Estrella apagada
Capítulo dedicado a Nel-Sama
Una conocida melodía resonaba en los pasillos de la casa Min, mientras Yoon'Yuor caminaba por uno de estos a paso rápido, rumbo a la raíz de aquella melodía.
El sonido de los leves tacos de sus botas, acompañaban el resonar de la música, mientras aumentaba aún más sus pasos, queriendo llegar lo más rápido posible.
La melodía se va intensificando aún más, conforme se iba acercando.
Entonces gira al final del pasillo.
Sin embargo Yoon'Yuor, al llegar a la habitación, no entró enseguida, sino que se quedó parado en el marco de la puerta escuchando a la persona que entonaba aquella melodía.
Suspirando, apretó sus puños en demasía, y su cara se puso roja por la intensidad de sentimientos que le atacaban. Sus lunares ubicados en el ceño, los cuales brillaban levemente como estrellas, tintineaban por la tensión de su cuerpo.
Allí dentro estaba Tae'Glen, su esposo. Aferrado a aquel instrumento musical originario del planeta tierra llamado violín, entonando aquella conocida melodía "Campanella". Lo hacía con tanta pasión e inspiración, que siempre cerraba sus ojos y se olvidaba de todo su exterior.
Aunque no lo estaba viendo, Yoon'Yuor sabía como debía estar en estos momentos. El cuerpo de su esposo siempre se balanceaba y movía conforme entonaba el dichoso violín. A pesar de todo lo que ha pasado, nunca dejaría de reconocer que tenía mucho talento para la música.
Lástima que aquel talento no arreglaba el hecho de lo sucia persona que resultó ser
Minutos después, la melodía acabó. Yoon'Yuor dejó de apretar un poco sus manos, sin embargo, su expresión fría no desapareció. La sonrisa que Tae'Glen le lograba sacar cuando entonaba, no estaba más.
Sin esperar más, tocó la puerta bruscamente, sacando a Tae'Glen de su momento de relajación.
- Adelante - Dijo Tae'Glen, cuyo tono de voz era perezoso, puesto que ya se imaginaba que era su esposo quien fue a buscarlo. Yoon'Yuor entró. - Cariño - lo saludó con una sonrisa sarcástica.
Yoon' Yuor lo quedó viendo en silencio unos segundos, para después acercarse, quedando a unos centímetros de su cara.
- ¿Hasta donde tengo que soportar tu cinismo? - preguntó con una engañosa voz serena y casi susurrada.
Tae'Glen suspiró y volvió a sonreír. Sabía muy bien porque Yoon'Yuor le preguntaba aquello. Con una expresión que para Yoon'Yuor resultó más que irritante por lo sinvergüenza que era, Tae'Glen se giró y comenzó a guardar el violín, dejandolo en su lugar junto con otros instrumentos.
- Yoon'Yuor, ¿en qué quedamos?
Al escuchar esa respuesta, Yoon'Yuor solo quería partirle la cara sin importarle más nada.
- Ibas a pasar las vacaciones festivas discretamente con ese imbecil. En eso quedamos. Jamás dije que ese tipo podía entrar en mi casa - Yoon'Yuor luchaba con todas sus fuerzas para no llorar de la impotencia.
- El pasar las vacaciones con "ese imbecil", como lo llamas, incluye que puede venir aquí - sonrió - es lógica Yoon'Yuor.
- Tu cinismo no tiene límite por lo que veo
- No, no tiene - rió - ¿qué harás al respecto? ¿Eh? - Tae'Glen se volteó y caminó hasta Yoon'Yuor, quedando otra vez cerca. - ¿Me denunciaras? - rió - No lo creo.
Yoon'Yuor lo tomó del cuello de la camisa - ¡Si tu cuerpo no está el Ghirma ahora mismo es gracias a mi! Así que deja de subestimarme, en cualquier momento todo las consecuencias me valdrán mierda y tu y ese infeliz allá estarán.
- Por los aros de Jupiter, pero que salvaje - rió Tae'Glen ignorando la amenaza de Yoon'Yuor - ¿Donde estaba toda esta potencia y brusquedad cuando teníamos sexo?
Yoon'Yuor lo soltó dándole un leve empujón.
Tae'Glen se arregló el cuello de su camisa. - Y por esa ¿amenaza? No me preocupa, sabemos muy bien que no lo harás, mi amor - rió - mi cuerpo en el Ghirma, una vez sin vida, no va a sufrir ni nada. En cambio tu, serás marcado de por vida, como el ser más miserable de este planeta. - Tae'Glen cambió su expresión a una más seria. - Un Sesvhen al cual le fue mal en su matrimonio, y de paso viudo. Definitivamente tu serías el que peor parte llevaría.
Yoon'Yuor tragó grueso, apartando la vista. Sus ojos estaban acuosos y tuvo que morder su labio para no sollozar.
Aquellas hirientes palabras, las había escuchado de parte de su madre, y ahora explícitamente de la boca de Tae'Glen, la persona con la que compartió mimos, halagos y más durante mucho tiempo. Todo lo mencionado lo sabía con certeza. Así es como pasaría si llegaba a denunciar a su esposo. Pero, escucharlo de la boca de las personas que supuestamente debían de apoyarlo, dolia. Dolía mucho. Y él no era una fuerte estrella.
Era una estrella apagada, como su nombre lo decía.
Tae'Glen se acercó a él, y puso una mano en su hombro apretandolo suavemente. - Estoy seguro que no quieres volver a tener esta conversación, solo déjame a mi y a Jim'Shug en paz.
Yoon'Yuor se alejó del toque. - Lo último que te diré, es que esta es mi casa, ustedes déjenme en paz. - con una última mirada de odio, se retiró de aquel cuarto.
Rápidamente volvió a recorrer el pasillo hacia la sala, mordiendo su labio para no llorar y no ceder a las enormes ganas que tenía de mandar al carajo a todos en ese lugar.
Al bajar hacia el primer piso, fue hacia la cocina, y se detuvo allí. Llevó las manos a sus sien masajeandolos mientras apretaba sus ojos negando a que sus lágrimas resbalaran.
Su vida era tan miserable.
Desde aquel día que descubrió la infidelidad de su esposo, supo que todo se había ido a la basura en su entorno. Su casa, su hogar, era tan ahogador, era un...un...infierno.
Según había leído, el infierno para los humanos era un lugar en el limbo donde se sufría de por vida. Y así es como se sentía el lugar donde vivía.
Al principio el dolor e incredulidad por la infidelidad de Tae'Glen, era lo que le carcomia por dentro. Los días en los que pasó llorando y torturandose sobre el porque, cuando y como pasó, habían quedado atrás. Ahora, sus lágrimas y pesar, eran de puro odio, coraje e impotencia.
Él estaba dispuesto a denunciar el acto ilegal de Tae'Glen, deseaba ver su cuerpo ardiendo en el Ghirma, pero como todo y siempre, había cedido al miedo del que dirán.
Su madre le había "aconsejado" que no lo hiciera, que pensara en como afectaría su reputación siendo un sesvhen. Según ella, lo amaba y no quería que sufriera siendo señalado como un mal esposo al que su pareja lo engañó porque no lo satisfacía.
Yoon'Yuor sabía que su madre solo quería salvar el "limpio" apellido Min. Él no era ningún tonto, ya era alguien lo suficientemente mayor como para saber que su madre no lo quería. Todo lo contrario, desde que fue diagnosticado como sesvhen, ella sintió vergüenza y lo comenzó a tratar con desprecio sutil. Solo guardaba las apariencias frente a los demás.
El día que se casó con Tae'Glen, sus familiares tuvieron una reacción que le había dolido. Comentarios como "¿enserio consiguió pareja?" "¿A su futuro esposo no le molestará estar con un sesvhen?" "¿Estás seguro que no es por lástima?" "¿Tae'Glen de verdad te quiere?" . En ese tiempo, él solo sonreía y no tomaba importancia de aquellos comentarios. Creía que ahora que había encontrado "a su compañía ideal", todo mejoraría.
Que equivocado estaba.
Las lágrimas resbalaron aún con sus ojos cerrados. Los lunares en su seño tintinearon por las fuertes y dolorosas emociones que sentía.
Su madre, su esposo, sus familiares que llegarían en un momento, y a ese tipo que era todo un sinvergüenza al igual que Tae'Glen...a todos...quería mandar al Ghirma a todos.
¿Cómo soportaría estar esos días bajo el mismo techo que el amante de su esposo?
Aquello era peor que una sentencia en un juicio. Nadie debería ser obligado a soportar eso. Yoon'Yuor sentía como si alguien lo estuviera amenazando con un arma en la cabeza para acceder a aquella atrosidad. ¿Y quien sostenía aquella arma? Sus miedos e inseguridades.
No sabe cuánto tiempo estuvo perdido en sus pensamientos mientras una vez más cedía al llanto, pero al parecer pasaron algunos minutos. Él escuchaba voces en la sala, su familia estaba llegando. Si es que alguien quiso entrar en la cocina y lo vio en aquella situación, al parecer se hicieron los desentendidos. Pero no le importaba, al menos deberían dejarlo con su miseria en paz.
Alguien carraspeo detrás de él. Yoon'Yuor abrió los ojos, y giró hacia allí.
Sus ganas de llorar a mares volvieron, pero esta vez con más intensidad, y ya no de tristeza, sino de ira.
En el marco de la entrada, un hombre lo observaba con expresión agraciada y una pícara sonrisa.
- Gracias por recibirme en tu casa, mucho gusto, Park Jim'Shug.
Su apariencia, su voz, esa expresión...todo...todo lo tenía grabado en su mente, desde aquel día que lo descubrió junto a Tae'Glen.
¿Cómo se atrevía a si quiera hablarle? ¡¿Cómo es que alguien podía ser tan cruel?!
Con su pecho casi apretado como si se estuviera ahogando se acercó hacia él. Quería decirle toda la cantidad de improperios existentes en el universo, pero no pudo.
- Tu no eres bienvenido aquí. - susurró con un hilo de voz. - Pero no me queda de otra - Jim'Shug lo miraba de forma burlesca mientras se detenía en los brillosos lunares. - No soporto el olor a basura, así que no se te ocurra volver a hablarme o acercate a mi. Revuelcate con Tae'Glen todo lo que quieras, solo quédate lejos de mi presencia.
Alejándose a paso rápido, se fue allí.
Jim'Shug lo siguió con la vista mientras su expresión cambiaba a una seria.
- ¿Estrella apagada? - rió sin gracia negando con la cabeza. - Ya veremos....
Pensaba publicarlo más adelante, pero ya que un(a) de mis lectores(as) me lo ha pedido. Aquí está. Jjjj
Veamos como se desarrolla esta tóxica relación, enemies to lover entre Yoon'Yuor y Jim'Shug.
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