Capítulo 5
Elsa caminaba normalmente,otra mañana aburrida. Las clases ya habían acabado y la rubia se dirigía a la salida al igual que muchos alumnos. Sus ojeras delataban el no haber dormido en toda la noche solo por hacerle fotos al maldito eclipse lunar. Nada nuevo,una luna roja y ya. Menudo aburrimiento con tal de sacar un diez en astronomía. Elsa caminaba como un auténtico zombie por los pasillos. Buscaba con la mirada a Rapunzel. Pero en todo lo que llevaba de día no le había encontrado. Y eso le extrañaba ya que las dos siempre quedaban pasada la primera hora.
Y le había esperado, sí, pero su prima no había aparecido. Cosa extraña. Las risas de los populares le hizo girar la cabeza. Estaba el grupo,el típico grupo. Pero había algo raro. Faltaba gente:Hans Westergard, Susie y Frost.
No le importaba mucho los dos primeros pero necesitaba terminar de una maldita vez la entrevista y Frost se lo impedía de manera exageradamente grande. Sin soltar su cámara se dirigía a la parada del bus. Pero antes de que subiera, un claxon le hizo alzar la cabeza y ver el Land Rover negro de su padre. La rubia puso una mueca y se subió
—¿Qué tal el día cariño? —le preguntó el rubio sonriente.
—No he encontrado a Punzie...ni a Flynn...parece que hoy todos están desaparecidos.
—Bueno cariño,a lo mejor están enfermos. Ya saben,las parejas se lo pegan todo—le dijo el hombre riendo y Elsa fingió una arcada.
El camino se le hizo demasiado largo,solo deseaba llegar y descansar
—¿Esta tarde vas a entrenar?—le preguntó el hombre
—¿Y por qué no ahora?—preguntó Elsa con una sonrisa pícara. Su padre rió mientras negaba con la cabeza
—Está bien. En el jardín, con la espada—le dijo el hombre aparcando. Elsa asintió y entró en la casa.
Veloz como una bala subió a su habitación, Scottie el cual estaba tumbado en la cama saltó sonriente al verla y tirarse encima de ella para lamerle la cara

—Hola pequeño—sonrió Elsa acariciando su pelaje detrás de las orejas haciendo que el lobo cerrara los ojos sonriendo y sacando la lengua. Elsa se lo quitó de encima y rápidamente se vistió con algo completamente diferente a lo que ella solía ponerse.
Unos pantalones cortos de color café. Es decir,un marrón oscuro,una camisa de tirantes ajustada blanca y unas zapatillas de deporte. Mirándose en el espejo se hizo una coleta y a continuación. Se acercó al armario,se agachó y en uno de los cajones sacó de ello una espada. Una larga y brillante espada plateada con un hermoso puñal de oro tallado.
No era esgrima,no. Según su padre eso era Hyunda. La Hyunda según su padre,era un juego que hacían los dos desde que Elsa aprendió a caminar. Todas las semanas estrenaba con su padre una o dos veces por semana. En juego consistía en hacer una batalla,pero una verdaderamente realista. Muchas veces alguno de los dos se habían llevado cortes severos.
Elsa era toda una diosa de la espada. Su padre le había preparado tanto en armas como en el cuerpo a cuerpo. Puesto que en el juego,si alguno de los dos perdía su espada tenían que continuar con el cuerpo.
Elsa salió al jardín exterior, plagado de una verde y exuberante hierba que brillaba con el sol en todo lo alto. Algo raro en esa ciudad. Pero aún así, una suave brisa corría. Su padre le esperaba de pie,a bastantes metros de ella. Con una espada de similar empuñadura,moviéndola con agilidad dándole vueltas. Scottie se tumbó en la hierba junto con Olaf, el pequeño gato le sacó la lengua y el lobo gruñó. Ignoró al felino y miró a padre e hija mirándose mientras movían sus espadas calentando
—¿Lista para perder?—pregunto su padre. Elsa rió
—Llevo 13 victorias seguidas. Quiero mantener mi récord —dijo la albina moviendo en círculos su estoque.
Los dos se pusieron en posición con las espadas en bajo. El hombre comenzó a atacar intentando darle un golpe pero Elsa le paró ágilmente cruzando su espada. Su padre comenzó a darle continuos golpes con velocidad pero ella los paraba todos. Elsa retrocedía mientras el hombre aumentaba sus golpes. En un golpe,la rubia se agachó y aprovechando su posición movió su pie causando que su padre cayera hacia atrás.
Elsa fue a darle un golpe directo y seco pero su padre lo paró poniendo la espada en horizontal. Elsa hacía fuerza mas su padre era más fuerte. El hombre empujó la espada causando que Elsa retrocediera unos centímetros. El suficiente espacio de tiempo para que él se levantara.
El hombre le dio un golpe tan fuerte que la espada de la rubia salió disparada hacia arriba volando. Elsa sonrió de repente. Alzó su pierna y le dio una enérgica patada a su padre que le hizo caer al suelo y que la espada de el hombre quedara a unos metros de él.
Elsa alzó su brazo y cogió al vuelo su espada la cual había estado en el aire. La bajó apuntando a su padre al cuello
—Gané— sonrió ella con burla. Su padre sonrió negando con la cabeza
—Estoy hecho todo un viejo —dijo mientras ella le cedía una mano para poder levantarse.
—O que yo mejoro—sonrió Elsa haciendo cabriolas con la espada
—Ve ha estudiar,anda. —le dijo el hombre riendo con las manos a forma de jarras. Elsa rió y entró en la casa seguida por Scottie
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La luna era escondida por varias nubes. Negras como el azabache que amenazaban con traer una tormenta. Cosa normal.
En el instituto Eagle of Liberty todo estaba manso. Las luces completamente apagadas. Ni una figura,ni un murmullo. Ni si quiera un animal.
En uno de los pasillos una luz estaba encendida. Se escuchaban voces,demasiadas.
El director Norte estaba sentado en su sillón,con las manos cerca de su boca. A su lado,su hermano. El señor Frost. Mirando fijamente por la ventana. Mientras que delante de ellos se encontraban su hijo Jack,Flynn y Rapunzel. La cual estaba demasiado seria y mirando molesta al director
—¡Tenemos que decírselo!—reiteró la chica
—No...no es necesario—dijo Norte serio
—¿Qué no es necesario?—preguntó molesta— Pitch ha estado aquí, en este instituto... ¡Le ha podido ver!
—Pero no lo ha hecho— dijo el señor Frost dándose la vuelta y mirando a la chica.
—Se ha confundido de chica ¿ Creéis que no vendrá en cuanto se de cuenta de que no es Elsa? ¡Ya sabe que es de aquí!
—Nuestra respuesta es no,majestad. Tenemos órdenes directas de su madre. Tenemos un código,y un plan que hay que seguir si eso ocurriera. Norte y yo nos iremos en unas horas a Averet. Elsa estará protegida —dijo mirando a su hijo. El cual seguía con los brazos cruzados y mirando a la nada. Despreocupado.
Rapunzel suspiró molesta.
—Es lo mejor,Punzie— le habló el castaño agarrándole de los brazos.
—De acuerdo,no le diréis nada. Pero aumentaremos la seguridad —dijo mirando de reojo al peliblanco.
—Lo dices como si fuera un incompetente —le dijo furioso el peliblanco asomando sus dientes.
—Jack—le reprimió su padre y el chico agachó la cabeza.
—Perdonadme majestad...—murmuró molesto mirando al suelo. Punzie puso una mueca.
— Quiero a alguien más, eres el mejor Jack,pero no me siento bien si Elsa no está sobre protegida... Lo entiendes ¿Verdad?- preguntó en voz baja y un poco más calmada.Su mirada desprendía confianza.
—Sí—murmuró el chico
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Susie abrió los ojos,todo estaba tenue. Oscuro. Era una habitación realmente grande. Ella no recordaba como había llegado allí. Se miró a si misma y se descubrió puesta con un extraño camisón de colores negros y lazos burdeos. Demasiado victoriano para su gusto. Y por las rodillas. Con un ligero agujero entre los pechos de la chica. Tocó su cabeza puesto que le dolía horrores
—Ya has despertado... —una voz le hizo alzar la cabeza. Delante de ella,en los pies de la cama y apoyado a uno de los cuatro postes de esta se encontraba un chico. Sus ojos amarillos le miraban fijamente y su cabello negro le caía por la frente de manera irresistible. Su mentón era cuadriculado, terso,tentador. Sus labios anchos le sonreían mostrando unos dientes perfectamente alineados.
—Hola guapo— sonrió la chica poniéndose recta sentándose. Mirando con una sonrisa picaresca al chico. El cual le miraba igual —¿Me emborraché mucho y nos liamos? ¿Qué casa es esta?¿De qué instituto eres? —dijo Susie sonriente acercándose a él.
—Dime...preciosa...¿Cuántos años tienes?
—Diecisiete—sonrió ella. Él frunció el ceño.
—Pensé que tu cumpleaños había sido hace poco...
—Mi cumpleaños es en tres meses— río ella. Pero él, lejos de reírse. Le agarró del cuello.
—Dime tu hombre— dijo apretando el agarre.
—Susie...Susie Coleman —murmuró ella intentando no ahogarse.
El chico furioso y aún arrastrándola de su cuello la sacó de aquella habitación y la llevó por los largos pasillos hasta las mazmorras. Susie veía horrorizada las extrañas criaturas parecidas a monstruos encerradas en diferentes celdas.
Se acercó a la celda de Idun la que estaba junto con el pelirrojo de patillas largas.
—Tengo aquí a tu hija — dijo el chico haciendo que Idun alzara su cabeza. La mujer miró a la muchacha y frunció su ceño.
—Esa no es mi hija.
—¿Cómo que no?Es rubia de ojos azules y diecisiete años—dijo él empujando a Susie dentro de la celda donde el pelirrojo le abrazó.
—No soy rubia—se defendió—Es tinte.
—¿Qué demonios es eso?—gritó él chico furioso.
—Es una cosa que se echan los humanos en el pelo para cambiar su color—le dijo Idun.
—Sí sí— sonrió ella intentando calmarlo. Pero el chico le dio un golpe a la pared creando un hueco. Furioso al saber que se había equivocado.
—¿Quién es este?—le susurró Hans a la chica ,mas el pelinegro alzó la cabeza.
—Soy Pitch Black,príncipe de Arendelle...hijastro del Rey Edgar e hijo de la reina Gothel...y estoy buscando a la hija de esta preciosidad—dijo agarrando de la barbilla a Idun pero ella apartó su rostro.
—Arendelle...eso me suena—murmuró la rubia teñida.
Por favor...No. Pensó idun.
—¿Cómo que os suena?
Dime que no han sido tan estúpidos...
—¡Sí! En nuestro instituto hay una chica que tiene ese apellido...es la presidenta de la revista escolar
—¡La friki de la cámara! —gritó Susie
—Su nombre era algo como... Elisa...Elena...Ela...¡Elsa!¡Sí!¡Elsa Arendelle! —gritó el pelirrojo. Pitch sonrió de repente y miró a Idun. La mujer tenía los ojos cerrados maldiciendo por dentro la estupidez de a quien demonios se le ocurriera la idea de aquel nombre para "esconder" a su hija.
—Elsa...—lamió sus labios — ¿Ese no era el nombre que tu y Edgar ibais a poner a ...vuestro querido bebé? —dijo haciendo un puchero y luego rió—¿Cuál es su aspecto?—preguntó serio
—Es rubia de ojos azules...mm...mediana y hace poco fue su cumpleaños. El pesado de Rider lo repitió al menos veinte veces—dijo molesto y Pitch se levantó sonriente.
Salió de la mazmorra y enseguida sus dos lacayos gemelos le siguieron
—¿ A dónde va señor?
—¿A dónde vamos? Dirás —dijo el chico mientras los hermanos le seguían
—No comprendemos,señor— dijo el otro confuso. Pitch se dio la vuelta y le miró
— Nos hemos equivocado de chica. La verdadera hija de Idun sigue ahí fuera, y yo quiero tenerla en mi poder antes de que padre y madre la maten Esa muchacha va a ser mi muñeca que controlar ¿Entendido? —dijo en voz alta
—Sí señor— dijeron los dos hermanos antes de desaparecer por los lúgubres pasillos para preparar las cosas para el viaje.
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Esos ojos azules rondaban su cabeza. Elsa se miraba en en espejo mientras se cepillaba los dientes. Escupió y lavó su cara para despejarse pero de nuevo aquellos ojos azules no se le iban de su mente. Suspiró y salió del baño.
Scottie ya se había ido como todas las mañanas,bajó a la cocina donde su padre preparaba el desayuno
-Elsa,cariño,el señor Aquerman quiere que cuides a Jhonny esta noche ¿Podrás?
-Claro-respondió la rubia mientras cerraba su mochila -¿ A qué hora?-preguntó abriendo la puerta
-De siete a doce.
-¡De acuerdo! -gritó antes de cerrarla.
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El timbre retumbó por todo el instituto. La gente se amontonaba por los pasillos mientras Elsa intentaba caminar siendo golpeada a veces por compañeros los cuales al igual que ella intentaban solo pasar. La rubia buscaba con la mirada a Rapunzel, o a Flynn pero no les encontraban.
Suspiró y llegó hasta su taquilla para abrirla.
-Hey rubita- una voz le hizo mover la puerta y encontrarse con Flynn sonriente.
-Hey-dijo ella con una sonrisa. Pero al alzar un poco más la cabeza frunció el ceño- ¿Y Punzie?
-Está mala-dijo el castaño apoyándose en su taquilla -le pegué un poco de resfriado y...bueno ,ella se ha puesto peor -dijo el chico y Elsa rió cerrando la taquilla.
-Papá tenía razón-murmuró la chica
-¿En qué?-preguntó el chico confuso
-En que las parejas os lo pegáis todo-rió la platinada.
-Tranquila,ya encontrarás a alguien que te pegará los resfriados.
-No gracias,paso de chicos-dijo ella- Por cierto ,tengo que buscar a tu amigo Frost ¿Sabes dónde puede estar?
-¿Jack?En el gimnasio ,seguro está con el saco de arena. -dijo mientras la campana sonaba de nuevo-tengo que irme,nos vemos luego rubita.
Elsa se despidió con la mano y continuó su trayecto en busca del peliblanco.
Poco a poco a se acercaba al gimnasio donde se podía escuchar solo voces masculinas. Abrió las dobles puertas y en una esquina del vacío gimnasio estaban aquellos dos chicos: Aster Frost le agarraba el saco de arena a su primo Jack el cual con fuerza y la mirada fija en el objeto lo golpeaba con fuerza. Sin guantes,solo con sus nudillos envueltos en esparadrapo blanco.
El chico aporreaba con fuerza mientras algunos cabellos blancos caían por su frente. Hasta que de un fuerte golpe rompió el saco por la mitad
-Se supone que tienes que disimular-le dijo el peligris molesto. Mientras el chico se llevaba las manos a la cabeza. Los dos se miraron entre ellos y a la vez miraron a la rubia la cual les miraba fijamente con su cuaderno en sus manos. Ella solo les miraba sin ninguna expresión,bastante sorprendida por la demostración de fuerza de hace apenas unos segundos
-¿Qué haces tú aquí? -le preguntó Aster mirándole molesto. Sus ojos verdes irradiaban asco hacia la rubia y eso le hacia sentir bastante intimidada. Sin embargo el rostro de Aster era el de un chico demasiado bueno.
-Tengo que hablar con él -dijo señalando al peliblanco.Disimulando sus nervios agachó su cabeza y pasó un mechón detrás de su oreja
-No tengo nada que hablar contigo-dijo Jack agachándose para coger el saco de arena y cargarlo como si fuera una bolsa de patatas.
-Pero...tengo que terminar la entrevista.Necesito entregarla pasado mañana y no me resondiste a todas las preguntas...
-Termínate con lo que tienes-dijo él continuando dándole la espalda. Elsa suspiro y miró su cuaderno
-Pero...-murmuró pero el peligris le interrumpió
-¿No has escuchado?No tiene nada que contestar,márchate mocosa-dijo Aster molesto. Elsa bufó y se dio la vuelta.Aquello le daba demasiado coraje. Sólo eran dos años mayor que ella,repetidores y con un ego más enorme que el Empire State. Cosa que Elsa aborrecía. La rubia cerró de un portazo la puerta del gimnasio.
-Cuando se entere,me matará...-murmuró Aster negando con la cabeza
- ¿Sólo a ti?-dijo él con una cara de preocupación. Aster suspiró y miró a su primo
-Verás como no pasa nada-dijo él calmándolo
-Genial-murmuró molesta mientras metía la cámara molesta en su taquilla.Cerro esta con un golpe fuerte y abrió los ojos con fuerza al ver de nuevo aquellas extrañas marcas de dedos similares a escarcha. Miró su mano pero sin embargo no había nada.
-Arendelle,a clases-le dijo el vigilante del pasillo desde la otra punta de este mirándole fijamente. Elsa miró de reojo la marca en su taquilla y se marchó corriendo.
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-¿Cómo está?-preguntó Elsa desde la puerta de casa de sus tíos los cuales no le dejaban entrar para ver a Punzie.
-Tiene mucha fiebre-dijo su tía cerrando un poco la puerta tras ella-¿A dónde vas tan tarde?¿Elsa?-preguntó la mujer sonriente
-Tengo que hacer de niñera a unas manzanas de aquí. -sonrió al chica y tras despedirse de su tía salió corriendo a casa de los Aquerman.
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-Y sopló y sopló hasta que la casa de paja derribó-contaba la rubia hasta escuchar los ligeros ronquidos del pequeño Jhonny. Escuchó suaves golpes en la puerta y giró la cabeza para ver al señor y a la señora Aquerman sonrientes. Elsa cerró su libro y salió de la habitación cautelosa.
-Muchas gracias,Elsa-sonrió la señora Aquerman. Una mujer que al igual que su marido eran afroamericanos
-No hay de que,Jhonny es un cielo-sonrió la rubia poniéndose su chaqueta
-Te pagamos el próximo día-sonrió el hombre
-No tienen porqué,buenas noches-dijo antes de salir de la casa y de escuchar un "buenas noches" de parte del matrimonio.
Elsa prefirió no llamar a su padre e irse ella sola a su casa. Las calles de RiverVille estaban vacías y solitarias. Algo muy común en aquella ciudad la noche de un martes cualquiera. La chica frotó sus manos dándoles un poco de calor mientras caminaba por la calle. Pero se paró al escuchar unos extraños ruidos detrás de ella. Giró la cabeza más no había nada,solo arbustos y calles vacías.
Pero sus ojos se fueron abriendo al ver como un ligero riachuelo de arena negra se iba acercando a ella hasta estar a solo unos metros y poco a poco irse formando entres figuras. Elsa retrocedió unos pasos al ver como delante de ella se formaban tres lobos negros de gran tamaño. Los cuales se apresuraban a acercarse a la rubia.
Echó a correr con el corazón desbocado y los latidos de este resonando en su cabeza mientras corría todo lo que podía. Corría y corría sintiendo como los lobos cada vez estaban más cerca. Recortó por un parque hasta que sintió como uno de esos animales tiró de su pierna izquierda haciéndole caer. Giró su cuerpo y vio horrorizada como otro de aquellos lobos se lanzaba sobre ella pero antes de que el animal le tocase,una fugaz bola de pelo marrón empujó a aquella bestia rodando las dos por el suelo. Elsa desvió su vista y observó como otro lobo marón había empujado al negro.
Elsa consiguió ponerse de pie, los tres lobos negros se habían re agrupado delante de ella. Y entre los lobos negros y ella se encontraba el lobo marrón custodiándola. Elsa respiraba con fuerza mientras el miedo recorría sus venas. Sorprendida vio como dos lobos más se unían junto al castaño,uno gris y el otro,uno que reconocería en cualquier lugar.
-Scottie-murmuró mirándolo. El lobo de pelaje blanco se dio la vuelta unos segundos y le miró.
para sus sorpresa,el Alfa de los lobos negros se lanzó sobre el albino can.-¡Scottie!-gritó aterrorizada. El lobo gris ladró a Elsa para que se fuera y así hizo la rubia hasta alcanzar un buen ritmo.
La rubia corría por las calles hasta por fin poder divisar la comisaría.Entró sin importarle armar escándalos.
-¡Ayuda!-gritó apoyándose en el mostrador
-¿Qué le ocurre?-le preguntó uno de los oficiales sin ningún ápice de preocupación.
-Me han atacado,unos lobos-dijo ella.
Elsa se encontraba sentada en una silla con dos policías delante de ella. Uno apoyado en la mesa que tenía al lado y el otro de pie junto a su compañero.
-Haber...dime lo sucedido-dijo uno de los oficiales sacando papel y lápiz
-Estaba de vuelta a casa...oí un ruido... de repente vi esa arena negra que se transformó en tres lobos.Me persiguieron y me caí... de repente apareció mi mascota y me salvó-los dos hombres se quedaron callados mirándole
-¿Cuál es tu mascota?-preguntó uno de los oficiales
-Es un lobo-dijo ella simplemente.
-A ver niña...-le dijo el otro claramente molesto. Cuánto antes nos digas la verdad antes podremos ayudarte
-¡Es la verdad!
—Venga,jovencita,dinos que has tomado
—¿Qué qué he tomado?¿A qué se refiere?
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—Yo no tomo drogas—repitió por última vez mientras miraba por la ventana. Su padres suspiró.
—Entonces dime que ha pasado
—Ya te lo he dicho...Scottie apareció...y...—Elsa se quedó callada al ver una masa de pelo tumbada en el porche de su casa—¡Scottie!—gritó saliendo del coche con urgencia y acercándose a las escaleras. El lobo estaba inconsciente,repleto de heridas y su blanco pelaje salpicado de sangre—¡Llama al veterinario! —gritó alarmada.
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Se pondrá bien,solo tiene que descansar—sonrió el hombre cerrando su botiquín. Elsa acariciaba el hocico del animal mientras este estaba apoyado encima de una mesa con una manta cubriéndole.
—Se pondrá bien,ya lo verás —le tranquilizó su padre y sonrió. Elsa suspiró y miró al lobo.
—Gracias—le susurró
Continuará....
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