35. Dean

- ¿Qué estás comiendo? – le preguntó Sam a su hermano.

- Es Halloween tío, estoy comiendo caramelos.

- Los compré para los niños que vengan a pedir truco o trato, no para ti – le arrebaté la bolsa y coloqué su contenido en un bol con forma de calabaza.

- Pero es que me apetece algo dulce.

- Si es eso, tengo de sobra para ti – al pasar a su lado para dejar los caramelos en la entrada le toqué el culo.

No me hizo falta mirarle para saber que se había girado para poder verme y que una sonrisa pícara adornaba su cara.

- Debería haberme ido a un motel yo solo, parecéis adolescentes – escuché decir a Sam desde el salón y no pude evitar soltar una carcajada.

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