37. Castiel

- ¿Dónde habéis estado? – le pregunté a Dean cuando él y Castiel entraron por la puerta.

- Nuestro amigo el ángel nunca se lo ha pasado bien así que lo he sacado a por un poco de diversión.

Conocía lo suficiente a mi hermano como para saber que su concepto de diversión era igual alcohol y chicas.

- Tendrías que haber visto cómo se puso con una de ellas – Dean estaba al borde de las lágrimas de todo lo que se estaba riendo – La tía ha salido corriendo de la habitación.

- Anda, suficiente, ve a revisar que lo tenemos todo.

Dean se fue sin dejar de reírse.

- Perdónalo – me senté al lado de Castiel - a veces puede ser un cabrón.

- Tiene motivos para reírse.

- ¿Nunca has estado con nadie?

- No, nunca he tenido tiempo, ni siquiera me han besado.

- Bueno, visto que hay altas probabilidades de que esta noche acabemos convertidos en polvo creo que no estaría mal tener por lo menos esa experiencia antes de morir.

Me mordí ligeramente el labio inferior y me acerqué a él. Mi corazón empezó a subir de revoluciones. Si que es cierto que había estado pensando en cómo sabrían sus labios últimamente pero ni que fuera el primer chico al que besaba. Me entró un poco de miedo al pensar que se separaría de mí pero no se movió.

Conecté nuestros labios y, aunque le tomó un segundo, luego empezó a mover los suyos sobre los míos. Eran incluso mejores de lo que había imaginado. Podía notar su inexperiencia pero eso solo me daba ganas de enseñarle yo misma todo lo que se podía hacer. Acarició mi cintura. Profundicé el beso acercando su rostro y él juntó nuestros cuerpos.

Pensé que esto no acabaría nunca pero los dos escuchamos el sonido de la puerta. Nos separamos. La sonrisa que me regaló me derritió por dentro y hubiera vuelto a besarle si Dean no hubiera entrado.

- Está todo listo - nos echó un vistazo - ¿Estáis bien?

- Perfectamente – respondí - ¿Nos vamos o qué?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top