tan lejano el recuerdo de la primera perdida, era como si esta vez había recuperado al cachorro perdido.

Esta vez no habían perdido nada, ambos estaban felices.

La pareja de monos se miró y sonrieron, se sentían tan felices, sentían que todo finalmente había valido la pena.

Si, había valido la pena.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top