Capítulo 11

Una pelirroja abrió lentamente sus ojos. Sonrió a gusto y somnolienta. Estiró el brazo para llegar al otro lado de aquella pequeña cama,pero esta estaba revuelta y no había nadie. Se levantó tapando su cuerpo desnudo con las sabanas y vio como el lado de su acompañante estaba vacío. Agarrando las sábanas para tapar sus pechos alzó un poco el cuello con la esperanza de vislumbrar algo más de adonde su vista vagamente llegaba recién levantada.

Escuchó unos pasos y sonrió

-¿Hipo?¿Eres tú?-preguntó en voz alta. Los pasos continuaron pero nadie contestó haciendo que el corazón de la pelirroja bombeará sangre más rápido.

-Hola mi princesa- un castaño apareció por el marco de la puerta de madera. Sus ojos verdes estaban llenos de alegría y sus mejillas llenas de pecas repletas de color como sus labios formando una sonrisa hacia su amada.

-Me habías asustado-susurró ella moviendo su cabello hacia atrás con la mano libre que tenía.

El castaño se acercó a ella,se apoyó en la cama para mirarle fijamente a los ojos y besar lentamente sus labios

-¿Dormiste bien?

-Como siempre- sonrió ella- ¿Y Toothless? - preguntó

-Abajo, durmiendo- dijo el castaño,acariciando su mejilla. Haciendo que una tonta sonrisa brotara de los labios de la muchacha.

La pareja se volvió a fundir en un suave beso lleno de amor,pero algo hizo que ambos se separasen: calor.
Sentían calor en sus rostros y no era por el fuego,ya extinto de la chimenea.

Ambos se separaron y miraron entre ellos para luego girar sus rostros y ser recibidos por un rayo de sol. Ver como en en fondo de ese paisaje de nubes negras unos largos rayos de sol salían de entre las nubes

-¿Sol?-murmuró ella. Ambos se miraron de nuevos

-Ella está aquí - dijo el castaño en susurros. Con una enorme mirada de preocupación.

-No me mires así,yo me desentendí de todo. No quería tener nada que ver con nadie...

-Mer...esto no es un tema de nuestros padres...ni de un reino...se trata de un mundo entero

-No voy a dar mi brazo a torcer -dijo levantándose y apoyándose en la barandilla de la ventana. Suspiró y sintió como su chico abandonaba la habitación-No es por mí... -murmuró y su mano fue hasta su vientre- es por ti...



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Elsa abrió los ojos escuchando voces. Femeninas para variar. Se encontró delante de ella un grupo de sirvientas hablando en un extraño idioma,todas con largas y puntiagudas orejas similares a las de un elfo, pero aún así, vestidas como sirvientas.

El grupo de muchachas se calló al ver a la rubia somnolienta. Todas hicieron una reverencia al unísono y abandonaron la habitación,entonces Elsa vio como detrás de ellas le habían dejado preparado un vestido sobre un maniquí.

Una ancha falda se abría en su cintura,pomposa como la de toda una princesa de cuento de hadas. Blanca y con detalles al final. Pero el corsé era azul, decorado con flores que se iban abriendo y esparciendo por la falda.

-Se creen que me voy a poner eso- rió levantándose de aquellas mullidas camas aún con la ropa sucia del día anterior.

Como antes,caminó hasta la ventana para asomarse y observar aquel reino...que era suyo. Todo suyo. Un escalofrío recorrió su cuerpo,su columna,extendiéndose por su brazo y acabando en su mano.

Elsa sintió con cosquilleo en esta,y miró donde la tenía apoyada. Dio un brinco al ver un rastro de escarcha bajo las yemas de sus dedos.

-Otra vez...-murmuró

Unos toques en la puerta le hicieron esconder la mano en su espalda. Rapunzel asomó la cabeza sonriente. Llevaba un largo y ancho vestido de color violeta que se ajustaba en la parte de su pecho hasta su cintura como toda una princesa

-Ya estás despierta- sonrió- pensé que te quedarías durmiendo,conociéndote... -rió

-Las...esas...chicas me han despertado- dijo Elsa acariciando su rostro.

-Claro,ese era su objetivo- rió la rubia caminando hacia ella. Elsa rió en bajo y se abrazó así misma-¿ Te apetece dar un paseo?-preguntó

-Pues...me apetece mucho-dijo ella sonriendo mostrando sus blancos dientes. Fue a dar un paso pero Rapunzel la detuvo con una mano

-Así no-dijo señalándole con su dedo indice

-Estoy bien-dijo Elsa mirándose así misma. Llevaba sus vaqueros y su camisa azul un poco manchadas



Elsa rió enseguida de manera realmente sonora. Rapunzel le miró seria

-Ni muerta-respondió recobrando su postura

-No puedes ir así, no es apropiado- dijo la rubia seria. Señalando el desgastado conjunto mundano que llevaba puesto

-Oh,por favor Punzie,solo son unos pantalones

-Aquí no eres una cualquiera Elsa...no pueden verte...así

-No

-Por favor...si te lo pones no te molestaré más -dijo juntando sus manos a modo de rezo. Elsa frunció su labio,Rapunzel podía ser muy pesada y quitársela de encima con sus constantes agobios podía ser algo en beneficio suyo. Bastante beneficio

-Está bien-murmuró en voz baja. Punzie sonrió ampliamente.

Se dio media vuelta y salio de la habitación,cuatro sirvientas le esperaban afuera de esta.

-Que se bañe,ha accedido a ponérselo- les dijo a las cuatro doncellas de manera seria y estas entraron en la habitación.

Una larga media hora después,las cuatro doncellas salieron de la habitación y tras ellas,Elsa. Enfundada en aquel hermoso vestido

-Estás preciosa- sonrió Punzie con los brazos abiertos dispuesta a abrazarle pero Elsa le paró con la mano

-Uno...este vestido pica...dos...no puedo respirar apenas...tres...este vestido pesa cuatro kilos...y por ultimo,recuerda nuestro trato- dijo

-Touché- sonrió la rubia sonriente y satisfecha por haber conseguido su objetivo. Elsa numca se había puesto vestidos,no al menos en toda su adolescencia, pero Punzie adoraba ver como su prima estaba tan bella. Sobretodo con su cabello platinado recogido en una hermosa trenza francesa que le caía sobre un hombro y varios mechones sueltos sobre su rostro

Ya las dos solas,caminaban por aquellos pasillos mientras Punzie le contaba algunas cosas a la platinada para informarle de más.

-Así que...-Elsa suspiró - Tu sabes...

-¿Dónde está tu madre?...Sí

-¿Por qué ninguno quiere decírmelo?

-No puedes ir allí... es un lugar muy peligroso,Elsa

-Pero mi madre esta viva...- dijo mirándole a través de sus ojos azules llenos de ilusión

-Pero podrían matarte...no correríamos ese riesgo- dijo la rubia agarrando la mano de su prima.

Un extraño ruido se hacía cada vez más audible,era como metal chocando

-¿Qué es eso?-preguntó Elsa ignorando la conversación anterior. Una tonta sonrisa se formó en los labios de la muchacha de ojos verdes

-Los chicos,están entrenando. Ven vamos a ver a Flynn- dijo agarrando su mano con fuerza y tirando de ella por los pasillos hasta llevarle a un balcón que parecía dar a un patio interior del castillo.
El sonido de los metales chocando cada vez era más fuerte. Elsa vio como Rapunzel se apoyaba en un balcón que daba a aquel patio,un gran patio donde varios grupos de hombres entrenaban con espadas y en el cuerpo a cuerpo.

La rubia estaba apoyada en el balcón viendo sonriente al castaño. El cual se movía con agilidad con la espada. Solo vestido con unos pantalones marrones y una simple camisa blanca.

-¿Por qué entrenan tan temprano?-preguntó

-Elsa,la guardia real tiene que estar siempre en forma- dijo su prima enseguida. Elsa paseó su vista por todos y cada uno de los chicos que habian allí presente. Y su vista se paró en él.

Llevaba una suave camisa blanca y unos pantalones marrones. Su mano agarraba no una espada,él no llevaba espada. Lo suyo era un extraño palo marrón. ¿Un palo?¿Por qué un palo con símbolo de interrogación?

Sin embargo Jackson lo usaba como si fuera una verdadera espada y lo movía con agilidad.

Sonó un silbato y todos se detuvieron

-Realeza presente-gritó un hombre con voz fornida. Todos enseguida fijaron su vista a las dos rubias colocándose en una posición recta y casi militar

-No pasa nada,sargento. Solo estábamos mirando- dice Punzie a aquel hombre de imponente tamaño que había gritado- Odio cuando hacen eso- le susurró a Elsa en voz baja.

Pero la rubia estaba entretenida observando como el peliblanco miraba al frente. Este alzó la cabeza para mirarle,siendo descubierta. El color rojo tiñó sus mejillas

-Frost debería estar aquí -dijo Punzie dándose la vuelta y Elsa observó como el peliblanco abandonaba el patio

-¿Por qué eres tan dura con él? -preguntó Elsa siguiendo a su prima

-Él tiene un solo trabajo,y no lo está cumpliendo...-dijo ella- Aunque creo que él no tiene la culpa...-murmuró en voz baja sin que Elsa le oyera- Discúlpame un momento -dijo Punzie caminando por el pasillo dejando a Elsa parada en mitad de este.

Elsa miró sus manos hasta que escuchó unos pasos detrás de ella. Se giró y vio como el peliblanco iba en su dirección ya vestido con la armadura metálica

-Majestad- murmuró él haciendo una pequeña reverencia masculina echando su cuerpo hacia adelante.

-No hace falta...-murmuró ella cortada por su presencia

-Es mi obligación,majestad- dijo él recobrando su postura recta. Con las dos manos en la espalda -¿Tiene algo que hacer?

-Estaba con Punzie pero...-miró atrás -se ha ido

-¿Le importaría que le enseñara los jardines?-aquella pregunta le sorprendió

-Claro-murmuró. Una sonrisa de lado se formó en los labios del peliblanco que comenzó a caminar haciendo que Elsa le siguiera.



Llegaron a los jardines traseros del palacio. Bellos,como si fueran un laberinto de rosas blancas y rosadas. Con arcos de flores y hermosas bancas blancas.

-Según me han contado...-murmuró él - Te estás adaptando bien

-Sí...aunque es...

-¿Confuso?...es normal...

-Para ti es normal -dijo seca ella. El peliblanco miró a todos lados antes de volver a mirarla

-Elsa...-le llamó y ella alzó su cabeza- Sé lo abrumada que tienes que estar pero...-él tomó su mano.Un escalofrío les recorrió a ambos. Jack sabía el porqué, Elsa no.- sabes que puedo ayudarte...

La mano de Jackson estaba igual de fría que la suya

-Si tienes algún problema...o...algo...

Elsa apartó su mano enseguida recordando aquella extraña sensación que había tenido por la mañana

-No,no pasa...nada - mintió. El sonrió pese a saber que la chica estaba mintiendo. Podía olerlo en su aroma.

-De acuerdo- dijo y miró a su alrededor.

Elsa continuó caminando hasta sentarse en un banco. Una rosa blanca se posó delante de ella y al levantar la vista Jack la estaba agarrando delicadamente

-No me gusta verte triste-dijo él agachándose a su altura.

Elsa rió confundiéndole

-¿Te parezco gracioso?-preguntó él

-Después de...estos años...¿Por qué me tratabas mal?-preguntó ella- Fuiste...mi mejor amigo...-dijo con un hilo de voz

-Es difícil de explicar -murmuró él agachando su cabeza- No podía estar cerca de ti,Elsa...si me llegaban a descubrir te descubrirían a ti también... Tenía que alejarte de mí

-¿Y convirtiéndote en un cretino era la solución?

-No se me ocurrió otra cosa...no podía decirte la verdad

-¿Hay algo más que no me hayas dicho?-susurró. 

Jack le miró a los ojos

-No...es todo

-¿Lo prometes?

-Lo prometo por que tu comida favorita es el chocolate -dijo él y ambos rieron. Elsa miró la rosa que había en sus manos y luego le miró a los ojos sonriente,fijamente. Recordando aquellos ojos azules que tanto le encantaban.

Sin saber que alguien les miraba desde el castillo,pero en cambio de ellos dos,no estaba contento.

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