21. Dean
- Señorita, no hemos acabado - me dijo el agente Henriksen.
- En realidad sí. Soy la abogada de los Winchester y me gustaría hablar en privado con mis clientes.
- Ahora mismo estamos...
- ¿No me ha entendido bien? Soy su representante legal y tendré una conversación en privado con ellos ahora mismo.
El agente apretó la mandíbula y a regañadientes salió de la sala de interrogatorios con su compañero.
- Una explicación, ya - le exigí a Dean en cuanto se fueron.
- Qué se le va a hacer. Estos policías son muy buenos.
- Y yo nací ayer - me reí - Cazais criaturas sobrenaturales como profesión y os pilla un detector de movimiento de mierda.
- La cosa es que queríamos estar aquí.
- ¿Esposados a una mesa?
- Bueno, ya sabes que prefiero las esposas en otras situaciones, pero si, queremos ir a prisión.
- Eres idiota.
- Yo creo que soy adorable.
- Y, ¿hay alguna razón en particular para querer entrar? - pasé por alto su comentario.
- Hay un espíritu matando en la cárcel y un amigo de nuestro padre nos ha pedido ayuda.
- Está bien. ¿Tenéis vía de salida?
- Si.
- Pues si necesitáis cualquier cosa, ya sabes que puedes llamarme. Y ten cuidado, no me gustaría que te destrozaran esa cara.
- No te preocupes, lo tendré.
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