18. Dean
- Oye, de nada - me dijo Dean con una sonrisa tras acabar con el espíritu que había estado a punto de alcanzarme.
- No te he dado las gracias.
- Pero lo estabas pensando.
- ¿Y eso cómo puedes saberlo?
- Lo veo en tus ojos.
- Pues mira esto, eres un idiota.
- Un idiota que te ha salvado la vida - la sonrisa no desapareció de sus labios en ningún momento - Deberías recompensarme mi valentía con unas cervezas.
- ¿Me estás invitando a salir?
- Pero pagas tú.
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