3. Primer Caso
Estacione frente a la casa de la que hasta hora era la última víctima. La familia Grey.
Lo poco que había investigado del caso, era que la niña, como las otras tres desaparecidas tenían el mismo promedio de edad, trece años y todas ellas se habían extraviado en sus propias casas.
Mi idea era pasarme como agente de FBI igual que lo hacían los Winchester, pero no podía hacerlo solo, por eso invite a Daniel, sin embargo llevaba una hora esperando y el no hacía su fenomenal entrada. Así que decidí fingir que era un periodista.
Para nada crean que no estaba preparado, pues este plan lo tenía elaborando desde la tarde. Ya tenía mi credencial falsa, además que tenia experiencia haciendo reportajes en la escuela; sí, era el típico nerd que pertenecía al periódico escolar. Colgué la credencial falsa en mi cuello y con una vieja libreta de botas y una pluma en mano, salí del impala.
“Sólo espero que crean mi historia”
Con algo se temor camine hasta la vivienda, estaban dos policías custodiando la entrada, me acerque a ellos.
—Buenas noches, soy Alexander Stewart del diario Tomatazos—mostré mi credencial falsa al igual que mi identificación—, ¿podría hacerle una entrevista a los señores Grey?
Los dos policías se miraron entre si, luego uno de ellos entró a la vivienda, segundos después me dejaron entrar. La señora Grey fue la encargada de recibirme, al verla sentí mucha pena, ya que tenía los ojos hinchados.
—Buenas noches, soy…
—Sí, el policías me dijo quien era, vamos a la cocina le preparare un café.
—Gracias—la seguí.
—Nunca había escuchado de ese diario, ¿cuál es el nombre? —me preguntó mientras servía el café en las tazas.
—Tomatazos, es un diario nuevo, el caso de su hija será la primera publicación.
—Ah… Bueno, empecemos, ¿Qué quiere saber?
Saque mi libreta de apuntes.
—¿Exactamente a que hora ocurrió el hecho?
—Media noche, ¿sabe? Yo suelo levantarme a esa hora por un poco de agua, la habitación de mi hija está terminando el pasillo… Tengo la costumbre de pegar un oído a la puerta, la escuché riendo y luego aquella voz… Cuando abrí la puerta, ella… no estaba… Mi hija—la señora se echo a llorar.
La verdad sentí mucha pena, no tengo hijos, pero perdí a mis padres y entiendo un poco de su dolor. Puse mi mano sobre la suya, ella me miró y esbozo una pequeña sonrisa.
—Gracias—me dijo—. ¿Hay algo más que pueda hacer por usted?
—Sí no es muy atrevido de mi parte, quiero tomar algunas fotos de las habitación de su hija.
Ella asintió.
—Adelante—señaló las escaleras—. Es la primera puerta, mano izquierda.
—Gracias.
Me levante de la mesa y subí las escaletas, no fue difícil ubicar la alcoba, ya que tenía una foto pegada de la adolescente y una M en mayúscula.
Saque algunas fotos y me puse a buscar rastros.
Su lector no dio señales de azufre, así que descarto que fueran demonios, siguió revisando, hasta que miro algo raro en la pared.
—Ectoplasma… Ya se quien se llevo a la niña.
Antes de retirarme de la propiedad, me despedí de la señora Grey, agradecí a los policías y me encamine hacia mí auto. Deje mi libreta de notas en el asiento de copiloto.
—Voy a necesitar ayuda… Los fantasmas son muy escurridizos.
—Tienes razón, los fantasmas son tediosos.
Aquella voz hizo que saltará del susto, mire por el retrovisor, se trataba de Daniel.
—¡Diablos, Daniel! ¡Deja de hacer eso!
—¿Qué cosa?
—No te hagas, sabes a lo que me refiero.
—Lo siento.
—¿Y por qué vienes recién? Te estuve marcando y deje varios mensajes.
—Tenía asuntos celestiales que resolver cosas que un humano como tú no entenderías.
—Uh… Asuntos celestiales—emite su voz—. Pensé que los ángeles solo se dedicaban a brincar de nube en nube tocando su arpa.
—Deberías tenerme respeto.
—El respeto se gana, Daniel. Que seas un ángel no hará que incline mi cabeza ante ti, ¿Qué haces aquí?
Estaba enfadado, se suponía que este bicho con alas me iba ayudar, ya que era él que insistía en que me convirtiera en cazador y ahora que lo hacía, me dejaba solo.
—Vine ayudar.
—Eso era hace rato, conseguí información por mi cuenta.
En eso, en la radio se deja de oír la música de metálica y el locutor empieza hablar.
Sentimos interrumpir la trasmisión, pero tenemos que informar que una niña ha desaparecido, con esta jovencita ya son cuatro. Esperemos que las autoridades puedan hallarlas.
Ahora si, sigamos con la música.
Saque mi laptop de mi mochila y busque la noticia por el Internet.
—¡Bingo! Ya se donde vamos a ir, Daniel… —giré mi cabeza al asiento trasero, pero Daniel ya no estaba—. ¡Diablos!
Tenía que actuar solo nuevamente. Con la rabia, prendí el motor e inicie mi marcha.
(…)
—No sé cómo pudieron llevársela—la mujer me contaba lo ocurrido, se veía muy asustada—. Es increíble, hace tan solo unas horas estaba feliz con su muñeca nueva, ella misma la escogió.
—¿Muñeca?
—Sí, ella le gusta mucho las muescas de porcelana.
—Ok. Eso seria todo, gracias por la entrevista.
Regreso a mi auto e inmediatamente me pongo a revisar las fotos que tomé de la habitación de Molly. Y una de las fotografías llamó mi atención, era de la cama de la joven, sobre ella había una muñeca de porcelana, al usar el zoom se quedó plasmado por lo que vio.
Dejo la foto sobre su pierna y abrió su maletín de donde sacó la foto de la adolescente.
—No hay duda… esa muñeca se parece a la chica, ¿pero como es posible?
Prendió la laptop, tenía que verificar los otras desapariciones, todos tenían algo en común, la edad, las muñecas, pero todas eran diferentes.
—Es un coleccionista—Del susto dejé caer las fotos.
—¡Te dicho que no puedes aparecer así, Daniel! —Estaba molesto, aunque molesto quedaba corto—. Pensé que ya no vendrías, ¿y cómo está eso que se trata de un coleccionista?
—La pruebas lo dicen todo, las niñas son de diferente color de cabello, y razas. No hace falta ser muy adivino.
—Entonces tenemos a un fantasma que le gusta coleccionar ¿niñas?—Daniel asintió—. Tenemos que hacer algo… no podemos dejar que otra niña desaparezca.
—Soy yo o… ¿te está gustando esto de ser cazador?
—Lo hago por esas familias, quiero que estén unidas nuevamente.
—Entonces…
—Nuestra siguiente parada será esa tienda de muñecas.
(…)
Al día siguiente, muy temprano por la mañana, fuimos a la tienda. No sin antes decirle a Daniel que fuera al búnker a verificar que mi abuela Clarie estuviera bien.
Poco tiempo que el angelito se fue, me llegó un mensaje.
“Cuando vengas a casa, estarás en serios problemas.”
Espere a que Daniel regresará del búnker, ni bien llegó, entramos a la tienda. En esta ocasión íbamos como agentes del FBI.
—Soy el agente Potter y el mi compañero el agente Robinson—mostramos nuestras placas falsas, pero Daniel enseñó su insignia al revés. Tuve que ayudarlo.
—¿Qué desean dos agentes en mi tienda?
—¿No se ha enterado? —guarde mi placa, al igual que Daniel—. Niñas han desaparecido en extrañas circunstancias y todas han comprado muñecas de porcelana.
—¿Está sospechando de mi? —El señor se puso nervioso—Voy a llamar a mi abogado.
—Tranquilo, hombre. Nunca dije que era sospechoso de nada, solo le conté lo que ha pasado con las niñas. ¿Me deja echar un vistazo al estante de muñecas?
—Adelanté, agente.
Me adentre a la tienda junto con el ángel, todo se veía normal, no note nada extraño, hasta que llegué a la sección de muñecas, tomé una en mis manos y note que esta me miraba fijamente.
—Siento una energía maligna proveniente de la muñeca—me dijo Daniel.
Decidí revisar la muñeca de arriba a bajo, sin embargo, no encontré nada raro, aparte de la sección extraña que me causaba.
—Vamos a llevarla con nosotros.
—Pero… —le cerré la boca a Daniel con mi dedos.
—Recuerda que es el cumple de mi sobrina, debo llevarle algo—hable cerca del oído de la muñeca, como si ella me pudiera escuchar.
Pague la muñeca en la caja y el señor me la envolvió.
—Sí necesitaba una para su investigación, le hubiera dado gratis.
—No, me gusto. Mi sobrina está de cumpleaños, quise aprovechar.
—Umh… Gracias.
Salimos del establecimiento y nos embarcamos al motel en que pasamos la noche. Saque la muñeca de su empaque y la puse sobre el colchón.
Le hice una seña a Daniel para salir de la habitación.
—No creo que funcione si no hay una niña.
—¿Y donde vamos a casar una, Daniel? Los niños no crecen en los árboles.
Daniel pozo sus dedos sobre mi frente y sentí como poco a poco disminuía mi estatura, no sólo eso, también sentí mi cuerpo diferente.
—¿Qué me has hecho? —Note un cambio en mi voz, lo que llevo que pusiera mis manos sobre mi cuello.
—Una niña es lo que necesitamos, y eso lo que hice.
—No, no, no… Un espejo, quiero un espejo.
Daniel apareció un espejo en mis manos, al inicio tenía miedo de verme, pero tomé valor para hacerlo. No podía creer lo que miraba, era una niña, una niña. Quería desmayarme, sin embargo recordé a las niñas, esto era por ellas.
—Hay que esperar la noche—dije bajando el espejo.
Las horas transcurrieron y la noche llegó, no quería entrar a la habitación, pero lo hice. Me recosté bajo las sábanas y con estas me cubrí completamente. Daniel estaba afuera, con una escopeta dispara sal.
En eso escucho un sonido, abro mis ojos y noto el calor de mi aliento. La temperatura había cambiado, sentí mucho frío. Me siento en la cama y vi una niña paraba en la esquina, para nada aterradora.
—¿Hola? —la saludo.
—Siento hacer esto—Ella se acercó.
—¿Qué vas hacer?
Ella no contestó a mi pregunta.
—Lo siento, lo siento.—no dejaba de repetir, mientras se acercaba.
Cuando estuvo a punto de tocarme la mano, Daniel entró a la habitación; sus ojos brillaban y tenía la mano tendida hacia la niña.
—¿Quién eres? —le preguntó.
—Halle… yo no soy mala, ese hombre me obliga, no quiero hacer daño.
—¿Quién te obliga?
—El coleccionista. Hace que me lleve a las niñas.
—¿Están vivas? —me metí en la interrogación.
—Sí, pero no por mucho.
—Debes llevarnos, debemos salvarlas.
—El es fuerte, no creo que puedan.
—Nosotros también, aquel… —señale a Daniel—, es un ángel del señor. Te va ayudar.
—De acuerdo, ya no quiero que vuelva a lastimar a más niñas, tomen mis manos.
Cerré mis ojos y cuando los abrí ya no estaba en la habitación del motel, sino en lugar oscuro. El lugar tenía poca iluminación, pero lo que llamó mi atención, fue ver a las niñas perdidas sentadas alrededor de una mesa redonda y vestidas de muñecas.
—¡Oh, por Dios!
La puerta de la habitación se abrió, un hombre vestido de terno negro apareció frente a mí.
—Que linda eres… —acarició mi mejilla. Me dieron ganas de vomitar—. Te ves bien, pero necesito que estés como ellas—señaló a las niñas.
Yo retrocedí, no quería que ese tipo me tocara, giré mi cabeza a un costado y Daniel no estaba, mire a Halle, pero ella negó.
“Me dejó solo otra vez”
El hombre quiso atraerme hacia él, pero en ese instante sentí algo extraño en mi interior, una luz iluminó el lugar y mi verdadero yo salió a flote.
—¿Pero qué demonios…? —exclamó sorprendido el hombre.
—¡Vas a pagar maldito enfermo!
Me iba a ir contra el, pero sujetó hablo en un idioma extraño mientras agarraba el collar que colgaba en su cuello. Luego sentí una fuerza sobrehumana lanzándome por los aires, para caer sobre cajas gigantes para muñecas.
—Mierda… —me quejé.
Pero aquello no me iba a detener, el muy bastardo tomó a una de las niñas y la uso como escudo.
—Sí me tocas, ella se viene conmigo.
—¡Bastardo, suéltala!
—No.
Me sentía perdido, por un lado el fantasma de la niña y del otro, el degenerado ese. Sin embargo, al levantar la cabeza, vi a Daniel detrás del maniático.
—Espero que ardas en el infierno.
—Eso lo veré…
El muy maldito no pudo terminar su oración, porque sus ojos comenzaron a brillar, jale a la niña contra mi pecho y la cubrí de aquella luz. Cuando Daniel terminó su trabajo, me ayudó a ponerme de pie junto con la niña.
No había olvidado mi enojo con él, así que le tire un puñete en su rostro, pero el herido fui yo, pues mi mano terminó con un fuerte dolor. Golpear a Daniel, era como golpear una piedra.
Ayude a las niñas, las saque del lugar y me di cuenta que se trataba de la juguetería.
—Siempre sospeche de ese tipo, que bueno que este muerto.
Llame a la policía y desde la distancia miré como las niñas se reunían con sus padres, un sentimiento de envidia me invadió.
—Tus padres están felices en el cielo, y siempre están pidiendo por ti.
En esta ocasión no quise golpear al ojiazul, al contrario, quería abrazarlo, pero me contuve.
De pronto el fantasma de la niña apareció frente a nosotros.
—Gracias por liberarme, ahora si podre descansar—beso mejilla y la de Daniel, su beso lo sentí tan cálido.
Vi como se convirtió en una esfera de luz y se dirigía hacia el cielo. Me quedé mirando el firmamento un buen rato, hasta que Daniel volvió hablar.
—Esto es lo que hacían tus padres, ayudaban personas, salvaban familias.
—El negocio familiar, ¿no? —me apoyé en el capo del impala.
Regresé mi vista al firmamento.
Dicen que nosotros nacemos con un destino establecido, un rol. Y por más que uno quiera ir contra la corriente, el destino se encarga de llevarte de vuelta al camino establecido. Eso lo veo reflejado en mi, mis padres fueron cazadores, mis abuelos lo eran, ¿yo también debería serlo?
Mi padre me dijo que no debía seguir ese camino, que solo me traería dolor, pero esta noche al ver a la madre de Molly llorando por su hija, me dije a mi mismo que no iba a permitir que otra familia pasará por esto.
Ya lo tenia decidido.
—Daniel —dije, este me miró—. Acepto, aceptó ser un cazador. Sin embargo, tengo una solicitud.
—¿Cuál?
Me aleje del impala y me puse a su delante.
—Seamos un dúo, no puedo hacer esto sólo. Necesito ayuda y antes que me digas que esta mi abuela, de una vez te digo que no voy a dejar que ella vuelva agarrar un arma. Ya tuvo suficiente.
—De acuerdo, voy hacer tu compañero de viaje.
Tendí mi mano hacia él y al parecer entendió lo que quería. Daniel estrechó mano conmigo. Este era el inicio de todo, nuestra aventura recién iniciaba.
—Ahora como compañero tenemos un trabajo. —dijo Daniel.
—¿Cuál? —pregunté.
—Esto. —me mostró el collar que llevaba aquel hombre—. Tenemos que quemarlo.
Nota:
Me siento feliz de iniciar este nuevo viaje, hace casi dos años que acabo la serie, y desde ese entonces quise escribir un fanfic de este tipo. No sé cuentas veces lo reescrito, pero siento que fue una buena decisión; ya que he podido estructurar bien la trama.
Alec y Daniel son mis personajes OC de la serie, osea, una invención mía. Poco a poco descubrirán sus personalidades, gustos y metas. También estarán incluidos personajes canon de supernatural, ellos conservarán sus respectivas personalidad.
Al ser esto un borrador, quiere decir que no la he editado, habrá algunos errores de ortografía, espero puedan comprender y avisar si ven uno, yo con gusto lo corrijo.
Espero al igual que mis otros fic me acompañen con este nuevo proyecto, gracias de antemano.
Sin más que decir, Comencemos.
Por estar de estreno la historia, estaré subiendo los tres primeros capítulos.
Posdata:
Cada sama tendrán un capítulo nuevo, no hay día definido.
Gracias y Bienvenidos.
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